En estos días el vacío en mi pecho ha sido menos intenso, pero no menos horrible. Mi mente lucha por no derramar lágrimas y mantener una sonrisa en mi rostro, o al menos una expresión neutra. Me dice que soy fuerte, que sólo tengo que ponerme a prueba.
Mi corazón insiste en conservar el dolor y mantenerlo ahí, tan vivo, tan potente.
Mi mente dice una cosa pero mi corazón dice otra, y no sé cuál de los 2 es más fuerte.
Pero Matt, al final del día... sólo hay un ganador.
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¡Volví! Lo siento mucho por no actualizar, pero ya estoy de vuelta :)