Perfidia

Oleh Bluecities

132K 12.6K 5.7K

Juegas con las reglas que ya manipulas, pero te lanzas al peligro del que ahora no sabes cómo escapar. ¿Qué p... Lebih Banyak

Perfidia
Reparto
INTRODUCCIÓN | Ya estamos muertos
CAPÍTULO 01 | Primer ataque
CAPÍTULO 02 | Segundo ataque
CAPÍTULO 03 | Tercer ataque
CAPÍTULO 05 | Ocurrirá
CAPÍTULO 06 | Estoy aquí para salvarlos
CAPÍTULO 07 | Lámpara incandescente
CAPÍTULO 08 | Teléfono fijo
CAPÍTULO 09 | Sonrisa sin vida
CAPÍTULO 10 | Pasaje al infierno
CAPÍTULO 11 | Buen presentimiento
CAPÍTULO 12 | El dibujo del reloj
CAPÍTULO 13 | La habitación del ataúd
CAPÍTULO 14 | Nada más que la verdad
CAPÍTULO 15 | Cuarto ataque
CAPÍTULO 16 | La cámara que sólo ella puede usar
CAPÍTULO 17 | ¿Puede un simple beso forjar algo más grande?
CAPÍTULO 18 | Confía en mí
CAPÍTULO 19 | Los refugios me odian
CAPÍTULO 20 | Adrenalina
CAPÍTULO 21 | Perfidia
CAPÍTULO 22 | La página número 24
CAPÍTULO 23 | Las personas muertas estamos más presentes de lo que crees
CAPÍTULO 24 | Apretar el gatillo
CAPÍTULO 25 | Más viva que nunca
CAPÍTULO 26 | Tic, toc
CAPÍTULO 27 | ¿Quieres jugar un juego?
CAPÍTULO 28 | Grita por mí
CAPÍTULO 29 | Es fácil cuando duele
CAPÍTULO 30 | Mueres salvándolo y vives matándolo
CAPÍTULO 31 | Te odiaré cuando muera
CAPÍTULO 32 | Absolutamente todo
CAPÍTULO 33 | Toma lo que siento
CAPÍTULO 34 | Algo tiene que quedar
CAPÍTULO 35 | Un poco más fuerte
CAPÍTULO 36 | Por ti
CAPÍTULO 37 | Una mala razón para ir detrás del pasado
CAPÍTULO 38 | Tan presente
CAPÍTULO 39 | No hagas que me arrepienta
CAPÍTULO 40 | No más preguntas
CAPÍTULO 41 | El fuego se encuentra con la gasolina
CAPÍTULO 42 | Caminar a través del fuego y sobrevivir
CAPÍTULO 43 | Infinitamente complicado
CAPÍTULO 44 | Lo que fue verdad y ahora es mentira
EPÍLOGO | Seguiré cayendo
10 años después
Agradecimientos y algo más
Playlist

CAPÍTULO 04 | ¿Qué es esto?

3.1K 365 200
Oleh Bluecities

BRENTON

—Voy a entrar—anuncio, refiriéndome a la casa de las tías.

Ninguno de ellos intenta detenerme, pero uno, a mi lado, me dedica una severa mirada.

—Sabes que no puedes haceglo—murmura entonces—, recibiguías una...

Frunzo el ceño al escucharle hablar.

—¿Y a ti que te pasa?—cuestiono.

—¿Tu mamá te daba vinagre en lugar de leche?—se burla Freddie, esbozando una sonrisa.

—Nunca pgonuncié bien la g—intenta explicarse, retrocediendo y bajando la mirada.

Es alto y delgado, su cabello rubio parece la melena de un león y cubre sus ojos azules como si no estuviesen allí detrás, escondidos.

—Querrás decir la r—intento corregirlo.

Freddie, inclinado sobre el marco de la puerta, vuelve a insistir con el tema de los nombres.

El delgado es el primero en decir el suyo.

—Soy Stephen—dice.

Vaya, pienso, al menos no le pusieron un nombre con r.

Antes de que alguien más intente seguirle, me interpongo.

—Acabamos de escuchar un puto grito y no sabemos qué mierda pasa allá dentro—mascullo, volviendo a observar el interior de la casa. Heather acaba de aparecer—, ¿sigues insistiendo con esa mierda?

Freddie no pierde su sonrisa, aunque tampoco responde más. Escuchamos un gran estruendo y, cuando observamos, vemos a Heather inclinada sobre Bradley, intentando preguntarle cómo se llama y que ocurrió. La chica postrada sobre el suelo no parece poder articular ninguna palabra, por lo que tengo que decirle cómo se llama. Finalmente, la voz de Heather se alza, como si fuese eso lo único que tuviésemos que escuchar de verdad.

—¿Qué viste?—insiste Heather de manera brusca.

—Muerte. Muerte por todos lados.

—Joder—susurra Freddie sin que ellas lo escuchen—, qué macabro sonó eso, tío.

Por más que, de una u otra forma, piense lo mismo que él, le dedico una rápida y fugaz mirada cargada de fastidio.

Bradley, de alguna forma, se mueve hasta que puede vernos, alzando sus ojos. Está temblando y llora, consigue asustarme y también, lo que en parte agradezco, borra la sonrisa en la cara de Freddie. Parece tan... asustada, aterrada, y su mirada parece transmitir justamente eso, parece mostrar todo lo que ella está sintiendo y no sabe cómo explicar.

Heather vuelve a insistir con ella.

—¿A qué te refieres, Bradley?—le pregunta.

—No creo que vaya a responder—las interrumpo, viendo cómo Bradley cierra los ojos con fuerza.

La pelinegra pasa de mí, aunque termina por incorporarse y, en el acto, incorpora también a Bradley. Esta se tambalea, y parece querer volver a tirarse, pero no lo hace. Otro grito se puede escuchar, esta vez de la única habitación que sigue cerrada. Heather se acerca a ella justo cuando se abre y la otra chica, de cabello negro, se abre paso. Esta también llora y está temblando, se ve aterrada, muy aterrada. Las tres intercambian una mirada y, finalmente, Heather decide hacer algo: primero toma a Bradley del brazo y luego a la otra tía, y la arrastra hasta que salen de la casa, empujándonos. Sólo entonces nos encara a todos.

—Escuchadme bien—nos espeta—, porque eso va a ser así, ¿vale? Muchas cosas van a ocurrir a partir de ahora, vais a ver imágenes que os van a sacar de quicio o vais a querer morir, pero esto no se trata de escapar, ¿podéis entender eso? No es sobre correr o romper una puta puerta—dicho esto, le echa una mirada especial a Bradley antes de resoplar—. Es sobre enfrentarlo. 00:00 es sobre lastimarte y sobrevivir. Ahora ustedes, todos nosotros, somos jugadores. Y estamos aquí para esto, para...

Bradley la interrumpe, dando un paso hacia ella. Se encogió de hombros y ahora no se ve aterrada sino enfadada.

—Escapar, ¿verdad?—dice—. Porque es eso lo que yo pienso hacer.

—No—protesta Heather con condescendencia—. Joder, no. Estás loca. ¿Siquiera prestaste atención a lo que acabo de decir? No hay forma de escapar.

—Ya lo veremos—bufa la rubia.

Bradley intenta girarse e irse, entrando a la casa. Heather no se lo impide, sin embargo, agrega:

—Eres bastante estúpida si crees que podrás hacerlo.

Eso la detiene.

Freddie vuelve a sonreír.

—Uuh—susurra—, golpe bajo.

—Joder, cállate, Freddie—le espeto en otro susurro, hartándome.

Bradley se gira sobre sus talones y vuelve a acercarse a Heather.

—No soy estúpida, soy lo suficientemente inteligente como para saber que todo esto huele más bien a mierda que no tengo por qué soportar. Maldita sea, ¿quién cree que es ese viejo gordo como para encerrarnos? Ni siquiera está cerca, ni siquiera puede impedirme ahora mismo que vaya y me cargue su puta puerta—musita con notable furia, enfatizando cada palabra—. Voy a escapar de aquí. Esto es sólo un juego para tontos, y yo no pienso serlo también.

Heather, contra todo pronóstico, esboza la sombra de una sonrisa.

—Suerte con eso.

Con atención, los demás permanecemos en silencio mientras ambas se echan una última mirada y luego, con cierta resignación, Bradley retrocede para volver a entrar a la casa, nadie la sigue. Los segundos que le siguen están cargados de tensión pero no son incómodos, aunque me dan lugar a pensar. Vaya, esa chica me cae bastante bien. De cierta forma tiene un poco de razón. ¿Por qué tenemos que soportar esta mierda? Sí, aceptamos venir hasta aquí, lo que significa que no fue en contra de nuestra voluntad, pero nadie lo hizo sabiendo qué significa de verdad. Ahora que lo sabemos, ahora que ya no lo queremos, ¿podemos cambiar algo?

De a poco, varios de nosotros intentamos irnos. Personalmente lo hago porque comienzo a enojarme conmigo mismo, a sentir la impotencia de todo lo que está pasando. Joder, es una mierda. Siento de repente la ira creciendo en mis venas y mi respiración se agita, así que intento irme, alejarme, perderme. No pensar, ni siquiera mentirme diciendo que las cosas están bien, que siempre vuelven a estar bien. Entonces, a tan solo unos pasos de la casa, escucho una vocecita femenina, llamándonos.

—¿Por qué no... por qué no nos presentamos?

Desisto de la tentación de golpear algo y vuelvo a tomar aire. Es siempre lo que me funciona para calmar mi ira. Además, la voz se escucha asustada, es de la chica de cabello negro. Me giro, ella está abrazándose a sí misma. Heather pone los ojos en blanco.

—Ya sabéis cómo me llamo—es lo único que dice—, y da igual ahora mismo.

—Yo soy Maddie—dice de todas formas la otra chica, como si no le importase un bledo lo que Heather piense. Su voz ronca evidencia el hecho de que está intentando no llorar. Sigue temblando.

Heather parece distante, perdida, observa la casa como si fuese lo único que quisiese hacer. Parece que le importa poco y nada lo que ocurre ahora mismo.

—Yo soy Freddie—dice el aludido, aún sonriendo, y luego me señala—, supongo que él no va a presentarse porque al parecer no le van ese tipo de cosas, así que lo diré yo. De nada, amigo—me guiña un ojo—. Es Brenton, alias el amargado. Y luego está... ¿cómo era? Ah, sí. Stevie. Como el cantante, Stevie Wonder. No tenéis que reíros de él, le faltó un poco de leche cuando era pequeño y no puede pronunciar bien la r.

—Mierda, Freddie, cierra la boca—lo interrumpo—. Y es Stephen, no Stevie.

—Lo que sea—alega Freddie, sacudiendo sus manos delante de mi cara—. Entonces, soy Freddie, este es Brenton y ese es Stephen—le echa una larga mirada al único tío que no se presentó—. Y tú, ¿qué me dices? ¿No sabes pronunciar la h?

El tío niega con la cabeza.

—Soy Cameron—se limita a responder.

—¿Es que no sabéis preocuparos por vuestras vidas?—masculla Heather, atrayendo la atención de todos nosotros—. Joder, tenemos que... tenemos que hacer algo.

—¿Algo como sobrevivir?—suelta Freddie.

—Quizás sea más conveniente hacer algo como dejarte mudo—convengo.

Freddie suspira.

—¿Qué es esto, Heather?—pregunta Maddie, ahora con más miedo. Habla como si tuviese que hacerlo para dejar de pensar o como si hubiese estado pensando en eso hace bastante tiempo—. ¿Qué fue eso que vi? ¿Por qué lo vi?

—Te respondería si supiese que viste exactamente, Maddie.

La nombrada corre la mirada y cierra los ojos un par de segundos, como si eso le ayudase a recordar qué le pasó hace tan solo unos minutos dentro de esa casa. Aguardamos, todo lo hacemos, hasta que finalmente ella vuelve a hablar.

—Primero sentí que alguien me tiraba, luego que intentaba asfixiarme, y luego entendí que era... era yo misma—murmura—. Cuando me levanté, había una nota en la puerta.

—¿Qué decía?—se apresura a inquirir Heather, con notable curiosidad... y miedo. Aunque bastante oculto.

—No lo sé, no alcancé a leerla. Cayó al suelo y desapareció...—Maddie deja de hablar unos segundos, y luego vuelve a negar con la cabeza, aún con los ojos cerrados—. No estoy loca, juro que sólo se desvaneció.

—¿Había algo más además de la nota?—pregunta Heather con impaciencia.

Maddie vacila.

—Si—admite—, había un espejo.

No sigue explicando, y por alguna razón, Heather tampoco insiste. De hecho, voltea hacia nosotros.

—¿Os ocurrió algo dentro de vuestra patética casita?—pregunta.

Decido responder antes de que Freddie tenga oportunidad de hacerlo.

—Pues, de hecho, sí—digo—, a este loco le asaltó su pequeño perro como si fuese una bestia gigante.

Freddie se echa a reír. Heather frunce el ceño.

—¿Qué perro?

Cuando pregunta eso, el tío baja la vista y se percata de que el perro ya no está con él. Sólo entonces se gira, sin muchos ánimos, y grita:

—¡Douglas!

No aparece nadie. Freddie, como si eso no importase, se vuelve hacia todos nosotros y eleva ambos hombros con desdén.

—Supongo que tiene algo más importante que hacer—dice—, ya sabes... cosas de perros.

—¿Nunca dejas de bromear, eh, campeón?—lo interrumpo.

—¿De verdad hay un perro aquí con nosotros?—duda Heather, sin darle tiempo a Freddie para que responda.

Yo asiento.

Heather vuelve a verse distante.

—¿Por qué te sorprende tanto?—pregunto.

Vuelvo a sentirme enojado.

Heather niega con la cabeza.

—No lo sé, es algo nuevo. No me pasó antes.

—¿Supones que es malo?

Heather lanza una risita.

—Oh, todo aquí adentro es malo.

—¿Por qué lo haces ver de esa forma?—vuelve a preguntar Freddie con ese tono de burla tan patético que comienza a ser clásico en él—. ¿Por qué hablas de esa forma tan sádica? ¿Qué es esto? ¿Qué va a pasarnos?

Heather voltea hacia él y permanece observándolo, en silencio, durante un momento, como si estuviese preguntándose internamente si tiene que responderle o no. Al final, sólo, sin decir nada, entra a la casa. Freddie no puede insistir o volver a preguntárselo porque no puede seguirla, así que, derrotado, se gira y, mientras se aleja, vuelve a gritar:

—¡Douglas!—y silba—. ¡Douglas!

Cameron, Maddie y yo, permanecemos inmóviles unos segundos más hasta que, cuando la situación no puede ser ya más ridícula, cada uno se va por su lado.


¡hola! :)

venga, que sé que este capítulo se hizo esperar, pero hoy puedo traerlo. me gusta lo que salió y a la vez no (?) Creo que es una de las pocas veces en las que hago un capítulo con tanto diálogo, no sé.

por cieerto, a quienes leyeron la versión antigua de 00:00 les recomendaría leer la nueva. cambiaron muchas cosas, DEMASIADAS QUIZÁS, y es probable que en este libro se hagan referencias a esas cosas.

en fin, ahora Heather es Victoria pero ahora vosotros conocéis completa la historia de esta "Victoria", así que espero que entendáis un poco mejor el por qué de su actitud o el por qué se ve tan distante o agresiva de vez en cuando.

eh, ¿qué tal con Freddie? ¿os cae bien?

quería aclarar que en este libro no todos los personajes son "inocentes". ya vais a entender de qué estoy hablando. ay, quiero contaros tanto... pero bueno, habrá que esperar. algunas veces esperar es una forma de ser inteligentes ;)

ilusm.

Lanjutkan Membaca

Kamu Akan Menyukai Ini

23.7K 2.3K 29
Evil † Su mirada me da escalofríos, miedo, como si leyera mis pensamientos. Algo oscuro esconde en su mirada algo que no quiero saber. Ese hermoso h...
1.9M 89.8K 66
La asesinaron un 23 de octubre, y desde entonces todos se preguntan: ¿Qué le pasó a Elizabeth Parker? Venus, la protagonista, tras el reciente asesi...
3.8K 208 26
Amara ha estado enamorada de Mateo por mas de 1 año , un dia en una fiesta ella se emborracha y le pide que le enseñe a besar...
12.3K 1.2K 46
𝑺𝑬𝑮𝑼𝑵𝑫𝑶 𝑳𝑰𝑩𝑹𝑶 No tener pareja en San Valentín es un poco deprimente, aunque no tanto si disfrutas de la soltería. Pero no puedes besar un...