Shane abrió sus oscuros ojos y se incorporó sobre su cama, Unos golpes sonaron en la puerta de su pequeño dormitorio. Era Marie, la monja encargada de despertar a las alumnas del internado -era huerfana- hacía una semana que había sido transladada del horfanato, pero en tal caso no le importaba.
¿Quién iba a adoptar a una cría de trece años como ella? nadie, supuso.
_ ¡Arriba dormilona!_ le gritó jovialmente Marie desde fuera _o llegarás tarde.
Rápida como una flecha se vistió con su uniforme y se peino su largo cabello castaño oscuro, No se sentía especialmente hermosa -aunque lo era- pero eso le daba lo mismo.
Tenía unos preciosos ojos castaños y la piel de un ligero tono tostado, era menuda aunque delgada y esbelta.
Cuando hubo terminado, salió de su cuarto y se dirigió a desayunar con el resto de sus compañeras, pues era una institucion solo de chicas. Luego se fue a clase como todos los días, aunque no tenía amigas pero tampoco le resultaba un problema, porqus escondía un secreto mas importante, podía hacer crecer una semilla en su mano, pero se lo calló, pues no la creerían.