Fuck me, Mr. O'Brien (+18)

By anny_Obrien24

378K 8.7K 2.5K

*Segunda Parte* Esta historia continúa, más caliente y con más pasión que nunca... Ella es Amara Katherina Gi... More

Advertencia
2.1
2.2
2.3
2.4
2.5
2.6
2.7
2.8
2.9
2.10
2.11
2.12
2.13
2.14
2.15
2.17
2.18
2.19
2.20
2.21
2.22
2.23
2.24
2.25
2.26

2.16

8.2K 332 127
By anny_Obrien24

Le doy un vistazo a todos en la mesa, y me detengo en Julia. Me sonríe amablemente y le regreso el gesto. Me siento tan estúpida por haber pensado que estaban saliendo, no porque no sea una preciosa mujer, sino porque viendo sus rostros juntos, son jodidamente iguales. Mismo cabello, mismos ojos, lunares, hasta sus labios son similares.

-Ahora si sonríes, ¿no? -dice mi padre mirándome y sacándome de mi ensueño.

-¿Qué le has dado, Dylan? -pregunta mi madre y bajo la cabeza para esconder el calor de mi rostro, tengo que morderme el labio para no continuar sonriendo como estúpida.

-¿Qué te puede decir, Lauren? Soy bueno con las palabras, ¿no es por eso por lo que me contrataron? -Todos en la mesa ríen, pero él me mira mientras le da un corto trago a su copa.

-Bueno, en eso tienes razón, Dylan. Pero esta señorita de aquí es muy complicada. -Papá quizá ha bebido demasiado en la cena-. No deja de meterse en problemas. Parece que la persiguen y es muy lenta corriendo.

No sé si debería sentirme ofendida por su afirmación, pero si veo mí misma confusión el rostro de los demás. Sobre todo, en el Sr. O'Brien, quien luce como si fuera soltar un comentario suspicaz en mi defensa, pero solo abre la boca antes de que mi madre hable:

-Julia, Dylan. Gracias por la cena, fue realmente deliciosa -agradece poniéndose de pie y sujetando el brazo de mi padre para que la imite.

Tomo mi bolso del respaldo de la silla para irme con ellos, pero la mano de Julia se posa sobre mi hombro y me sonríe.

-Es un placer, pueden venir cuando gusten. Estaré por aquí un par de días más. -Sus dedos toman mi palma y no sé qué pretende-. ¿Les importa si Amara se queda un rato más conmigo? No conozco muchas personas en la cuidad, y mi hermano es tan aburrido que necesito algo de compañía femenina

No entiendo que debe querer hablar con alguien como yo. Si es su hermana mayor debe rondar los 30 años. Miro su perfil con confusión.

-Por supuesto. Si no es ninguna molestia para ti o Dylan, claro -dice mamá con el entrecejo fruncido. Me da un vistazo, y yo intento parece convencida con la propuesta, aunque no entiendo que está sucediendo.

-Te veré más tarde. No los develes y compórtate, por favor -interviene mi padre. Me da un beso en la frente y me abraza para luego caminar juntos hacia la puerta de entrada hasta donde los acompaña el anfitrión y los despide

Cuando la puerta se cierra, dirijo mis ojos a Julia, quien ya me está observando fijamente, y parece que me va a morder o abrazar, quizá ambas.

-¿Entonces que quieres que hagamos? -digo dudosa de su respuesta, recordando que le debo una disculpa por la manera en la cual me había estado comportando antes de saber la verdad.

-Oh, en realidad no me quedaré -y se mete un mechón de cabello tras la oreja y mira por encima de mi hombro.

-Pe-pero acabas de decir... -Entonces la respuesta me golpea la frente cuando noto la mirada cómplice que se dan ambos hermanos-. Mierda, ¿lo sabes?

-Bueno, conozco a Dyl desde que nació y tú eres muy fácil de leer. La tensión entre ustedes dos se puede notar a kilómetros. -Mi rostro se siente en llamas-. Además, mi hermano me lo contó todo desde el princio, no tienes de que preocuparte.

-Yo en serio lo siento, no debí tratarte como lo hice. No sé qué fue lo que me paso, solo... -Me silencia poniendo sus manos sobre mis antebrazos y sonríe.

-Está bien. Entiendo los celos, soy hermosa -se ríe a carcajadas y me contagia con el dulce sonido-. Pero créeme, incluso si no fuera mi hermano; tú eres más mi tipo.

Y mis mejillas se calentaron incluso más.

-Sí, sí, me gusta que se lleven bien ahora, -pronuncia alejándola de mí -, pero no puedes coquetear con mi chica. Ya lo hemos hablado.

Mis rodillas se debilitan ante sus palabras. Pero sus brazos que rodean mi cintura detienen mi caída.

-De acuerdo. Voy a salir para dejarlos solos. ¿Algún lugar que me recomienden?

El Sr. O'Brien niega con la cabeza.

-Alter ego -respondo rápidamente-. Es un club nocturno que sirve excelentes bebidas, suele haber más chicas entre semana. Está en dirección al centro por la carretera 33, tiene un letrero neón color azul.

-Gracias -contesta sorprendida-. Me agrada tu chica, Dyl. -Entonces reparo en el rostro entre molesto y confundido del hombre que me abraza-. Me llevaré tu auto, por cierto.

Camina hacia el portal de salida, y él no tuvo más remedio que lanzarle las llaves desde su sitio.

-Si vas a conducir de regreso no bebas demasiado, Jules.

-¡No prometo nada! -grita cerrando la puerta tras ella.

-¿Y ahora qué hacemos? -pronuncio mordiéndome el labio interior y girando para abrazarlo de frente.

-¿Por qué alguien sin edad para beber alcohol conoce lugares como ese? -su mandíbula se aprieta y tiene las cejas muy arriba de su expresión normal.

-Porque lo he visto de camino -miento y sus ojos ahora se entrecierran en incredulidad-. ¿Vamos a ponernos a discutir sobre las cosas ilegales que he hecho en toda mi vida o vamos a aprovechar el poco tiempo a solas que tenemos? -mis dedos deslizan las mangas de mi vestido descubriendo la piel de mis hombros y profundizando el escote.

-Vas a ser mi jodida perdición -murmura antes de estampar su boca con la mía, su mano se aferra a mi cuello con rudeza y me corta la respiración. Jadeo cuando se aleja-. Estuve esperando toda la noche para hacer esto. -Vuelve a besarme con voracidad, me eleva para envolver mis piernas en su cadera.

Da unos pasos hacia adelante y mi espalda golpea contra el respaldo de una silla.

-Mierda, aunque desearía follarte contra la mesa del comedor, me temo que no sería suficiente. ¿Qué te parece si te llevo así hasta mi habitación? -Asiento con insistencia y entierro mi rostro en su cuello para besarlo.

Incluso cuando sube las escaleras conmigo a cuestas, no parece tener problema alguno. A penas suelta algunos jadeos y suaves gruñidos hasta que se recuesta sobre mí en su mullido colchón.

Se quita la corbata y lo observo desde mi altura como aquella primera vez que estuvimos juntos, pero todo ha cambiado, su expresión facial es de puro deseo, pero no veo la ferocidad de antes. Tomas mis piernas y las envuelve alrededor de su cuerpo, me da un corto beso y pasa un mechón de mi cabello decolorado lejos de mi cuello y deposita otro dulce beso ahí.

Una sensación extraña que comienza en mi estómago comienza a calentar mi cuerpo, pero no es exactamente excitación. Pongo una mano en su pecho y se detiene a mirarme. Abro la boca, pero no encuentro las palabras correctas para expresar lo que siento, no entiendo que sucede. Mi corazón late con fuerza antes sus iris brillantes.

-No tenemos que hacer nada que no quieras, Amara -se sienta a mi lado sobre la cama y me incorporo-. Es doloroso ver ese miedo en tu hermoso rostro. No volveré a lastimarte así nunca, tienes mi palabra. Ni siquiera voy a tocarte si no lo deseas. Si aún tienes miedo voy a mantener mi distancia.

Sí, tengo miedo. Miedo a no poder volver a confiar en él. Pero no quiero que se aleje de mí, no quiero que aparte sus manos de mi cuerpo. Envuelvo mis dedos en su la palma y lo miro.

-Si quiero, solo...

-Voy a ir muy despacio, ¿de acuerdo? Si no quieres seguir me detendré -sus labios rosan los nudillos de mis dedos.

Asiento.

Y aunque me aterra la posibilidad de que no se detenga si se lo pido, le permito continuar. Me inclino sobre él y para besar sus labios.

Acaricia mi cuerpo con demasiada gentileza, me hace sentir vulnerable y al mismo tiempo protegida. No hay un atisbo de rudeza en sus manos mientras me desnudan. Incluso cuando sus dedos se sumergen en mi interior y sus labios van de mi cuello a mis pechos, es dulce. Puedo escuchar mi humedad chapotear cuando el ritmo de sus movimientos aumenta, mi respiración está atrapada en mi garganta y a penas jadeos logran escaparse de entre mis labios. Tiene la vista fija en mí mientras me desmorono en sus manos, la sensación pura de placer es tan impactante que suple cualquier otro sentimiento y pensamiento. Pero no se detiene, continúa hasta que la sobreestimulación me lleva a ese punto de nuevo, y tengo que aferrarme a su bíceps para no caer en pedazos, siento su carne bajo mis uñas y es muy probable que ahora sea yo quien le deje marcas a él.

-Lo estás haciendo muy bien, preciosa -arrulla con voz ronca mientras su pulgar comienza a trazar círculos en ese punto tan sensible que obliga a mi espalda a encorvarse en busca de contacto y caigo otra vez sobre el suave edredón.

Seguro que, aunque para mí fue imposible mantener mis ojos en él, él los mantuvo sobre mí en todo momento. Mi vista está aún en la neblina del placer, pero puedo distinguir el anhelo en expresión y tiene los labios rojos cuando sus dientes dejan de morderlos para permitirle sonreír. Le sonrío de vuelta.

-¿Puedes recordarme como me llamo? -musito y se ríe.

-Te ves tan hermosa, mi amor -se inclina a besarme despacio.

Mis parpados pesan toneladas y me imposibilita volver a abrirlos, pero siento como se hunde a mi lado, donde él se recuesta y me acaricia el cabello con ternura durante quien sabe cuánto tiempo. Pero el suficiente para poder recuperarme.

Al fin puedo abrir los ojos y lo veo, se ve sereno y tan guapo. Su cabello está alborotado, sus pestañas son tan largas que casi le tocan los pómulos rosados. Lo beso y tarda a penas unos segundos en seguirme, su mano se entierra en el cabello de mi nuca y profundiza el movimiento. Su lengua y la mía tiene una danza coordinada, pero salvaje entre nuestras bocas.

Deslizo mi mano desde su abdomen al bulto en sus elegantes pantalones, cuando lo encuentro el cinturón desabrochado me da una señal de que voy por el lugar correcto para introducir mi mano y tener contacto directo con su piel ardiente.

-¿Puedo? -musito, y él gruñe en respuesta.

Me fue inevitable verlo con perversión.

Abre los ojos cuando aparto mi mano y comienzo a desabotonar su camisa. Mis besos siguen el mismo trayecto que mi palma anteriormente, él me ayuda a quitarse la ropa mientras saboreo la piel de sus oblicuos.

Admira el espectáculo desde su lugar recostado sobre sus antebrazos.

-Dime por favor que es la primera vez que lo haces. No soportaría saber que alguien profano esa boquita tuya -acaricia mis mejillas con dulzura.

-Tú y yo sabemos que no -Aprieta los parpados con molestia-. Pero si quieres que diga lo contrario, lo diré: "Nunca".

-Oh, Amara, vas a ser mi perdición. -Y se deja caer recostado.

Doy una larga lamida a su longitud y lo saboreo, mi boca se hunde tomando lo más que puedo. Me dan arcadas, mis ojos lagrimean y siento el vello rozarme la nariz, pero lo disfruto. Su sabor es embriagador. Y el sonido de sus profundas exhalaciones me premian. Se logra incorporar y me aparta para besarme y ayudarme a subir sobre él.

-¿Quieres continuar? Podemos detenernos si... -No lo dejo terminar su frase, pues mi respuesta llega cuando se desliza en mi interior. Se muerde los labios y deja caer la cabeza sobre la cama-. Te amo tanto, Amara -declara en un murmuro.

Mi corazón se detiene y vuelve a latir.

Mi balanceo es lento y delirante, tiene los dedos aferrados a los lados de mis tobillos, estrujando el edredón con tanta fuerza que sus nudillos son blancos. Y de cierta manera me hace extrañar que sea mi piel.

-Amara, tienes que... -Se que está cerca y no quiero que se aleje.

-Está bien, está bien. Hazlo -murmuro antes de besarlo.

Jadea y puedo sentirlo cubrir mi interior.

Me recuesto a su lado con su brazo rodeando mi cadera y mi rostro en su pecho, una de mis piernas aun esta sobre él.

-¿Tú...? -Por lo que acaba de pasar sé lo que va a preguntar.

-Tengo un dispositivo anticonceptivo, no tiene de que preocuparse. -Asiente y besa mi frente.

Sé que debo decirle lo demás. Pero no es el momento. No tengo el valor.

-Te amo -repite y esta vez suena más sincero. No espera una respuesta de mi parte y se lo agradezco-. ¿De qué manera puedo hacer que te quedes conmigo?

-Yo quiero quedarme -admito-, pero por hoy debo volver a casa antes de que mis padres comiencen a hacer preguntas.

Su sonrisa se extiende lúgubre y se acerca para darme un beso, luego otro y comienza a dar cortos besos por todo mi rostro. Me hace sentir amada y admirada, me gusta. Me gusta demasiado. Mi barbilla está pegada a su pecho tibio, tiene un olor tan personal que me enloquece, puedo sentir su pecho y el mío hincharse de forma rítmica y coordinada, además de sus apacibles latidos que sincronizan nuestros corazones.

Un fuerte golpe en la planta baja lo hace dar un salto de la cama. Su palma me empuja de vuelta a mi sitio impidiendo que me levante.

-Quédate aquí -susurra metiendo los pies dentro de un jogger gris, y saca un bate de aluminio plateado desde debajo de la cama y camina con cautela.

Lo veo desaparecer tras la puerta en silencio, siento mis latidos golpear mis oídos cual yunques, respiro tan fuerte que todos los demás sonidos están apagados.

Continue Reading

You'll Also Like

1.1M 31.5K 50
Si te gusto possesive, las relaciones tóxicas, Draco, Dylan, Mattheo, DiCaprio y muchas cosas más, esta es tu historia, leela, ya estás tardando.
1.6M 115K 30
Todos quieren atención, todos quieren ser reconocidos, todos quieren ser populares. Todos menos Mia. Ella es el tipo de persona que prefiere estar so...
2M 79.2K 34
[A la venta en Amazon] Ryan Macleane siendo el chico mas popular, guapo y capitán del equipo de football se encuentra en la biblioteca castigado cuan...
119K 6.1K 28
Después de que Jenna y John murieron, Alyssa queda a cargo de Elena y Jeremy, ya que ella es la mayor. Los chicos piensan que después del sacrificio...