A tanto llanto...
Un poco de culantro.
A tanta pena,
Tantito de bondad ajena.
A tanta risa,
Añadimos un poco más de prisa.
Al enojo, le echamos cerrojo...
Y al silencio,
Le regalamos voces...
Tuyas, mías, nuestras.
Hacemos una mezcla y nos lo comemos, cuál pastel recién hecho... Esta locura que es la vida.