Alexander ha terminado fatal luego de pensar en eso último, de su propia falta de fuerza por seguir adelante... Pasaron unos pocos días y Alexander en su casa estaba recuperado físicamente de los golpes que había recibido, pero no se ha recuperado emocionalmente al parecer... En una mañana por las 11:00am y en casa de Alexander él se había levantado de su cama estirando sus patas a lo más que podía, salió de su habitación y se dirigió hacia la cocina donde encontró a sus padres en el comedor.
Alexander: Buenos días.
Elisa/Diego: Buenos días.
Alexander con una apariencia cansada se acercó al refrigerador solo para que pareciera que estuviese mirando hacia la nada.
Diego: Susurrándole a su esposa. ¿Le dirás ya?
Elisa asintió con la cabeza y le hablo a su hijo.
Elisa: Alex, ¿Hay algo que quieras contarnos?
Alexander: No estoy de humor para eso, simplemente nada... Iré a dormir otra vez.
Alexander intento dirigirse a su habitación otra vez saliendo por la entrada de la cocina, pero su madre se paró rápidamente y se puso al frente de el para evitar el paso.
Elisa: Necesitamos hablar contigo, ¡Es algo muy urgente!
Alexander: ¡Me da igual, yo solo quiero dormir!
Diego: ¡No le estés hablado así a tu madre! Gritando y levantándose de golpe.
Empezaron todos a discutir sobre el comportamiento de Alexander como por unos 3 minutos hasta que todo se volvió en un completo silencio. Por la fuerza Alexander fue obligado a sentarse en una silla del comedor para charlar con sus padres. Elisa tenía guardada la carta en su abrigo, la saco y se la mostro a Alexander... El mostraba una expresión de completa sorpresa sin decir absolutamente nada.
Elisa: Encontré esta carta que estaba en tu habitación, y me extraña mucho que no nos dijeras nada al respecto siendo que... Tú confías en nosotros, ¿No es así?
Alexander: Y-Yo... Yo...
Diego: ¿Conoces a ese sujeto? No tiene nombre el escritor de la carta, es completamente anónimo.
Alexander: N-No... No sé quién sea...
Elisa: Sabemos que lo sabes. Si no lo superas, ¡Nos lo habrías dicho! ¿Por qué no quieres decirlo?
Alexander: Esta bien... Se los voy a decir y espero que no vayan a hacer nada más, solo escuchar...
Alexander tomando respiración y valor le conto a sus padres de la ocasión de su estado de ánimo, además de que están casi amenazados de secuestro o incluso de muerte para él y para William, todo por querer cobrar venganza...
Elisa: Pero... ¿Por qué no nos lo habías dicho antes? ¿Desde cuándo sucedió eso?
Alexander: Sucedió... Unos días antes de mi cumpleaños, casi una semana. De una de las vece pasadas que iba a casa de Isabella con William, exactamente de cuando el auto de la mamá de William se quedó sin combustible que yo les pedí ayuda, yo le dije a William y a otro amigo más que se quedaran a cuidar el auto fue cuando Isaac apareció con ellos, no sé qué trato de hacerles pero llegue a tiempo y lo eche por el puente...
Elisa: ¡¿Qué hiciste que?!
Alexander: ¡No he terminado! En fin... Lo eche por el puente, cayó al mar pero nada pudo con él ni siquiera los tiburones, ahora nos está persiguiendo a mí y a William...
Alexander al contar todo con los detalles suficientes su padre se volvió a levantar de donde estaba y como loco y a paso acelerado empezó a caminar en círculos con la cabeza baja sujetándole por sus propios brazos.
Diego: ¡¿Cómo no nos dijiste nada?! ¡Les pudo haber pasado algo!
Alexander: ¡Ya lo sé! Pero no lo creí muy necesario...
Después de eso toda la casa quedó en un completo e incómodo silencio, como si nada existiera en ese lugar... Cabe mencionar que a veces los padres de Alexander tienen la mala costumbre de dejar la puerta principal sin seguridad, lo cual cualquiera puede entrar...
William a veces considera todo como suyo, incluyendo la casa de su novio, que mientras todo estaba en silencio escucharon que la puerta se había abierto, era William el que entro a la casa sin siquiera tocar la puerta, paso por la sala hasta llegar a la cocina donde se encontró con todos...
William: ¿Eh? ¡Lo siento por entrar así! ¡Cómo me di cuenta de que estaba sin seguro pensé que estaban todos en la sala o no había nadie y...!
Elisa: Interrumpiendo a William. No pasa nada, si entraste así como si nada es por algo.
William: Espero no haberlos interrumpido... Me preguntaba si Alexander podía venir a mi casa y claro, con su permiso.
Diego: Pues no veo el por qué no. ¿Alex?
Alexander: Claro, solo iré a ponerme algo de ropa.
Elisa: William tu espéralo en la sala, no debería de tardar mucho.
William: Esta bien.
William fue a la sala a esperar en el sofá a Alexander, quien se fue a su habitación a cambiarse de ropa. Pasaron como unos 3 minutos y Alexander termino de cambiarse de ropa, salió de su habitación y se dirigió hacia la cocina para despedirse de sus padres.
Alexander: Bueno, iré con William...
Elisa: Alex...
Alexander: ¿Si?
Elisa: No olvides decirle de esto a William, que le diga de todo esto a su madre...
Alexander: Esta bien, lo hare...
Alexander se fue de la cocina y de ahí fue a la sala en donde estaba William, para después decirle que se fueran de su casa... Ahora están en la esquina de la calle caminando juntos.
William: Oye, espero no haber interrumpido en tu casa. Todos se miraban algo serios.
Alexander: Oh claro que no, estábamos en silencio todos si es que lo habías notado.
William: Bueno eso es cierto.
Alexander: Jeje...
William: Sabes... El día del parque de cuando estaba Isaac fue algo impactante, ¿En serio hará lo que sea por matarme? No lo entiendo... Creo que nuestros padres no deberían de saberlo o pueden meter cartas sobre ese asunto con la policía, siendo que el que había traído Frank no dijo nada al respecto, ¿Qué crees que esté pasando aquí?
Alexander: Escuchaba y estaba atento, pero no respondía.
William: Ese policía era un poco extraño, cuando le dijimos el nombre de Isaac solo se marchó sin decirnos nada, parecía un poco asustado... ¿Tu qué opinas de esto?
Alexander: A lo mejor es un fugitivo muy peligroso.
William: ¿Tanto así?
Alexander: Meh, solo estaba bromeando... A lo mejor le sonó a otra cosa. Yo creo que Isaac no es nada comparado con los sicarios y los que venden órganos de los niños.
William: ¡Deja de inventar idioteces! Tampoco lo menciones... De solo pensar en esos niños me deja un sabor amargo en mi boca.
Alexander: Me lo imaginaba... Por cierto, ¿No se suponía que íbamos a tu casa?
Alexander por estar inatento a las palabras de William no se percató de que estaban caminando por un lugar que no era el camino para ir a la casa de William. Y lo dedujo porque el tampoco menciono nada.
William: Era una excusa para que tus padres me dejaran sacarte de tu casa, además... ¿Recuerdas que yo dije que quería entrenar?
Alexander: Si, ¿Acaso quieres ir a entrenar karate? Jeje.
William: Exacto, pagando de extra las clases de espadas...
Alexader detuvo a William de estar caminando y de golpe se puso frente a él.
Alexander: ¡¿Qué estás diciendo?! ¡¿De qué te servirá eso si no es necesario?! ¡¿Te has vuelto loco o qué?!
William: ¡Wow! ¿Acaso has visto a Isaac usando una pistola?
Alexander: No... Dijo que no le gustaban ese tipo de armas.
William: ¡Entonces ya hay un motivo! Isaac no podrá contra nosotros si aprendemos a usar la espada.
Alexander: ¿Desde cuándo hay locales de entrenamiento de espadas en BeinCity?
William: Siempre las hubo, donde se puede entrenar para el karate pero hay que pagar extra... De hecho hemos llegado, es aquí.
Ambos llegaron a un local que desde fuera más una oficina de empleos.
Alexander: Este no parece un lugar para este tipo de cosas.
William: Es porque realmente entrenar con espadas es ilegal en BeinCity, por eso es un lugar muy bien escondido dentro de una oficina de empleos.
Alexander: Espera un momento, ¿Tu madre sabe de esto?
William: Claro que no, seguro que me mataría... Mi hermano si lo sabía porque una vez me conto, entonces recordé el lugar...
Alexander: ¿Tu hermano sabe usar la espada acaso?
William: No, tampoco me dijo como es que sabía de este lugar... Entremos y averiguaremos que pasa.
Ambos entraron por la puerta que no estaba asegurada, y fueron con el secretario que estaba sentado frente a una pantalla de computadora en un escritorio.
Secretario: Buenas tardes jóvenes, ¿Se les ofrece algo?
William: Venimos a las clases de karate y de espadas.
Secretario: No sé de qué están hablando.
William: La clave es 7E9S1O0J3251
Secretario: Veo que si saben de esto realmente...
El sujeto a través de su computadora y escribiendo rápido en su teclado pareciera que estaba escribiendo unas líneas de códigos... Al cabo de unos 10 segundos dio a la tecla ENTER y la pared central que estaba frente a la puerta empezaba a abrirse lentamente causando un pequeño temblor en el local...
Secretario: Bienvenidos jóvenes a la zona de entrenamiento de artes marciales y de espadas, sigan el pasillo todo recto y llegaran.
William: Muchas gracias, con permiso...
William junto a Alexander entraron por la gran puerta, pasaron y se cerró quedando todo a oscuras, hasta que unas antorchas se encendieron como por arte de magia iluminando todo el pasillo. Ambos empezaron a caminar hacia el frente.
Alexander: ¿Oye cómo es que sabias esa clave? ¿Cómo es que tu hermano sabia de todo esto?
William: En primera mi hermano me la dio y yo me la aprendí fácilmente. Y en segunda yo no tengo ni idea de cómo Oliver sabia de esto, ni siquiera sé si él sabe usar la espada.
Alexander: Oh bueno... *Pensando: No creo que sea una forma de proteger más a William...*
Seguían caminando hasta que se toparon con una puerta de metal, la tocaron dándole pequeños golpes varias veces hasta que alguien les abrió puerta.
???: Adelante jóvenes.
William: Con permiso...
Ambos entraron y se pararon justo al centro de la sala que estaba adornada con muchas espadas por las paredes laterales y en la pared del frente de la puerta era un gran espejo bastante grueso con unos garabatos dibujados en japonés.
???: ¿Cuál es el motivo de su visita?
William: Hemos venido aquí para empezar con el entrenamiento de espadas, el de karate no lo necesitamos.
???: Me parece muy bien, pero antes díganme sus nombres y el cómo lograron encontrar este lugar.
William: Mi nombre es William.
Alexander: Mi nombre es Alexander.
William: Supimos de este lugar gracias a mi hermano, nadie en particular sabe de esto supongo.
Takeshi: Es un honor. Mi nombre es Takeshi, el maestro japonés...
Alexander: *Pensando: ¿japonés? Tiene que ser una broma...*
Takeshi: Tomen una espada de esos murales y muéstrenme lo que sepan, después les mostrare algunas técnicas de combate. No se preocupen, esas son de plástico así que no pueden hacerse daño de verdad.
Ambos fueron a tomar unas espadas que estaban en el mural de la derecha, sí que eran faltas. Estaban a una distancia considerable como para que no se escuchara que estuvieran diciendo algo.
Alexander: Oye...
William: ¿Si?
Alexander: ¿Por qué estamos haciendo todo esto en secreto? ¿No es esto algo malo?
William: Claro que no, esto nos va a servir para poder defendernos...
Alexander: Pero... Yo quiero defenderte como mi niño...
William: Alex... Creo saber cómo te sientes, ¿Es por lo de tu enfrentamiento con Isaac?
Alexander: Pues... Eh...
Takeshi: Gritando a lo lejos. ¡¿Ya casi?!
William: Gritando. ¡Si, solo un momento!
Alexander: Como te decía... Si, se suponía que yo te protegería pero no lo logre...
William: No te preocupes por eso Alex, hiciste tu mayor esfuerzo. No creas que me estoy burlando de ti de verdad... Yo también quiero protegerte, por algo es que somos pareja, ¿No?
Alexander: Si...
William: Pues eso, debemos ayudarnos el uno al otro no importa lo que pase, quiero que también lo llegues a pensar al menos por esta vez. Ahora a entrenar se ha dicho.
Alexander: Esta bien jeje... *Pensando: Al menos podre divertirme un poco después de todo jeje...*
Ambos y cada uno tomaron una espada de plástico que se encontraba en una funda incrustada a la pared y se acercaron al maestro para empezar con el entrenamiento básico.
Creo que la historia tendrá un gran cambio, espero que no sea molestia...