Mia's POV:
Estaba sentada con las piernas cruzadas encima de mi cama con el libro de lengua abierto. Sin embargo mi mente no estaba centrada en el trabajo que debía realizar. Estaba pendiente de Casey, la cual estaba de espaldas sentada en mi escritorio haciendo su parte del trabajo. Debía admitir que era una chica muy guapa y había algo en ella, como una energía, una vitalidad que me atraía, no lo negaré. En eso que ella de repente se gira y me ve mirándola. Sólo sonríe y se tira encima de la cama quedando de rodillas frente a mí pues había apartado los libros de una manotada. Ahora sus ojos azules intensos miraban fijamente los míos mientras en su cara habitaba una sonrisa juguetona.
- Ya estoy cansada de trabajar -me dice - ¡Vamos, enséñame lo que sabes hacer!
- ¿Q-qué? -materializo mis pensamientos en una pregunta confundida y algo quebradiza.
¿A qué se refería? No sé si seré yo, la cercanía que de repente había tomado o que de la nada me hubiera cogido de ambas manos, pero no puedo negar que mi menté malpensó. Pero no creía que se refiriera a nada de eso. Pese a que pareciera que nos conocíamos desde hacía años no era así, a penas nos habíamos conocido, y de seguro no le gustaban las chicas. Además ¿A qué venía eso de la nada?
- Sí mujer. Haz algo, ya sabes -me dice conteniendo una risa levantando las cejas.
- ¿Algo? -le digo aún sin entender.
No, no se refería a nada de lo que en un principio mi mente pensó. Maldita y estúpida mente adolescente. Pero aún no sabía a qué se refería. ¿Podía ser que fuera...? No, imposible.
Casey volvió a reír y soltó una de mis manos para levantarla en el aire y hacer un leve gesto hacia arriba. Entonces el libro que había tirado al suelo al sentarse en la cama se levantó y quedó en la cama junto a nosotras cerrado. ¿Queeé? ... Osea... ¿Queeeé? Vale sí, yo podía hacer lo mismo. Pero no me esperaba que ella... Enserio, ¿qué?
- ¿C-cómo? -pude decir a penas.
Ella que vio mi cara de asombro no pudo contener más la risa y estalló a carcajadas.
- Vamos Mia, ni que tú no hubieras hecho volar nada.
- Sí pero... -respiré un par de veces y traté de volver en mí -¿Eres...? -empecé algo dubitativa. Pese a lo que acababa de hacer no podía evitar pensar que parecería una loca diciéndolo en voz alta -¿Puedes hacer magia? -Casey rió aún más de tal manera que se tuvo que sostener el estómago con las manos. Yo me ruboricé un poco a lo que ella paró algo intentando mantener la compostura -¿Pero cómo sabías que yo podía?
- Mi hermano y yo digamos que tenemos mucha experiencia. Nosotros, los brujos, podemos notar presencias sobrenaturales cerca nuestro.
- ¿Enserio? Pensé que sólo era si tocabas a la persona -Casey volvió a reír. Enserio, empezaba a irritarme que se riera a cada cosa que decía, no era gracioso, era desesperante.
- Experiencia mi querida Mia -me dice eso sonriendo en tono burlón - ¡Va enséñame qué sabes!
- No sé hacer mucho. Tan sólo tengo un par de libros y sólo he conseguido hacer la mitad de lo que sale en ellos -digo algo avergonzada.
- ¿Bromeas? -¿tenía pinta de estar bromeando? -En ese caso tendré que enseñarte algunas cosillas -añadió Casey sacándome la lengua.
¿Ahora no era yo sólo verdad? ¿No era la única que había malpensado no? Maldita mente adolescente enserio.
Alex's POV:
Aiden me había llevado a un local cerrado al acabar las clases. Sí, a un local cerrado.
- Creo, y llámame loca si me equivoco pero... Esto está cerrado -acabé diciendo sarcástica mirando al sitio con las persianas bajadas.
Aiden rió a mi lado y me miró girando tan sólo un poco su cabeza hacia mí.
- Loca.
Por alguna razón la manera en la que me lo dijo, o quizás fuera la mirada o la sonrisa con la que lo hizo, pero me ruboricé un poco. Aiden se acercó a la puerta y sacó una llave de su bolsillo trasero del pantalón. Se acercó a la puerta y la abrió con el brazo haciéndome una seña para que entrara dentro. Pasé por su lado y entré a aquél local oyendo como Aiden volvía a cerrar la puerta con llave. Estábamos los dos en un sitio bastante oscuro ya que las luces estaban apagadas y tan sólo los débiles rayos de luz que conseguían colarse tras las estrechas rendijas que dejaban las persianas iluminaban aquél antro. Y sí, dije antro porque realmente era lo que me pareció. Era un bar de esos típicos con barra de madera caoba, con mesas y sillones, y una mesa de billar con algo de polvo. Aiden se adelantó y saltó por encima de la barra para luego apretar un interruptor que iluminó algo mejor aquél sitio. Detrás de la barra se encendieron unas luces de color verde y blanco que iluminaban las bebidas alcohólicas que se guardaban allí. Luego se encendieron con algo más de retraso unas grandes lámparas opacas de color blanco sobre las banquetas de la barra. Aiden me hizo un gesto con la mano mientras me sonreía indicándome que me sentara en uno de los taburetes de terciopelo naranja.
- ¿Qué hacemos aquí? -pregunté al fin.
- Pensé que querías que te ayudase con lo de la transformación.
Aiden estaba apoyado con sus manos en la barra frente a mí, que estaba sentada en una butaca. Yo miré de un extremo al otro la barra percatándome de los dispensadores de cerveza.
- Me refiero a por qué aquí ¿No es un poco ilegal colarse en propiedades privadas? -volví a decir con sarcasmo a lo que él rió de nuevo.
- Tranquila, digamos que conozco al dueño -me sonrió -Además, aquí nadie nos molestará -dijo esto abriendo los brazos ampliamente mostrando el lugar vacío sólo para nosotros.
Después de decir esto sacó dos vasos de debajo de la barra y me preguntó:
- ¿Quieres algo?
- ¿Eh? -dije yo despistada, a lo que él rió por lo bajini y me señaló los vasos con la mirada -Ah, fanta de naranja.
- ¿Enserio? -volvió a reír.
- ¿Qué? -dije algo molesta por esa risa.
- Bueno teniendo en cuenta de que no te controlas será mejor no poner alcohol en tu sistema -rió haciendo burla de mí mientras me sonreía dulcemente.
Yo algo sonrojada le di en el hombro con mi mano, a lo que él volvió a reír. Aiden me sirvió mi fanta y él se sirvió una caña pero no se sentó a mi lado, simplemente se quedó donde estaba tras la barra recostado sobre sus brazos frente a mí.
- Aiden... -dije rompiendo un silencio incómodo que se había creado de repente. Mientras miraba mi fanta, pues no me atrevía a mirarle, noté su mirada clavada en mí (aunque ya lo estaba antes) y añadí - ¿Cómo exactamente vas a ayudarme?
Él tomó un breve sorbo de su cerveza y contestó sereno:
- Sinceramente, no sé por qué no te puedes controlar.
¿Qué? ¿Entonces cómo me iba a ayudar? No tenía ni idea de como hacerlo, simplemente no podía ayudarme... Debió notar mi expresión de preocupación a lo que con una sonrisa añadió:
- Te dije que no te mentiría, así que no sé por qué no puedes. Eso no quita que tenga una ligera idea de lo que puede estar pasando.
Mi expresión se relajó algo casi al instante en que dijo eso y acto seguido lo miré queriendo que me explicara esa idea que tenía.
- Como ya te dije en el bosque, creo que hay alguien que te controla -Aiden miraba la cerveza meditando si beber de nuevo o no.
- El alfa ¿no?
Aiden me miró de reojo y frunció el ceño, como respuesta. No había respondido a mi pregunta, pero me podía imaginar qué contestaría.
- No. No creo que sea el alfa.
- ¿Entonces...? -era todo lo que fui capaz de decir.
Tenía tantas preguntas en mi mente que ni siquiera supe qué decir, me había quedado sin habla. ¿Si no lo hacía el alfa quien lo hacía? Aunque eso tenía sentido ya que cuando me encontré con el alfa en la luna llena trató de calmarme. Es decir, soy su beta, debería haber podido ordenármelo, pero no fue así. Y como piezas de puzzle a medida que Aiden me iba explicando cosas todo cobraba sentido en mi cabeza. Eso también explicaría la sed de sangre que tenía y el poco control que podía ejercer sobre mí misma.
Aiden aspiró y dejó su cerveza ya a la mitad en la barra para luego mirarme directo a los ojos, con esa mirada penetrante que hacía que un escalofrío me erizara los pelos de la nuca.
- Alex no te quiero mentir, ni lo haré...
Pero... Siempre hay un pero...
- Pero -y ahí está -hay cosas que no te las puedo explicar yo, que te las debe explicar tu hermano -se hizo un pequeño silencio pero antes de que pudiera contestarle nada habló de nuevo -De todos modos -dijo saltando por encima de la barra de nuevo para caer en el taburete de mi lado -Tenía que hablar con tu hermano. No prometo que te lo vaya a contar después de hablar conmigo, aunque si yo fuera él lo haría. Pero es algo.
- ¿Pero cosas como qué? -pregunté intentando sonsacarle algún tipo de información. Cualquiera me servía, enserio.
Pero Aiden, que parecía saberlo todo de mí se dio cuenta y me sonrió de lado sabiendo lo que intentaba hacer.
- Como quien eres por ejemplo.
- Soy Alexandra Garber, lo pone en mi DNI. Creo que sí que sé quien soy.
De nuevo Aiden volvió a reír por lo bajo y de nuevo me volví a molestar cruzándome de brazos, a lo cual él rió más. Acercó su cara a la mía y me dijo en voz algo más baja que antes pero sin llegar a susurrar.
- Es que me parece gracioso lo terca que eres -se excusó, pero yo seguí mirando mi fanta con los brazos cruzados. Entonces noté una cálida mano en mi mejilla que me obligó a mirarlo -Lo siento -Su mirada se mostraba serena y la curvatura de sus labios dejando ver unos perfectos dientes volvió a producirme una especie de escalofrío -No eres Alexandra Garber -dijo separándose de nuevo de mí haciendo que pudiera volver a respirar -Bueno, sí Alexandra, pero no Garber. Eres Alexandra Garou. Y hasta ahí te puedo decir. Cuando tu hermano te cuente la verdad te contestaré las preguntas que quieras.
¿La verdad? ¿Cuanto tiempo hacía que no sabía la verdad sobre algo? Siempre iba a ciegas últimamente, como si todo el mundo lo supiera menos yo. Y eso me enfurecía, lo cual no era bueno dada mi condición.
- Por ahora -volvió al ver que yo no contestaba nada -centrémonos en evitar que te transformes, o que al menos seas más consciente de tu propio cuerpo.
Yo asentí con las orejas puestas y con la atención al máximo.
- Me supongo que tienes un ancla -volvió.
No pude evitar pensar en Stiles, en cómo me hacía sentir cuando estábamos juntos, y en como hacía mucho que ya no estábamos así de juntos. Bajé la mirada al recordar tales tristes pensamientos.
- Y me supongo que será Stiles -añadió. ¿Cómo lo sabía? ¿También cosa de brujos o qué? Pero como si me hubiera leído el pensamiento habló de nuevo -No hace falta tener magia para ver que hay algo entre ambos. Aunque por lo que he podido ver últimamente lo único que hay entre los dos es tensión -me quedé en silencio con las mejillas rojas y sin saber qué decir, a lo que él rió con una risa floja que me inundó las orejas de nuevo haciendo que me sobresaltara -¿Me equivoco?
- Pensé que me ayudarías a controlarme, no que me harías una sesión de psicólogo -contesté aún mirando al suelo, pero él sólo rió levemente de nuevo.
- Bueno, de momento dejaremos tema Stiles apartado. Por ahora. -por alguna razón sus últimas palabras sonaron diferente en mi mente. "¿Por ahora?" ¿qué quería decir con eso? -¿Cuándo te estás transformando, si piensas en él consigues tranquilizarte?
- Normalmente sí. Pero a veces estando con él me he empezado a transformar, y saber que él estaba allí no me ayudó nada -dije recordando la escena del beso en su casa con una tímida sonrisa que fue borrada al recordar también nuestra relación actual.
- Eso significa que aún tienes algo de control, pero no tardarás en perderlo del todo -dijo él tranquilamente bebiendo de su cerveza.
¿Y lo decía tan tranquilo? Básicamente me acababa de decir que no tardaría en convertirme en una asesina sin control y ni si quiera su expresión había cambiado.
- Verás -volvió, esta vez mirándome de nuevo -La única manera que se me ocurre por la que podrían controlarte es mediante algún tipo de magia, ya que es ridículo pensar que los poderes de control mental existen. Eso sólo pasa en las películas -rió él.
- Ya, los hombres lobo también -le dije yo .
Él dejo de reír para mirarme y sonrió de lado de nuevo mientras asentía haciendo una mueca.
- Tienes tu punto -reí a lo que había dicho y él me sonrió para más tarde continuar hablando -No sé si mi teoría será cierta o no pero habrá que probarlo. Mi hermana y yo buscaremos la manera de intentar crear un impedimento para tu transformación, o al menos dificultarla -Aiden paseó su mirada por el local pensativo, como si ya estuviera barajando todas las posibilidades, para luego clavar sus ojos de nuevo en mí y sonreírme tranquilizador -No te preocupes.
Y sorprendentemente, su manera de decirlo, su tono, su sonrisa, sus ojos, no sé, pero me relajó en seguida.
Estuvimos conversando un rato más hasta que acabamos las bebidas que habíamos rellenado. Desde que había sabido que Aiden pertenecía al mundo sobrenatural mi relación con él era distinta. Antes de conocerlo me sentía reacia hacia él no sé muy bien por qué. Supongo que sería esa especie de aura suya que envolvía siempre todo lo mágico, que me hacía sentir de ese modo, o quizás no y fuera otra cosa. La cuestión es que me gustaba hablar con él ya que aunque supiera muchas cosas que no me podía decir, la manera en que me hablaba me hacía sentir segura. Y aunque no hablásemos, simplemente estar con él me hacía sentir extraña. Me hacía sentir comprendida. Por fin había alguien que sabía que yo era una mujer lobo y que supiese lo mismo o más que yo, alguien con quien poder hablar de ello tranquilamente.
Tras acabar las bebidas Aiden me pidió que le llevara con mi hermano y así lo hice. Sinceramente me sentía extraña presentándole a Jack pero el saber que cabía la posibilidad que de una vez por todas él me contara la verdad hacía que mis dudas desaparecieran.
Jack's POV:
Tras no encontrar nada sobre Derek en ningún sitio decidí que la única manera de saber si mis suposiciones eran ciertas era siguiéndolo. Y por su bien más le valía que mis teorías fueran erróneas. Así que me encontraba dentro de mi coche negro, con las ventanillas bajadas pues el ser negro hacía que hiciera más calor, esperando a ver a Derek salir del colegio para seguirlo. Estaba tan centrado intentando escuchar a alguien cuya voz pareciera la de Derek, o simplemente verlo salir por la puerta que no es de extrañar que pegara un pequeño salto cuando una chica morena apareció delante de mi ventanilla.
- Jo-der -grité sin querer haciendo que la chica morena riera un poco.
Ah pero yo conocía a esa chica. Hacía mucho que no la veía por eso. Pelo moreno muy oscuro, liso, alta, cara delicada y ojos oscuros pero preciosos. Sí señor, tal y como la recordaba.
- Hola Jack -me saludó sonriendo aún por el susto que me había pegado.
- Hola Arianne -le sonreí de vuelta imaginándome lo gracioso que debió haberse visto desde fuera mi salto.
- Alex ya se ha ido
- ¿Qué? -dije sin entender.
- ¿No has venido a buscar a tu hermana? Se fue con un chico.
- Ah, sí -disimulé -De verdad que cabeza la suya, nunca me avisa de nada. De todos modos pensé que Stiles y ella no se hablaban.
- Y no lo hacen. Se ha ido con un chico nuevo.
¿Chico nuevo? ¿A mitad de curso? ¿Me debía preocupar?
- Oh... -dije pensativo -¿Tú no tienes quién te lleve? -le pregunté por entablar algo de conversación cordial.
- Sí. Bueno no. Es decir Derek me tenía que llevar, pero se fue antes y me ha dejado plantada. Vaya novio que tengo -rió.
Era verdad, Derek y ella estaban juntos... Mi cabeza empezó a funcionar y si hubiera sido una fábrica de seguro me hubieran multado por contaminar el aire con la de humo que estaría sacando. Rápidamente ideé un plan. Derek ya no estaba allí, así que no podría seguirle la pista. Sin embargo sí que podría tratar de sacarle información a Arianne.
- ¿Entonces no tienes quién te lleve? -Arianne negó algo tímida a lo que con la mejor sonrisa que pude darle añadí -Sube, te llevo yo si quieres.
Arianne se lo pensó unos instantes pero finalmente se subió.