Se suponía que debería subir este capítulo el lunes pero... no lo pude resistir y aquí lo tiene, espero que les guste mucho.
Capítulo 0
Emily Salvatore.
Todo estaba oscuro, no podía percibir o sentir nada, al abrir los ojos vi cómo me sumergía cada vez más, como si algo atado a mis tobillos me hiciera descender, entonces una figura difusa se acercó a mí extendió una de sus manos y me ayudo a salir. Al emerger, de lo que fuera que me asfixiaba, me encontraba de pie frente a una lápida, las hojas ocultaban el nombre de la persona que se encontraba ahí.
Una mano sostenía la mía, estaba helado, con uno de sus pies descubrió el nombre Emma Everly, quise retroceder, pero la mano que apretaba, cada vez, con más fuerza me mantenía en mi sitió, no importaba lo que hiciera, no podía huir, cómo tanto deseaba.
-Te mintieron- de pronto el rostro del desconocido se transformó en el de Lina, me tomó por ambos hombros y me arrojó, volví a caer en una oscuridad abrumadora, me ahogaba una vez más, pero el llanto de un bebé me acompañaba.
Entonces desperté.
-Fue solo un sueño, Emily, solo un sueño- me recordé, me senté y vi mi ropa, aún seguía con jeans, así que decidí ducharme y después me puse el pijama, era de madrugada, casi las tres, recién me mudaba así que todo el día estuve desempacando, estaba cansada, como es obvio pero no podía volver a dormir, no solo por la pesadilla que había tenido, sino porqué un bebé lloraba en el departamento de junto, no había parado de hacerlo.
-Quizá necesitan ayuda- sin importar que estuviese en pijama, salí de mi nuevo hogar y crucé el pasillo, sabía, gracias a la vecina de arriba, que en este piso vivía un joven con un bebé y justo ahora parecía tener problemas, llamé a la puerta, nadie respondió, no de inmediato, después escuche la voz grave de un hombre.
-¿Quién?- sonreí, miré a mis pies, comenzaba a acomplejarme por mi vestimenta, no debí haber venido en pijama, no sería una primera buena impresión.
-Uh, soy tu nueva vecina, solo quería saber si tu bebé está bien, suena a que tienen problemas- respondí, tratando de acomodar mi pijama, ya no había vuelta atrás, no podía volver para cambiarme.
-Lo siento yo no sé...- no sentí la puerta abrirse, no escuche pasos acercarse, pero los nervios que antes había sentido se intensificaron cunado él abrió la puerta- Emily- escuchar su voz de nuevo rompió con todas mis defensas, llevaba dos años reinventándome, tratando de olvidar, tratando de dejarlo en el pasado, pero ahí estaba, de pie frente a mí, con una niña en sus brazos
Sus preciosos ojos color miel, que creí haber superado, estaban ahí mirándome con cierto brillo especial, erizando cada parte de mi piel, acelerando mi corazón, despertando sentimientos que creí muertos.
-Shane...