Instant Chaos [Camren]

By FakingWay

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Secuela de Instant Crush. No había vuelto a saber nada de Lauren Jauregui desde que cantó Fake Your Death en... More

Prólogo
I [C]
II [C]
III [C]
IV [L]
V [L]
VI [L]
VII [L]
VIII [C]
IX [L]
X [C]
XI [L]
XII [C]
XIII [C]
XIV [L]
XVI [L]
XVII [C]
XVIII [L]
XIX [L]
XX [C]
XXI [L]
XXII [C]
XXIII [L]
XXIV
XXV [FINAL]
Nota de Autor
NYC

XV [L]

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By FakingWay

Contenido explícito.

Esta vez sí que es de verdad.

— Lauren vamos a llegar tarde a la boda de tu hermano, mueve el culo —tocó la puerta del baño un par de veces Camila mientras seguía intentando verme medianamente bien en aquel crop top negro, la americana y el pantalón a juego... Iba muy emo, parecía que iba a un entierro, pero no, iba a la boda de mi hermano.

Salí del baño finalmente, tras haberme maquillado, y moví el culo en frente de Camila.

— ¿No ves que bien lo muevo? —bromeé guiñandole el ojo al ver la cara que puso al ver mi vestido.

Me llevé una mano a la boca para bostezar, impasible, y dejé que Camila se preparase en el baño. Lindsey llevaba un vestido rosa con un lacito en su pelo. Muy "Camila style".

— ¿Tú también tienes sueño, Joregui? —me preguntó la pequeña.

Asentí con la cabeza y dejé un beso en su frente cuando se colocó justo frente a mí. La subí encima de mi muslo y me abracé a ella moviéndome de lado a lado para mecerla... No sabía por qué hacía eso, pero simplemente lo hacía. Eran esas acciones que hacías sin ni siquiera pensar.

Camila tardó unos 10 minutos en salir, y Lindsey se quedó frita en mis brazos. Llevaba un vestido blanco precioso, además de una coleta a modo de tocado. Estaba bastante maquillada, parecía digna de una gala de premios. Sonreí y cuando vió que Lindsey se durmió su sonrisa se ensanchó.

— Déjala que duerma un rato —le pedí cogiéndola en brazos. Ella se abrazó a mi cuello y a Camila le señalé mi bolso con la cabeza.

Se acercó a su hija y le colocó un par de mechones detrás de la oreja y tras eso empecé a andar, abriendo la puerta con el codo dejando que Camila saliese primero para que me sujetase la puerta.

Salimos del hotel y esta vez fue ella quien me abrió la puerta del coche para que me metiese con su hija dentro, que seguía plácidamente dormida en mis brazos.

Camila vagó su mano por mi muslo, dejando pequeñas caricias en él mientras hacíamos el trayecto hasta la casa de mi hermano. Lindsey se despertó cuando el coche paró y no tardó en gatear hasta las piernas de su madre.

— Me da envidia, ella puede dormirse en cualquier sitio, yo que tengo sueño no me puedo dormir sin parecer una vagabunda —protesté con voz de niña pequeña.

— Aw Lauren... Venga, que luego te dejo dormir en mi hombro —bromeó Camila. Aunque si lo dijese en serio mira que no me lo pensaba dos veces.

Abrió la puerta y salimos las dos encontrándonos con todos los invitados en el jardín delantero de la casa.

— ¡Lauren! —exclamó mi madre.

Me acerqué a ella y la abracé. Desde que hablé con ella al salir de la clínica de desintoxicación teníamos una buena relación, por fín había entendido que su pareja le hacía feliz. Al principio me comporté como una egoísta al haber antepuesto a mi padre a la facilidad de mi madre para pasar página. Pensé que lo hacía porque nunca lo había querido, pero en realidad no era así, precisamente pasó página porque papá se lo dejó bien claro siempre. Él sería una estrella, su estrella, y siempre estaría ahí para protegernos, a todos, aunque fuese desde el cielo.

— Te echaba de menos, mamá —dije sobre su hombro.

— Deberías venir más a California, te sienta bien el sol.

Solté una pequeña carcajada y negué con la cabeza haciéndole un gesto a Camila para que se acercase.

— Camila, esta es mi madre Clara. Mamá, esta es Camila, y su hija es Lindsey.

— Uh, ya tenía ganas yo de conocerte —dijo mi madre. Alcé una ceja, a qué se refería exactamente con aquello. Rodé los ojos y me acerqué por la espalda y "sigilosamente" (lo sigiloso que puede ser ir con tacones) a mi mejor amigo, que estaba abrazado a lo que supuse que era Owen, su novio.

Sabía cuál era su punto débil, viví con él durante 3 años en un piso de estudiantes, y era la única manera de que soltase el mando. Dí un pequeño toque en su cintura para empezar unos segundos de cosquillas, lo que hizo que se retorciese. Me empecé a reír y cuando se giró dispuesto a gritarme, me abrazó.

— Eres idiota, Lauren —protestó bufando.

— Yo también te quiero, Joey —bromeé mirándolo de arriba a abajo. Llevaba una corbata verde y un smoking de color azul marino. Le quedaba bien.

— Lauren, este es Owen —se abrazó a la cintura de su chico y yo GRITÉ EN SHIPPEO INTERNAMENTE, porque joder eran muy otp.

— Encantada, soy el primer beso de tu chico aquí presente —le guiñé el ojo y él soltó una pequeña carcajada mirando a Joey que estaba rojo.

El chico era rubio de ojos azules y llevaba un piercing negro de aro en el labio. Era más guapo en persona que en fotos, para qué mentir, y además pegaba con mi mejor amigo.

¿He dicho ya cuanto los shippeo?

— Un placer conocerte por fin, Lauren.

— Eso dicen todos al conocerme —bromeé dándole la mano, pero él tiró de mí para darme un abrazo... Definitivamente aquel chico no me conocía mucho.

Aun así me dejaría, pero porque era la primera vez que lo veía.

— ¡Oh dios mío, es mi hermana vestida como una persona normal! —gritó una voz en mi espalda. Aquella persona no podía ser otra que...

— Chris, el rompecorazones que va a dejar de estar hoy en el mercado oficialmente —me giré para lanzarme a sus brazos, sin detenerme en mirarlo. — Estoy tan orgullosa de ti, hermanito... —afirmé en su oído dejando un beso en su mejilla. No lo hacía mucho, pero esta era su ocasión. Mi hermano estaba a punto de volverse un adulto de verdad, casado, y encima con una persona maravillosa como era Ally.

Supuse que Camila se había ido en búsqueda de Ally, y como yo iba por parte de la familia del novio me quedé con mi bonito grupo, además de mi madre.

Limpié su mejilla pues había dejado mi rojo pintalabios marcado en esta y le coloqué bien el traje. La madrina sería mi madre, rompiendo con la tradición, y el padrino sería el gorila de Keir, al que aún no había visto, pero daba igual, no me iba a ir sin ver a mi snorlax favorito, además en el brindis nos podríamos ver tranquilamente.

x

Estaba emocionada, en el fondo, de ver así de feliz a Chris. Le brillaban los ojos más de lo normal, lo que hacía que me alegrase por ende por él. Además, se iba a casar con mi Ally, con la pequeña que tenía un corazón tan grande que no sabía aún cómo podía entrarle en aquel cuerpo enano. Las bodas me ponían un poco sensible, pero como soy dura no pensaba que nadie me viese así. Antes de que pudiera seguir conversando con mis niños de PGE, Chris fue a su lugar en el altar improvisado que estaba en el jardín de la casa, y jugó con sus manos mientras esperaba a que la marcha nupcial empezara a sonar.

Mientras me había entretenido con mi familia y amigos, me había olvidado un momento de Camila y de Lindsey, por lo que en cuanto me di cuenta de que Camila no estaba a mi lado la busqué con la mirada por todas partes. Aún no estaba sentada ni la chica del piano, pero cuanto antes estuviesemos todos listos, antes pasaría aquella formalidad tan aburrida y podríamos ir directamente a lo divertido: el banquete, es decir, la comida que tenía Lauren Jauregui escrito por todas partes.

Seguía buscando con la mirada a Camila, pero noté de repente un perfume que se me hacía bastante familiar, a mi lado. Me giró y ví como Camila estaba sentada a mi lado y Lindsey venía detrás, sentándose en el regazo de su madre. Le dí una pequeña sonrisa a Camila, en cierto modo de disculpa por haberme perdido entre la multitud.

— Me las vas a pagar por haberme abandonado con la histérica de Ally —Susurró en mi oído antes de separarse y emitir una carcajada que me pareció tan bonita como el solo de Kurt Cobain de guitarra en cualquier canción de Nirvana.

Conocía de sobra a Ally, y aún no me explicaba cómo no se había escuchado aún ningún ruido o grito histérico por parte de la enana.

— Hay mucho día por delante, cariño. —Murmuré aquella última palabra con diversión y le guiñé un ojo a la morena, haciendo que esta negara con la cabeza y volviera su atención a todo el lugar, dejándome una agradable vista de su perfil... Y LA MALDITA LÍNEA DE SU MANDÍBULA. Quería quedarme mirando aquella obra maestra durante horas, pero parecería algo acosador, por lo que volví mi mirada al altar y vi que Chris me miraba alzando ambas cejas. Le saqué la lengua y justo antes de que él pudiera responderme, la primera nota de la marcha nupcial salía del piano y la mirada de Chris fue a la zona por la que empezaba a aparecer gente, pero a la única que todos queríamos ver no se hizo de rogar.

Ally entró con un precioso vestido blanco y una corona de flores con colores cálidos, que estaban algo suavizados con ciertas manchas de blanco que hacía que todo estuviera en perfecta harmonía. Llevaba 5 rosas en la mano, un ramo sencillo, pero muy bonito con los adornos que estaban a su alrededor. No tenía ni puta idea de flores pero aquello estaba muy bien y Ally estaba impresionante, preciosa. Cuando me di cuenta de cómo estaba Ally, giré la mirada hasta mi hermano, para sorprenderme al comprobar que se estaba limpiando lo que parecía ser una lágrima de su mejilla con el dorso de su mano. Le dirigí mirada llena de ternura, y la vio de reojo porque vi que sonrió cuando lo hice. Le recordaría como lloró en su boda toda su vida. Sin darme cuenta busqué la mano de Camila para tomarla y jugar con sus dedos mientras esperaba a que la boda empezara con las palabras del cura.

Con las primeras palabras de aquel hombre algo canoso, mi pensamiento se fue hacia una realidad paralela, y sin darme cuenta, la mirada se fue de nuevo hacia la morena que se sentaba a mi lado, y ahora era ella quien jugaba con mis dedos, en un intento de entretenerse o de relajar sus nervios, no sabía cuál de las dos era. Antes de que pudiera darme cuenta, el cura estaba empezando a finalizar su charla y a entonar las preguntas que posteriormente desencadenarían el "sí, quiero" de ambos novios.

Las voces de Ally y de Chris estaban algo emocionadas, pero se escuchaban confiadas y seguras. Una vez que el cura declaró a la pareja como feliz matrimonio, ambos se dieron un buen beso mientras que todos nos levantábamos para aplaudirles porque JODER SON LA PAREJA DEL SIGLO (Si nos quitas a Camila y a mí, claro).

x

Una vez terminado el enlace nos dirigimos todos al brindis, en un restaurante de verdad, no en el jardín de mi hermano, porque claro se habían molestado en pagar aquello.

Camila, Lindsey, Joey, Owen y yo íbamos en el mismo coche. Yo me senté delante para que Lindsey pudiese ir encima de Camila. El conductor era demasiado callado, puesto que Joey y yo cuando empezó a sonar E.T. de Katy Perry nos pusimos a cantar como locos, y eso que éramos los más emos del coche. Camila también cantó, haciendo los coros agudos que siempre quedaban bien en las canciones mientras Joey se dedicaba al rap de Kanye West.

— Boy, you're an alien, your touch so foreign, its supernatural, extraterrestrial —medio grité cantando junto a Camila que finalmente se unió de verdad.

Me recordó a la primera vez que la ví, que pensé que iba a ser un robot extraterrestre y que iba a morir si le daba un poco de agua de beber... Qué equivocada estaba, ¿Eh?

Lindsey se rió con todos nosotros, y nos dijo varias veces que estábamos demasiado locos.

Una vez llegamos y nos sentamos todos en la misma mesa, frente a la presidencial puesto que no habíamos participado realmente en la boda como ningún factor determinante pude ver a mi pequeño gran gorila.

Le lancé un beso y él me guiñó el ojo.

— ¡Mi hulk favorito! —me acerqué para abrazarlo, y él lo hizo tan fuerte que casi me levantó con los brazos. Mierda, había olvidado aquel poder que tenía.

— Ya te echaba de menos, impertinente. ¿Qué tal estás? He oído que vas a volver a la música. Que sepas que Camila ya me ha contratado, y voy a ser tu guardaespaldas, lo sabes, ¿No?

Me llevé ambas manos a la boca, haciéndome la sorprendida.

— ¡Oh dios mío! ¡Por fín voy a poder mandarte a matar gente! —medio grité bromeando y él me dió un pequeño golpe en el hombro. — En realidad no sabes lo bien que me voy a sentir. Eres un buen gorila.

— Anda que eres toda una sentimental, eh...

— Siempre lo he sido —le guiñé el ojo y volví a mi sitio. Lindsey y Camila también estaban hablando con Keir, cuando Chris se levantó para tocar su copa y pedir algo de silencio.

— Bueno, amigos, familia, muchísimas gracias a todos por venir, y a tí Lauren por tu microondas — le hice un gesto con el dedo corazón y todo el mundo se rió gracias a nosotros. — para mí es un placer haber podido compartir esto con todos vosotros, porque sois mi familia, y por ello quería que fueseis los primeros en saber qué nos va a deparar el futuro a mi mujer y a mí. Vamos a vender esta casa y vamos a mudarnos a Nueva York a fundar nuestra familia, porque tenemos pensado tener un hijo...

Se me cayó la cara al escuchar eso. ¿Mi hermanito con un hijo? ¿Iba a ser tía? ¿¡Ya!? Joder, cómo pasa el tiempo.

— Desde aquí quiero agradecer a Camila por haberme ofrecido un contrato como bajista para LYRA Records y por lo tanto voy a colaborar con el CD de aquí la solista más cotizada del mercado... ¡Lauren Jauregui señoras y señores!

Me levanté de mi sitio y empecé a lanzar besos para después empezar a reírme en mi sitio, volviendo a sentarme.

— Deberías venirte conmigo de gira, idiota. Seremos los tres jodidos mosqueteros del rock americano... —le pedí. Pero él negó con la cabeza.

— Voy a ser una simple pieza de la discográfica, el bajista, me voy a dedicar a grabar y a ayudar a componer...

Me encogí de hombros.

— Bueno lo he intentado.

Tras eso volvió a darnos las gracias y Ally también dió su discurso refiriéndonos a nosotros, los Jauregui, como un rayito de esperanza en su vida... Ella sí que era un rayito de esperanza, joder. Estaba orgullosa de que perteneciese por fin a mi familia. Ally Brooke-Jauregui. Suena bastante bien.

Comimos y todo el mundo bebió más de la cuenta, puesto que cuando empezó a sonar we will rock you todo el mundo empezó a gritar como si estuvieran locos, debido al alcohol supuse.

Me entraron muchísimas ganas de volver a beber, y me entró un pequeño tic nervioso en la mano con mi copa de agua... Camila, que se encontraba al lado mío debió notarlo, Lindsey ya había corrido a bailar con mi hermano y Ally así que aprovechó y me cogió de la mano para llevarme fuera del restaurante.

— Gracias... — susurré sentándome en un banco que había en el jardín trasero del restaurante. Camila se sentó a mi lado y volvió a coger mi mano, pero de un momento a otro nuestros labios estaban conectados, y mis labios correspondiendo el beso que me estaba propinando Camila.

Pasé una mano por su mejilla y seguí besándola, casi con desesperación, pero de un momento a otro se separó y volvió a la fiesta.

Joder, ¿A qué venía eso? ¿A qué venía dejarme así ahora? Sentí que volvíamos a los mismos patrones de siempre y me llevé una mano a la sien para frotármela. No es que hubiese dejado de tener ganas de beber, precisamente... Respiré varias veces tratando de calmar mis nervios, y al final volví a entrar.

Busqué a Camila por toda la sala, que estaba bailando con su hija como si nada hubiese pasado.

¿Sería solo cosa del alcohol? Ni siquiera me había fijado en lo que había bebido Camila por eso dirigí mi vista a la mesa, al sitio donde se encontraba ella, y efectivamente tenía algo de vino en ella.

Joder... Joder, no podía estar haciendo esto. No podía estar confundiéndome otra vez. ¿Primero ayer con el calentón en la playa para el videoclip y ahora esto? Mierda Camila, deja de confundirme joder.

No podía estar ahí viendo como Camila se mantenía impasible, así que me retiré de nuevo, solo que esta vez al baño.

Una vez entré apoyé mis manos en el lavabo y me miré. Abrí el grifo y cogí un poco de agua agachándome y echándome un poco de agua en la nuca, justo cuando escuché a alguien entrar en el baño.

— Lauren... ¿Estás bien? —me preguntó una Camila confundida.

La miré e hice una mueca apretando mis puños.

— No entiendo por qué tienes que hacer esto ahora... Me recuerdas a mí, te estás refugiando para hacer cosas cuando tienes excusa. No.. No hagas eso. No quiero caer otra vez Camila —escupí. Ella me miró confundida, como si no entendiese nada. — Has bebido, ¿Ayer bebiste antes de liarte conmigo en la playa? No me beses cuando bebas porque pienso que solo lo haces como impulso.

Lo dije completamente dolida. Ella se llevó una mano a la frente, frotándosela.

— No me acuses de nada, joder. Solo he bebido una puta copa... Y te he besado porque quería. Porque lo necesitaba Lauren... —dijo aparentemente molesta.

— ¿Qu..qué?

— Te he besado porque he querido. Me gustas, joder, ¿Es tan difícil de ver? Me enamoras cada vez más, pensé que no iba a caer pero te vi en mi puto despacho y necesité respirar profundamente porque todo lo que pensé que había dejado de sentir seguía ahí, e incluso más con esta nueva Lauren —se acercó a mí y cogió los bordes de mi americana. — No sé que tienes, pero eres jodidamente adictiva.

La miré a los ojos y no pude resistirme más. La cogí de sus mejillas y la besé pegándola contra la pared de la puerta del baño. Pasé mi lengua por su labio inferior y Camila no tardó en entreabrir sus labios para profundizar el beso.

Nuestras lenguas empezaron a jugar, pero yo sentía que era la dueña del beso, y si no lo era me lo haría, por eso abrí la puerta y la giré para pegarla a esta y cerrarla. Moví una mano para poner el pestillo y la miré directamente.

Sus mejillas estaban ligeramente teñidas de rojo y sus labios hinchados. Me mordí el labio y me empujó para que me sentase encima de la tapa del baño. Colocó ambas piernas a cada lado de mis muslos, sentándose encima de mí e inició un nuevo beso húmedo esta vez sin detenerse a pedir permiso para profundizarlo, terminando por morder mi labio inferior. Tirando de él pasó la lengua por este y por el superior, lentamente, provocando un gemido que no tuve opción de reprimir.

— Joder Camila... — susurré.

Cuando intenté colar la mano bajo su vestido ella negó con la cabeza y colocó con dedo en mis labios.

— Shh... Ahora no. Llevo muchísimo tiempo soñando esto, así que ahora me toca a mí.

— ¿Has tenido sueños eróticos conmigo? —pregunté con una ceja alzada.

— Y tengo tiempo para cumplirlos uno por uno... —arrastró las tres últimas palabras portándose así de una manera tan irresistible que aceleró mi respiración.

— Deja de ser tan sexy, joder —protesté. Ella soltó una carcajada y puso ambas manos en mis hombros para quitarme la americana y dejarla en el lugar donde se pone el papel higiénico. Pasó ambas manos por mi vientre desnudo e hizo un recorrido desde ahí con sus uñas hasta mi espalda, sin llegar a arañarme.

Jugueteó con mi croptop elevándolo ligeramente para soltar el broche de mi sujetador y pasó sus manos tímidamente por mis pechos.

Ni siquiera me quitó ni la camiseta ni el sujetador, pero sus manos ya estaban en mis pechos, y cuando jugó con mis pezones dí un pequeño salto aferrándome a su cintura, la cual empezó a mover acompasándose con sus dedos en mis pezones, los que estaba acariciando siguiendo patrones inciertos, haciendo que me llevaran al puto infierno.

Acerqué mis labios a su oído y gemí ligeramente recibiendo en respuesta un apretón en mis pechos que provocó que me mordiese ambos labios porque sabía que podrían estar escuchándonos.

Mordí el lóbulo de su oreja y tiré de él.

— Camila... Estamos en el puto baño... —susurré sobre él.

— Lo sé, ¿Y?

— Fóllame, pero hazlo rápido —murmuré provocando que la morena tragase saliva. No se lo pensó dos veces, se movió quedándose sentada al borde de mis rodillas y abrió el cierre de mi pantalón colando su mano. Al ver su cara alcé ambas cejas. — ¿Cómo esperabas tenerme, Camila? —le pregunté antes de callarme puesto que Camila había empezado a masajear mi clítoris con dos de sus dedos, y si seguía hablando sería a base de gemidos. Me gustaba provocarla, pero ella ya había entendido lo que quería.

Me moví bajo ella, arqueando mi espalda en varias ocasiones. Camila tenía esa lentitud que era capaz de llegar al punto de desesperarte, pero justo cuando te ibas a quejar aceleraba lo suficiente como para dejarte al abismo y volver a la lentitud.

— Mierda... —murmuré la tercera vez que hizo aquello, ya estaba desesperada, y totalmente mojada, pero eso no era novedad porque Camila lo sabía desde hacía un buen rato. — ¿Puedes follarme de una vez, por favor? —pregunté antes de que Camila introdujese dos de sus dedos en mi centro y me penetrase con ellos sin pensárselo dos veces.

Gemí en voz alta, y no me di cuenta de lo alto que sonó hasta que la mano libre de Camila se colocó en mi boca, para acallarme. Intenté morderla pero fue inútil porque yo ya estaba temblando bajo su cuerpo.

— Córrete para mí... —susurró Camila en mi oído.

Como si hubiese activado a mi cuerpo me dejé llevar bajo sus dedos notando como el éxtasis llegaba a su punto más álgido pero se iba calmando poco a poco, al igual que los movimientos de Camila.

Sacó su mano y se limpió con el papel higiénico. Mi cabeza se encontraba en su hombro, y aproveché para dejar un pequeño muerdo en su cuello, recibiendo un quejido por su parte.

— Ni se te ocurra pensar que no te la voy a devolver, Cabello... — Susurré seductoramente. Ella se levantó y asintió con la cabeza, se veía lo más sexy del mundo.

Me giré para que me colocase el sujetador y ella apartó el pelo de mi nuca para dejar una pequeña caricia en mi libélula. — No esperaba menos de tí... —murmuró con una sonrisa, tras abrocharme el sujetador. Me acomodé la ropa y salimos del baño, por suerte no había ni un alma. Al abrir la puerta Camila me cogió de la cintura, pensé que dejaría un beso en mi mejilla, pero el beso fue en los labios.

— Ha sido una buena experiencia... —susurró en mi oído.

Sonreí, pero cuando me quise dar cuenta, Lindsey estaba al lado de Camila sonriendo como una idiota. Tragué saliva. Nos había tenido que ver...

— Mami... ¿Laur también es mi mami ahora? —preguntó Lindsey.

Mi corazón quedó en un puño y alcé ambas cejas mirando a Camila, por suerte no tuve que responder porque Chris estaba recolectando a todos los niños para que Ally cortase la tarta junto a los niños. Claro, como todos eran de la misma altura...

— ¿Tú crees que sería una buena madre? —le pregunté a Camila pasando una mano por su hombro, mirando como Ally y los niños cortaban la tarta.

— Yo creo que podrías serlo... Sí. Oye...

— Creo que estoy preparada —dije mirándola recibiendo una mirada confusa de Camila.

— ¿Qué?

— Creo que estoy preparada para empezar algo contigo —admití con una pequeña sonrisa. Camila sonrió muchísimo más ampliamente.

— Yo lo estuve desde que acabé el contrato, ya lo sabes Lauren.

— He descubierto que no puedo huír de mi pasado... Y tú eres lo único bueno de él.

Me relamí los labios y ella asintió con la cabeza.

— Entonces... Empecemos de nuevo, Lauren. Seamos algo... Pero no quiero que nadie lo sepa todavía... Por Lindsey.

Lo comprendí al instante. Tenía miedo de que entrase en su vida de lleno y si aquello no funcionaba que Lindsey se llevase una decepción. Ella quería estar segura de que lo que iban a empezar empezaba con buen pié, y yo simplemente asentí con la cabeza, totalmente convencida. Estaba muy preparada para aquello.

— Hola, soy Lauren Jauregui, solista, sexy, guitarrista y además también poeta —le guiñé el ojo.

Ella rodó los ojos, pero me siguió el juego.

— Camila Cabello, madre, directora de una discográfica en secreto y además tu futura novia.

CdA: A ver aquí vienen las dedicatorias. Primero a mi madre por haberme parido, gracias mamá, te quiero, sé que nunca vas a leer esto porque no te pienso dejar pero que sepas que te quiero cOMO UN BUEN TORERO. Le tengo que dedicar este capítulo a dos personicas. Primero a Yoli por estar ahí durante toda la escritura y ayudarme a corregir, ADEMÁS DE HABER HECHO LA BODA SUPER POTAARCOIRIS COÑO YA, y segundo a una beia rolera cuyo nombre no sé si quiere que esté publicado acá por dedicarme unas bellas palabras por MD que joder me han hecho llorar si es que tuviese sentimientos pero como no los tengo porque soy un robot y escribo esto en base a otras novelAJAJAJAJAJAAJAJAJA es broma. De verdad, muchísimas gracias por apoyar la novela, me dueles la patata.

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La Habana Cuba, 1968. HAVANA CAMREN- ORIGINAL FANFICTION