El que seas famoso no significa que eres relevante. Si eres relevante, felicidades, ten por seguro que tu vida dará un giro de 180°, y puedes ir despidiéndote de tu privacidad. ¿Por qué decir esto? Bueno, la historia de como acaparé todo el Internet con una sola foto: una foto de mi pene.
Si van de paseo en bicicleta, procuren tener muy bien guardado el teléfono, porque no se darán cuenta de lo que puede pasar.
— Austin, ¿podrías decirme la hora? Mi teléfono ya no tiene batería— Lance golpeaba su móvil contra el manubrio de la bici—. Supongo que esta mierda no sirve.
Lance se baja de su "transporte" para acercarse a un contenedor de basura cercano en el cual tira su teléfono como una baratija nada valiosa.
— ¡Acabas de tirar tu teléfono a la basura, tus padres te matarán!— exclamo mientras me dirijo hacia el contenedor para sacar su móvil, que venía incluido con el mismísimo regalo de una cáscara de plátano.
— Mis padres me comprarán uno nuevo.
— ¡Es ofensivo para las personas que usan teléfonos Nokia que tires un iPhone a la basura!— exclamo ofendido.
Lance rueda los ojos divertido. Guardo su teléfono en mi bolsillo trasero para posteriormente buscar el mío para decirle la hora. Entre tanteos y manoseos a mi trasero, la preocupación me invade poniéndome rígido.
— Perdí mi teléfono.
Lance abrió los ojos al igual que yo y en unos micro segundos reaccionamos y comenzamos a correr para revisar todos los lugares en los que había estado. Después de una minuciosa búsqueda, no logramos dar con el paradero de mi celular.
— Mis padres me van a matar— dije casi al borde de morderme las uñas por los nervios.
Y de la nada, escucho como un celular comienza a sonar. Después de examinar, me doy cuenta de que mi teléfono:
— Estaba en mi bolsillo...
***
En la escuela, durante cambio de hora, Max se dirigió corriendo hacia mí con su teléfono en mano. Era divertido ver como empujaba a los demás para poder llegar a donde yo estaba.
— ¿Ya viste lo que anda circulando en Internet?— habla agitado.
— ¿Qué es lo que hay en Internet?— curioseo.
— Ay, muchas cosas...— Max pone una cara pícara— Pero esto es más fuerte, mira.
Max me pone enfrente de mi nariz el teléfono para que pueda ver la pantalla, con lo cerca que está tengo que hacer viscos para enfocar a lo que su pantalla proyecta pero solo logro divisar una salchicha.
— ¿Salchichas?— pregunto confundido, aún con el teléfono restregado en el rostro.
— Mira bien— aleja la pantalla de mi cara y logro ver lo que había. Era un articulo sobre una filtración de fotos íntimas.
¡Salchichas! Sí había salchicha, y desgraciadamente era MI salchicha.
— Austin Swift, por favor repórtese a la oficina del director— escupió el altavoz. Todo el alumnado volteó a verme.
— Suerte amigo— Max me da unas palmadas en la espalda y sale corriendo.
***
— ¿Qué es esto?
— Fotografías.
— ¿De qué?
— De un pene.
— ¿De quién?
— Mío.
— Tienes suerte de que no puedo expulsarte— pinche viejo gordo. El antiguo director era mucho más sexy—, tu destino hubiera sido igual que el de ese chico que es actor porno.
— ¡Yo no tengo la culpa de que alguien haya hackeado mi teléfono!— me excuso.
— Pero sí la culpa de haber tomado esas fotos a tu... eso— el director se detiene a pensar—... aparato reproductor masculino.
Maldita sea, malditos hackers.