Insaciable

By ALJam3

1K 27 5

Vivir dentro de una burbuja nunca había entrado dentro de los planes de Melania Dormer. Pero cuando todo cuan... More

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4 (parte I)
Capítulo 4 (parte II)
Capítulo 5
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9

Capítulo 6

63 2 0
By ALJam3



Jude POV'S

Realmente, mientras subo una escalera tras otra del hotel, no se siente como si acabara de ganar seis mil dólares en una noche. La victoria no se siente como tal. Tan solo Trevor quedó herido, pero el hecho de que hayamos estado tan cerca de cagarla tanto, hace que el pensamiento del dinero fresco que nos espera no me emocione ni satisfaga como debería.

No quiero pensar en lo que podría haber pasado, más que nada porque no puedo permitirme más que vivir en el presente, en este que he escogido para mí. En cada momento al tiempo que respiro. La vida me ha demostrado que eso es justo todo lo que tenemos; todo lo que otros muchos nunca tendrán más. Como mi madre. La herida latente que nunca me deja del todo, presiona mis músculos desde dentro hacia afuera, enviándome lejos, tan lejos que puedo notar el dolor alcanzándome.

Cierro mis ojos por un breve lapso de tiempo y una cruel imagen se forma delante de mí. Primero es algo distorsionada, demasiado blanquecina como para poder distinguir algo de ella, pero poco a poco, la neblina toma forma y en su contorno dilucido resalta el rostro de mi madre. Igual que como la veo en mis sueños, igual que como la suelo recordar: ojos almendrados y dulces, con pequeñas arrugas y patas de gallo acompañándolos cuando sonríe; delgada nariz, frente ancha y pelo largo y castaño; en su boca, sus labios descansan en forma de corazón.

Una llamarada de esperanza resurge de pronto, busco alguna señal de que ella esté verdaderamente aquí, en frente de mí. Real y viva. Pero sus ojos permanecen estáticos en sus cuencas, sin brillo; sus labios sellados juntos... Cuando abro de nuevo mis ojos toda la ilusión ha desaparecido como el polvo. La dichosa luminosidad ha dejado paso a la oscuridad, y mis pupilas tardan en volver a adaptarse a ella, al vacío. No obstante, en seguida me doy cuenta de que no estoy solo.

Al lado del siguiente bloque de escaleras hay alguien sentado. Bueno no del todo, más bien apoyado sobre sus manos y rodillas. Las luces de emergencia situadas en lo alto de la pared gris emiten una débil y empobrecida luz naranja, aunque la suficiente para poder deducir que se trata de la amiga de Ash, ¿Mel? Lo que sea, me digo. La he encontrado a pesar de todo.

Camino hacia ella esperando que de un momento a otro salga corriendo huyendo de mí aterrorizada, pero no se mueve ni un milímetro. La cortina castaña oscura de su pelo tapa la mitad de su rostro, parece que no ha escuchado que me acercaba. Me paro frente a su silueta y me agacho con cuidado.

En voz baja, digo:

-Tienes que venir conmigo.

No espero que reaccione, solo avanzo un poco más hacia ella, y cuando hablo otra vez veo como el aire que sale de mi boca acaricia las hebras de su cabello agitándolo ligeramente.

-Ash me ha dicho que te lleve a casa.

Ante la mención de su amiga, levanta un poco la cabeza –el pelo libera su cara dejándome ver unas delicadas facciones junto con unos extraordinarios ojos-, pero mantiene sus manos pegadas en el suelo y el resto de sus articulaciones tensas. Pestañea con un costoso esfuerzo que no entiendo, y después me mira con unos grandes y furiosos ojos.

-Voy a llevarte a casa,-repito.- si no me das problemas no voy a hacerte daño.

Sin mediar palabra todavía, trata de poner unos centímetros de distancia entre nosotros, pero sigue mirándome fijamente, como si no compartiéramos el mismo idioma y estuviera tratando de descifrar cada palabra que digo. No obstante, no parece que tema de mí, por la forma en que luce yo diría que en absoluto está asustada simplemente está en una especie de shock o aturdimiento.

-Aléjate.-Susurra con calma. Mira abajo a sus dedos, moviéndolos.

Demonios, esta chica es confusa, inestable. Pero no tengo el suficiente tiempo para estar aquí perdiéndolo con ella. Erick y Cam deberían estar buscándome pronto en Dragon's. Tengo que sacarla de aquí y encontrarme con ellos para asegurarme de que hemos enmendado el asqueroso lío.

-Oye, ya te lo he dicho t...

-Me escuchaste.-Interrumpe, de nuevo con esa rigidez en su voz.- Dije. A.Lé.Ja.Te.

Ladeando la cabeza, miro su rostro. Como antes, no hay rastro de pánico en él, tan solo consigo captar un desafío en el brillo de sus enormes pupilas, y eso me deja irremediablemente intrigado. Está hablándome así en serio, ¿A mí? Si me conociera al menos un poco, estaría tragándose sus palabras ahora mismo... Una a una hasta dejar su garganta bien reseca. Ninguna persona viva me hablaba de esa manera. El último que lo hizo descansa sirviendo como combustible llameante en el Hades.

Antes de que me de cuenta, la chica se está levantando y dirigiendo hacia las escaleras. Las baja de dos en dos, ajena a nuestra extraña charla anterior. Me quedo atornillado al mármol, observando su delgada figura avanzar pero incapaz de moverme. Finalmente mis neuronas creo que solucionan el pequeño cortocircuito y vuelven a ponerse en marcha, porque mis piernas andan solas y me lanzo detrás de ella como un cohete encendido.

No está deteniendo su ritmo, así que grito. -¡Espera!- Maldigo de nuevo al tiempo que intento no tragarme ningún escalón en el intento.- ¡Detente!

Nuestros aligerados pasos hacen eco por la escalera, tronando a consecuencia de la carrera hacia abajo. Solo queda un piso para llegar al estacionamiento subterráneo, lo que reduce mis opciones de atraparla. Tengo que agarrar la barandilla y saltar por encima de ella para poder frenar por fin a la chica. Me encara entonces, sus ojos atravesándome con jodida impaciencia e irritación. No se acobarda a pesar de que en altura y corpulencia la supero con creces. Y eso hace que una mueca maliciosa se me escape.

-Ash no puede enviarte.-Dice.

-¿Y eso por qué?

-Me conoce, sabe que no tomaría jamás un camino con extraños. Desde luego, no con alguien como tú.

Arqueo una ceja y ahogo una carcajada.- ¿Alguien como yo?

¿Qué quería decir con esa mierda?

Aprieta sus labios, pero no contesta. Bien, porque estoy harto de su continuo descaro. Es agotador ir tras alguien como ella. Además, tengo un nivel bajo de tolerancia hacia las personas locas como esta chica. Alcanzo su brazo y lo sostengo con fuerza, asegurándome de que presiono justo en los lugares donde vi que la agarraba el chófer en su ataque en el parking. Noto que se estremece, a punto de gemir del dolor. Solo su orgullo la está salvando de que la oiga suplicarme que la suelte, así que acerco mi boca a su oído para disfrutar cuando susurro:

-No te haces ni remotamente una idea de lo que puede pasarte conmigo, pero te aseguro que los hombres con los que has estado esta noche son mucho más mortíferos.

Gruñe.-¿Me estás amenazando?

Dejo caer sus manos, separándome.-Piensa lo que quieras.-Entonces me encojo de hombros y empiezo a caminar en dirección al parking, hacia mi coche.- Solo sé que debes confiar en Ash lo suficiente como para seguirla hasta aquí, y por ende, debes hacerlo también en mi palabra.

Escucho otro gruñido bajo detrás de mí, después pequeños pasos constantes sobre mi espalda. Me vuelvo justo antes de entrar con una sonrisa un poco demasiado triunfante.

-¿Has cambiado de opinión?

La chica abrió la puerta del copiloto sin reparar en mi comentario –aunque se por el aspecto de su cara enrojecida que arde de la rabia- y se desliza dentro, no sin antes hacer resonar el portazo por todas las inmediaciones del hotel.

Tan...Rudo. Loca, confusa, y algo agresiva. ¿Qué más ahí detrás de esa apariencia casi angelical? Es lo que me pregunto. Por pura experiencia sé que las personas dejamos ver solo una cara parcial de nuestra alma con nuestras acciones, sin querer que los demás descubran cómo luce entera. Es solo que... La curiosidad mató al gato. O eso es lo que la gente suele decir.

Me encojo de hombros y entro también al coche. No le doy mucho tiempo para que se acomode en mi Nissan y acelero. Al dejar atrás el hotel, todo lo que nos rodea son callejuelas estrechas, con un solo carril de dirección y pavimentos algo desgastados y desiertos. No hay otros vehículos a la vista. Tampoco personas. Intento concentrarme en la conducción, detectar una salida adecuada para dirigirnos de nuevo hacia Manhattan en este laberinto de calles, solo que mis sentidos no quieren aplacar la presencia sentada a mi lado. Es como un hormigueo, una especie de dulce pero frustrante tensión.

-¿Qué?-Acabo preguntando cuando ella me lleva observando por un rato.

Da un respingo en el asiento y me mira en silencio. Puedo decir que se ve sorprendida de que me haya dado cuenta, y más de que incluso la hable.

-Nada.-Vuelve su atención hacia la ventanilla.

-No estarás calculando tus probabilidades de supervivencia saltando del coche en marcha, ¿Verdad?

-No. Y por si me lo vas a preguntar también. No, no eres nada gracioso porque tu humor apesta.

-Claro.- Sonrío un poco por su intento de ofenderme.-Pero abróchatelo.-Señalo con la cabeza hacia el cinturón de seguridad a su lado.-De todas formas, tienes una muy mala imagen de mí teniendo en cuenta que me has conocido por menos de unos minutos.

Rueda sus ojos.-No creo que haga falta mucho más para percibirlo, créeme.-

-No voy a incluso decir lo ridículamente superficial que sonó eso, porque hoy es tu noche de suerte. Aunque seguramente te des cuenta más tarde, cuando regreses sana y salva a tu casa.

Su barbilla cae hacia abajo, y su melena castaña vuelve a ocultar su rostro.

-Sí... Definitivamente no es mi día para morir.

Luces blancas y anaranjadas proyectan sombras sobre el salpicadero del coche y en la mitad de su perfil. Los ojos de ella siguen los errantes contornos, una y otra vez hasta que llegan a mis manos dispuestas a lo largo del volante. Por mis dedos viajan descendiendo sobre la multitud de tatuajes de mis antebrazos, desapareciendo así en la oscuridad de la misma tinta.

-Ash jamás se lo perdonaría.

No era mi intención poner ese pensamiento en mis labios justo ahora, pero solo sale.

Ella se toma unos segundos para responder.

-Ha sido una locura de noche, en serio.- Niega con la cabeza, y se cubre con ambas manos la cara.

¿Va a ponerse a llorar?

-Lo sé. Lo único que tienes que hacer es no contar nada a nadie, tampoco ir a la policía. No sería nada sensato, solo te pondría en más peligros.

Suspira. Suena muy cansada, pero al menos no está llorando. Eso me tranquiliza. Tampoco es que pensara en consolarla... Sería tremendamente incómodo tener en mi coche a una chica tan... Tan como ella y encima tener que preocuparme.

Unos cuantos minutos más tarde, llegamos al sitio que ella me ha indicado como su apartamento. No digo nada sobre el hecho de que según esta dirección, vivimos a menos de un kilómetro el uno del otro. Verdaderamente cerca, como a tres calles de distancia. Basta. No voy a pensar en esto ahora.

Seguramente no vas a volver a ver a esta chica nunca más.

Detengo el coche. Y por lo que a mí respecta puede parecer también que se haya detenido el tiempo, los relojes, las prisas. No quiero mirar hacia la derecha, hacia donde la chica descansa quieta en su asiento y por primera vez desde que la encontré, realmente calmada. A pesar de eso, todo de mí desea hacerlo. Le toma solo un momento a mi cuerpo ser vencido por la tentación de darme la vuelta y contemplarla.

-Debo irme.-Dice cuando se da cuenta de que la estoy observando en silencio. Sin embargo, permanece inmóvil.

Ladeo la cabeza.-No pareces tener prisa por dejarme.

Sus ojos vuelan hacía mí, prendidos en llamas de nuevo.

Bueno, supongo que aquí estaba su carácter de vuelta.

-Eh, -sonrío divertido.- no tengo prisa tampoco.

-Puedes irte al infierno.-Murmura malhumorada.

-Tal vez allí encuentre a chicas que me entretengan más que tú.

Escucho cómo abre la puerta.

-Gracias por traerme a casa.-Es todo lo que dice antes de cerrar – gracias a Dios que sin portazo esta vez-.

Antes de que se aleje, la llamo desde el coche.- Mel.

Su espalda queda paralizada por un momento, entonces se gira con la duda enmarcada por toda su cara. Es normal, ella nunca me dio su nombre, pero de todas formas no me pregunta cómo lo conseguí.

-Sé buena y recuerda mi advertencia sobre tu discreción.-Susurro.

Me mira por un momento más, y después, observo por el espejo retrovisor cómo desaparece caminando entre la nebulosidad de la noche cerrada.

Continue Reading

You'll Also Like

47.7M 2.2M 117
Señorita Isabella Mariet Moore acepta como esposo al señor James Alexander Harrison- me quedo en silencio es un debate en mi mente en este mismo inst...
112K 507 40
Y aquí vamos de nuevo
64.7K 5.6K 26
Becky llega a la Universidad con su novia friend Y le toca sentarse con freen Qué es una chica interosexual Y tiene fama De usar a las chicas pero po...
104K 5.8K 160
Valentina una chica con una vida normal hasta que el divorcio de sus padres cambiaría su vida por completo volvería los próximos años en los peores d...