Cállate y Bésame (TQST Libro...

By Zara_Black

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Dafne y Damian llevan toda la vida inmersos en una guerra de bromas y los gritos e insultos se han convertido... More

Serie TQST
Sinopsis
1. Una relación complicada
2. Diferentes puntos de vista
3. Misión: Ignorarte
4. ¡No me ignores!
5. Un buen equipo
6. Un nuevo amigo
7.Traición
8.Huyendo de Triz
10.De excursión
11.Mi héroe
12.¿¡Qué dijiste?!
13.Comportamiento sospechoso
14.Tres son multitud
15.Ese sentimiento inexplicable
16.Un día para olvidar o quizás no...
17.¿Enamo..qué? Vaya estupidez
18. La no cita
19.Acercamientos
20.¡Tú y yo somos rivales!
21.Seamos novios
22.¿Rendirse? Eso nunca.
23.Triangulo amoroso
24.Noche de borrachera
25.¿Dulce despertar?
26.Lo que nuestros padres quieren
27.Alianza
28.Perder no entra en mi vocabulario
29.Dos chicos
30.Dudas y más dudas
31.No estoy preocupado
32. Del odio al amor
33. Guerra de amor
34. Cállate y Bésame
"CyB" en librerías a partir del 13 de DICIEMBRE 2018

9.El gorro de la discordia

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By Zara_Black

(Dafne)

Jugueteó con su tarjeta de identificación del periódico antes de mirar de nuevo hacia Triz con desesperación. Llevaban casi una hora entrevistando al profesor que impartía clase en el momento de la explosión, carraspeó con irritación para llamar la atención de su amiga pero ella continuó haciendo preguntas. Puso los ojos en blanco y se echó hacia atrás en la silla, como era la fotógrafa del periódico Triz la había arrastrado con ella para que hiciese fotos de los desperfectos y de los entrevistados. Pero ya lo había hecho, ¡lo había fotografiado absolutamente todo! Como esa maldita peliblanca no se diese prisa en acabar la entrevista la haría comerse la cámara.

―¿Investigando la explosión?

Volteó con irritación y abrió la boca con sorpresa al encontrarse a Ren frente a ella con su portátil entre las manos y una mirada curiosa. Asintió y el japonés se acercó a Triz.

―Triz te importa que me lleve a tu fotógrafa, creo que vi a dos profesores en una situación comprometida entran...

―¡Corre! ¡Rápido!―ordenó la peliblanca con autoridad pero emocionada indicándole que se marchase.

Dafne asintió con fuerza y salió rápidamente de la cafetería con Ren.  

―De nada.―dijo el japonés guiñándole el ojo y caminando a su lado.

―Oye, oye... ¿y tú qué haces por aquí? ―preguntó ella poniéndose varios pasos por delante y volteándose para poder mirarlo a la cara mientras caminaba.

―Ayer se escuchó la explosión desde mi facultad así que vine a cotillear un poco.―contestó el japonés, ella asintió lentamente antes de darse la vuelta.

―Bien, entonces seré tu guía turística.―dijo comenzando a subir las escaleras

Ambos subieron hasta la tercera planta y tomaron uno de los pasillos que conducían a otro pasillo aún más largo, continuaron caminando otros cincuenta metros hasta que se detuvieron frente a una puerta que tenía precinto policial. Sin inmutarse hizo el precinto a un lado y entró en la destrozada sala de química.

―Vaya.―masculló Ren al ver los destrozos.

La verdad era que el aula estaba bastante dañada, las paredes estaban negras, todas las ventanas tenían los cristales rotos haciendo del suelo un auténtico peligro, además todas las mesas habían quedado como escombros (incluida la mesa del profesor) y por si fuera poco la mitad de la pizarra estaba en el suelo y la otra mitad pendiendo de un hilo. Era una suerte que solo siete alumnos resultasen heridos.

―Tu amigo Kyle estaba en esta clase, ¿verdad? ―preguntó Ren mirándola, ella asintió.

―Sí, pero esta vez no fue él.―contestó tomando la cámara entre sus manos y echándole varias fotos al armario que había quedado aboyado al recibir el impacto de varios alumnos.―Unos idiotas mezclaron lo que no tenían que mezclar y casi vuelan la clase.

Estuvieron un rato en silencio observando la clase y tomando fotos de los desperfectos. Miró de reojo a Ren y lo encontró mirando por la ventana, como era usual Ren llevaba un gracioso gorro de lana de color verde a juego con su camiseta, inesperadamente el chico volteó hacia ella y la contempló con una sonrisa.

―¿Vas a echarme una foto? Puedo tirarme al suelo y fingir que soy un herido. ―propuso Ren que ni espero a su respuesta para tirarse al suelo al lado de un trozo de lo que antes fue una mesa y poner cara de dolor.

Ella rió antes de sacarle una foto.

―Ya.―indicó para que Ren se pusiese en pie algo que él hizo enseguida y con un ágil movimiento.―Oye, oye... ¿por qué siempre llevas gorro?

―Me estoy quedando calvo.

―¿En serio?

―Claro que no, lo llevo porque me gusta.

Ella entrecerró los ojos y caminó hasta Ren mientras silbaba con las manos tras la espalda, él la observó con el ceño fruncido pero no pudo hacer nada para evitar que ella le quitase el gorro.

―Oye, oye.. es verdad, te estás quedando calvo.―bromeó señalando hacia su cabeza con una mano mientras con la otra jugueteaba con el gorro.

―Ja, ja... muy graciosa.―dijo él revolviéndose el pelo para luego ir a por ella a tratar de recuperar su gorro, no obstante ella se lo puso y al primer intento del japonés de arrebatárselo lo tomó del brazo y lo tumbó en el suelo.―Me rindo.

Sacudió las manos con orgullo y las colocó sobre la cadera.

―Siempre ha sido demasiado fácil ganarte, ¿es que Damián no te entrenó lo suficiente? ―quiso saber agachándose un poco y mirándolo con interés, Ren se sentó en el suelo y la miró.

―Sí, me entrenó y fue horrible.―declaró el japonés con pena apoyándose en una de sus rodillas.―Sólo decía corre para allá, trepa por esa cuerda, más flexiones, más rápido. Te juró que si el entrenamiento dura unos días más, lo mato.

Ren se colocó las gafas y ella se rió, lástima que el entrenamiento no durase un poco más; así el pelirrojo no hubiera llegado a la actualidad y ella no hubiera tenido que soportarlo.

―¿Me vas a devolver mi gorro?―preguntó Ren, ella se llevó la mano a la barbilla y se quedó un rato pensativa.

―No. ―contestó finalmente.

―Bien, no te enseñaré el nuevo truco que puedo hacer con el ordenador.―dijo Ren poniéndose en pie y tomando el ordenador de la entrada, luego se sentó a lado del trozo de pizarra que estaba por el suelo y se puso a teclear mientras la miraba de reojo.―Es tan divertido.

Maldito Ren, sabía que le encantaba hacer maldades. Apretó los puños y caminó hasta él, se dejó caer a su lado y se puso a mirar la pantalla del ordenador.

―¿Más semáforos?―curioseó asomándose, él negó con la cabeza.―¿Por qué? Los semáforos eran divertidos.

―Esto también te gustará.―aseguró el japonés con convicción pulsando más teclas, ella suspiró y se puso a examinar las fotos que había tomado mientras esperaba.

Estar con Ren era raro, pero no podía decir que su presencia la molestase. De hecho estar con él no la desagradaba, Ren era muy tranquilo y le transmitía esa tranquilidad; además no podía negar que el japonés se había vuelto más guapo. No es que ella se fijase en eso, pero una no era ciega y si tenía que admitir que el imbécil de Damián era atractivo también admitiría que Ren era guapo.

―Mira la pantalla.―la voz de Ren la sacó de sus pensamientos y rápidamente dejó que la cámara siguiese colgado de su cuello y se puso a examinar la pantalla del ordenador.

Delante de ella había un video de una enorme fuente con una estatua de la sirenita dentro. ¡Era la fuente de Hans Christian Andersen! Esa fuente era famosa por sus espectáculos de fuentes bailarinas. De hecho a Ann y a Triz les encantaba por eso iban cada vez que podían a ver el espectáculo y ya de paso a fastidiar a las parejas que querían pasar una velada romántica.

―Fíjate bien.―indicó Ren apretando un par de teclas y haciendo que varios chorros de agua brotasen de repente y luego se cortasen.

―¡Oye, oye... ¿puedes controlarlos?!―gritó emocionada mirando alternativamente a Ren y al ordenador, él asintió y ella sonrió abiertamente con felicidad.―Haz que salgan cuatro hacia arriba y luego los cortas rápidamente, entonces sueltas un enorme chorro hacia arriba y luego por los laterales y entonces pum..y luego...¿y puedes hacer que suene música? Podríamos hacer que vayan al son de alguna música, ¡eso sería una pasada!

―Más despacio "Oye, oye".―dijo Ren llamándola por el mote que Damián le había puesto por lo que entrecerró los ojos enfadada y trató de arrebatarle el portátil pero Ren lo apartó de ella ágilmente.―Hoy no te lo dejo.

―¿Es que no éramos amigos?―recordó poniendo voz de niña buena y ojitos tiernos.

―Si por eso todavía no te he matado por robarme el gorro.―Ren señaló hacia la prenda que llevaba en su cabeza; ella le enseñó la lengua y se colocó bien el gorro para que no le molestase su pelo; Ren la miró durante un buen rato mal y ella le respondió con la mejor de sus sonrisas.―Estoy empezando a arrepentirme de ser tu amigo.

―Oye, oye... ya no hay vuelta atrás.―aseguró, Ren suspiró y colocó el ordenador en el suelo pero delante de él.―Bien, haz que suene música pero rock and roll que estoy harta de esas canciones de amor y quiero que el agua vaya de un lado a otro rápido, en plan fiun fiun y en horizontal y hacia arriba y luego hacia la derecha y luego...

―Está bien, está bien... veré lo que puedo hacer.―dijo Ren haciéndola callar y comenzando a teclear velozmente.

Ella asintió y se apoyó sobre sus piernas mientras esperaba que el japonés terminase de teclear. Miró de reojo a Ren y lo vio concentrado mirando la pantalla, al final no había sido tan mala idea hacerse su amiga.

―Creo que lo tengo.―habló Ren mirándola, emocionada se acercó al ordenador y Ren levantó un dedo.―Pero no se va a oír música, no logré averiguar como se hacía.

―No importa, tú haz que empiece de una vez.―ordenó con impaciencia.

―A tus ordenes.―se burló Ren pulsando el botón de intro.

Nada más pulsar Ren el botón, el agua comenzó a brotar con fuerza de la fuente, iba en todas las direcciones, arriba abajo creando arcos... pero no era una completa locura dentro de aquel caos había cierto orden y eso le encantaba. Se acercó más a la pantalla y amplió la sonrisa, ¡era una pasada! ¡No podía creer que Ren hiciera algo tan increíble! Poco a poco los chorros dejaron de expulsar agua y tras alzarse dos columnas de agua todo acabó.

―¡Oye, oye...esto ha sido lo mejor que he visto en mi vida!―gritó volteando hacia el japonés que sonreía con orgullo mientras se rascaba la nuca. ―¿Puedes volver a hacerlo? Pero esta vez más rápido y con más arcos, y que vayan de un lado a otro haciendo fiun...oye, oye...¿qué es tan gracioso?

Preguntó deteniendo su explicación y mirando a Ren que no paraba de ampliar su sonrisa por segundos.

―Es que pareces una niña con un nuevo juguete.―comentó Ren señalándola y riéndose, ella entornó los ojos y comenzó a golpearlo.

―¡Deja de reírte o...

―¡Ves te dije que el aula que explotó estaba en esta planta!―exclamó Damián apareciendo en el umbral para luego fruncir el ceño al verlos, Will que también apareció se apoyó sobre el marco de la puerta y se cruzó de brazos quedando como si estuviese posando para una portada de revista.―¿Qué hacéis vosotros dos aquí, juntos?

―Tenía curiosidad por el aula que explotó, nos encontramos en la cafetería y decidimos venir juntos.―contestó Ren poniéndose en pie al igual que ella, Damián entrecerró los ojos y los examinó concienzudamente a ambos, deteniendo la mirada sobre el gorro de Ren que llevaba en la cabeza.

―¿Por qué llevas el gorro de Ren? ―curioseó el pelirrojo sin apartar la mirada de ella. ―¡Se lo robaste ¿verdad?! ¡Ren nunca le prestaría su gorro a nadie! ¡Está claro que se lo robaste!

―¡Oye, oye... yo no he robado nada! ―gritó enfadada.―¿Y tú qué haces aquí?

―¡Aquí las preguntas las hago yo, mujer! ¡Y devuélvele el gorro a Ren ahora mismo!―gritó Damián dando un paso al frente y señalándola con el dedo índice.

―¡Ah no te aguanto maldito teñido!

―¡Deja mi pelo en paz, mujer endiablada!

―¿A qué base crees que te mandará tu padre cuando vea el anuncio dónde ofreces tus servicios?―preguntó con total calma mirándose las uñas mientras de reojo observaba la reacción de Damián cuyo color de cara paso de blanco pálido a rojo furia.

―¡Ni se te ocurra! ―gritó el pelirrojo mirándola amenazadoramente y dando varios pasos hacia ella, por lo que se preparó para comenzar una pelea.

―¿Es que nunca os cansáis de discutir? ―intervino Ren ganándose una mirada asesina por parte de Damián.

―¡Tú mejor te callas traidor!

―¿Aún sigues con eso? ―preguntó Ren rodando los ojos.

―¡Claro que sigo con eso, quieres ser amigo de mi enemiga! ¡Los amigos no se hacen esas cosas!―espetó Damián a gritos llevándose la mano al lugar dónde ella lo había rapado por lo que no pudo evitar reírse cuando el pelirrojo le lanzó una mirada envenenada. ―¡"Oye, oye" pagarás por esto y por lo del periódico!

―Bah... no te tengo miedo, Da.mi.án.―pronunció lentamente para hacerlo rabiar algo que consiguió inmediatamente.

―¡Que soy Damien!―se llevó la mano a la boca y fingió bostezar, Damián la miró con ojos asesinos y se puso en posición de combate dispuesto a comenzar una pelea por lo que ella hizo lo mismo.

―¿Es verdad que nuestra bella Annalise tiene novio?―intervino Will por primera vez en la conversación, Dafne lo miró con curiosidad y Will dejó su pose de modelo para caminar elegantemente hacia ella.

¿Pero ese chico de qué se alimentaba para tener tanto sexapil? Daba igual lo que hiciese, comiese o bebiese... Will siempre era sexy en todo lo que hacía. Ya podía estar sentado comiendo un yogurt que tendría un corro de mujeres babeando por él como si fuese la gran cosa, bueno también había que reconocer que tenía un don para relacionarse con el sexo opuesto, ligaba y coqueteaba como nadie.

―¡Y a quién le importa que la compinche de la "Oye, oye" tenga novio! ¡Seguro que es bien feo el pobre desgraciado!―exclamó Damián molesto.

―¡A mi novio no le digas feo, stripper gay de pacotilla!―chilló Ann apareciendo por la puerta con Kyle y lanzándole una bola de papel al pelirrojo aunque desgraciadamente Damián la esquivó sin problemas y se puso a dar saltitos por el aula para demostrar que seguía en forma.―¡¿Y tú como sabes que tengo novio?!

Ann caminó hacia Will y lo amenazó con un tenedor en alto.

―Escuché algunos rumores, ese chico es muy afortunado mi dulce y ardiente Annalise.―comentó Will en tono meloso por lo que Dafne puso los ojos en blanco.

―Oye, oye...¿Will no cambiará nunca?―susurró a Ren, el japonés se encogió de hombros y ambos vieron como Will se inclinaba sobre Ann hasta que harta comenzó a lanzarle estocadas con el tenedor, que Will esquivaba elegantemente.

―Y menos mal que la que apareció no es tu hermana.―declaró Ren por lo que ella asintió y rió.

El gran reto de Will siempre había sido su hermana, pero eso tenía que ver con cierto incidente de hace nueve años en el que Nora al sentir como su espacio personal se veía invadido lo electrocutó y luego lo noqueó. Desde entonces Will no ha parado de lanzarle los trastos a Nora para desgracia de Jose.

―Oye, oye... ¿crees que podrás averiguar cómo se pone música? ―preguntó con ilusión abriendo muchos los ojos y pestañeando mucho para parecer adorable algo que hizo reír a Ren, el japonés abrió la boca para hablar pero Damián apareció de repente entre ambos.

―¿Qué estáis cuchicheando?―indagó el pelirrojo mirándolos alternativamente con el ceño fruncido y claramente molesto.―¿Desde cuándo os lleváis tan bien? Es molesto.Eres de mis mejores amigos, no puedes llevarte bien con ella.

―¿Por qué no? ―preguntó Ren

―Porque no.―contestó Damián mirándola de arriba abajo.―Es mala, retorcida,mentirosa, abusadora, chantajista, grita por todo y es una asesina de mascotas.

―¡Que yo no maté a Pinky estúpido pelirrojo hiperactivo!

―¡Se llamaba Rambo y sí que lo mataste!

―¡Murió porque estaba enfermo el veterinario lo dijo!

―¡Estaba enfermo porque tú lo envenenaste!

―¡Que yo no le hice nada a Pinky!

―¡Que se llamaba Rambo!―bramó Damián dando un paso al frente y observándola con furia.―¡Y quítate el gorro de Ren ahora mismo!

―Oblígame.―sugirió entre dientes, los ojos del pelirrojo brillaron levemente y supo que iba a atacarla por lo que tensó sus músculos y se preparó para defenderse.

―Deja de gritar, le regalé el gorro.―afirmó Ren provocando que tanto ella como Damián abrieran la boca y formaran una O mientras miraban atónitos al japonés.

―¿¡Qué?!―gritó Damián de repente sacándola de su estado de sorpresa. ―¿¡Por qué hiciste eso?! ¿¡Te has vuelto loco?! ¡No le regales cosas, luego no podrás librarte de ella!

Dafne rodó los ojos y se acercó silenciosamente a Damián al que dio un fuerte coscorrón haciendo que inclinase la cabeza y voltease hacia ella hecho una furia. Ella se limitó a enseñarle la mejor de sus sonrisas y a señalar el gorro con el dedo índice.

―Mira lo que Ren me regaló.―canturreó alegremente.

―¡Quítate eso ahora mismo "Oye, oye"!―gritó el pelirrojo intentando arrebatarle el gorro pero ella dio un salto hacia atrás y se puso a hacerle burlas.

―Oye, oye... es un regalo, ya lo escuchaste.―comentó riendo con maldad al ver la cara de frustración de Damián.

¿Por qué le estaba molestando tanto el asunto del gorro de Ren? Bah... que le importaba, lo estaba desquiciando y eso era suficiente para ella.

―Además, yo no le hago caso a los strippers gays.―añadió guiñándole el ojo.

―¡Te voy a matar aquí y ahora! ―bramó con furia comenzando a correr tras ella, esquivaron a Ann que seguía intentando ensartar a Will y siguieron corriendo por la destrozada aula hasta que harta se agachó y tomó una pata de una de las mesas e intentó golpear al pelirrojo que esquivó el golpe por los pelos dando una voltereta.―¡¿Pero tú estás loca?!

―Oye, oye... un paso más y te abro la cabeza como si fuera una nuez. ―indicó tomando el palo entre sus manos y moviéndolo de un lado a otro.

―¿¡Y tú quieres ser amigo de esta perturbada?!―gritó Damián mirando hacia Ren que observaba la escena con su habitual calma; Damián chasqueó la lengua y con el pie consiguió elevar lo suficiente una pieza de madera para tomarla entre sus manos.―Esta vez te ganaré y tendrás que reconocer mi superioridad.

―¡Estabais aquí!―exclamó Triz apareciendo por la puerta seguida de Matt y Nora.―Menos mal que pedí refuerzos cuando vi a Will y a Damien; aunque os estáis apañando muy bien solas.

―Kyle esta clase está de pena, es una suerte que salieras ileso.―comentó Matt saludando al chico de la capucha.

―Oh mi dulce Nora, cada día más bella.―habló Will en tono meloso y acercándose a su hermana con su andar más sexy, no obstante Matt rápidamente se colocó delante de Will y le lanzó una mirada asesina.―¿Aún sigues con ese noviecito tuyo?

―Si y deja de tirarle los trastos a mi novia.―indicó Jose entrando al aula y colocándose al lado de Nora, Will se acicaló el pelo e hizo como que no le importaba la aparición de Jose.

―Algún día ella te dejará y yo estaré ahí.―susurró Will con voz seductora haciendo que Triz suspirase.

―¡No vamos a romper! ―gritó Jose

―Eso es lo que él cree, pobrecito.―se burló Matt mirando al castaño con pena y luego a Kyle con una sonrisa diabólica.―Luego yo volveré a ser el único chico en la vida de Nora y no tendré que compartirla con nadie, bueno con Dan a veces.

―¡Mira rubito, primero: Nora no es tu propiedad y segundo: no vamos a romper! ―exclamó Jose perdiendo la paciencia como hacia siempre.

Dafne dibujó una sonrisa divertida, discusión entre Matt y Jose... ¿había algo más divertido que eso? Miró de reojo a Damián y decidió pegarle con el palo en la cabeza, a continuación él la fulminó con la mirada y ella fingió sorpresa... si, si que había algo más divertido. Como era de esperar el pelirrojo comenzó a lanzarle todo tipo de ataques para derribarla pero ambos habían recibido el mismo entrenamiento así que prácticamente estaban al mismo nivel, por no mencionar que se conocían tan bien que podían prever muchos de los ataques del otro.

―Deja de leer mis movimientos.―ordenó Damián al ver como detenía con el palo uno de sus golpes y luego evitaba su patada dando un salto.

―Oye, oye.. deja de leer tú los míos. ―contestó usando el mismo tono.

Sin embargo, antes de que ella pudiese lanzar su siguiente ataque escucharon como alguien silbaba por lo que detuvieron la pelea. Sus padres tenían la costumbre de silbarles cuando querían llamarles la atención así que cada vez que oían a alguien silbar inmediatamente detenían todas sus acciones por costumbre. Pero esta vez el que silbaba no era su padre, sino Kyle.

―Gracias Kyle.―agradeció su hermana mirando severamente a Matt y Jose.―No podéis seguir discutiendo por idioteces, soy mi mejor amigo y mi novio o empezáis a llevaros bien o tendré que tomar medidas. Y en cuanto a vosotros dos, ¿es que tenéis que pelearos en todos sitios? Soltad los palos ahora mismo.

―Pero...―trató de protestar Damián pero Nora levantó la mano indicando que no quería oír nada.―Tss...¡te derrotaré en otro momento "Oye, oye"!

―Más quisieras.―se burló haciéndole muecas.

―Ahora todos fuera y cada uno para su casa.―ordenó Nora apartándose de la puerta y señalándola.

A regañadientes uno a uno fueron saliendo en silencio y caminaron hasta los aparcamientos, una vez allí se acercó a Ren disimuladamente.

―Oye, oye...¿de verdad me lo regalas?―preguntó no muy convencida, el japonés asintió.

―Sí, tengo muchos más en casa, soy un adicto a los gorros de lana ya sabes.―comentó el japonés con diversión, ella rió y no pudo hacer otra cosa que darle la razón.

―Eres un chico muy raro.

―Mira quién fue a hablar.

―Oye, oye... ¿estás diciendo que soy rara? ―preguntó enarcando una ceja, Ren se quedó meditando la respuesta durante unos instantes mientras la miraba de reojo.―Tienes suerte de que te necesite para piratear la fuente y los semáforos.

―¿Ren te llevo? ―preguntó Will jugueteando con las llaves del coche.

―Vale.―gritó el aludido, a continuación volteó hacia ella y bajó el gorro tapándole los ojos por lo que lo llamó idiota; una vez que consiguió destaparse los ojos vio como Ren se subían en el coche con Will y Damián aunque este último la miraba fijamente de forma extraña y parecía muy molesto por algo.

―¡Dafne!―gritó Ann metiéndole prisa para que se subiera al coche de Triz.

―¡Voy! ―exclamó ella rompiendo el contacto visual con el pelirrojo y corriendo hacia Ann que miraba con cierto recelo hacia Matt y su empeño en que Kyle fuese con él y con Nora en su coche.

Iba a ser realmente divertido cuando Matt averiguase la verdad, pero por ahora tenía cosas más importantes en las que pensar cómo por ejemplo en la manera de librarse de la excursión de su padre.

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