"Ámame a pesar de todo". Part...

By luquelp

70.7K 3.6K 319

Azul pensaba que había dejado atrás su pasado. Pero... Cuando hay cuentas por saldar, tarde o temprano vuelve... More

Un principio anunciado.
Octubre 2000
Vientos de cambio
Cumpliendo la promesa
Todo camino comienza con un primer paso
Blog de Eve.
Lo que aprendí de la vida.
Artífices de nuestro propio destino
Con el corazón en la mano
Lanzarse al camino
Escribir para sanar
Vuelo del alma.
Elegir preservarte.
Jugando con el destino
Por ella.
Un peso en el alma
Cruzando los caminos, desafiando al destino.
"En definitiva todos andamos buscando lo mismo"
Aliadas
Hazlo por ella.
Desde lo profundo del alma.
Bonus.

Un camino hacia el autodescubrimiento

2.4K 128 12
By luquelp


  Cuando abrió los ojos esa mañana, se sintió muy desconcertada.

No era su cama, ni su cuarto. Fue cuestión de sacudir sus neuronas, para recordar que estaba a miles de kilómetros. En Miami, en la casa de Clara. Miró su celular para ver la hora. Se dio cuenta que no le había cambiado el uso horario. Si las cuentas no le fallaban, debían ser alrededor de las siete de la mañana.

Sentía que había descansado muy bien durante la noche. Así que, decidió levantarse. Llegó a la cocina y vio que Micaela estaba desayunando. Se acercó y la saludó: – Buen día!

– Buen día Azul, te levantaste temprano. ¿Querés tomar unos mates?

– sí, me encantaría. Dormí muy bien, te agradezco de corazón que me hayas recibido en tu casa.

- No tenés nada que agradecer. Además, cuando a mamá se le mete algo en la cabeza, es imposible hacerla cambiar de opinión. Y aunque le hubiéramos dicho que no, estarías acá igual, por la fuerza. (risas). Es más, ya debe tener planeado para vos estos dos días. Así que preparate.

- Yo feliz, disfruto mucho de su compañía. Sola en un hotel, creo que me hubiera vuelto loca.

– No creo que mamá se levante todavía. Siempre que viaja termina cansada y duerme un rato más. Yo me voy a caminar una horita. ¿Te gustaría acompañarme?

– Me encantaría. Me cambio y en cinco minutos estoy lista.

La mañana estaba hermosa para caminar. Un sol radiante, una brisa muy agradable. Una combinación perfecta para la práctica deportiva al aire libre. Ahora entendía por que a Florida le decían el estado del Sol. La geografía del lugar, invitaba a caminar. A los lados de la calle los árboles en hilera, uno al lado del otro. Con sus ramas prácticamente juntándose en medio de la calle, formando una glorieta interminable. Como si los árboles estuvieran haciendo la guardia de honor a tu paso. Era hermoso. Todo muy cuidado y prolijo. El cesped cortito, las flores alrededor de cada árbol, dándole color al paisaje. Era como estar dentro de una pelicula.

Las casas completaban el paisaje, algunas muy bonitas. Amplios ventanales, entradas redondeadas, techos de tejas, mucho parque. Incluso aquellas menos ostentosas, daban al paisaje general su toque de elegancia. Era increible tanta limpieza, tanto cuidado, daba gusto recorrer sus calles.

Mientras caminaban Micaela le pidio que le cuente que había pásado entre ella y Eve. Sabía los motivos del viaje, pero no el por qué. Su madre le había contado un par de cosas, pero no conocía la historia completa y que mejor que escucharla de su propia protagonista.

Con una versión abreviada, le contó todo lo que había sucedido desde que se conocieron, pasando por el viaje de egresados, la carta y el último chat.

Después de escucharla atentamente, siguió caminando en silencio un par de cuadras. Como asimilando la historia. Quería hacerle varias preguntas, pero no se animaba. No quería incomodarla o que se sintiera cuestionada, después de todo apenas la conocía.

Como si le hubiera leído la mente, Azul se dio cuenta de lo que pasaba y con una sonrisa le dijo: – Podés preguntarme lo que quieras. No me molesta contestar siempre que pueda. (risas)

Y Micaela no lo dudó. Fue directo al grano - ¿Vos estás enamorada de Eve?

– Honestamente no lo se. Se que siento algo muy especial por ella, pero no sabría decirte si es amor, de estar enamorada. ¿Me entendés?

– Si, te entiendo. Supongo que tampoco sabes si te gustan las chicas.

Azul abrió los brazos y levanto las cejas, en señal de afirmación a lo que le estaba diciendo.

Micaela la miró y le dijo: – Alguna vez ¿te sentiste incomoda al recibir un abrazo o un beso de parte de alguna amiga o conocida? O ¿miraste a todos lados para asegurarte de que nadie se había dado cuenta que estabas mirando a una chica, y no podías sacarle la vista de encima? O ¿pensaste que sentías cierta atracción por alguna chica, porque necesitabas tener una amiga? Te cuidabas de hacer o decir determinadas cosas por temor a que pensaran mal de vos, de tus intenciones. Sin saber porque podrían pensar mal. Primero porque no te gustaban las mujeres y segundo porque eran cosas normales como dar un abrazo por ejemplo.

Azul la escuchaba asorada, parecía que la estaba describiendo. Muchas veces se había sentido así a lo largo de su adolescencia y gran parte de su juventud. Nunca supo explicarse por qué.

– Muchas veces me pasaron situaciones como esas. Incluso cuando me enfurezco con Eve en el viaje. Uno de los motivos fue que siempre nos molestaban con el versito de "ustedes dos andan juntas", entre otras cosas. Y de la que hablaban y decían esta es re gay, era de mi, no de ella.

– Y si vos no eras, o no creías serlo. ¿Por qué te molestó tanto?, Seguramente que si le hubieras dicho lo mismo a las otras chicas, se hubieran reído, sin darle la menor importancia. Pero, a vos, te enojaba. Nunca te preguntaste ¿Por qué?

– No, después del viaje, yo enterré todo eso en el pasado, y nunca más pensé o hablé del asunto. Hasta que volví a encontrar la carta. Y desde entonces no tuve mucho tiempo para ponerme a analizarlo, pasó todo tan rápido.

– Tal vez te molestaba tanto, porque muy en el fondo, sabías que era cierto que te gustaban las chicas. Te esforzabas tanto en que no se notara, en negarlo de manera inconsciente, que cuando te decían algo referido a eso, te enojabas. Porque tenías miedo de que no te quisieran, de que te aíslen y porque todo el esfuerzo que hacías por ser como los demás, era inútil.

Azul le respondió: – Si lo analizo desde esta mirada, eso explicaría muchas cosas. Y vos, ¿Cómo sabés todo esto?

– Primero, no te olvides de que soy psicóloga y trabajo en una escuela con adolescentes. Y segundo, una de mis mejores amigas de la juventud, es gay y fueron muchas charlas las que tuvimos sobre el tema. Y yo siempre la mataba a preguntas. En mi adolescencia era mucho más raro que en la tuya, no se mencionaba el tema ni siquiera para molestar a alguien.

Me acuerdo que el día que me lo contó. Ella estaba muerta de miedo, porque no entediera o no quisiera seguir siendo su amiga. Y yo, estaba fascinada, quería que me contara todo. Cómo se dio cuenta, quien le gustaba, y mil preguntas más.

Pese a la época, la vieja nos educó de una manera muy particular, mente abierta, nos decía "lo único que tienen que mirar para aceptar o rechazar a alguien es que sea buena o mala persona".

– y, alguna vez ¿estuvo enamorada de vos?, o ¿le gustaste?

– No. Siempre me dijo que yo era su mejor amiga, su hermana de la vida, que no me veía de otra manera. No le atraía sexualmente. Y yo siempre la peleaba y le decía, claro, por eso no te gusto, porque soy fea. Y un poco se enojaba, hasta que me seguía la broma y me decía obvio, no sos mi tipo.

- ¿Y te dijo alguna vez cómo se daba cuenta que le gustaba alguien, o que se estaba enamorando?

– Eso, es igual para todo el mundo, te gusten los hombres o las mujeres.

Ves a esa persona y se te acelera el corazón. O tenés mariposas en la panza como dicen. Sentís que no te alcanza el tiempo que compartís, que siempre querés más. Y cuando están separadas seguís pensando en ella. Sentís que necesitas el contacto con el otro. Una caricia, un abrazo, sentís que tenes ganas de detener el tiempo cuando están juntas. No podés ocultar la sonrisa al verla, esa sonrisa que nace de la complicidad entre ambas. De una conexión que trasciende lo físico, algo que solo compartís con ella. Es mirarse a los ojos y darte cuenta que no necesitás nada más, que estás completa.

– Mirándolo ahora, a la distancia, creo que estaba enamorada de Eve, sentía todas esas cosas y más. Pero... pasaron ocho años. Si bien al mirar sus fotos, sigo sintiendo esos cosquilleos y que el corazón se me acelera, no se qué me va a pasar cuando la vea. O que le va a pasar a ella cuando me vea. Ya no somos adolescentes, crecimos y aunque en el fondo sigamos siendo las mismas, muchas cosas cambiaron.

- ¿A qué le tenés miedo Azul?

– A haberme dado cuenta de lo que siento demasiado tarde.

– Si no lo enfrentás, no lo vas a saber. Y no hay nada peor que quedarse toda la vida con la duda. Incluso es peor que el rechazo. Por lo menos te queda el hecho de haberlo intentado, de haberte jugado por lo que sentís, más allá de los resultados.

Cuando volvieron de la caminata, Clara las estaba esperando en la cocina con el cronograma de actividades para el día.

Micaela y Azul se miraron y no pudieron contener la risa. Parece que le esperaba un día muy ocupado por delante.

Continue Reading

You'll Also Like

262K 17.1K 33
segunda parte de Hair;Lesbian
60.4K 1.8K 49
"me gustaría ser más cercana los chicos del club, pero supongo que todo seguirá siendo igual, no?"
4K 193 37
Samantha Oliver una mujer multimillonaria odiosa arrogante y no cree en nadie hasta que llega alguien a cambiar toda su vida y volver a sonreír pero...
77.6K 4K 53
Eva, una talentosa fotógrafa en ascenso, y Jase, un apuesto modelo, se cruzan en una fiesta caótica donde Jase, tras beber en exceso, cuenta con la i...