Cálido se sentía cuando la mano de Jungkook se posaba directo sobre su piel por debajo de la camiseta, haciéndole perder la poca cordura que tenía.
Entre tropiezos y besos apasionados lograron subir la escalera para llegar a la habitación de Jimin. Este último cerró la puerta, sellando el momento en que el mundo exterior dejaba de importar, por lo menos hasta que llevarán a cabo lo que tenían en mente.
Jimin hizo que Jungkook se sentara sobre la cama sin romper el beso. Gracias a eso pudo ponerse a ahorcadas sobre el y tener una vista preciosa del chico más sus mejillas rojas de la vergüenza. Una obra de arte diga de admirar.
Las manos de Jungkook, grandes y fuertes, paseaban por su espalda con una lentitud torturadora. El cuerpo entero de Jimin iba a comenzar a temblar gracias a las caricias del chico. Le gustaba la manera en que Jungkook le tocaba, como si fuese la cosa más frágil del mundo.
Estaba tan concentrado en disfrutar del momento que solo cuando Jungkook buscó a tientas el último botón de su camisa para comenzar a desabrocharla que recordó con quien se encontraba y lo que estaban a punto de hacer.
No sabía si era justo...
Había muchas mentiras entre ambos y Jimin tenía claro que el era el responsable. Ni siquiera había podido reaccionar porque la actitud de Jungkook fue tan sorpresiva que apenas si le había dejado tiempo para respirar.
Quería seguir con aquello, dejar que Jungkook se apoderase de su cuerpo. Sentirlo lo más cerca suyo posible para luego tener un recuerdo de aquel chico sobre su piel. Pero una parte de el le gritaba que era injusto, que el era una maldita puta que no merecía el trato de ese tierno chico.
Así que lentamente se separó pegando su frente a la de Jungkook. Aquello no podía seguir adelante.
– ¿Ocurre algo? –pregunta el menor y Jimin asiente lentamente.
– Está no es una buena idea.
Esperaba que Jungkook concordase con el, no que le besara nuevamente envolviéndolo con sus brazos. Pensó que el chico se arrepentiría pero parecía que estaba bastante convencido en seguir adelante. ¿Qué podía hacer Jimin contra eso?
– ¿Estás seguro? –preguntó el rubio– Yo... Quizá yo no...
– Quiero hacerlo... Contigo.
Fue esa frase la que volvió loco a Jimin y haciéndolo decidir qué iba a demostrarle a Jungkook lo mucho que le importaba con sus caricias. Si esa era su oportunidad para tenerlo para sí mismo solamente, la aprovecharía al máximo.
Pegan sus labios de nuevo y la guerra de lenguas se desboca de inmediato. Mientras Jimin se aferraba del cabello de Jungkook este presionaba la yema de sus dedos contra las caderas del contrario. Era un juego de quien tomaba más fuerte al otro que dejaría marcas como recuerdo de lo que se vendría.
La pelvis de Jimin hizo contacto con la de Jungkook y el primero comenzó a moverse en círculos tortuosos ganándose gemidos ahogados de parte del menor.
Jimin jamás había visto algo más erotico que la cara de Jungkook echada hacia atrás, mientras tenía los ojos cerrados y de su garganta se escapaban pequeños soniditos de placer. Quizá era el hecho de que dejaba expuesto su cuello o que el solo hecho de verlo convertido en un desastre lo que le ponía de una manera impresionante.
No le tomó mucho decidir qué quería dejar al menos una pequeña marca en aquel cuello apetecible que se le ofrecía de forma voluntaria, así que llevó sus labios hasta allí para comenzar a succionar al ritmo de sus caderas moviéndose en círculos. Cuando consideró que era suficiente se alejó para examinar su obra de arte.
Perfecto. Estaba sobre la piel de Jungkook.
El menor estaba perdido en el placer o eso le demostraba a Jimin cuando comenzó a deshacerse de las prendas que les alejaban. Primero de deshicieron de sus camisetas, quedando olvidadas en algún lugar de la habitación. Luego fue el turno de los pantalones y Jimin tuvo que levantarse de la posición en que se encontraba para sacárselos.
Mientras dejaba atrás el pedazo de tela Jungkook no le quitaba la mirada de encima. Apenas quedo con solamente con los bóxers cubriéndolo, fue tirado por la mano del menor para que se acercase y luego fue sometido a un tantamiento de terreno.
La mano de Jungkook paseo por su espalda con lentitud, doblo por su abdomen plano dibujando ondas magnéticas y luego hizo una para en su trasero. Apenas llego a este último punto pudo notar como la mandíbula de Jungkook se tensaba y como este se mordía el labio, como si quisiese evitar los pensamientos sucios que tenía al ver a Jimin de esa manera.
Así que por eso Jimin se agachó hasta la oreja del menor y susurro:
– Tócame entero. Soy tuyo en este momento.
Un poco más y las mejillas de Jungkook se hubiesen colocado moradas. Pero aún así el menor hizo caso al ofrecimiento que se le hacía dejando a Jimin sobre la cama, quitándose los pantalones y quedando sobre el para devorarle la boca sin vergüenza alguna.
Sus miembros comenzaban a friccionar por sobre la tela de la ropa interior volviendo loco a cada uno de forma tortuosa. Jimin mordió el labio de Jungkook cuando notó que este comenzaba a mover sus caderas en círculos, buscando más contacto de forma desesperada.
Jimin estaba casi seguro de que ese era el paraíso.
La mano traviesa del rubio bajo rápidamente hasta la espalda baja del menor para comenzar a juguetear con el elástico del bóxer. Estaba hambriento por sentir a Jungkook totalmente desnudo junto a él.
– Mmm... –se escucha un ronroneo desde la boca del menor, claramente de placer.
– ¿Puedo sacarlo? –pregunta Jimin refiriéndose al bóxer, ganándose una respuesta desesperada.
– Hazlo... Mmm, por favor...
Con agilidad Jimin se deshizo de la prenda, descubriendo frente a él lo que parecía ser el cuerpo de un maldito Dios griego. Si le hubiese dado un paro cardiaco en ese minuto el rubio hubiese muerto con una sonrisa de oreja a oreja pegada al rostro.
Jungkook le beso y mientras lo hacía le ayudó para deshacerse lo último que quedaba separándolos. Cuando ambos estuvieron totalmente expuestos frente al otro lo primero que hicieron fue mirarse.
Jimin se sentía muy afortunado.
Jungkook creía que el rubio era el chico más lindo que alguna vez vio.
Se besan una vez más, esta vez con sus pieles chocando y el sudor comenzando a correr. La habitación estaba caliente así como ellos mismos y la tensión se podía cortar con un cuchillo.
– Uhm, Kook –gime Jimin cuando sus miembros comienzan a friccionar directamente.
Jungkook seguía moviéndose sobre Jimin, ganándose más gemidos sucios y muecas placenteras. Tan solo viendo al rubio estaba seguro de que podría venirse sim problemas. Pero aún faltaba bastante camino por recorrer y no estaba apurado.
Jimin sabía que Jungkook era un total inexperto en lo que constaba al sexo homosexual así que tenía que tomar las riendas del asunto.
– Tienes que prepararme –le pide a Jungkook contra sus labios.
– ¿Como hago eso?
– Te enseñaré...
Jimin toma la mano del menor para llevarla hasta su boca donde lame dos de sus dedos de forma erotica haciendo que Jungkook se mordiera el labio y luego dejándolos cerca de su entrada. Siente cómo los dedos del menor tiemblan ligeramente y como este traga saliva sonoramente, claramente nervioso por lo que vendría.
– Lo harás bien... –Dice Jimin convencido– Solo ve lento.
Jungkook asiente y con sumo cuidado penetra la entrada de Jimin con un dedo. El mayor al sentir la intromisión dentro suyo encorvo la espalda para recibirlo de mejor manera, de vez en cuando Jungkook le pasaba a llevar las paredes por culpa de su inexperiencia pero se aguanto lo mejor que pudo, más que mal era la primera vez que el menor hacia algo así.
– Círculos –pide Jimin–, por favor...
Obediente Jungkook empieza a mover el dedo en círculos eroticos que descontrolaban por completo a Jimin. Cuando el menor vio en la forma que Jimin se retorcía no dudó en aumentar la velocidad ganándose varias palabras sucias de parte de su acompañante.
– Otro más... –los ruegos de Jimin cada vez se vuelven más insistentes, preso del placer que sentía.
Un segundo intruso es metido en su interior con fuerza, Jimin chilla porque sus paredes se contrajeron brindándole una oleada de extasis. Jungkook es el encargado de devorar su cuello mientras de a poco se pierde en las estocadas de sus dedos.
Estando tan cerca todo se sentía mejor. En este momento ambos estaban muy lejos del mundo, disfrutando de las caricias que se brindaban y por ahora eso bastaba.
– Estoy listo, Kook...
Esa era la señal, ahora venía la verdadera razón por la que estaban allí. Jungkook saco los dedos de su interior y se quedó mirando a Jimin, un tanto perdido sin saber cómo proseguir. El mayor pudo notarlo y acaricio la cara de Jungkook.
– Si quieres lo dejamos hasta aquí –susurró y el castaño negó con la cabeza.
– Solo me da miedo hacerlo mal.
– Tienes que estar tranquilo, no lo harás mal. Confió en ti.
Jungkook sonríe, al parecer ese era el comentario que necesitaba escuchar para poder seguir adelante.
Jimin abrió las piernas para que Jungkook se acomodara de mejor manera y el menor se dedicó a tomar su cara repartiendo un montón de besos.
El momento era lujurioso pero a la vez había un aire de cariño flotando. Se podía ver en la forma en la que Jimin miraba a Jungkook o como este lo mimaba a cada minuto.
Así que cuando el menor se decidió a penetrarlo mientras entrelazaba sus dedos, el mundo de Jimin dio un giro de 180 grados y cayó aún más por Jungkook.
Porque los vaivenes placenteros eran acompañados por besos. Porque los gemidos eran ahogados por caricias. Porque el extasis era anunciado por miradas llenas de sentimientos.
Jimin se sentía querido, sobre todo cuando Jungkook se aferraba a su mano, haciendo de cada estocada más profunda logrando aquel punto sensible en su próstata. Si, al principio fue difícil amoldarse, a veces a Jungkook se le salía el miembro de la entrada de Jimin pero después ambos habían encontrado el ritmo perfecto en donde calzaban como piezas de rompe cabezas.
Cuando Jimin sintió que el orgasmo lo abrazaba sin piedad le pidió a Jungkook que aumentará el ritmo. El menor estaba tan perdido llegando al extasis que hizo que cada estocada fuera perfectamente rápida y certera, haciendo que Jimin gritase de placer en más de una ocasión.
– ¡Dios, Jungkook! –chilla Jimin antes de venirse en su propio abdomen.
Cuatro penetraciones más, un beso duro y un apretón de manos basto para que Jungkook le acompañase en el orgasmo.
– ¡Jimin-ah!
Sudados, con el corazón latiendo rápido y sin aliento quedaron ambos al terminar, Jungkook se dejó caer a un costado mirando al techo con una sonrisa de oreja a oreja mientras que Jimin puso su rostro en el hueco que quedaba entra la almohada y el cuello del chico.
Después de unos minutos en silencio a causa del exhausto round Jungkook fue quien rompió el silencio.
– ¿Podemos hacerlo de nuevo?
Jimin se rió, sería una larga tarde.
[ ♡ ]
Nota: Yo iba a poner este capítulo de lemon solamente, pero como el capítulo anterior tiene casi 1k de comentarios decidí darles más de uno jeje. Si nos vamos al infierno que sean por un capítulo más del lemon asqueroso que escribo sjdksk 😈
La canción que puse en multimedia me inspiro demasiado para escribir esto. El video el muy rikolino 🌚
Eso es todo, un beso y hasta la próxima actualización 💘