—¿Estás seguro Justincito?.
Me quedé pasmado por unos segundos, abrí los ojos en asombro, luego me alejé rápidamente de ella mientras ella se reía a carcajadas.
—¿Miley?
No. Puede. Ser. ¿Miley?.... Ésta hermosa mujer no puede ser esa niña tan pesada.
—Ay Justincito que cachondo me saliste —dice intentando controlar la risa.
La agarré fuertemente, pegando mi cuerpo de nuevo hacia ella.
Miley POV
—Te crees muy chistosa ¿no?
Al sentir su cálido cuerpo junto al de mío, sentí un puñado de excitación, también pude sentir el miembro de Justin que aun se encontraba bastante firme, le sonreí coquetamente y rocé levemente su cuerpo.
—Estás más... grandecito —dije, el inmediatamente se apartó de mi.
—¿Por qué hiciste eso?
—¿Acaso no te gustó? —pregunté acercándome a él y tomándole de su camiseta.
—¡Deja tu juego! —me gritó al parecer un poco molesto y se alejo de mi.
—Ay ya quita esa cara, que solo fue una broma, no es para tanto.
Volteé y empecé a caminar. Sentía la mirada de Justin sobre mi, deliberadamente moví mi trasero seductoramente.
—¿A donde vas? —al fin pregunta.
—¿Qué te piensas quedar aquí todo el día? Mis maletas son esas dos —grité sin voltear y seguí mi modelaje hacia la salida, provocando que más de uno se quede embobado con mi figura.
Justin POV
—Vaya Justincito. ¿Este coche te lo compraste tu solo? —ríe— obvio que no ¿verdad? Me imagino que te lo compro tu papito ¿no?
—Tu no cambias —dije poniendo los ojos en blanco y negando con la cabeza.
—¿No? Bueno yo diría que he cambiado bastante ¿No crees? —dice cruzando las piernas hasta mi y mordiéndose su labio inferior.
No pude evitar sentirme atraído por ella. Su belleza y sensualidad era innegable.
Nunca en mis peores pesadillas hubiera imaginado sentirme atraído, ni un poquito, por Miley. ¿Qué me pasa? ¡Joder! es increíblemente hermosa.
Disimulé la batalla de sentimientos y deseos que atormentaban mi cabeza y mi cuerpo, en especial mi entrepierna.
—Oye ¿a donde vamos? —pregunta mirando por la ventana del auto.
—A esta hora hay demasiado trafico y tengo algo muy importante que hacer. Ya he desperdiciado bastante tiempo.
—¿Ah sí? —sonríe— ¿te vas a ver con tu novia? pobre, me imagino que tener que aguantar esa cara no es nada fácil.
—Jajaja que chistosa. ¿Por qué mejor no te callas? Ahórrate tus comentarios y deja de fastidiar —ella pone los ojos en blanco, y cambia la emisora de radio y empieza a cantar— ¿qué haces? —regresé la radio a la emisora anterior.
—Ya que no quieres que hable y me tienes aquí ahogándome del calor porque eres tan miserable que no quieres encender el aire acondicionado, por lo menos déjame escuchar música pasable de este siglo.
—¿No ves que me queda poca gasolina? ¿Prefieres caminar hasta la casa? —exclamé exasperado.
—¿No me digas que tu papi no te dio la mensualidad para echarle gasolina a tu coche Justincito?
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