La Ilusión de una Verdad |ECA...

By AzenethMireles

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Primera parte de la saga: El Camino al Paraíso. Aunque te vallas, sabes que jamás podrás huir de tu pasado... More

Aclaración
Dedicatorias
Prefacio
Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capítulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capítulo 17
Capitulo 18
Capitulo 19
Capitulo 20
Capitulo 21
Capitulo 23
Capitulo 24
Capitulo 25
Capítulo 26
Capitulo 27
Capitulo 28
Capitulo 29
Capitulo 30
Capitulo 31
Capitulo 32
Capitulo 33
Capitulo 34
Capitulo 35
Capitulo 36
Capitulo 37
Capitulo 38
Epílogo
ESPECIAL *Conociendo a Cathalinna Capaldi*
ESPECIAL *El desastre que es mi vida*
ESPECIAL *Compras Navideñas*
Último especial

Capitulo 22

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By AzenethMireles

(Incómodo)

La tensión se sentía en el aire, las cosas no habían terminado como todos habíamos esperado ni de cerca. Todos estuvieron debatiendo los pros y los contras de toda la loca situación propuesta por mis amigas.

—Todo va a estar bien, lo prometo —dijo Raymond abrazándome.
—Suena demasiado sencillo decirlo así Gordo, pero yo se que no será tan sencillo.
—Creo que entre todos podemos arreglar algo medianamente convincente Cathalinna.

Por mucho que intentaba tranquilizarme, algo dentro de mí seguía teniendo un pánico de muerte. Decidí poner atención en la conversación de todos, aparentemente todos estaban de acuerdo en que Raymond fuera el papá falso de mi supuesto bebé. Todos estaban pensando más tranquilos, inclusive, después de un par de horas, inclusive veían la manera más dinámica de hacer las cosas.

—Bueno, sí Ray será el padre de ese bebé y yo la Tía favorita, Cathy te compadezco —me dijo Athala.
—¿Y quién dijo que tú serías la tía favorita? —le dijeron a la vez Camille y Greta.
—Bueno, pues solo lo sé —dijo Thals actuando como niña, entonces algo hizo clic en su cabeza y añadió— esperen, ¿Porque ustedes dos —dijo señalando a Andy y Gemma— no están peleándome el lugar de tía favorita?

—Porque —dijo Andy encogiéndose de hombros— hace bastante tiempo Gemma, Cathalinna y yo llegamos al acuerdo de que seríamos las madrinas de nuestros respectivos hijos, así que no hay por qué discutir.

—¿Puedo hablar contigo un momento? —inquirió Gemma.
—Las dejo tranquilas Princessa —dijo Raymond— voy a despedir a todos mientras tanto.
—Gracias —dijimos mi amiga y yo, una vez Raymond se alejó, Gemma me llevó hacia la loggia y ahí ambas nos recargamos en el barandal.
—Veo que le contaste a Raymond lo de Gavril.
—Merecía saberlo, básicamente me está ayudando.

—Y por cómo reaccionó, me imagino que sabe lo de la violación.
—Lo sabe Gem.
—Creo que ahora me agrada un poco más que antes —dijo ella mirando hacia un punto en el horizonte.
—¿Porque no se ha ido? —inquirí y ella sonrió.
—Porque se ha quedado, es diferente no irse a quedarse Cath, a mí me costó aprenderlo, pero es así.
—A mí también me agrada más —le confesé a Gemma mordiéndome mis labios.

—¿Porque no pregunta? —dijo ella divertida, negué con la cabeza.
—Porque pregunta justo en el momento adecuado, y calla cuando debe hacerlo.
—Me gusta como te ves, digo, a pesar de todo, estás tranquila, eso es bueno, él es bueno para ti, te da tranquilidad amiga, y también te da dolores de cabeza —dijo encogiéndose de hombros y sacándome una sonrisa— supongo que es parte de su equilibrio.

—Será mejor que volvamos a Delta Gamma —dije y ella negó.
—Cath, por mucho que te amo con todo mi corazón, necesitas quedarte aquí esta noche, confía en mí, tengo un buen presentimiento —dijo tomándome de las manos y mirándome dulcemente. Asentí con mi cabeza y ambas volvimos adentro, Raymond y Mitchell charlaban alegremente, el primero con Clary dormida en sus brazos.

—Estoy lista amor —dijo Gemma a Mitchell y éste le ofreció su abrigo, ella se lo puso.
—Permítanme dejar a Clary en su cuarto y enseguida los acompaño abajo —dijo Raymond.
—Cathy, en lo que necesites, y yo pueda ayudarlas, solo dímelo —dijo Mitchell amablemente.
—Claro, muchas gracias —dije yo.

—Sé que no me incumbe pero, ¿Cuándo vas a decirle? —inquirió y tanto Gemma como yo lo miramos curiosas., Mitchell exhaló— que te gusta, a Raymond.
—Yo... —no sabía que responder a ello, pues era nuevo para mi admitírselo a Gemma, como para andar admitiéndolo a todo el mundo— no lo sé.

—Te he dicho que te guardes tus comentarios perspicaces Mitchell —lo regañó Gemma.
—Lo siento linda, pero no he podido no preguntarlo.
—No, está bien, supongo que no soy tan buena disimulándolo —le dije a Gemma— aunque no es como que quiera disimularlo tampoco.
—Mitchell puede tener tanto filtro como Andy a veces, discúlpalo querida, tú ve a tu ritmo, te ha ido bien así —como respuesta solo le sonreí a Gemma.
—Listo chicos —dijo Raymond desde el pasillo desde las habitaciones, cuando lo vimos traía una de mis chamarras en la mano, al llegar con nosotros me la tendió— si no te tapas, vas a enfermar.

Ya con la chamarra puesta, los cuatro subimos al ascensor. Mitchell y Raymond hablaban acerca de baseball, así que Gemma y yo nos mantuvimos calladas y solo escuchamos su breve apuesta sobre la siguiente temporada, al llegar a la recepción todos salimos del ascensor y Raymond me tomó del brazo para retenerme un poco, lo miré y vi la duda en sus ojos.

Princessa, ¿Quieres quedarte esta noche? —dijo nervioso y totalmente tierno. Luego pareció recordar algo y siguió hablando atropelladamente— bueno porque es tarde y necesitas descansar y en el piso Athala va a preguntarte cosas y sé como puede ser mi pri...

Le puse uno de mis dedos sobre sus labios y él guardó silencio sorprendido. Era un movimiento peligroso, pero había sido un impulso.

—Gracias Gordo, tomaré tu oferta esta noche.
—¿Vienes Cath? —preguntó mi amiga entendiendo mi mirada.
—Creo que me quedo esta vez Gem, es tarde y de verdad estoy cansada —dije y vi sonreír a mi amiga, entonces se acercó a Raymond y besó su mejilla.
—Cuida a mi amiga ¿Sí?
—Estaremos bien Gem —prometió Raymond.

Entonces mi amiga y su novio se fueron, Raymond y yo regresamos al edificio.

—Hola Raymond, señorita Cathalinna —saludó Joshua.
—¿No te has ido con tu familia? —inquirí.
—No tengo señorita, soy huérfano —dijo él con tanta simpleza que me sentí mal por preguntar.
—En Año Nuevo debes venir a cenar con nosotros —dije de repente— y no acepto un no por respuesta. A nadie le hará daño que desaparezcas un momento para cenar.

Miró a Raymond divertido, quien le regresó una mirada similar.

—Te dije que tenía carácter —dijo Raymond.
—Lamento no haberte creído —le respondió, luego me miró a mi— será un honor aceptar su invitación señorita.

Raymond y yo nos dirigíamos hacia el ascensor cuando las puertas se abrieron para dejar ver a Melany con una señora muy parecida a ella, su madre seguramente, y otra señora con dos niñas. Melany nos miraba sorprendida.

—Buenas noches —dijimos Raymond y yo al pasar a su lado, las señoras devolvieron el saludo educadamente, pero Melany no dijo nada, solo nos veía entrar al ascensor, Raymond se disponía a marcar la clave del PH cuando le detuve la mano al aire, y no se la solté sino hasta que las puertas estuvieron cerradas.

—Sigue siendo tan descuidado, y no va a importar cuántas veces cambie la clave, ella va a obtenerla.
—Lo siento Princessa, supongo que es el cansancio.

Cuando las puertas del ascensor se abrieron ambos entramos a la casa, el comedor era un desastre de platos, vasos y cubiertos. Raymond me ayudó a recoger todo y a dejar todo limpio, ya no acomodamos la vajilla, pero al menos todo estaba limpio. Cada uno se fue a su respectiva habitación yo ya estaba con mi pijama puesta cuando vi en mi mesita de noche el regalo de Raymond y el de Clary.

Me puse mis pantuflas y fui a dejarle su regalo a la pequeña a su habitación, así al día siguiente lo vería, y luego me dirigí a la habitación de Raymond estuve parada frente a su puerta lo que pareció una eternidad, al final no tuve el valor para tocar y subí para ir a mi terraza favorita, sin embargo me llevé una sorpresa al ver a Raymond en la biblioteca.

—¿Tampoco puedes dormir? —inquirí escondiendo el regalo en mi espalda. Él me miró.
—Podría decirse así —dijo y palmeó el lugar junto a él en el sillón. Caminé hasta sentarme a su lado, entonces fue inevitable mostrarle el regalo.
—Ni siquiera pude darte tu regalo —dije al fin y le entregué la caja.

Raymond la desenvolvió y vi su mirada con lágrimas amenazantes, entonces me miró y me abrazó.

—¿Dónde lo has conseguido? —dijo en mi oído.
—Una gran hechicera jamás revela sus secretos —dije sin darle pista alguna.
—Bien, no preguntaré, y tampoco tuve oportunidad de darte el tuyo.
—Pero si ya me has comprado el vestido —dije refiriéndome al vestido que había usado ese día.
—Jamás te dije que ese era tu regalo, que tu lo tomaras como tal no es mi culpa —dijo con su linda sonrisa traviesa, sacó una cajita pequeña y me la dio.

Era aquel guardapelo que había visto hace tiempo en la tienda de antigüedades.

—Supongo que sobra el gracias —le dije y él solo me sonrió. Raymond me puso el guardapelo y ambos nos quedamos viendo las luces navideñas de la terraza. Rayrick me abrazó por los hombros y me permití recargar mi cabeza en el suyo. Estaba comenzando a ganarme el sueño, pero aún pude decirle— Feliz Navidad Gordo —y escuchar su respuesta.

—Feliz Navidad Princessa.

* * *

—Buenos días —dijo Gemma con mirada divertida, me extrañé e intenté incorporarme, entonces fue que caí en cuenta de que estaba abrazada con Raymond en el sillón, miré mal a Gemma— ¡Hey! No me mires así, agradece que he sido yo y no Athala o alguien más quien los ha visto.

—Gemma ¿Qué haces acá? —dijo la voz adormilada de Raymond, al tiempo que me abrazaba más contra él.
Gordo, hora de despertarse —dije obligándolo a soltarme y logrando que se despertara por completo.
—¿Qué hora es? —inquirió Raymond tallándose los ojos.
—Son las nueve, no es tan tarde, iré a ver que puedo calentar para el desayuno y ustedes deben ir a darse un baño y a cambiarse, andando chicos.

Tanto Raymond como yo nos levantamos y cada quien se fue a su habitación para darse una ducha como bien había dicho Gemma. Una vez cambiada con unos jeans y un acogedor sweater navideño cortesía de Elara, salí a ver a Gemma, sin embargo me detuve al escuchar voces en la habitación de Clary, me acerqué a escuchar y pude mirar por una pestaña de la puerta.

—Papi, ¿Por qué tenemos que mentir de que Cathy es tu novia?
—Porque si no lo hacemos, van a llevarse lejos a Cathy ¿Tú quieres que se la llevan lejos?
—No —dijo Clary asustada.
—Yo tampoco, por eso, debemos decir una mentirita piadosa acerca de ello. Tal vez sea raro, pero tendrás que decirle mamá a Cathy ¿Crees que puedas?

—Si así se queda Cathy sí, pero no me contestaste papi —dijo ella mirándolo a los ojos.
—Claro que sí.

—Claro que no —dijo ella con voz tierna— Yo te pregunté porque debíamos mentir diciendo que Cathy es tu novia.
—No te entiendo.

—Olvídalo —dijo ella cubriéndose totalmente con las sábanas.
—Ah no, ahora me dices... —dijo Ray haciéndole cosquillas.
—No, no te diré —dijo ella riendo. Los dejé así y me fui a mi habitación.

*               *               *

—Será mejor que nos demos prisa, seguramente la familia no tarda en llegar —dijo Gemma mirándome sonriente, sin embargo esa emoción no alcanzaba sus ojos.
—¿Pasó algo bueno anoche? —inquirí como quien no quería la cosa.
—Odio ser tan transparente contigo —dijo— Estuve con Mitchell —confesó mordiéndose la mejilla derecha como cuando estaba nerviosa.

—¿Y... el veredicto es? —inquirí sin mirarla, sabía que eso sola la pondría más nerviosa.
—Supongo que el sexo es sexo Cath.
—Es obvio que el sexo es sexo Gemma, me refiero a cómo te sentiste tú al hacerlo con Mitchell.
—No estoy segura de que funcione —dijo cerrando los ojos como esperando una reprimenda.

—¿Y tuviste que acostarte con él para saberlo?
—No, ya lo sabía, el sexo solo me lo confirmó.
—¿Sigues teniendo a Kaleb en tu cabeza cierto?
—No puedo mentirte Cath —admitió— creo que jamás saldrá de mi cabeza.

—Hola chicas ¿Dónde están? —dijo la voz de Stella, pero no fue necesario contestar, ella, Camille y Mattew iban entrando a la cocina con unas cajas.

No sabía cómo, ni dónde, ni cuándo, pero Stella había conseguido pancitas falsas de embarazada de cinco, seis, siete, ocho y nueve meses. Mattew había conseguido ropita de embarazada y Camille fue la primera en ofrecerse a ponerme la pancita de cinco meses. No se sentía para nada incómoda. Camille me había obligado a ponerme una de las blusas de embarazo y fue así como había recibido a la familia de Raymond.

Marina, Elara y Daphne me daban ideas de lo que podría pasar en un embarazo, pues me contaban sus extrañas experiencias; Raymond había hablado con sus primos, su padre y sus tíos acerca de la habitación que se modificaría para que pareciese la de un bebé.

Toda la casa parecía un circo de tanta gente que había ahí, todos encargándose de algo. Raymond y yo estuvimos tan apurados que casi no nos vimos sino hasta la hora de la comida donde finalmente lo ví, él se me quedó mirando asombrado.

—Wow, Cathy —dijo con los ojos como platos, por alguna estúpida razón eso logró ruborizarme un poco— te ves extrañamente bien...
—Gracias Gordo —dije insegura— creo.

—Y... ¿Qué va a ser? —preguntó Tomás, quien estaba abrazando a Roxy por los hombros y luego agregó burlón— digo... debemos saber de qué color poner la habitación.

—Niño —dije mientras Rayrick decía "Niña" nos miramos— Niña —corregí mientras él decía "Niño"— mejor dejemos que Clary decida.
—Quiero una niña —dijo inocentemente— quiero una hermanita para jugar.
—Pues niña entonces... —dije poco convencida.
—Niña será —dijo Rayrick feliz.

—No es por interrumpir tan hermoso momento de decisiones.... pero no se supone que a una mujer embarazada... le... amm... —decía nervioso Kaleb— si... ustedes saben... les crecen... las... ammm... esto es incómodo —dijo murmurando lo último, tanto Raymond como yo lo mirábamos expectantes.

—Busto... pechos... —llegó diciendo Gemma mientras rodaba los ojos— ¿Qué tanto problema es decirlo Kaleb?

Raymond lo miró mal, como reprendiéndolo por pensar en ese tipo de cosas. Yo lo miraba igual.

—En realidad no hay problema por esa parte, se supone que apenas tienes cinco meses, por lo que en teoría tus pechos no deberían estar mucho más grandes de lo normal —dijo Andy irrumpiendo en la plática.

Yo estaba seguramente como ocho tonos más roja de lo normal... esta conversación acerca de si tenía un busto grande o no, era algo incómoda. Y mi hermana no ayudaba demasiado con ello.

—¿Podemos dejar ese tema para después? —inquirí.
—Pero cielo, debemos pensar en todo... en eso Kaleb tuvo razón, así no hay que mentir, y tienen autenticidad —dijo Andy con mirada pícara, yo estaba segura de que no podía estar más roja.
—Andy, basta.

Ella no volvió a mencionar el tema, en lugar de eso, ella, Gemma, Athala, Greta, Marina y yo salimos de compras. Según todos era mejor dejar el teléfono celular en la casa, por si los rastreaban o algo.

Por lo que tenía entendido, Gemma lo había dejado en la universidad y Stella en su casa, yo por si acaso, lo dejaría aquí con Rayrick.

Estuvimos recorriendo tiendas de bebés todo el día, Marina me decía que escogiera de todo, cunita, carriola, sillita para comer, inclusive Greta había argumentado que necesitaría una silla mecedora cuando naciera el bebé... si seguíamos así, hasta yo me creería mi embarazo.

Todas opinaban que faltaría para el bebé, y todo lo pagamos en efectivo, habíamos pedido que se mandara a casa de Raymond, para que los chicos los acomodaran. Gemma, Greta y Marina habían enloquecido queriendo comprar ropita de todo tipo de color rosa. Me reusé completamente. Si iba a ser mi bebé falso, sería al menos como yo quisiera, así que escogimos vestiditos en todos los colores menos en rosa. Al igual que las cosas. Inclusive Athala se emocionó cuando vio una vestimenta estilo "Dark" para bebé, la compró.

Cuando regresamos a casa, todos se fueron a sus respectivas casas, dejándonos solos a Ray, Clary y a mí para cenar. Los tres estábamos tan cansados que nos fuimos a dormir enseguida, había seguido la recomendación de Marina de dormir con la pancita puesta, decía que me acostumbraría más rápido a ella.

*               *              *

El siguiente día no fue mejor, solo que esta vez, en vez de recorrer pasillos con mamelucos, vestidos, juguetes de bebé, biberones, zapatitos y artículos variados para bebé, recorrimos infinidad de tiendas buscando ropa de maternidad y compramos todo lo que las chicas consideraban "adorable", "tierno", "que me hacía ver menos gorda", "que decía: quiero presumir a mi bebé", o que simplemente se me veía bien a mi estilo normal. A insistencia de Gemma y por órdenes de Andy... habíamos comprado uno que otro sostén de embarazada.

Llevábamos dos carros, y ambos iban a reventar de todas las bolsas de ropa. Al llegar a casa, se repitió la rutina de la noche anterior y caí rendida en la cama.

*               *               *

El día después de ese, comenzó de la misma forma, fuimos al departamento de la universidad para recoger mis cosas y llevar todo a la casa de Raymond. Una vez ahí, mientras los chicos terminaban de arreglar el cuarto de la "nueva bebé". Las mentes maestras del plan nos reunieron a mí y a Rayrick en el estudio, lejos de todo el bullicio del piso de abajo.

—Bien chicos, como saben —comenzó a decir Gemma— si vamos a actuar esto, debe hacerse bien.
—Por lo que, a votación de todos, concluimos que oficialmente Cathy debería mudarse aquí —añadió Andy.

Rayrick y yo solo asentimos, eso ya lo sabíamos.

—Lo que incluye técnicamente... —continuó Andy mirándome nerviosa— que compartan la misma habitación dado que no podemos decirle a Gavril que son pareja y que cada uno se meta a su cuarto —se apresuró a decir.
—Por lo que el día de hoy antes de la gran sorpresa —siguió Gemma, igual de rápido que Andy— Les daremos tiempo de que se acomoden y arreglen sus cosas en el cuarto de Raymond.

Y no bromeaban, Rayrick y yo estuvimos arreglando nuestra ropa, acomodando todo... lo que técnicamente incluía mi ropa de "embarazada" y mis cosas personales. Le había pedido disculpas a Rayrick durante todo el día, y las mismas veces me había respondido que no había problema. Hacer todo con la pancita de embarazada dificultaba un poco las cosas, así que Rayrick me ayudaba bastante.

Cuando finalmente estábamos con todo perfectamente acomodado, nos reunimos con mis amigas y los padres de Raymond en la sala, donde nos encontramos con tres maletas en la sala. Raymond y yo los mirábamos expectantes.

—Hasta que terminaron, creí que perderían al avión —dijo Gemma poniendo los ojos en blanco.
—¿Cómo? —pregunté.
—No hay tiempo, les explicaremos de camino, ahora deben llegar al aeropuerto —argumentó Marina.

Cuando menos pude entender me encontraba a punto de pasar la banda del aeropuerto y me encontré con otro detalle importante, Clary no estaba con nosotros.

—Descuida, hubo un cambio de planes, Marina creyó que sería mejor así —me dijo mi hermana— no cree que sea buena idea que Clary vea sus intentos de ser cariñosos como pareja. Solo prométeme que lo intentarás.
—Lo prometo —Andy me abrazó y dejó paso a Gemma.

—Me siento especial porque yo sí que se lo que sientes por ese chico, además de que sé que lo difícil no será simular todo esto, sino separar en tu mente los sentimientos de la realidad.

—Tengo miedo Gem, temo empezar a confundirme —confesé presa del pánico, ella lo notó y me abrazó.

—Lo entiendo, y lamento que esta sea la única manera, porque sé que puedes salir lastimada, créeme que yo no quería que tus sentimientos se vieran comprometidos.
—No importa, yo también entiendo —entonces ella se separó de mí y su mirada cambió a una divertida.

—Espero que hagas que valga la pena todo el tiempo que estuve seleccionando bonitos bikinis amiga —me dijo de forma sugerente.
—Gemma se supone que estoy embarazada —le dije entre horrorizada y preocupada, si Gemma Connelly había sido la responsable de hacer mi maleta... no quería imaginarme que había empacado.

—Lo sé, no es que yo supiera que su habitación tiene piscina propia y libre de la vista del mundo entero —me guiñó un ojo— solo se tú misma Cathy. Que nada te preocupe. Tendrás internet y dos días para practicar cómo ser una buena madre embarazada.

—¿No son tres los días que estaremos ahí? —pregunté confundida.
—Bueno, por eso dije... —dijo ella en tono misterioso— dos para aprender a ser buena madre embarazada.... y uno más para que disfrutes de Miami como mujer —me guiñó un ojo y solo pude pensar en ¿Cómo rayos y por qué éramos amigas?

Dicho esto, me dejó pasar por la banda, afortunadamente la pancita no tenía nada de metal. Al cruzar me reuní con Raymond quien me miró enseguida.

Si vamos a ser honestos, Rayrick lucía tan asombrado como espantado, dubitativo y shokeado justo como yo. Sin embargo, su mirada decía claramente "Que empiece el show". Miró mi mano y la entrelazó con la suya, seguía tan nerviosa por esto que la verdad agradecí que me sostuviera, total, si me fallaban las piernas, estaba segura de que Rayrick no me dejaría caer.

Cuando abordamos el avión pude darme cuenta de que era un avión común y corriente... o sea un vuelo comercial. Normalmente estaba acostumbrada a viajar en primera clase y me imaginaba que Rayrick también, sin embargo, por alguna razón estábamos abordando un avión comercial, no es que me quejara exactamente. Rayrick debió interpretar mi mirada porque se inclinó y me dijo.

—Papá y mamá creyeron que sería mejor así, de esta forma habría testigos a nuestro favor en caso de necesitarlos.
—Enserio son muchas las molestias que se están tomando todos Rayrick.
Princessa, vale la pena. No podemos dejar que te regresen a Grecia. Clary te extrañaría mucho.
—¿Solo Clary? —le pregunté riendo.
—Bueno, también mi madre, Cami, Greta, Athala... inclusive mi padre —dijo poniendo mirada de horror, con lo que me hizo reír— además, también te extrañaría, ya me acostumbraste a comer comida casera, no creo poder regresar a hamburguesas y pizzas a diario.

—Tu orden en esta vida depende de mí Rayrick, ¿A quién engañas?
—Oh enserio.... creí que me estaba volviendo un poco más responsable.
—Claro que no —dije riendo— tú serás responsable hasta el fin del mundo.... y eso quien sabe.

Seguimos bromeando un poco más, en realidad el vuelo no era realmente largo y esta vez sí me habían dejado mi celular, al igual que a Rayrick.

—¿Cathy, me haces un favor? —me dijo Raymond.
—Depende... —le dije juguetona.
Princessa —dijo viéndome con cara de "enserio" a la cual yo solo sonreí causando que se riera y sacudiera la cabeza negando— realmente necesitamos practicar... y creo que la azafata que está detrás podría ayudar... me incomoda bastante su mirada, tal vez puedas hacerle lo mismo que a Melany...

—En resumen —dije después de voltear de forma discreta a ver a la azafata— ¿Debo ser la novia celosa de nuevo?

—Técnicamente... —dijo acercándose a mi oído para que solo yo pudiera escucharlo— estás embarazada de mi hija... así que no solo serías la novias celosa... tendrías todo el derecho de celarme.

No pude evitar una carcajada. Ese era un pensamiento algo perturbador y logró ponerme lo suficientemente nerviosa como para reírme. Aunque técnicamente cierto, se supone que, si estaba embarazada de Ray, no éramos solo "novios" como las otras veces... ahora veía cuánta razón tuvieron Marina y Daniel al enviarnos ahí para poder hacer un buen papel.

Cuando llegó la hora de los aperitivos y la azafata llegó a nosotros, era demasiado obvia la mirada insinuativa que le lanzaba a Raymond, yo tenía frio y desde que me había sentado en el asiento me había puesto encima la chamarra de Raymond, lo que impedía que se viera "mi pancita", decidí sacarle provecho a la situación.

Cariño, gracias ya no tengo tanto frío —dije quitándome la chamarra y dándosela a Ray, quien me miraba con mirada divertida, la azafata por otro lado... parecieron salírsele los ojos de órbitas al ver la pancita, comenzó a mirarnos a Ray y a mí alternativamente— Se te ofrece algo —le pregunté a la azafata.

—No, solo saber si requieren algo —dijo como en trance.
—No gracias —contestó Ray con una sonrisa ladina.
—No gracias —dije yo.

Entonces la azafata se retiró, yo me levanté de mi asiento y le guiñé un ojo a Rayrick antes de seguirla, él solo rio.

—Te sugeriría que no te acerques a mi esposo linda. Y olvídate de que tu número aparezca misteriosamente en algo que le pertenezca, porque la que va a llamarte seré yo y la plática no será amena —le dije cuando estuve lo bastante cerca, luego fui a la parte del baño y una vez ahí, tuve que taparme la boca para que mi risa no se escuchara.

Cuando regresé con Raymond él sonreía.

—De verdad... qué bueno que estoy de tu lado y no en tu contra Princessa. No te imagino con tu novio.
—Oh cielos —le dije fingiendo estar asustada— no soy celosa Gordo. Para nada celosa.
—Pues por cómo lo actúas, yo pensaría que sí.
—Te aseguro que no. Creo que soy la persona menos celosa del planeta.
—Ya te veré Cathy.

Cuando bajamos del avión, debo decir que estaba mucho más relajada y tranquila, era mucho menos probable toparme con algún conocido aquí que en Manhattan. Así que podía tener mayor soltura en mi práctica. Y al parecer Ray pensaba lo mismo, porque nada más bajar del avión me tomó por la cintura y no me soltó hasta que llegamos a la recepción del hotel.

Nos llevaron a la habitación y me sorprendí bastante al darme cuenta de que Gemma de verdad tenía razón. Esa cosa tenía una piscina cerrada. Había champagne y pétalos de rosa por toda la habitación.... algo bastante cliché para mi gusto, pero con la firma de Gemma por doquier.

Fue mientras inspeccionaba la habitación que me di cuenta de algo importante y que hasta entonces no había pensado... Solo había una cama. Y por lo visto, Raymond había reparado en el mismo hecho.

—SI quieres puedo dormir en el so... —comenzó a decir nervioso y sonrojado, lo interrumpí.
—No Gordo, aún no te has portado mal —le dije sonriendo.
—Oh cielos Cathy... —dijo poniendo una sonrisa también— ¿Cuál es el plan para mañana?
—Bueno... —dije buscando en mi bolso de mano la lista que me había entregado Marina— mis organizadoras personales... dijeron que debía comprar mi vestido para año nuevo... y si lo ponemos así... debe ser un vestido para embarazada. Por lo demás son solo las cosas que debemos practicar.

—Entonces podremos empezar por ir mañana por tu vestido.
—Estoy de acuerdo... necesitaré que me ayudes en eso —le dije seria.
—¿Por qué?
—Porque no sé de qué tipo escogerlo.... si uno que me haga lucir menos gorda.... o uno que presuma el embarazo.

Ambos reímos con el comentario. Siendo honesta con Raymond siempre era fácil encontrarle el lado bueno o chistoso a las cosas, y a pesar de que me sentía como cuando charlaba con Gemma, sabía que en cualquier momento podían peligrar mis sentimientos.

Decidí echarle un vistazo a lo que Gemma me había empacado, mientras abría la maleta solo podía rezarle a Dios para que, teniendo un poco de suerte... Gemma empacara ropa a mi estilo y no al de ella. Abrí la maleta... definitivamente la vida me odia o algo.

Mataría a Gemma Connelly. No tenía idea de qué hacían ahí cinco Baby doll... y nisiquiera eran para dormir, técnicamente eso ni siquiera tenía sentido, solo estaría ahí tres noches... y además... ¡Era INVIERNO! Una no usa Baby doll en invierno para dormir.

No me había puesto pijama alguna... y tenía 6 trajes de baño.... no sé qué pensaba esa mujer cuando empacó tanto... ni que me fuera a meter a la alberca y me cambiara el bikini cada cinco minutos.

La ropa gracias a Dios era más a mi estilo, lo que me dejó pensando en que esa chica no era congruente con lo que decía y lo que hacía... primero me decía que fuera despacio y luego me empacaba ropa que decía a gritos que fuese más rápido.

Después de un debate interno entre si me pondría algún Baby doll como pijama... decidí que era mejor eso a nada, tomé mis cosas de aseo personal, que no se le podían olvidar a Gem por la rutina de pre bed.

Entré al baño, cepillé mis dientes, me deshice la trenza que me había hecho por la mañana y me quité la pancita estorbosa... Marina me hubiera matado por ello, pero había decidido tomar un baño del cansancio, además si la hubiera dejado, el Baby doll no hubiera entrado ni con calzador, no había mojado mi cabello puesto que no me gustaba dormir con el cabello mojado.

Me miré demasiado al espejo antes de finalmente salir... había escogido el conjunto menos transparente, era uno azul. De cierta forma, sabía que era lo menos transparente que había encontrado Gemma. Después de asegurarme a mí misma unas vente mil veces que Raymond no me juzgaría ni me diría nada, pude armarme de valor y salir del baño.

Al verme a Raymond se le calló el botecito de helado que comía.

—Cathalinna.... —dijo con los ojos como platos.
—No lo escogí yo... Gemma no me puso pijamas, parece que olvidó que no uso esto en invierno, que ella duerma con esto mientras hace un frío terrible no quiere decir que todas lo hagamos.... disculpa eso Gordo.
—Está bien Cathy... yo... —dijo buscando las palabras— también debo ir a cambiarme.

Se metió al baño con algo de ropa y se olvidó del botecito de helado caído. Lo levanté y me comí lo que sobraba... era de vainilla, así que me lo comí con gusto.

Me senté en la cama, para mí era bastante incómodo todo esto, en especial por mi "pijama" no estaba acostumbrada a estar tan expuesta, me sentía demasiado desprotegida, en otra época, cuando estaba con Las Reinas en gymnasio, antes de lo sucedido con Gavril, no tenía problema con ponerme uno de estos durante las pijamadas ni con salir y pasearme por la casa solo son uno de estos puesto, sin embargo desde lo que sucedió con ese imbécil, no había podido estar con menos ropa que no fuera un short y una playera, si es que alguien iba a verme en pijama.

Así que estar así con Raymond rondando por ahí, sí que me incomodaba, a pesar de que sabía que él no haría nada que me lastimara, mi cerebro no podía evitar lanzar esa alarma de "Peligro, ponte algo de ropa"

Cuando Raymond salió del baño, estaba cambiado, al parecer a él si le gustaba dormirse con el cabello mojado, algunos varios mechones le caían juguetonamente por la frente.

—Te quitaste la pancita —observó.
—No hubiera entrado en esto —dije tomando el dobladillo de mi "pijama"— si me la dejaba... además, quería descansar un poco.
—Cathalinna —dijo mientras caminaba y se sentaba a mi lado— No voy a lastimarte ¿Bien? —no pude evitar una risita— ¿Por qué te ríes?

—Pareció que me leíste la mente Gordo.
—No Princessa no leo mentes —me dijo con su sonrisa ladina— Cathalinna, yo no te lastimaré okey. Puedes confiar en mí. No soy él.
—Lo sé Gordo —dije abrazándolo fuertemente, necesitaba un ancla que me dijera que todo estaba bien, y no tenía problema en que esa ancla fuera Raymond— Gracias.

Él me devolvió el abrazo y exactamente no sé cuánto tiempo estuvimos así.

—Hora de dormir Princessa, nos espera un día ocupado.

Le hice caso, me quedé en mi lado de la cama y me entregué al sueño, esperando no despertar con pesadillas como las últimas noches, no necesitaba que Raymond o nadie en realidad, supiera en qué medida me afectaba.

*********

Hola Seres de Luz !!! Se que llevaba algún tiempo si publicar y lo lamento, tuve mis finales y no me daba tiempo ni de respirar, Espero les gustara el cap tanto como a mí  y lo difruten todos. 

¿Cuál es su personaje favorito?

¿Qué creen que le regaló Cathalinna a Raymond por navidad?

Recuerden que si esta historia les gusta...

Voten 🌟 y Comenten 📝 para + Capitulos

Abrazos y Saludos

16/07/18
16/12/19
10/07/20

Azeneth

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