Lean la nota final, por favor. Les gustará.
-¿¡Y tú crees que me lo voy a creer!?
Mentiras, puras mentiras de parte de Wiss.
Él decidió que el Kaio debía llevar a Goku y a Bills de vuelta a la tierra y a mí me trajo a mi hogar.
¡Un hogar que ya es propiedad de Bills y no sé por qué!
-Espero que entiendas la gravedad del asunto, Kanon. Han pasado muchas cosas y no recuerdas ninguna hasta ahora.
-No, no y no. -me niego. -¿No crees que recordaría que tengo una hija? Es imposible que la olvidara, por eso mismo no te puedo creer.
-Todavía no sé con qué intención Black Goku te borró la memoria, pero deberías aportar de tu parte.
-Y joder con lo mismo. Admito que el Zamasu de éste Universo quería matar a Gowasu pero como ya les dijo Bills, si un dios mata a otro dios, entonces habrán muerto. En ese caso, mi memoria debería de regresar. ¿No?
-No lo sé. -Wiss da un paso cerca de mí y acaricia mi cabeza con cariño. -Ni siquiera sé por qué te hizo eso.
Nos quedamos en silencio unos segundos.
-¿Crees que...? -le miro a los ojos. -¿Tu estés vivo en aquella dimensión?
-Supongo que sí.
-¿Y por qué no intervienes? Si todo esto es real y esas cosas.
-Bueno, al no haber dios de la destrucción no se me es permitido intervenir.
Miro a Wiss con detenimiento, pensando seriamente todo el asunto.
-¿Y si yo me volviera el dios de la destrucción de esa dimensión?
-¿Eh? -deja de acariciarme y me mira sorprendido.
-Ya sabes... volver a ir y pedirle a ese Wiss que me haga su aprendiz. Después de todo, nos habremos conocido antes. ¿No?
-Definitivamente no. -sentencia.
-Pero... Podremos salvar ese mundo si tan solo hiciera eso.
-No, Kanon y te daré varias razones. -tenía el ceño ligeramente fruncido. -Para empezar los dioses de la destrucción no pueden viajar por el tiempo. Ya lo hiciste una vez, si el señor Zeno se da cuenta de una segunda vez, entonces podría irte muy mal.
-Pero...
-Número dos. -ni me deja hablar. -Si te vuelves el dios de la destrucción de aquella dimensión, no podrás volver aquí nunca más.
-No hay nada que me detenga a estar aquí.
-¡Te equivocas! -me grita por primera vez. Siento como mi cuerpo tiembla ligeramente. -Tienes un marido y una hija por la cual has causado muchos problemas. ¡Incluso a mí me metiste en problemas!
-¡Lamento lo que hice pero ni siquiera lo recuerdo!
-Es increíble. -niega con la cabeza. -Por ahora te quedarás en el planeta tierra.
-Pero...
-¡Y no quiero que causes problemas! ¿Entendido?
Miro a un costado, indignada y molesta. Él sabe el poder que ejerce sobre mí y que, si quiere que le lave el cabello, tendría que hacerlo.
-¿Kanon? -vuelve a preguntar. Le miro a los ojos.
-Bien.
-¡Perfecto! Ahora regresemos que Bulma está preparando una cena y no me la perderé. Te encantará la comida del planeta tierra, lo prometo.
-Wiss... -tomo de su ropa antes de que avance. -Tengo una pequeña petición.
-¿Cuál es?
-N-no... -trago saliva, me costaba trabajo pedírselo. -No me dejes sola.
Wiss sonríe con ternura y entrelaza su mano con la mía.
-¿Cuándo lo he hecho?
Tardamos media hora en llegar al planeta Tierra. Llegamos justamente junto a la enorme casa llamada Corporación Capsula.
Todos ya estaban sentados en una mesa alargada, la cena sería en el balcón a la luz de la luna. Cuando nosotros llegamos, todos se quedaron en silencio, dejándome más incómoda que de costumbre.
-Lamentamos la interrupción. -dice Wiss.
Miro alrededor de toda la mesa, quedaban dos sillas vacías, una junto a mi supuesto "esposo" y otra junto a Bills, y creo que Wiss también se dio cuenta de ello. Supongo que los mortales creían que regresaría recordando o algo así.
-Mmmmh... ¿Te parecería si movemos la silla junto a mí? -me pregunta Wiss. Niego con la cabeza.
-Está bien. Me sentaré allá.
Nadie quitaba su mirada de encima mío, todo el trayecto hacia la silla se me hizo eterno. Entonces, cuando estaba por llegar, Goku se levantó, abriendo la silla para mí.
Y eso dejó sorprendido a más de uno.
-Gracias... mmmmh... Goku. -hago un gesto con la cabeza y me siento en la silla que él me ofrece. Luego se sienta junto a mí, dejándome totalmente nerviosa.
Después de unos minutos, todos volvieron a tomar confianza y siguieron hablando de cosas suyas. Yo no pude dirigirle la palabra al tal Goku, no estaba preparada y me sentía muy incómoda.
-¡Ya llegué! -ruedo los ojos al escuchar su voz.
Los sirvientes de la casa traen una nueva silla y la colocan junto a mí. Kyle se sienta a mi lado con una sonrisa de oreja a oreja.
-Hola, hermanita.
-No te atrevas a hablarme.
-Pero... -se ríe. -Se supone que ya te platicaron todo. ¿No? Deberíamos ahora estar en paz.
-Me das mala fe. -muevo mi silla más cerca de Goku. -Deja de hablarme.
-Pero Kany...
-¡Ni se te ocurra volverme a llamar así! -murmuro indignada. Giro a ver a Goku quien también tenía mala cara hacia mi hermano. -Goku, te cambio de lugar.
-De acuerdo. -acepta sin pensar.
Ahora a un lado estaba Goku y al otro un hombre con cabello de flama. Por un segundo sentí un poco de vínculo con él, pero no sabría cómo explicarlo.
-¿Qué me miras? -ladra. Doy un respingo en mi lugar.
-¿Eh?
-¿Acaso estás sorda?
Alzo una ceja, totalmente ofendida.
-Joder, ni siquiera hay educación en éste planeta.
-Como si me importara tu opinión. - Cierro los ojos con un ligero dolor de cabeza. -Oye... ¿Estás bien?
¿Pero qué...?
"Me acerco a Vegeta para abrazarlo con fuerza.
-Gracias por todo Vegeta. -beso su mejilla. -Recuerda que, para mí, tu siempre serás el número uno.
Una de las manos de Vegeta deja mi cintura y se enreda entre mi cabello. Vegeta tira levemente de él para alejarme un poco, yo le miro con curiosidad y cuando menos lo esperaba, me besó."
-¡Rayos! -me levanto de golpe en mi lugar. Todos vuelven a quedarse en silencio, mirándome a mí. Y yo miraba con terror hacia Vegeta.
Se supone que soy esposa de Goku. ¿Por qué recordé eso?
-Oye... Di algo. -Vegeta se había levantado junto a mí, al igual que Goku. Yo le miro aterrada.
-Tú... tú y yo nos... -susurraba cerca para que nadie más escuchara. -¿Nos hemos besado?
Vegeta deja su cara seria por unos segundos, remplazándola por una de sorpresa.
-Tsk... ven conmigo. -Vegeta toma mi muñeca y está por llevarme a la corporación cuando Goku nos detuvo, tomando mi brazo libre.
-¿Qué crees que haces, Vegeta?
-Es obvio que necesita dormir, le mostraré su habitación. -dice de mal humor. Miro a Goku, me llevaba bastante en altura, y aunque no lo demostrara, en su mirada había un poco de tristeza.
-Descansa Ángel... -dice él, soltando su agarre. Vegeta vuelve a tirar de mí, llevándome al interior de la corporación.
Ya me imaginaba la horrorosa versión donde yo era una total conquistadora y más de uno aquí fue víctima.
Vegeta abre una habitación y me obliga a entrar primero, luego entra él y cierra la puerta. Más nervios.
-¿Cómo sabes eso?
-¿Eh?
-Se supone que perdiste la memoria. -recuerda. Asiento con la cabeza.
-Fue como... un recuerdo. -me encojo de hombros. -No sé qué me pasó, pero... entonces si te besé yo ¿Realmente no amo a Goku?
-Tsk... no digas estupideces. -mira a un costado. -Aquel suceso fue más una muestra de apoyo que de amor.
-Claro... Besándonos. -digo sarcástica.
-Lo entenderás hasta que recuperes toda la memoria, no pienses que lo harás ahora. -se cruza de brazos. -Por lo mientras, deberás ocultarlo a no ser que quieras tener problemas con tu marido.
-¿Mi marido? ¡Ni siquiera lo conozco! -me quejo, desesperada. -¡Siento más vínculo hacia ti que hacia mi hermano o mi supuesto marido! ¿Qué mierdas significa eso?
-Tal vez tú y yo tenemos más cosas en común de lo que te imaginas. -dice con calma. -Por eso mismo, deberías escúchame. No lo digas, o te arrepentirás más adelante.
-¿Es una amenaza?
-Advertencia. -abre la puerta para salir.
- ¡Oye, espera! ¿A dónde vas?
-Iré con Kakaroto al futuro para verificar si las cosas ya están bien.
-¿Acaso no creen en mi poder? -me quejo.
-Los villanos de ahora son tan retorcidos, que no sabemos qué esperar de ellos. -dice él cerrando la puerta y dejándome en la soledad de una habitación.
Doy un chillido de frustración y me aviento a la cama. Estaba cansada y harta de todo este show que estaban armando. Solo me confundían más y más.
Alguien golpea la puerta con delicadeza. Me siento al modo indio sobre la cama.
-Adelante.
Todos mis sentidos salieron disparados al ver a Goku abrir la puerta, incluso se me erizó el vello y hasta se me olvidó como respirar. Él no se detuvo en mirar algo más, desde que abrió la puerta me miró a mí.
-Hola. -se recarga en el umbral. Se veía tan bien.
-Hola... -apenas y me escucho.
-Supongo que te has de sentir muy confundida. ¿No es así? -se cruza de brazos dejándome una perfecta vista de sus músculos.
-No tienes ni idea. -niego con la cabeza. Él me sonríe, sacándome el aire.
-¿Sabes? Nos conocimos de una forma muy extraña. -se adentra al cuarto y cierra la puerta detrás de él, alertando mis sentidos. -Mis amigos te tenían como una especie de prisionera. Ninguno de nosotros sabíamos que eras un dios.
Por alguna razón, sus palabras me parecían más sinceras que las de los demás.
-Tienes tres hijos. ¿No? -digo con timidez. -¿Los tres son míos?
Goku se ríe, dejándome en blanco. He visto muchas cosas a través de mis años de vida, y ésta escena es la más placentera.
Ahora comprendo por qué me gustaba éste hombre.
-No. Dos de ellos fueron con mi anterior mujer, pero la tercera, nuestra pequeña es solo nuestra.
Solo nuestra.
Goku atraviesa la habitación y se sienta en mi cama, estaba cerca de mí.
-¿Realmente he causado muchos problemas? -murmuro en voz baja, me intimidaba que me mirara directamente a los ojos. Tenía unos bellos ojos.
-No tienes ni idea. -se ríe. -Pero todo ello ha valido la pena. -borra su sonrisa. - Si tan solo hubiese sido más fuerte... -hace una mueca de disgusto y desvía su mirada. -No estarías tan confundida.
-Oye, no fue tu culpa. -digo al instante y sin saber por qué. -Según Wiss, fue mi culpa haberme adentrado al portal.
-Fue un accidente. -corrige. -No sabes lo preocupado que estaba cuando supe que te había llevado con él.
Mi corazón da un vuelco. ¿Por qué late tan deprisa?
-¿Irás de nuevo a la otra dimensión? -me acerco más a él. Goku se había recostado de lado y con una mano en su cabeza se mantenía elevado. Yo seguía modo indio.
-Debemos asegurarnos de que su futuro estará bien.
-Y si... de pura casualidad no lo está. ¿Qué harán? -llevo mi dedo a la boca para morder mi uña de los nervios, pero Goku toma mi mano y la entrelaza con la suya.
Mi corazón se saldrá en cualquier momento.
-Derrotaremos a ese malnacido que se atrevió a tocarte. -se lleva nuestras manos a su boca para besarlas.
-Si es muy peligroso no dudes en regresar. Yo puedo ayudarles.
Eleva la comisura de sus labios.
-Definitivamente, aunque hayas perdido la memoria, sigues siendo igual de linda.
Mis mejillas se sonrojan fuertemente. No estaba acostumbrada a esto.
-Necesito un favor. -dice de repente. Se le veía serio.
-Dime, lo que quieras.
-Sé que será incómodo y tal vez un poco difícil para ti, pero mientras yo no esté, necesito que cuides de nuestra hija Renka. -me pide. -Normalmente cuando no somos nosotros, es Vegeta quien la cuida pero él vendrá con nosotros así que... -deja la frase en el aire.
-Claro, lo haré.
-¿Enserio? -sonríe ampliamente.
-Después de todo, es mi hija. ¿No?
Vaya, si Wiss me escuchara, diría algo como: ¿A él si le crees y a mí no?
-Eres la mejor, Ángel.
Ese apodo.
Tenía tantas ganas de tocarlo, de besarlo y demostrarle el amor que acababa de florecer desde mi interior. Teniéndolo frente a mí, estaba desesperada por acariciarlo.
-Debo irme, dentro de poco saldremos. -se incorpora de la cama. Una cola de mono aparece en mi campo de visión, así que era un Saiyajin. Qué lindo.
-Espera... -le llamo antes de que girara para irse. Goku me mira con curiosidad hasta que me cuelgo en su cuello y lo beso.
Su cuerpo se tensa inmediatamente, no se esperaba esta reacción mía, pero no pasaron más de cinco segundos cuando envolvió sus fuertes brazos en mi espalda y me besó con amor. De repente me sentía en las nubes, como si mi vida fuera estar aquí con él. Y aunque no recordara nada, mi cuerpo parecía hacerlo, porque de alguna manera sabía cómo reaccionar ante sus caricias.
Goku da un paso al frente y me deposita con delicadeza sobre mi cama. Con él encima, sentía todo mi cuerpo necesitarlo ahí para siempre.
-Goku...-susurro cuando deja mis labios para besar mi cuello. Sus besos eran suaves, y de vez en cuando me mordía.
Unos golpes en la puerta interrumpen nuestro momento.
-¡Goku! ¡Es hora de irnos! -era la voz de la mujer de cabello azul. Goku suspira resignado sobre mi cuello, haciéndome cosquillas. Me río y él sonríe por eso.
-Debo irme, Ángel.
-Claro, Goku. -siento un vacío al ya no sentirlo conmigo. -Prométeme que serás prudente.
-Lo prometo. -sonríe como un idiota enamorado.
Me he de estar viendo igual.
-Corre... el mundo te necesita.
-Te amo. -besa mis labios y se retira de ahí. Dejándome completamente en la lela.
Me sentía enamorada de ese hombre y no sé por qué.
Bien, quería que leyeran la nota final porque les tengo un regalo de navidad.
...
S-solamente vayan a mis historias y busquen. 7///7 Eso es todo, Feliz Navidad chicas, espero que les guste mi regalo.
¡Amemos a Goku!