Sólo Sexo |Fanfic 1°| [Raura]

By danced575

151K 7.2K 1K

-¿Solo sexo?-pregunte, inocente. No sabia lo que me esperaba. -Solo Sexo.-afirmo el, seguro de si mismo. Aun... More

Prólogo.
Cap 1: Nuevo Comienzo.
Cap 2: New York = Ciudad Aburrida.
Cap 3: Hormonas Alborotadas.
Cap 4: Debo De Estar Soñando.
Cap 5: ¡Mierda!
Cap 6: Unica Salvación.
Cap 7: La Chica Del Evento.
Cap 7. Parte 2: Sumergida En Mis Pensamientos./El Rubio Sexy Del Evento.
Nota De Autora.
#Wattys2015
Cap 8: Linda pijama, eh.
Cap 9: Santas Nalgas, Lynch.
Cap 10: Fiebre, Pensamientos Impuros y Soy Marano Laura.
Cap 11: ¡Rubio Sexy! ¿¡Es Una Cita!?.
Spam: Enamorada De Mi Guardaespaldas.
Cap 12: Diosa Del Sexo.
Cap 13: Dios Del Sexo.
Cap 14: Reglas, Normas Y Contrato.
Cap 15: Me Ato La Gripe.
Cap 16: ¡Islas Canarias!
Cap 17: Familia Lynch.
Cap 18: Por Unos Minutos.
Cap 19: Es Mi Cuñado.
Cap 20: Casi.
Cap 21: No.
Cap 22: Discursos.
Cap 23: ¿Jack?
Cap 24: Acompañante y ¿Confianza?
Cap 25: Hoja De Lechuga.
Cap 26: Boda de Carlos.
Cap 27: Lejano.
Cap 28: Cita Doble.
Cap 29: Inesperado Regreso.
Cap 30: ¿Adam es...?
Cap 31: Dudas
Cap 32: Feliz Cumpleaños a Mi
Cap 34: ¡Feliz Navidad!
Cap 35:...Por todo.
Cap 36: Stuttgart, Alemania
Cap 37: Andrés
Cap 38: Respuestas
Cap 39: Secuestro
Cap 40: Muerte
Cap 41: Miel
Cap 42: Anulemos el Contrato
Carta de Laura
00. Narra Ross.

Cap 33: ¡No puedes controlarlo!

1.7K 123 19
By danced575

1...2...3...

Las voces explotan y cada vez mas, la gente se va aglomerando en las puertas de embarcación. Nosotros no. Nosotros partimos por el aeropuerto pero en el jet privado de Ross.

Estoy muy emocionada, después de meses volveré a ver a Sabrina.

*

El cinturón rodea mi cintura pero tengo unas ganas inmensas de sacármelo y correr por el jet como una niña. Es tan chiquito pero tan grande. Tan mío pero tan suyo.

—Sera mejor que te agarres fuerte—me avisa Ross, en el asiento frente a mi.

Nosotros estamos alejados del personal, tenemos unas puertas deslizables que nos separan. Gracias a los cielos.

—No es nada del otro mundo, ya he subido a un avión—replico un tanto enojada.

Desde que embarcamos me trata como una niña pequeña «Laura, calmate» «Sientate bien, nos están viendo » «Comportate» Soy adulta, él no tiene derecho a decirme como debo comportarme. Que le den. ¿Quién se cree qué es?

—No te acerques mucho a la ventana.

Esto en definitiva era el colmo. ¿Acaso volaría fuera de ella?

Le pongo una de mis peores caras y le digo:

—¿O si no qué?—respondo, lo mas odiosa que puedo. Me estoy empezando a cabrear.

—Te puedes golpear. ¿Quieres hacerme caso?

Toma el puente de su nariz y se rasca el cuello. Debería ser yo la que haga eso, no él. ¡Que exasperante!

—No soy un ni...

De pronto, el avión empieza a arrancar y miro más de cerca a la ventana. Oh, por Dios. Ya vamos a volar.

No es que nunca haya subido a un avión, no. He ido bastantes veces solo que cada vez, me emociono por la sensación. Esa sensación de vértigo me hace sentir viva, y así es como deberíamos sentirnos todos... Vivos.

Cierro mis ojos esperando que el avión suba y cuando lo hace, sonrió.

Mi cuerpo se echa hacia atrás con una fuerzas enorme y río. Es encantador.

Pego un pequeño grito y me río como una tarada. La ultima vez que actúe así, la señora de al lado me golpeó. Pero es imposible, cada vez que subo aquí siento cosquillas en el estómago y como todo a mi alrededor da vueltas.

*

—Deberías dormir, falta al menos media hora para llegar y necesitas ahorrar fuerzas...

Me habla luego de un rato en que el avión se estabiliza en el aire.

—Tienes razón, deberíamos —hago énfasis en 'deberíamos' para que él también considere la idea.

El asiento lo echo hacia atrás y cierro mis ojos.

*

—¡Sueltalo, animal!—un grito me saca de mis sueños.

Miro a todas partes y Ross frente a mi, patalea inquieto. Pega y reparte arañazos a su alrededor, rápidamente me levanto y pego mis labios a su oído.

—Va a estar bien, Ross, va bien—susurro sin saber realmente que ha pasado en sus pesadillas.

Él sale de su trauma y me mira alarmado. Su mirada se alivia al verme. Ve a su alrededor y su mirada cae.

Suspiro. Quisiera saber que piensa.

Retiró su cabello de su sudada frente y soplo allí, para que se relaje. Lo veo cerrar sus ojos.

—Va bien—le susurro levemente.

Me levantó y voy por un vaso de agua. Veo la hora y son las diez y quince. Pronto llegaremos.

Le tiendo el vaso de agua y el no dice nada. Parece estar en trance.

Para darle privacidad, me retiro y me asomo para ver si Peter, Josh y los demás duermen. Efectivamente, es así, excepto por Josh quien me mira preocupado desde un extremo.

—¿De nuevo sus pesadillas?

Asiento.

—¿Pasa siempre?—pregunto, rascando mi brazo. Se me hace incomodo que todos sepan de sus pesadillas.

—Son muy frecuentes—me asegura con una mirada extraña y vuelve a su asiento.

Me salgo de allí y me siento de nuevo frente a Ross.

Se ve un poco mejor.

—No voy a dormir más—me dice, de pronto.

—Deberías tratar, al menos, falta poco para llegar y habrá una conferencia apenas llegues.

—Estoy bien así, duerme tu.

Niego con la cabeza y me asomo por la ventana, viendo la oscuro noche en el cielo.

Esperaré por él.

*

Cuando llegamos al aeropuerto de Miami, estoy mucho mas que inquieta. Agregando que no dormí completamente. Son las once de la noche y vamos de camino al hotel.

Me siento de muchas maneras.
Tengo cosquillas en el cuerpo, una nostalgia para llorar, un instinto de bajarme y correr. La verdad, estar aquí de nuevo, me trae muchos recuerdos. Recuerdos alegres que me ponen triste porque simplemente no volverán.

Es impresionante como en tan poco tiempo acumule tantos recuerdos.

Llegamos a un bonito y lujoso departamenteo frente al mar. Me bajo del auto antes de estacionar y quito mis zapatos para sentir la arena fría de la noche deslizarse por mis dedos. Se siente muy bien.

Suspiro. Si no fuera por Ross, no estaría aquí. Debo encontrar la manera de agradecérselo.

¿Cuándo sera su cumpleaños?

Es tarde así que decido meterme dentro a ver cuál es mi habitación.

En la recepción me encuentro con Josh, Peter y Ross, quienes hablan en susurros y planifican algo. Me acercó sigilosa a ellos
—Entendido—dice, Josh serio. Es raro escucharlo así. Un escalofrío recorre mi columna.

Ross me mira y con su cabeza me indique que vaya arriba. Asiento y me acerco a los muchachos para despedirme.

Camino hacia Josh para despedirme, cuando de pronto, él se aleja levemente. Algo se hunde dentro de mi y la decepción y vergüenza me comen. ¿Que he hecho?

Asiento sin saber nada y me despido con la mano. Veo arrepentimiento y culpa es los ojos de Josh. Peter mantiene su vista a otra parte. Algo sucede.

Me pososviono al lado de Ross para buscar habitaciones.

Me despierto aturdida al no reconocer a mi alrededor, luego caigo en la cuenta de donde estoy y me relajó. Respiro profundo y me muevo como una loca al recordar a que hora veré a Sabrina y Adam.

Me coloco ropa deportiva y salto de la habitación con una coleta alta. Me encuentro a Ross saliendo igualmente de su habitación.

—Buenos días—digo con todo el humor del mundo. Siento que mi sonrisa alumbra todo.

—Buenos días—me dice él, algo distraído.

Le sonrió.

Tomamos el ascensor y llegamos a recepción, que se encuentra vacía, a excepción de Josh y Peter.

—Voy al centro de Miami.—le aviso a Ross, intentando de construir una conversación.—¿Y tu?

—En la noche tengo conferencia, vendrás como mi asistente. Ahora te acompaño a lo que vayas a hacer.

Me quedó aturdida por un momento, procesando la información. Me toma por sorpresa todo lo que dice.

—Puede llevarme Josh y Peter.—sugiero lo primero que se me ocurre, no quiero molestarlo.

—Ellos deben ocuparse de otros asuntos—gruñe, sacando unas llaves de su bolsillo.

Me encuentro a Josh y a Peter sin haber dormido lo digo por sus fachas, sin embargo, aquello no le quita lo atractivo. Intuyo que de seguro no habrán desayunado, agradezco haberles traído desayuno y café.

Se los tiendo y ellos lo aceptan sin decir nada. Por dentro me enojo muchísimo.

—Iré con Laura al centro. Sigannos de cerca. Luego se retiran—dice esto, y por último los mira sobre sus gafas.

La actitud de Ross se me hace sospechosa y presiento que algo pasa alrededor. Josh no es el mismo desde que llegamos al hotel.

*

Cuando estoy frente al departamento de Sabrina, suspiro sin creer que estoy aquí.

El teléfono de Ross me saca de mis pensamientos.

—¡Maldición! Voy para allá.

Lo miro desconcertada, estaba normal cuando de pronto, reacciono así. Está enojado, no me sorprende si echara humo por las orejas.

—¿Que ocurre?—pregunto, afligida.

No me mira, se quita el cinturón y lo veo prepararse para bajar.

—No te muevas, quedate en casa de tu amiga y no salgas hasta que venga por ti.—suena autoritario, lo que provoca que me paralice y no pueda pensar.

En shock, sin darme cuenta, lo veo irse, ¿en qué momento ocurrió todo esto?

No entiendo qué pasa.

Decido eliminar el malestar en mi pecho y emprender camino al departamento de Sabrina.

*

—¡Laura!—su voz se escucha diferente a como se escuchaba por Skype, se escucha como siempre se ha escuchado desde que la conocí.

—¡Sabrina!—grito y la abrazo con euforia.

Siento que ya puedo dormir en paz. Al fin, después de tantos meses, la he vuelto a ver.

*

Después de haber hablado con Sabrina al menos mas de 5 horas, ya me estoy retirando con la promesa de volver mañana.

Hablamos de todo y nada, me comento que no pasaría las navidades con sus padres. Ellos seguían molestos con Adam por decidir ser gay y decepcionados con Sabrina por apoyarlo. Así que no les quedaba de otra que apoyarse uno al otro. Me gustaría tener una hermana como ella.

Ya pronto sería la conferencia y Ross aún no arribaba, así que decidí irme al hotel por mi cuenta. Sabía como llegar, Miami era mi segundo hogar.

*

Llegue a recepción y me pareció extraño no encontrarme con Josh, ni Peter. Me encogí de hombros y decidí ir de una vez a mi habitación. Estaba agotada.

La habitación de Ross.

Me detuve al escuchar unos murmullos.

No estaba solo.

—¡No lo sé!

Esa era la voz de Ross. Parecía desesperado.

—Te lo voy a preguntar una última vez y...—y la voz se callo de pronto.

No recuerdo haber escuchado esa voz, pero se trata de un hombre.

Susurros inaudibles, era lo único que reinaba en esa atmósfera.

—¿¡Donde está ella!?—volvía a gritar, aquella voz desconocida para mi.

—No l...—la voz fue amortiguada con algo parecido a un golpe.

Me alarme, así que me pegue a la puerta. No escuche nada solo quejidos.

Habían herido a Ross.

—Dime donde se ha metido tu perrita...

—No voy a decirte nada. —escuche la voz de Ross, pastosa—No le tocarás ni un pelo.

¿De quién hablaban?

—Lastima por ti, Ross. Estaré detrás de ella contando sus pasos y vigilando sus movimientos. Los guardaespaldas no te servirán de nada, estás encerrado.

—¡Largate, Maldición! ¡No puedes parar de una puta vez! ¡DEJANOS TRANQUILOS!

Otro golpe seco me aturdió y consideré la idea de entrar ya. Sin embargo, me quede paralizada, no fue hasta que escuche una puerta cerrarse, que decidí entrar.

Me acerqué apresuradamente cuando lo ví subir las escaleras tomándose el abdomen. Sabía que estaba herido, debía haber entrado antes y detener esto.

Detuve su paso y tome su cara en mis manos, tratando de no lastimarlo. No me miro a los ojos, se limito a decir;

—Alejate. Vete a tu habitación—su voz tan gélida, calo en mis huesos.

—¿Qué ha pasado, Ross?—pregunto con mi voz hecha nada.

—No ha pasado nada—dijo entre dientes, su mirada perdida en algún punto a mi alrededor.

—Ross...—murmure, tan suave para no alejarlo.

—Cierra la boca.—sus palabras empezaban a dolerme, pero tenía que entender que se encontraba lastimado.

—Estás herido, debo ayudarte. ¿Quién te pego?—dije, con urgencia, necesitaba calmar mi angustia y eso no lo resolvería hasta que él me hablará y me dijera quien fue.

—¡Que cierres la maldita boca, te dije!—me grito y mi cuerpo se sacudió junto con el susto de su repentina reacción.

Pero, no.

Él grita, yo también grito.

—¡No voy a cerrar mi maldita boca, hasta que me expliques! Yo también estoy involucrada en esta mierda, ¿¡acaso crees que no me doy cuenta!?— agite mis manos en el aire, así aminore las ganas que tenía de golpearlo por tratarme como una niña.

—Ya basta, Laura. Por favor —me pidió mas calmado, subiendo las escaleras. Me dejo con las palabras en la boca.

Pensé rápido que debía hacer, si se iba me sentiría muy mal, quiero estar a su lado, pero al parecer el no quiere eso.

—Ross...—lo llame levemente tocando su hombro.

—No te voy a decir quien mierda me golpeó.

Me indigno. Llegó a tocar un punto débil. Yo soy amable contigo y tu un idiota conmigo, pues te has equivocado. Pero no dejaré que me humille.

—Pues, creo que al menos merezco saberlo.—me acerqué a él y lo señale—Todo esto se te esta yendo de las manos y ya no sabrás como controlarlo.—negué con mi cabeza—Y ¿sabes una cosa? Me importa una mierda quien te haya golpeado, eres un ser despreciable, Lynch, eso ¡es lo que eres!—le grite, temblando de la ira por dentro, gritando y desgarrando mi interior, porque la verdad no quería decir aquello. Pero el momento me estaba consumiendo, no entendía por qué me trataba así, simplemente he ofrecido mi ayuda y él me trata con patadas. Pues, bien, este juego se juega de dos no de uno.

Después del incidente de la golpiza, volví a arreglarme para la conferencia. Estoy mas que lista, maquillada, peinada y preparada mentalmente para cualquier pregunta u objeción acerca del tema. Estaríamos en la cima si todo sale según lo planificado

Baje las escaleras y espere en recepción. Esta vez no salude ni a Peter ni a Josh, ni mucho menos me moleste en buscar a Lynch en su habitación. Si ellos querían estar en mi contra, pues bien, debía demostrarles que sin ellos no me muero.

Me subo en el auto  y espero a que el rubio llegué.

Algo en mi se fracturó.

Quise llorar al ver su rostro, su pómulo derecho estaba morado con intentos de maquillaje para tapar, lo mismo ocurría con su cuello y frente. Estaba muy mal. Mal, mal y sabía que no me resistiría, yo quería hacer algo, curar sus heridas, besar sus cicatrices, quería hacer algo grande que le demostrara que lo quería.

Me acerque un poco mas a él y antes de arrepentirme me voltee a observarlo. Decidí con mis dedos remarcar el maquillaje para que no se viera tan falso. Trate de tapar un poco los golpes, pero parecía imposible. Su rostro demacrado hacia mi corazón arder y querer ser yo la que estara allí, es muy lastimoso verlo así.

—¿Estás seguro de ir a la reunión?

—Si, Laura. Por este absurdo hecho—señala su rostro—no dejare de asistir.

Asiento en silencio.

Al entrar a la sala, los presentes lo primero que hicieron fueron observar a Ross sin disimulo, a kilómetros se vislumbraba su rostro magullado. Eleve mi barbilla y hombros sin importarme lo que dijeran.

Agradecí a los cielos que la reunión fue exitosa y ya íbamos de regreso a casa, ya podíamos descansar por fin en paz. Sin embargo, este día no podía terminar bien.











—¿Qué es esto?—pregunte al llegar al departamento. Un sobre blanco descansaba en la encimera de la habitación de Ross, estaba dirigido a él y mi persona. Trate de no alarmarme.

Buenas noches, mis estrellas favoritos. He notado que se dirigen a una reunión, para cuando estén leyendo esto ya habrán llegado. Muy bonito tu conjunto, Laura, esa blusa lila se te ve de maravilla. Y a ti Ross, esos adornos en tu rostro te hacen ver mal, es una lastima todo esto. Disfruten esta botella y mi pequeño detalle. Esta noche paso por ustedes.

Con las manos temblando abrí el otro sobre que contenía una fotografía en la cual aparecía Ross y yo saliendo del conjunto de reuniones. No podía no alarmarme. ¿Qué estaba ocurriendo?

Me desplazo hasta el suelo intentando mantenerme. Con mis manos oculto mi rostro. Por alguna extraña razón pensaba qie mientras mi cara estuviera tapada nadie me haría nada, tenía la costumbre de hacerlo con los monstruos ficticios que aparecían en mi cuarto. Pero esto no era ficticio, era una cruda realidad y no me divierte, realmente no me divierte.

Mis sollozos no tardaron en hacer presencia, mientras mi corazón latía cada vez mas rápido, esperando a que vinieran por mi, ya era hora, el asesino vendría y me mataría. Me tenía en la mira ¿qué mas quería?

—¡Laura!—escuche la voz de Ross con un hilo de preocupación cerca de mi. No supe ubicarlo.

Tape mis oídos y escondí mi cabeza entre mis piernas, sino conociera esto, no sabría que era un ataque de pánico, eran constantes en mi casa, cada vez que papá y Vanessa gritaban. O las veces en que Ellen vino queriendo...

—¡Escuchame, ¿que ha pasado?—pide cerca de mi oído, trata de alejar mis brazos de mi cabeza—¡Estoy aquí! ¡Maldita sea, me tienes aquí! ¡Mirame!

Negué llorando, sus gritos empeoraban y sentía como me rompía poco a poco. Mi llanto era incesante.

Papá, ayuda...

—¡Por favor! ¡Laura, soy yo! —volvió a tomar mis brazos, no lo permití.

Así era cuando papá se percataba de mi estado, se volvía loco y buscaba la forma de calmarme, nunca lo lograba, por mas constantes que eran, nunca aprendió.

Siento como se levanta de mi lado y exclama sobresaltandome:

—¡MIERDA, MIERDA, MIERDA!— no quiero mirar se que esta enojado conmigo, pero no quiero, el desconocido me debe estar mirando, ¿por qué no viene por mi de una buena vez?

Oí como la puerta se abrió y me tense, gritando, desgarrando mis cuerdas vocales.

¡Ya llego!

¿¡Pero, quién!? ¡Maldicion!

Llore, llore y llore mas fuerte esperando irme. Pero nada llegaba.

—¿Qué le sucede, Señor?

Reconozco esa voz, yo sé quien es.

—¡Retirate, Josh! ¡Es mía puedo resolverlo!

Esas palabras me aturden el cerebro. Mi corazón late deliberadamente, quiero vomitar.

El pánico me hace sentirme encerrada, las paredes se cierran sobre mi. ¡No quiero esto!

—¡NO!—grito, quitando mis manos. No me importa el moco ni las lágrimas o lo roja que se debe encontrar mi cara, estoy harta—¡Esto se salió de tu putas manos, Ross! ¡LLEGO UN LÍMITE! ¡Maldicion!—lo señalo, acercandome no lo suficiente para tocarlo y partirle la cara.

Me siento desorientada, tan débil, tan pobre, tan...sola. Me he quedado sola por no escuchar a papá ni a Vanessa.

Y sin poder evitarlo, me echo al suelo, llorando sin consuelo, no, no, no. Dios mío, mi pecho duele, duele física como mentalmente. Estoy estancada, voy en peligro.

—Josh, largate de una vez. ¡Puedo resolverlo, maldita sea!

La puerta se cierra y me echo hacia atrás. No quiero nada, estoy sola y sin un maldito consuelo como siempre. Sin papa, sin mi hermana, sin Liam, sin Sabrina, sin Adam. Sin nadie.

¿Por qué le cuesta tanto decirme? No lo he presionado, ni he sido curiosa, he esperado el momento. ¡He sido prudente! ¡Malditamente prudente!

—Escucha Laura, pasará lo prometo. Dejame explicarte.

—No, no y no. Ya no haz podido controlarlo, por tu maldito misterio. Ya no quiero estar aquí...me quiero ir...

—Nadie te hará daño.—aseguro, con cierto tono de fastidio. Aquello me cabreo.

Sonreí cínica.

—Creo que tu ya lo haz hecho.

Me gire en busca de mis pertenencias.

*

Temblando miraba al techo. Ross dormía profundamente a los pies de la cama. Yo dormía en ella, en su cama, que olía a él. Sin embargo, aquello no era capaz de calmar mi desbocado corazón. Sentía pánico, nervios y no sabía como echarlos. Realmente quería dormir con Ross. No lo haría, pero tenía una idea.

Me levante y me acosté a un lado de él, en el suelo. Aspire su aroma y sentí su calor. Debía dormir, lo necesitaba.

Caí rendida en los brazos de morfeo.

(Dos días después.)

Mis hombros son zarandeados por mi llanto cada vez mas alto y grande. Lloro sin consuelo y abrazo la almohada.

Ya se fue. Ya se ha ido.

Hace una hora me he despedido de Sabrina, y ahora me encuentro empacando destino a New York de nuevo.

Este viaje lo único que ha traído son mocos y lágrimas.

Mi corazón se siente vacío, hasta solo, pero sabía que volvería no sé cuando pero lo haría.

Pronto sería navidad y después de ella venían vacaciones otra vez para ese entonces visitaría a San y Dam.

—Es hora.

Asentí y quise golpearme. Ross no me veía si estaba tras la puerta. Me reí.

—Voy—susurré limpiando mis mocos.

Escuche un suspiro del otro lado de la puerta. Cogí mis maletas y me encamine a salir de la habitación. Con un Ross que me miraba neutro y un Josh y Peter arrastrando el alma.

Sin saludar me subí al auto. Los guardaespaldas que creí mis amigos no me hablaban y aún estaba enojada con Ross. No tenía nada que hacer, la verdad. Mi única preocupación antes era el tema de conversación, ahora no hay nada.

—Al llegar pasaremos por tu casa y nos quedaremos con Stormie.

—Es tu madre, Ross.—le recuerdo—Y no me quedaré allí. Te recuerdo que tengo un departamento el cual pago y es donde vivo.

—No habrá discusiones, te estoy protegiendo.

—Así dices... Luego me encuentro con que nos vigilan, pero tranquilo, todo lo tienes bajo control...—hablo con simpleza.

Las olas se mueven frente a mis ojos, y la brisa mueve ciertas palmeras. Quisiera bajar la ventanilla.

—¡Haz silencio! ¡Trata de protegerte y es así como me pagas! No seas niña y para.—su grito me toma de sorpresa, provoca que mi corazón se hunda dolorosamente.

Asiento en silencio. Miro arriba sin derramar lágrimas. No quiero llorar. Estoy muy susceptible y ya me arden los ojos.

Muerdo mis labios para que los sollozos no escapen, pero es imposible quieren salir y acabar con todo.

Finalmente, una especie de gemido-sollozo se me escapa, lo que hace que unos brazos tibios me tomen por detrás y me susurren al oído;

—Lo lamento, he sido duro contigo y lo siento. Pero estoy mal, tengo ciertos problemas y necesito que confies en mi, que me entiendas y trates de estar... Allí, por favor. 

Me refugio en su pecho y cierro mis ojos, ya arden mucho.

Continue Reading

You'll Also Like

262K 17.4K 33
[SEGUNDO LIBRO] Segundo libro de la Duología [Dominantes] Damon. Él hombre que era frío y calculador. Ese hombre, desapareció. O al menos lo hace cu...
75.4K 5.5K 19
Hazel, una chica que es famosa en la escuela por agarrar a patadas a todos y ser muy extrovertida y Noah, la chica mas popular de toda la escuela, a...
61.5K 14.2K 32
La mano del rubio se coló bajo la máscara del anbu acariciando su rostro suavemente, los azules lo veían con debilidad y un gran amor, Itachi se dejó...