[ L U H A N ]
-¿Luhan...? Por la puta madre, Cho, quítale las manos de encima.
De pronto sentí que el chico que estaba en frente mío a punto de besarme había desaparecido. Abrí los ojos y estaba en el suelo. Giró y me sorprendí mucho al ver que fue Lay quien lo hizo. Tenía el ceño fruncido y luego de unos segundos después Xiumin y Jongdae aparecieron.
-¿Qué está pasando? -preguntó Xiumin con un ligero toque de preocupación en su voz.
-Este imbécil intentó besarlo. -habló Lay. - Joder, Cho tienes suerte de estar vivo. Sehun te hubiese molido a golpes.
No pide evitar que sus palabras me llenen de tristeza. Además, ¿cuándo Lay había actuado de esta manera antes? Nunca lo había visto agresivo, menos empujando a alguien con esa fuerza. Respiraba agitadamente y tenía el ceño fruncido, estaba enojado, sin embargo, su mirada se suavizo cuando giró a verme.
-¿Pasó algo? -preguntó.
Negué lentamente. Cho se levantó del suelo lentamente y me dedicó una mirada que supe interpretar perfectamente.
-El se fue, Zhang.
Me sentí idiota cuando pensé no se atrevería a hacerlo.
Sentí las manos de Xiumin sobre mis hombros y como Jongdae se acercaba a Lay para ayudarlo con Cho.
-Aléjate de Luhan, déjalo tranquilo. -dijo Jongdae con un tono muy amenazador.
-¿Por qué me alejaría de la persona que me gusta?
Su confesión dejó fríos a todos los presentes. El agarré sobre mis hombros se hizo más fuente y protector.
-¿Te estás escuchando imbécil? -alzó la voz Xiumin. -¿Te gusta Luhan? Por favor, Cho, déjalo en paz hombre. -agregó esta vez riéndose un poco.
-¿Tan difícil es creer que me puede gustar Wu? -dijo soltándose del agarre de Lay y Jongdae.
-Sí. -respondió rápidamente mi amigo de mejillas gordas.
El iba a responder algo pero el timbre sonó y las voces de las personas comenzaron a oírse cada vez más cerca de lugar donde estábamos. Jongdae hizo un movimiento rápido, sacó mi mochila de allí y la colocó en el asiento que compartía con Xiumin.
-Me sentaré con Luhan. -dijo antes de tomar con cuidado la mochila de su novio y dejarla al lado de la carpeta de Lay.
Los hombros de Cho cayeron y por un momento estuve a punto de acercarme y darle un par de palmadas para reconfortarlo. Me vio con los ojos caídos y cayó sentado sobre el asiento de Sehun recostados e sobre la carpeta.
Es un idiota, me recordé. Cho Kyuhyun es un imbécil que me besó a la fuerza, pero ahora le gusto. No me cuesta creerlo, yo vi sus ojos y siento lástima por el.
Nunca podría corresponderle.
•••
[ S E H U N ]
-¿Qué tal está la cena, querida?
-Exquisita, señora. -sonrió limpiando sus finos labios con una servilleta.
-Llámame Hyorin, por favor. -insistió nuevamente con un tono cordial que nunca le había escuchado hablar.
-Sehun irá a tu escuela. -le sonrió mi padre dándome una mirada.
Tragué con gran dificultad un trozo de carne e hice una mueca de dolor. Tomé el vaso de agua que estaba a mi diestra y bebí un poco para aminorar el malestar.
-¿En serio? -preguntó con un tono alegre.
-Sí, hablé con tu madre y me dijo que Sehunnie con tu compañía se adaptaría más rápido en la escuela. He oído que participas en muchos eventos sociales de la escuela ahora que están cerca de graduarse.
-Sí, estoy segura que Sehun hará buenas amistades.
Buenas amistades, pf. ¿Cuántos años tiene, cuarenta? Irene se me hace cada vez más insoportable y dudo que alguien pueda ser tan perfecta.
•⏳•⏳•
Llevo poco más de un mes en Seúl, milagrosamente hice amigos. Entré a la clase baile de aquí también y allí fue donde conocí a Taemin, Taeyong y Hoseok. Siendo honesto, no pensé que ir a escuela podría llegar a volverse normal para mí. En matemática seguía siendo una mierda y es cuando más extrañaba las clases de Luhan...
-¿Comemos juntos en el almuerzo, Sehun?
Y ahí iba mi punto problema: Irene.
-Comeré con Taemin hyung. -respondí fríamente.
-Ya arreglé eso. -sonrió mientras se colgaba de mi brazo. -Taemin oppa me dijo que podía robarte por este almuerzo.
-No comeré contigo. -puse mala cara.
-Claro que lo harás. -sonrió divertida.
¿Acaso piensa que estoy bromeando?
-Desde que llegué a esta escuela todos piensan que estamos en algo. -me excusé. -Detesto ser el centro de atención y digamos que tu eres algo así como... Miss Simpatía.
-¿Has dicho que soy simpática? -se sonrojó.
Me solté de su agarre con cuidado y negué mientras aceleraba el paso y me alejaba de ella. Como según diciendo, es mi jodido problema en este país.
-¿Tu novia te soltó o huíste de ella?
-No te burles.
Me dio un golpe en la parte de atrás de la cabeza. Aunque yo fuese más alto que es no pude evitar encogerme luego de que lo escuchase gruñir suavemente.
-Que no se te olvide que estas hablando con tu hyung, mocoso. -sonrió muy satisfecho de sí mismo.
-No es mi novia... -dije entre dientes, pero el alzó una ceja. -Hyung.
-Así me gusta. ¿Es tan difícil tratar con respeto a tus mayores?
-Nos llevamos meses. -dije.
-Pero igual sigo siendo el mayor. -sonrió enseñándome toda su dentadura. -Irene está babeando por ti desde que llegaste, Sehun.
-No me interesa.
-Ya lo sé, solo que no entiendo porque no la mandas a la mierda de una vez.
-Ya lo he hecho una vez y pensó que bromeaba, está loca.
-Eso es cierto. -se encogió de hombro mientras caminábamos antes de saludar a alguien en el pasillo. -¿Lograste conseguir tu teléfono antiguo de vuelta?
Taemin era el único que sabía casi toda la historia completa del por qué volví a Corea. Obviamente omitiendo detalles como que mi hermano y sus amigos son gangsters y Luhan es hermano de uno de ellos y mi origen. Dudo que sea necesario que sepa de eso, ya mucho le sorprendió con lo poco que pude decirle.
-No, pero lo necesito para comunicarme con alguien me diga cómo está.
-No es que quiera ser pesimista, pero ya ha pasado un mes y no siquiera le has podido mandar un texto.
-Mi padre tiene registrado todos mis movimientos en una computadora.
-No es que quiera ser pesimista contigo, pero no te has preguntado si se ha cansado de esperar.
No negaré que eso hizo que una corriente pase por mi columna y sienta miedo. Estoy seguro que Luhan nunca haría eso, el debe confiar en mí.
-Deberías hablar él, parecer estar muy jodido por él. La simple mención de el te pone en alerta. -dijo deteniéndose en la puerta de la cafetería.
-Hyung. -llamé.
-¿Uhm?
-Préstame tu teléfono.
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