Josh
Llevamos una semana con los preparativos de la habitación del bebé.
Con la ayuda de Alex y Clarise, Meredith apenas está en casa.
Acudimos al médico para que le diesen el visto bueno.
Siempre y cuando no tuviese ningún disgusto ni un sobreesfuerzo, Meredith podría hacer vida normal hasta que naciese el bebé.
Cada noche, antes de acostarme, cierro la puerta de la habitación del bebé con llave, para evitarle tentaciones.
Sé que siente mucha curiosidad, ya que Alex ha sido de bastante ayuda a la hora de hacerme saber.
Por fin es sábado y esta noche es la noche.
Le pedí a Meredith que fuese a mimarse un poco.
Manicura, pedicura, peluquería...
Lo que necesite para estar relajada.
Me dijo que iría esta tarde con Alex y Tess, así yo podré terminar una ultima cosa.
He notado que está un poco triste, pero se niega a decirme el motivo, aunque creo que tengo una ligera idea.
Estos últimos días, apenas hemos pasado tiempo juntos, y mucho menos hecho el amor.
Por las noches estoy tan agotado que apenas ceno, me ducho y caigo dormido.
Eso si, abrazado a ella y acariciando su vientre.
Es duro ver esa tristeza en sus ojos, pero sé que merecerá la pena.
De todos modos, hoy vamos a casa de Max y Alex para comer, así que estoy esperando a que Meredith salga de la ducha y se vista para irnos.
Anoche di el último retoque a mi plan y estoy ansioso por que llegue la noche.
Llegamos a casa de Alex media hora más tarde.
Su embarazo empieza a notarse y el de Tess también.
Nuestros hijos se llevarán poco tiempo por lo que crecerán juntos y estarán juntos.
Eso me gusta.
Ahora solo me falta hablar con Alex y descubrir que pasa.
Alex
Reímos mucho durante la comida.
Me alegra ver que estamos unidos.
De eso precisamente se trata ser una familia.
Organicé esto con la intención de animar a mi hija.
Desde aquella llamada durante nuestra luna de miel, he estado preocupada y más aun cuando nos contó que ocurría.
Me preocupaba un poco que siendo solo una niña, tenga semejante don.
Debe ser muy duro y lo último que quiero es que mi niña se rompa.
Lo cierto es que me daba tanto miedo que llamé a mamá y me dijo que no me preocupase.
-Aurora es una niña muy fuerte, Alex. Te prometo que no le pasará nada y aprenderá con el tiempo.
Lo cierto es que agradecía que no hubiese descubierto su don antes.
Yo descubrí el mio a los seis.
-Muy bien, señorita. ¿Vas a contarme exactamente que ocurre?
Me vuelvo hacia Josh, quien se ha reunido conmigo en la cocina.
-Aurora ha descubierto su don.
Levanta una ceja esperando a que continúe.
>>Ella... Aurora habla con un niño de seis años que parece que está en constante peligro. No solo puede hablar telemáticamente con él, sino que siente todo lo que él siente.
He visto marcas en su piel, Josh y estoy asustada.