»Lucy...❤
—¿Estás segura de que podemos confiar en Juvia?— pregunta Natsu mientras mete sus cosas a la gran maleta.
—Claro que sí. Es mucho más confiable que tu padre; Emma estará bien con ella —
Ha pasado una semana desde que él y yo nos casamos. La luna de miel esta programada para mañana y siendo casi la media noche, Natsu recién está terminando de alistar las maletas.
Emma, con ya cuatro meses de edad, duerme plácidamente en su cuna. Yo estoy sentada en la cama observando como Natsu, con en ceño ligeramente fruncido, repasa mentalmente qué cosas faltan meter.
Faltando diez minutos para las dos de la madrugada, finalmente tenemos todo listo. Me acuesto en la cama y caigo profundamente dormida cuando siento los cálidos brazos de mi ahora esposo.
~•~•~
Hoy es domingo, y el vuelo no sale hasta las cinco la tarde. Tras tomar un excelente desayuno preparado por Natsu, alisto la maleta de Emma con toda su ropa y juguetes. Juvia la cuidará mientras yo paso una fantástica luna de miel en alguna playa del sur de América.
Él reloj da las cuatro cuando me subo al taxi que nos llevará al aeropuerto. Natsu le grita algunas indicaciones a Juvia acerca de como cuidar a la bebé y finalmente él auto avanza. Ya en el aeropuerto, tras casi dos horas, abordamos él avión y cuando éste está por despegar, siento que el alma se me saldrá en ese mismo instante.
Natsu coge mi mano, contagiándome su calor, me regala una sonrisa y me planta un tierno beso en la frente.
Dios, que vergüenza. No soy una niña.
~•~•~
—¡Por fin hemos llegado, creí que jamás bajaríamos de esa máquina del demonio!— exclamo mientras ambos caminamos a recoger nuestras pertenencias.
El lugar al que hemos llegado (Tumbes, según los carteles del establecimiento) tiene un clima malditamente caliente; ni bien eh bajado del avión eh sentido unas terribles ganas de quitarme toda la ropa.
Un hombre de mediana edad, tez oscura e inmensa sonrisa sostiene un cartel con nuestros nombres. Al acercarnos, se presenta amablemente como él representante del hotel en el que nos hospedaremos los siguientes siete días. Su nombre es Leandro y la manera en que habla él japonés me sorprende. Nos dirige a un auto color negro, acomoda nuestras pertenencias y luego arranca él carro hacia Zorritos, una playa llena de tranquilidad acompañada de un pequeño pueblo de amigables pescadores, según lo que nos dice él hombre.
Tras cuarenta minutos de viaje, nos detenemos en un estacionamiento cerca al mar. Al bajar del auto, quedo impresionada por la pulcridad de la playa.
Leandro nos conduce a lo que parece ser nuestro bungalow.
—Es enorme— digo asombrada por lo lujoso que se ve el recinto.
—Lucy, no hables de lo asombroso que es mi dragón en público, por favor — me reprocha en voz baja mi pelirosa y no puedo evitar sonreír antes de darle un codazo en el brazo mientras niego con la cabeza.
El amable hombre nos ayuda a instalar nuestras cosas, nos da un par de indicaciones y después de decirnos en donde lo podemos encontrar si necesitamos algo, se retira.
El interior del aposento es rústico y cálido. En la primera planta está la cocina, el baño y una pequeña sala de estar, en el porche hay un gran sillón y en la planta superior esta nuestra gran habitación, un baño personal y un espectacular balcón.
Al subir, mi primera reacción es aventarme a la acolchonada y seductora cama que parecía pedirme a gritos que me acueste en ella. Natsu me imita y se posiciona a mi lado. Ambos miramos al techo, totalmente agotados y sin darnos cuenta, caemos en los brazos de morfeo.
Al despertar noto que la noche ya ha caído y que Natsu sigue dormido.
En la oscuridad de la habitación, que es apenas alumbrada por la tenue luz de la luna, puedo ver sus facciones, perfectamente definidas. Su pecho sube y baja tanto rítmica como profundamente. Sus labios entreabiertos y las ventanas de sus ojos cubiertas por sus párpados. Su torso descubierto dejando a la vista su ya no tan marcado abdomen.
Sin darme cuenta, me encuentro acariciando la tostada piel de su pecho, bajo su adormilada pero divertida mirada.
—¿Soy agradable al tacto, princesa? — pregunta con voz ronca. Sonrío y me pongo de pie.
—Me daré un baño ¿me acompañas? — Cojo una toalla colgada en el armario y, contoneando las caderas a propósito, avanzo a paso lento con dirección al cuarto de baño.
No pasa mucho antes de sentir los fuertes brazos de Natsu abrazándome por detrás, y sus labios rozar la piel de cuello en una serie de suaves besos.
Me desnudo bajo su atenta mirada cuando ya estamos en el baño, la bañera ya ha terminado de llenar y, estando ya desnuda, me sumerjo en la tibia agua. Se quita el pantalón, junto a su ropa interior para luego hundirse en el agua frente a mí.
Con el vapor inundando la habitación, Natsu me hace una seña para me acerque a él y al hacerlo, me sienta en sus piernas, con mi espalda contra su pecho. Las palmas de sus manos recorren mi abdomen y pechos, mientras su boca se encarga de recorrer mi cuello y hombros, una de ellas, traviesa, se cola a través de mi abdomen hacia mi entrepierna y empieza a explorarla.
Suelto algunos pequeños gemidos,echando mi cabeza hacia atrás por el placer que va invadiéndome. Puedo sentir su erección contra mi trasero, cosa que me pone más caliente todavía.
—Lucy, ya no puedo más.— me susurra al oído. Deja de enternecerse en mi sexo para deslizar sus manos por mi abdomen. Me indica que me ponga de pie y hace lo mismo después de mí. Ambos salimos de la bañera a pasos torpes, mientras nos hundimos en un apasionado y desesperado beso. Ingresamos al cuarto y finalmente tropezamos con la cama, cayendo yo de espaldas en ella y Natsu sobre mí. Su manos se apodera de uno de mis pechos, mientras con la otra se apoya en la cama. Roza su miembro contra mi entrada, sacandome algunos gemidos. Aferro mis manos a su ancha espalda y enredo mis piernas alrededor de su cadera, obligándolo a presionar más mi intimidad.
Me penetra profundamente mordiéndome el lado inferior, causando una pequeña herida en este. Dejo marcas en su espalda con las uñas de mis manos en él momento que lo abrazo contra mí. Halo de sus rebeldes cabellos mientras succiona la piel de mi cuello y pechos, dejando pequeñas marcas.
Hace demasiado tiempo no hacíamos esto. Desde que la bebé nació, siempre cuidábamos de no ser ruidosos, pero ahora no puedo evitar gemir y pronunciar su nombre. Él jadea en cada embestida y recorre mi cuerpo con su mano libre.
—Cariño,... Ya... ya llego — dice en un susurro.
Le muerdo ligeramente la oreja, ocasionando que suelte un gemido, y bajo una de mis manos a mi centro, masajeándolo.
Él aumenta el ritmo de sus embestidas y finalmente ambos alcanzamos el ansiado orgasmo. Arqueo mi espalda mientras los espasmos recorren mi cuerpo y siento como mi interior se contrae alrededor de su miembro,a la vez que es inundado por un espeso y tibio líquido.
—Lucy,prepárate, porque te tendré así el resto de la semana— susurra en mi oído a la vez que muerde el lóbulo de mi oreja. Sonrío y miro al exterior por medio del balcón.
~•~•~
Después de darnos una ducha (por separado, para evitar la tentación), acordamos en salir a dar un paseo por la playa.
Me visto con unos pantalones cortos y una playera ligera.
Son las cuatro de la mañana cuando nos encontramos caminando por la orilla del mar, cogidos de la mano, en total silencio, sólo observando lo que nos rodea.
Natsu se sienta en la arena y abre sus piernas indicándome que me siente en en espacio que hay entre ellas. Obedezco en silencio y suelto una risita cuando siento su rostro en mi cuello y sus brazos sujetándome por la cintura acercándome más a él.
El cielo se empieza a iluminar y bajo mi mirada de asombro, empieza a amanecer.
Después de todo el matrimonio no es tan malo. ¿Verdad, mamá?
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Para los que no sepan, esto es un bungalow xD.
Hallo c:
¿Como estuvieron?
Espero que les guste el especial. Me da mucha flojera narrar más cosas v": y eso que tenía muuuuchas en mente.
Pero buehhh.
Voten y dejen sus sensuales comentarios ಥಥ. .
All The Love ( ˘ ³˘)❤
—Roma; quien más les ama.