La Ilusión de una Verdad |ECA...

By AzenethMireles

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Primera parte de la saga: El Camino al Paraíso. Aunque te vallas, sabes que jamás podrás huir de tu pasado... More

Aclaración
Dedicatorias
Prefacio
Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capítulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capítulo 17
Capitulo 18
Capitulo 20
Capitulo 21
Capitulo 22
Capitulo 23
Capitulo 24
Capitulo 25
Capítulo 26
Capitulo 27
Capitulo 28
Capitulo 29
Capitulo 30
Capitulo 31
Capitulo 32
Capitulo 33
Capitulo 34
Capitulo 35
Capitulo 36
Capitulo 37
Capitulo 38
Epílogo
ESPECIAL *Conociendo a Cathalinna Capaldi*
ESPECIAL *El desastre que es mi vida*
ESPECIAL *Compras Navideñas*
Último especial

Capitulo 19

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By AzenethMireles

(Aeropuerto y Cena)

Había sido a mediados de Noviembre, específicamente el 14 cuando había recibido una llamada de la casa de mis abuelos en Escocia. El pánico me había embargado y solo había empeorado al escuchar la voz de Ernest, el abogado de mis abuelos, un hombre casi tan mayor como ellos, bonachón y simpático.

Ernest me había explicado que mi abuela había fallecido esa madrugada, y que al igual que con el abuelo, ella había pedido que nadie supiese nada, especialmente mi madre. Me dijo que pondría todo en orden, pero que era necesario que estuviese en Escocia cuando se hiciera la lectura del testamento, aunque para ello mi abuela había pedido esperar seis meses posterior a su muerte. Y me había comentado que necesitaría un abogado de confianza, pues él ya no era tan joven como antes. Había muchas cosas que tratar en Escocia, pero después de todo, todavía debía esperar seis meses.

Ernest me había comentado que mi abuela había dejado una carta para mí que me esperaba en Escocia para cuando yo quisiese leerla. Pero para ser honesta, me sentía incapacitada de cargar con todo, al menos de momento, por lo que había decidido esperar para volar a Escocia, sobre todo porque eso solo alertaría a mi madre acerca de que algo pasaba, Ernest estuvo de acuerdo y convenimos esperar los seis meses antes de tomar un vuelo a Escocia.

Por otro lado, independientemente del incidente de Gemma con Kaleb, las cosas comenzaban a ir mejor para mi amiga, al parecer era bueno que estuviese dándose una oportunidad con Mitchell, quien se había vuelto un miembro frecuente en la familia Borgbier. Y bueno, Jessica también se dejaba ver mucho más seguido.

Athala había tardado un poco en darse cuenta de que ni Gemma ni yo teníamos intención de hablar con ella, en el caso de Gemma, bueno, las razones eran obvias, en mi caso, como se lo había hecho saber a Athala, no era mi costumbre ser hipócrita, y se me hacía grosero hablarle como si nada cuando yo sabía que su novio la había engañado dos veces con mi amiga.

Por otro lado, las cosas en The Titans marchaban de maravilla, Daniel me había asignado un proyecto de prueba, si lo hacía bien, entonces me asignaría algo más grande, no me dijo qué era ese proyecto más grande, pero confiaba en que pudiese obtenerlo. Por ahora, me estaba encargando de los planos y maqueta de una clínica de diálisis al norte de Nueva York, así que el tiempo que no estaba estudiando, lo pasaba trabajando en el proyecto, mi habitación era una jungla, pero poco me importaba. Unas pocas ocasiones en las que Roxana y Victoria hacían reunión en el piso, tenía que utilizar la biblioteca.

Y había sido en una de esas veces cuando Raymond me había visto trabajando, entonces identificó mis planos, eran los mismos que él había visto en el despacho de su padre, tuve que confesarle que estaba trabajando para su papá, cosa que, al parecer no le incomodó en lo más mínimo, incluso parecía agradarle la idea.

Fue así que cuando terminé el semestre, parecía que por fin podía respirar, y con este, también llegó la presentación de invierno de Clary. Yo era la más emocionada por ir, estaba feliz porque ella había logrado tener su solo. Ese día me había levantado temprano para prepararme, a pesar de que la presentación sería hasta la noche, terminé unos pendientes que tenía acerca del papeleo con The Titans y me dispuse a arreglarme.

—¿Hablaste con Mitchell? —le pregunté a Gemma mientras me ponía un arete frente al espejo.

—Sí, me dijo que no había problema con cancelar hoy ¿Qué te dijo Raymond? ¿Pasará él por nosotras o nos iremos con Tommy y Roxy? —añadió.

—Nos iremos con Raymond, pasará por nosotras —dije sonriente, estaba realmente emocionada de ver a Clary.
—¿Entonces ya no hay problema en que te vean con él? —inquirió.
—Ya no puedo detener más los rumores, además Lluvia ya me tiene en la mira y le debo el pago a mi Gemela Malvada...  las malas lenguas dicen que Tirgreen esta en la hermandad hoy de visita, así que es una buena oportunidad.

En realidad, había hablado con Tiffanny sobre esto, y ambas habíamos concluido que ya no podía seguir escondiéndome, así que su trabajo era asegurarse de que Tirgreen estuviese hoy acá y el mío era hacer que Rayrick pasara por Gem y por mí y así fastidiar a Tirgreen. 

—Solo hay que confiar en que nos lleve sanas y salvas al Magestic Theatre y que no nos maten al vernos salir con él de la hermandad —dije a mi amiga.

—Es increíble cómo vuela el tiempo Cathy... parece que fue ayer cuando Raymond llegó enojado a casa de sus padres y se fueron a hablar, créeme, creí que no salías viva y que moriríamos ejecutadas por la Familia Angelical —así es como Gemma y yo habíamos decidido llamar a los Borgbier, pues los tres primos llevaban nombre de ángeles— y míranos ahora, asistiendo a los eventos familiares y divirtiéndonos como una más de esa familia.

—Familia que por cierto tiene competencia con las nuestras —ambas reímos ante ese hecho, dado que, en todas las veces que Alethia había hablado con ambas, ninguna tuvo la delicadeza de mencionarle a nuestras amistades.

—Cathy, ¿Puedo preguntarte algo?

—Ya lo hiciste Gem —dije burlona, logrando fastidiarla un poco.

—Bien, voy a preguntarte algo y no quiero que me respondas con evasivas —advirtió— ¿Qué es lo que se traen tu y Raymond? Porque no me vas a engañar, en estas últimas dos semanas y media más o menos, se ven mucho más cercanos, mucho más... en fin, es algo, pero no es formal, y si lo es, entonces eres una pésima mejor amiga —aclaró con reproche.

—Somos amigos Gem, eso no ha cambiado —aclaré, Athala había estado insistiendo en lo mismo, sin embargo era la primera vez que Gemma lo mencionaba desde el cumpleaños de Clary.

—Oh claro y yo soy la reina de Inglaterra.

—Déjame terminar Gemma —reís divertida al verla cruzarse de brazos molesta como una niña pequeña— seguimos siendo amigos, pero definitivamente somos un poco más cercanos.

Con solo decir eso, vi la emoción en sus ojos, parecía niña en navidad, lo cuál me causó ternura.

—O sea... que ¿Estás considerando la idea de dejarlo acercarse más?

—Puede ser Gem —respondí nerviosa ente la mirada de mi amiga que se levantó de un brinco de la cama para abrazarme.

—No sabes lo que me gustó escucharte decir eso —dijo casi gritándome en el oído.

—Lo noto querida, y agradece que estamos solas o Athala y Torie ya se estarían quejando de tu voz chillona.

—Son unas delicadas —declaró mi amiga fingiéndose ofendida— ¿Por cierto, dónde se ha metido Torie?

—Hasta donde sé en la mañana iban a reunirse con Roxana y sus amigas, pero no se nada más.

—Que pena que no quisiera venir con nosotras a ver a Clary, podríamos habernos ido a bailar después.

—Creo que Torie necesita librar su duelo, y que no hay que presionarla.

—Tienes razón, y obvio que entendí la indirecta, trataré de hacérselo entender a Athala.

—No creo que puedas, a menos que le cuentes lo que pasó y no estoy segura de querer contarle a todo el mundo aún.

—El que no arriesga no gana —dijo ella encogiéndose de hombros.

—También entendí tu indirecta Connelly —añadí divertida, ella solo me guiñó el ojo— por cierto, ¿No deberías estar arreglándote?

—El Idiota de tu clase de literatura llegará como en media hora Cath, cálmate —dijo relajada mientras se acostaba en mi cama de nuevo.

—Oh claro, y por eso es que está su Roadmaster estacionado afuera —añadí asomándome por la ventana y viendo el auto de Raymond.

Gemma se levantó como alma que lleva el diablo y salió disparada al baño a arreglarse. Yo ya estaba lista y solo veía cómo ella corría de un lado a otro intentando apurarse y arreglarse. En eso recibí una llamada de Tiffanny.

**Llamada Tiffanny // Cathalinna**

Reina Rubia, tu novio está aquí afuera, ¿Lo invito a entrar y que suba... o bajan ustedes?
—Mejor que no Gemela, ya bajamos Gemma y yo.
—¿Está Smith arriba?
—No, ¿Necesitabas algo?
—Hablar contigo, ya estoy subiendo.

**Fin de la llamada**

Colgué el teléfono y fui a abrir la puerta del piso, Tiffanny solo tardó unos segundos en entrar al piso.

—Tú dirás —dije sentándome en al salita e invitándola a hacer lo mismo.

—Quería agradecerte, de verdad has hecho polémica en este lugar, acabas de regalarme un último año emocionante.

—No entiendo a qué te refieres —dije sincera.

—Además de lo de hoy... creo que no fui sincera contigo cuando acordamos este plan —dijo mirándome a los ojos— Verás, el sábado anterior, por casualidad estaba de shopping en la 5ta Avenida y te vi con una niña hermosa al parecer igual estaban de Shopping, iba a acercarme a preguntar cuando vi llegar a Rickford y definitivamente casi me da un paro cardiaco cuando la niña lo llamó papá. No he dicho nada a nadie —aclaró pues tenía intención de decirle justamente eso— solo quería decirte que veo muy tierno todo el asunto. Eres más peculiar de lo que pensé, y bueno, el semestre terminó y todos nos iremos de vacaciones, no quería irme a mis glamurosas vacaciones en el caribe sin darle un regalo a mi nueva amiga.

Ella me tendió un pequeño paquete, el cuál tomé con cautela y debo decirlo, con remordimiento.

—Gracias, pero yo no te he comprado nada.

—No lo he comprado —dijo restándole importancia— ¿Has visto la caja?

Entonces miré atenta el regalo, era de la tienda Rendiffin y sí, ella seguramente no había gastado ni un centavo, pero el hecho de que me tuviese en cuenta para un regalo, me hacía sentir mal por no tenerle yo uno a ella.

—Y... ¿Qué esperas? ¡Ábrelo! —me instó. Yo le hice caso y retiré el moño con cuidado, cuando abrí la caja me sorprendí al ver una corona de tres colores, blanco, negro y rosa— me di la idea cuando los ví a los tres, espero no ser impertinente, pero de verdad lucían como una familia, y antes de que digas nada, la familia está compuesta por aquellos a los que amamos, independientemente si lo dice un papel o no.

—No sé que decirte —dije honesta mirándola con lágrimas en los ojos.

—Nada, no digas nada Reina Rubia, solo no pierdas a tu familia —dijo tomándome de las manos— nuestros padres cometieron errores, y nosotros debemos aprender para no cometer los mismos, cuida a tu familia Cathalinna.

—Gracias —dije sintiendo sus palabras en mi corazón. Ella se separó y se sentó en el sillón como toda una diva.

—Ya luego me darás mi regalo querida —dijo con una sonrisa ladina.

—¿Esta joya quedará pagada con una vieja amistad? —inquirí, pensando en lo que había logrado con Athala.

—Si lo logras, te juro que pago los bolos de todos tus hijos Capaldi y todos tus regalos de aniversario —añadió ella entre seria y divertida.

—¿Es un trato? —dije tendiéndole la mano.

—Es un trato —dijo ella tomando mi mano— y el día de tu boda, Rendiffin bordará tu vestido si de verdad lo logras.

—¿Boda? —dijo Gemma saliendo totalmente lista de su habitación, yo guardé el regalo de Tiffanny en mi bolsa, ya luego le platicaría a Gem— ¿Quién se casa?

—Nadie Connelly, solo molestaba un poco a la Reina Rubia —dijo Tiffanny levantándose del sillón y caminando a la puerta, golpeando a Gemma en la cara con su cabello al pasar.

—Te juro que no entiendo tu extraña amistad con ella —dijo Gemma una vez que Tiffanny salió del piso.

—Digamos que es más una relación de negocios, y de juegos de azar... es como si hiciésemos negocios en las Vegas.

—Diosito nos libre de que Athala se entere de sus negocios turbios —dijo como siempre siendo una exagerada.

—Ya vámonos o llegaremos tarde —dije golpeándola amistosamente con mi bolsa— ¿Llevas la corona blanca? —ella negó con la cabeza.

—Tú debes lucirte, no yo, yo no soy la mamá que Clary quiere presentar a todas sus amigas.

Amabas salimos del piso y bajamos, cuando llegamos a la sala común, ahí estaban Roxy y Tommy platicando alegremente. Ya listos para irse también, pero estaba además media Delta Gamma y como bono, Lluvia Tirgreen. Tiffanny nos miró.

—Menos mal que bajan, me daba la impresión de que Rickford iba a tocar la puerta en cualquier momento.—Descuida Rendiffin —dije entre dientes para hacer creíble la actuación.—Que bueno que ya están, ahora podemos seguir con nuestras vidas normales las demás y dejar de mirar por la ventana —entonces se dedicó a mirar a toda la sala que nos miraban alternativamente a nosotras y a la ventana— ¿Es que ellas son alienígenas o algo? Dejen de mirar y cada quién a sus cosas.

Tal vez por miedo, pero todas las chicas subieron por las escaleras. Entonces Tiffanny se acercó a mí.

—Lamento esto Reina Rubia —dijo en voz baja.
—Gracias igual —dije igual que ella.
—Ahora si que las acepto, ¿Has visto la cara de Tirgreen? —dijo sonriendo— pero váyanse ustedes antes de que ella reaccione —dijo con un guiño.

—No creo que falte demasiado en dado caso —aporté con una sonrisa amenazando mis labios.
—Tengan una buena noche —dijo en voz alta cuando ya estábamos en la puerta.

Cuando salimos Raymond ya nos esperaba recargado en su lindo auto negro, sonreía divertido.

—¿Perdiste el miedo Princessa?
—Puede ser —respondí divertida.
—Hola Gemma —se dirigió a mi amiga, luego nos miró a ambas— que guapas chicas.
—Siempre —respondimos nosotras antes de reir.

—Ni pienses en venirte atrás conmigo, tú te vas adelante —dijo Gem entre dientes mientras avanzábamos hacia el auto.

Raymond le abrió la puerta a Gemma y la cerró cuando subió, luego hizo lo mismo conmigo. El camino hasta el teatro fue ameno, me sorprendía lo mucho que Raymond se había acostumbrado a Gemma, inclusive podían bromear como viejos amigos, siempre y cuando Kaleb no estuviese en la conversación.

—Cathalinna querida —saludó Marina abrazándome, luego se dirigió a mi amiga— Gemma, es bueno vertas ya hacía un rato que no las veía.

—Lo siento, con todo esto de los finales hemos estado algo ocupadas —me disculpé.

—Lo sé, le he dicho a mi marido que no te cargara mucho de trabajo —dijo mirando amenazadora a Daniel quien puso una curiosa cara de susto.

—Descuida —dije con una pequeña risita— he sido yo la que he querido entregar todo antes de la fecha estimada.

—Si ya estamos todos, hay que entrar —exclamó una ansiosa Greta.

—Vamos pues cariño —dijo Daphne apurando a Raphael.

Nos dirigimos todos a la entrada del Teatro y Rayrick entregó los boletos. El guardia se sorprendió mucho al ver a Gabriel, Daniel y Raphael, pero no dijo nada. Rayrick por su parte me dirigió por la cintura con toda la naturalidad del mundo y no me soltó hasta que estuve por sentarme en mi asiento. No sé si tal vez la voz y terapias nocturnas de Gemma y Athala hacían eco en ese momento, pero me sentía extrañamente bien antes de que quitara su brazo.

Nos sentamos y entonces dieron la presentación. Era algo hecho por las mismas alumnas, y, aun así, era bastante largo y bonito, Clary tenía una escena pequeña solo para ella, por haber sido la mejor de la clase de las más chiquitas. Cuando salió al escenario y me vio, me sonrió enormemente. En ese momento me sentí enormemente feliz. Todos sus movimientos tenían gracia y elegancia, estética, sobre todo, eran firmes pero relajados a la vez. Estaba asombrada del control que tenía sobre sí misma, ya que, sonreía justo en el momento adecuado, y permanecía seria cuando era necesario. Su mirada era fuerte, y al mismo tiempo te invitaba a descubrir que tendría para enseñarte, justo como la de Raymond. Cuando Clary saltaba y hacía sus piruetas, todos en la sala aplaudían, al final ella terminó sentada en el piso.

Todo el mundo saltó en vítores y me sentí demasiado orgullosa, más de lo que alguna vez le admitiré a nadie. Clary salió de escena y siguieron bailando todas las niñas, eran cinco niñas las que bailaban con Clary. Al final ella quiso una foto con ellas, todas estaban en la misma posición, dijo que quería que enmarcáramos esa foto para que la pusiera en su habitación de la casa de sus abuelos. También se tomó una foto conmigo cuando le di un regalo que le había comprado, otra con Ray y otra con los dos. También hubo fotos con Marina y Daniel, Raphael y Daphne, Elara y Gabriel, Athala, Greta, Andrick, Kaleb y Jessica, Roxana, Camille y Gemma.

—Ahora celebremos todos este gran momento en la familia —dijo Daniel— vallamos a cenar a la casa.
—Gracias papá, pero tenía planeada otra cosa —dice Ray y todos voltearon a verlo raro— no me vean así, quiero llevar a cenar a mi hija.

Si era posible, la cara de confusión de todos se hizo mayor. Sin embargo, aceptaron la idea, tal vez temiendo que Ray se arrepintiera y cancelara. Todos se dieron prisa con los autos. Raymond había hecho conmigo el mayor chantaje de la vida, pues me había dicho que Clary quería que yo fuese con ellos a cenar, luego ambos habían puesto caras de perritos apaleados y esas dos miradas lograron convencerme.

—Cath —dijo Gemma nerviosa.
—¿Qué sucede Gem?
—Tomás no vendrá por Roxy, y...

—Yo puedo llevarte —se ofreció Kaleb. ¿Quién lo diría? el niño escucha conversaciones ajenas...
—No creo que sea necesario... —comenzó a decir Gemma, como seguía del brazo de Raymond le apreté un poco para que me ayudara, entonces dijo.
—Yo puedo llevarla, de todas formas iremos por unas cosas para Cathalinna.

—Sí, así ya no te... los desvío —dijo Gemma con incomodidad.

—Oh linda pero no es molestia, ¿Verdad Amor? —dijo Jessica y casi puedo jurar haber visto palidecer a mi amiga.

—De verdad no es necesario, Rayrick y yo vamos para allá —dije con mi tono educado—Andando Gem.

—No sé que sucede aquí chicas, pero algo me dice que no les cae bien mi primo —dijo Raymond ya en el auto.
—Ojalá fuera eso —dijo Gemma hablando en voz alta.
—¿Entonces qué es? —fue cuando Raymond preguntó eso que Gemma se dio cuenta de su error.
—Resulta que... —iba a inventar una coartada para mi amiga, pero entonces ella me interrumpió.

—Raymond sabes que tu primo estuvo coqueteando conmigo, yo le seguí el juego, pero solo porque no sabía que estaba en una relación, me molesta que me mientan, y Kaleb me mintió, él me dijo que no estaba con nadie, y después conozco a Jessica.

—Si lo dices por la fiesta de Gardner... él de verdad no estaba con Jessica. Se habían dado un tiempo.

—Un tiempo no es igual que terminar —argumenté yo— mira Gordo, a Torie, una amiga nuestra, su novio de años, la engañó con... no importa, el punto es que nosotros vimos sufrir mucho a Torie.

—Y de verdad no quiero ser esa persona que se mete en una relación, ¿Cómo crees que me siento cuando Jessica se porta tan linda conmigo, si yo...

—Tienes razón, no lo había pensado de esa forma, lo siento Gemma —dijo Raymond— si lo vemos así, hasta yo veo a mi primo como un cabrón.

—Gracias Ray.

—Rayrick, por favor, Ray no me gusta mucho —pidió él. Ya habíamos llegado pues en realidad el teatro no quedaba lejos y para buena noticia nuestra no había nada de tráfico esa noche.

—Ahora lárguense a cenar y diviértanse mucho, cuida a mi Cathy o lo que ya odio a Kaleb será mínimo con lo que sentiré para contigo —amenazó y supe que Ray no sabía si tomarlo a broma o enserio.

—¿Entonces tía Gemma no va a ser novia de tío Kaleb? —preguntó Clary de repente.
—Tú tío Kaleb es novio de Jessica y Gemma es novia de Mitchell.
—Jessica no me gusta —declaró la niña y Raymond la reprendió.
—Clary, eso no se dice, es grosero.

—Pero no me gusta, me gusta más tía Gemma.
—Bueno, dejemos descansar a tía Gemma, que le han de estar zumbando los oídos —dije.
—¿Por qué? —preguntó curiosa la niña.
—Porque estamos hablando de ella.

—Cathy, ¿Puedo abrir el regalo? —me preguntó Clary.
—Claro muñeca, es tuyo. Espero que te guste.

Yo iba adelante con Ray, Clary iba atrás en una silla para niños, no para bebé, pero si para niños, la cual Rayrick se vio obligado a comprar por su conciencia (o sea, yo). Escuché cómo rasgaba al papel y luego cómo gritaba de emoción.

—¡¡Son las zapatillas de punta!! —dijo emocionada.
—Le pregunté a tu maestra si podía dártelas —dije volteando a verla sonriente— me dijo que ya te las habías ganado, aunque aún debes trabajar mucho, es solo como estímulo para que no dejes de luchar por tus sueños Muñeca.
—¡Gracias Cathy! Tu siempre sabes cuál es el mejor regalo.
—De nada muñeca, por cierto, bailaste her-mo-so —dije poniendo énfasis en cada sílaba.

—Mis amigas no creían que mi papá iba a ir —dijo emocionada— cuando les enseñé dónde estaban no podían creerme.

—Bueno, creo que empiezo a tener éxito como papá —dijo Ray demasiado orgulloso.
—Ni lo sueñes Gordo, aún falta mucho para eso.
—También me preguntaron que si Cathy era tu novia, pero les dije que no, que Cathy es amiga de la familia, a veces me choca la gente chismosa —dijo cruzándose de brazos y haciendo un puchero adorable.

—Bueno, la gente suele ser así —dije en cuanto pude controlarme para no echarme a reír por su expresión, además de que era incómodo el silencio que se hacía.
—Que se metan en sus asuntos.
—Hija, la gente siempre se va a meter en la vida de otros.

En ese momento comenzó a sonar mi teléfono, miré la pantalla y vi claramente que rezaba "Sissy" Entonces caí en la cuenta de que no había hablado con Andy hacía dos meses atrás. El pánico me consumió por breves segundos hasta que Ray me dijo amablemente.

—¿No vas a contestar?
—Ehhh... Claro si —dije contestando la llamada.

**Llamada Cathalinna / Andy**

—Pós eínai i kalýteri kai pio adiáfori adelfí ston kósmo? —dijo Andy en un tono alegre.

—Kalí adelfí, kai esý? —contesté con un tono de duda palpable. Pude ver que Rayrick me miraba extrañado .

— Theoró óti i adelfí mou me áfise stin Elláda gia na zíso mia peripéteia zoís stin álli ákri tou kósmou kai den kálese se dýo olóklirous mínes gia na mátho típota gia ména ... nai ... nomízo boreí na eínai cheiróteri —dijo con tono sarcástico, pero se notaba que bromeaba.

—Lypámai, pragmatiká.

— Min zitáte sygnómi apó tin Cathy, stin pragmatikótita, tha échete chróno na tin antikatastísete, akrivós pénte evdomádes. Elpízo óti arkeí.

—Gia ti milás? —le pregunté.

— Óchi típota, eímai aplá sto aerodrómio La Guardia... paralávo tis aposkevés mou kai sas periméno na érthete gia ména na mas enimerósete gia óla gia ta opoía den échoume milísei.

— Periménete ti? to epanalávete se ména giatí den sas pistévo —le dije casi alterada.

— Sas periméno sto aerodrómio La Guardia ... eínai katapliktikó to gegonós óti den ypárchoun aerodrómia sto Manhattan, tha ítan efkolótero óla —dice con toda la tranquilidad del mundo.

— Okey, periménete lígo —dije pensando en cómo haría para ir por ella— Tha se tilefoníso ótan eímai ekeí... Entáxei?

—Nai adelfí, ísychi, stin pragmatikótita prosgeióthika, allá sas kaló ek ton protéron, óste na xérete óti tha eímai éxo se perípou triánta leptá.

—Tóte giatí me tromázeis légontás óti syllégeis ídi aposkevés, exakoloutheí na leípei óli i nomikí diadikasía?! 

—Cathy, san na min me gnorízeis, aftó eímai egó. Ciao, se vlépo se lígo.

**Fin de la Llamada**

Esa había sido la llamada más rápida que había tenido con mi hermana jamás.

—¿Está todo en orden? —preguntó Ray preocupado— ¿Está bien Gemma?
—Si —dije y luego procesé lo que me había preguntado— espera, ¿Qué tiene que ver Gemma?
—No lo sé —dijo encogiéndose de hombros— es la única persona con quien peleas en griego Princessa.

—¿Estaba hablando griego?
—Si, ahora, ¿Me dirás si está todo bien? Con quien sea que hayas hablado...

—Pues... ¿Quieres la noticia buena, la mala o la rara? —Rayrick pareció pensarlo por un momento hasta que finalmente respondió.

—La rara primero Princessa.
—Bien, mi hermana estará visitándome de sorpresa.
—Bien, ¿La buena...
—Mi hermana viene a Estados Unidos por todas las vacaciones griegas.
—Entendido y ¿La mala...
—Debo estar en el aeropuerto en treinta minutos, de verdad lo siento Ray —me disculpé— enserio quería acompañarlos a cenar, pero...

—Cathalinna, tranquila, podemos ir por tu hermana y regresar a cenar, sirve que conozco mejor a esa hermana de la que, por cierto, nunca me hablaste.
—No es necesario Ray.
—No, no lo es, pero quiero hacerlo. Estás demasiado alterada, no te dejaré ir así a ningún lado. ¿En qué aeropuerto está?
—En La Guardia.
—Bien, iremos a La Guardia y después a cenar —dijo contundente.

No sabía que decir, así que decidí que no sería bueno discutir con Rayrick de momento, si él quería ir al aeropuerto y luego a cenar, que así fuera, el que mi hermana viniera a visitarme incluía contarle muchas cosas que había omitido contarle, y no porque no tuviera confianza, de hecho, había y de sobra, pero esperaba poder pensar en cómo contarle TODO lo que había pasado desde la última vez que hablamos...

Ahora si venía así de improviso, debía idear una estrategia en menos de media hora, la cuál sería bastante difícil, ya que iba por ella con dos de los temas más complicados de todo esto... Rayrick y Clary.

Si cualquiera de los dos habló o dijo algo, yo no escuché, estaba metida en mis pensamientos sobre qué pasaría cuando viera a Andrea Trejo del otro lado del pequeño cordón del aeropuerto.

No entiendo cómo llegamos hasta ahí, pero ahí estábamos. Rayrick, Clary y yo, esperando a mi hermana. Ray intentaba tranquilizarme abrazándome y susurrando palabras dulces y Clary me tomaba de la mano como intentando darme fuerzas, las necesitaría, de verdad que las necesitaría, ellos no conocían a Andy como yo, ellos no sabían cómo puede llegar a ser cuando busca información y no la encuentra en el momento que la solicita. Andrea era un huracán, una bomba de energía sin ningún tipo de filtro entre su cerebro y su boca.

Entonces pude ver ese característico cabello castaño en ondas, esta vez lo traía al natural, traía puesta una playera de Asking Alexandria y unos jeans, su maleta era color crema y traía puestos lentes obscuros, en cuanto me vio, una sonrisa iluminó su rostro y olvidándome de todo corrí hacia ella.

Cuando llegué la abracé y ella a mí.

—Cathalinna —dijo con cariño.
—Andrea —le dije de igual forma, al terminar el abrazo la miré y le dije burlona— ¿Se te perdió el sol querida?
—Lo lamento, tenía la idea de que llegaría de día, olvidé por completo el cambio de horario.

—Está bien, lo que importa es que estás aquí y bien.

—Si, ahora... ¿Vas a decirme quién es ese lindo espécimen de ser humano que te abrazaba cuando te vi? —me dijo con la sonrisa de Cheshire.
—Lo haré, pero por ahora quiero que te comportes Andy... íbamos a ir a cenar por...

—¡¡Cathy!! —gritó Clary mientras corría hacia nosotras.
—¿Es Halloween? —preguntó Andy.
—No, tonta —le dije aguantando la risa, pensando en su escases de filtro entre el cerebro y la boca— íbamos a ir a cenar por la presentación de Clary... bailó hoy.

—Okey, déjame entender las cosas —dijo en el momento en que Clary llegaba conmigo— Clary es ella —dijo señalándola—kai eínai... í adelfí... í kóri tou —dijo señalando a Rayrick quien acababa de llegar con nosotras.
Eínai i kóri sou —le confirmé a Andy.

—Chicas, no es por ser grosero, pero ¿Podrían hablar en inglés?
—Si, lo siento, —dije ya en inglés— bueno, los presento, Raymond Rickford, alias Gordo, Andrea Trejo, alias mi hermana. Y la pequeña es Clary.

—Mucho gusto Andrea —dijo Ray educado.
—El gusto es mío Raymond —dijo mirándolo como un animal mira una presa, sabía que tenía preguntas sobre su apodo, y entendí que no me libraría tan fácil del interrogatorio una vez estuviésemos solas— dime Andy y.... dime una forma más corta de decir tu nombre que a ti te guste.

—Rayrick está bien Andy —dijo Ray con una pequeña risa.
—Bien, Rayrick será, ahora, me comentaba mi hermana que iban a ir a cenar... si hubiera sabido...

—No te preocupes, en realidad, iba a preguntarte si querías cenar con nosotros.
—No, no, no, no quiero arruinar sus planes —dijo con una clara doble intención, que obvio solo yo noté.
—No arruinas nada Andy, y cualquier amiga de la Princessa es amiga mía. Insisto.

—Bien, de acuerdo. Pero terminando de cenar, me voy derechito a mi hotel —amenazó. Rayrick asintió y mientras tomaba su maleta, Andy me guiñó un ojo... Esta sería una noche larga.

Rayrick subió la maleta de Andy al auto y Andy se fue atrás con Clary, Rayrick no dejó que me fuera atrás con ellas.

—Y bien... ¿Alguna de ustedes quiere explicarme eso de que son hermanas?
—Bueno —comenzó Andy, decidí que sería mejor que ella narrara las historias, de todas formas, no le mentiría a Rayrick— yo también soy parte de Las Reinas de Grecia, y conocí a Cathalinna cuando íbamos en Lykeia, Gemma y ella aún vivían en su épica pelea, aunque no duró mucho, como fuese, Cathy y yo nos hicimos amigas, así, con el tiempo ella se convirtió en la hermana que nunca tuve, en mi única familia, se que ella tiene a Rupert y los gemelos, pero a ambas nos agradaba la idea de tener una hermana con la cuál hablar de chicos y cosas de moda.

<<No hay nada —entonces me miró a través del retrovisor— absolutamente NADA, que no nos contemos —ya debería responder por ello después— y sabemos todo acerca de la otra, puedo leerla mejor que nadie —dijo Andy orgullosa— se exactamente qué tiene y por qué se comporta de tal o cual forma, puedo interpretar sus mil y un tipos diferentes de sonrisa y se leer perfectamente sus ojos y la forma en que tuerce la boca o los ademanes que hace con las manos, sé que su mejor amiga es Connelly, lo cual debería tenerme celosa, pero no es así, porque sé que siempre será primero su hermana y luego el mundo.

—Okey, tal vez debas darme algunas clases —dijo Rayrick riendo con lo que decía mi hermana— tanto para entender a Cath... como de autoestima.
—Con gusto, cuando quieras.

El resto del camino al restaurante, hablamos sobre todas cosas que había pasado con Andy, definitivamente era la hermana que jamás tuve, y por eso la adoraba. Aún podíamos hablar ambas y seguir igual de coordinadas. Lo que no lo decía una lo decía la otra, y fue increíble ver a Rayrick fascinado con nuestra forma tan particular de relatar hechos... cabe mencionar que ambas somos muy melodramáticas cuando estamos juntas. Clary solo nos miraba fascinada.

Cuando llegamos al restaurante, Rayrick pidió la mesa y nos llevaron hasta ella, cuando llegamos, como buena adulta responsable, decidí que sería buena idea llevar a Clary a lavar sus manos.

—Clary cielo, ven —la llamé— deja tus cosas y vamos a lavarnos las manos.
—Si Cathy —dijo mientras dejaba todo en una silla y corría a tomar mi mano.

Juntas nos dirigimos al baño. Había un lavabo especial para niñas, así que no hubo mayor problema, ambas lavamos nuestras manos y las secamos.

—Tu hermana es linda —me dijo sonriente mientras caminábamos de vuelta a la mesa— yo quisiera encontrar amigas como tú a Andy y Gemma, también quiero una hermana.

Eso me descolocó un poco... jamás me pasó por la cabeza que Clary pudiera querer un hermano o hermana.

—Entonces... Raymond Rickford... —decía mi hermana con tono tenebrosamente intrigante y remarcando su apellido, otra cosa de la que tendría que responder después— Estudias Periodismo, eres de la familia que odia a muerte la madre de mi hermana... tienes una hija de cinco años y eres soltero y sin compromisos.... —juntó las yemas de sus dedos delicadamente, así como una serpiente agitaba su cascabel avisando de un ataque— ¿Qué te impide iniciar una relación Rayrick? o siendo más específicos... ¿Qué te impediría iniciar una relación con mi hermana?, he visto que tú...

La expresión del rostro de Raymond era épica, estaba segura de que no vería una igual en su rostro en eones. Pero necesitaba ayuda... y mi hermana no se la estaba dando, yo conocía perfectamente a Andy como para no caer en su juego, pero Rayrick no, esa era una de las asombrosas técnicas de mi hermana para obtener información. Decidí que sería mejor pasar yo por el interrogatorio y no Rayrick, él no tenía la culpa de tener una hermana loca.

—Ya regresamos —anuncié, y enseguida Rayrick me miró agradecido, mi hermana puso su mejor cara de póker y la sonrisa más inocente que jamás vi en la vida, si, definitivamente esa era Andrea Trejo, mi hermana. Esa cara hubiera engañado a cualquiera, pero no a mí.

Nos sirvieron poco después de que ordenamos, todo estaba delicioso, y el tema del cuál hablaba mi hermana había quedado olvidado de momento.

—Cathy querida, antes de venir fue la reunión anual —dijo casual— entre toda la gente, de repente me vi inmiscuida entre presencias... peculiares, me encontré a nuestro queridísimo amigo Lennan Stoltidis y me preguntó por ti, ¿Sabías que nuestra Luisella tenía algo con él?

Yo que en ese momento iba a tomar agua, alejé el vaso de mis labios y abrí los ojos como platos.

—Naturalmente no le dije nada, no podía arriesgarme a que alguien me viese platicando con él.

La conversación de pronto había adquirido una seriedad enorme.

—Cathalinna, no vine por casualidad tampoco. Vine para advertirte. Y si te lo digo frente a Rayrick, es porque considero que es de la confianza suficiente y porque algo me dice que necesitarás un soporte, uno que no puedo darte yo. Vine para que no me busquen ahí. Hice los transbordos necesarios para poder llegar aquí, pagué los hoteles necesarios por los días necesarios. Nuestras cosas probablemente lleguen pronto a Virginia, de ahí, pues las trasladaremos aquí. No me arriesgué a dejar nada en Grecia, tú eras lo único que me mantenía ahí, ya no estás ahí, no tengo nada que hacer ahí tampoco.

—¿Lennan te preguntó por mí? —ella solo asintió solemnemente.
—Cathalinna, sabes lo que eso significa, Gavril volvió a Grecia.

Estoy consciente de que se debió haber visto extremadamente grosero el que se me callera la cuchara sobre el plato de forma tan estruendosa, pero no me importaba, pues justo en ese momento tenía problemas más serios.

**************

Hola mis Seres de Luz!!!! Llegó nuestra querida Andrea Trejo a Manhattan, solo que esta vez, si llegó hablando en Griego... 

¿Se imaginan a Gemma y Rayrick de amigos? 

¿Qué piensan de Andy?

Esta es la segunda parte del "maratón" 

Recuerden que si esta historia les gusta...

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Quiero saber que piensan sobre las modificaciones....

Abrazos y Saludos

11/07/18
13/11/19
09/07/20

Azeneth

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