(ADVERTENCIA: Se me salió lo pervertida aquí, no te asustes, no te ofendas, si no te gusta esta clase de contenido desaloja el área. Más allá de eso, sorry si suena muy romanticón sensuporno).
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| Finn |
Estaba ahí solo, sin cavilar, solo observándola desde el auto; parezco un completo acosador. Había salido de la tienda con un café en la mano, estaba siendo acompañada por Enzo y Cass.
Sin duda se dirigían al hotel, tenían el día libre antes de irse a Francia para continuar con el tour.
¿Qué como lo sé? Sasha y Charlotte me lo dijeron.
La vi dar marcha atrás y volver a la tienda, de seguro se le olvido algo. Sus compañeros siguieron adelante, es mi oportunidad...
Baje del auto apurado y me adentre en el local.
—Fergal, que... ¿Qué haces aquí? —me pregunto.
Yo no le respondí, solo la sujete del brazo y la arrastre al auto.
— ¡Wait a minut! ¿Qué piensas que haces?
—Creo que es algo obvio, demos una vuelta en el coche, tenemos que hablar.
—Yo no pienso ir a ningún lado contigo, ¿y si me secuestras?
—Y si tanto miedo tienes a que te haga daño, ¿Por qué entraste al auto en primer lugar? —me burle.
—Yo, esto... ¡muy bien! Pero solo unos minutos, debo volver al hotel.
—No te arrepentirás linda.
—No me digas así —reprocho antes de dejar escapar una risa nerviosa.
— ¿Por qué no debería? Si eres hermosa —le dije antes de encender el coche y pisar el acelerador. Bastaron solo unos minutos en carretera para que la conversación tomara otro curso.
— ¿No será este un intento de seducirme?
—Puede ser, tal vez, es posible, podría ser, probablemente... —me reí al ver su rostro desfigurarse gradualmente y volver a ser la misma cara risueña una vez mas—. Es broma Pamela, o quizás no.
—Córtala, sabes que no me gusta que juegues con mi mente.
Estacione el coche justo en frente del hotel donde se alojaban ella y las demás superestrellas.
Y antes de que ella pudiera preguntar algo yo golpee el volante frustrado y la hice espabilar del susto.
—Escucha, fue muy incomodo haber estado enojados durante la ringside fest y en seguida andar de cariñosos la noche siguiente; luego tu quisiste romper y todo se volvió raro —además de incomodo—. La cosa es —ella asintió instándome a seguir hablando. Pero cuando la mire a los ojos me quede en blanco, las palabras se esfumaron. Ahora debe pensar que soy un completo idiota—. Eh... yo—
— ¿Te comió la lengua el gato? —se incorporo sobre el asiento y se acerco a mi lentamente, me tomo desprevenido cuando en un movimiento ágil y efusivo se posiciono a horcajadas sobre mis piernas en el asiento del conductor y con ayuda de la palanca hizo que el mismo diera marcha atrás. Menos mal que los vidrios son polarizados... pego sus labios a los míos sin siquiera saber que esto me estaba afectando y me beso fugazmente—. Disculpa, he sido yo.
—Justo a esto me refería... —ella se separo y frunció el ceño ligeramente—. No tenemos control Pamela, un día dejamos de hablarnos, al otro nos comemos vivos, un rato nos encaprichamos con el otro y después hacemos como si nada. Esta situación nos esta dañando... y ya no puedo, no sé como haremos cuando me recupere, no sé que pasara después de que vuelva, ¡ni siquiera sé como he podido controlarme contigo aquí!
Baje la mirada acongojado.
—Quiero decir, ¿en que punto nos encontramos?
—Eso depende de ti...
| Bayley |
—Eso depende de ti... —le respondí, las palabras me salen temblorosas. Pareciese que se encontrase en una guerra consigo mismo.
Me apartó de su regazo y pego la cabeza al volante mientras se agarraba de este con fuerza, me siento la culpable de eso; en primer lugar, yo no quería que rompiéremos, pero pasar tanto tiempo alejados nos dañaba a ambos. No es que desconfiase de él, Finn sería incapaz de serme infiel, lo ha demostrado teniendo tantos años de amistad con Becky e incluso antes de llegar a conocernos... pero aun así la mente puede más que el cuerpo, y la constante presión del público. Muchos fans amaban vernos juntos, pero implicaba exigirnos mas el uno al otro por ser la pareja del momento y llevarse toda la atención, ser el centro de los focos cansaba.
En fin, me siento una idiota, él tiene razón. No tenemos control.
¿Qué va pasar cuando el vuelva?
¿Qué ocurrirá cuando tengamos que compartir el mismo aire?
¿Qué sucederá si decidimos actuar como si no hubiese nada entre nosotros?
Como si esa atracción fatal no existiese.
Él giro la cabeza en mi dirección y me miro, parecía estar decidido a algo, pero ¿a qué?
—Fergal, yo— fui silenciada por el roce de sus labios sobre los míos. ¡Maldita sea! Se siente tan bien... desearía tener la fuerza de voluntad suficiente para romper el contacto, desearía.
Sus fuertes brazos me rodearon la cintura y en cuestión de segundos retome la posición que teníamos hace algunos instantes. Apretó mi trasero haciéndome gritar en el beso por la sorpresa y dejarlo introducir su lengua en mi boca.
Y ahí perdí la cordura, me deje llevar completamente por el deseo y la atracción vigente que siento por él.
—Fergal —susurre intentando recuperar el aliento, el me respondió con un sonido gutural que salió de su garganta—. Creo que no entendemos muy bien el significado de la palabra ex-novios.
—Deberíamos de ponerla en práctica —soltamos una risa y nos seguimos besando.
Pero cuando note que sus manos estaban bajando el cierre de mi chaqueta, lo detuve.
— ¿Estas seguro de que quieres hacerlo en un auto? —ni yo misma puedo creer que le este preguntando esto. E inmediatamente una sonrisa picara adornaba su cara, ¿para que pregunté?
—Hey, hey, hey, Bayley! Uh, ah! I want to know if you'll be my girl. —empece a reír como loca, no puede ser.
—Mi Dios, ¿tu también? —me abrace a su cuello y nos quedamos en esa posición un rato, el ambiente incomodo se había ido—. Entonces, ¿subimos a mi habitación? —Nuevamente una sonrisa picara curvo su cara, suficiente—. Mira idiota, esta es mi mano —señale—. Y se va a sentir muy gustosa de plantarte una cachetada —digamos que mi amenaza no era del todo, ¿amenazante? Me estaba riendo todo el rato—. ¡Ya deja de reírte de mí Finn!
Haciendo un puchero infantil y fingiendo enojarme me baje de su regazo y tome asiento nuevamente en el lugar del copiloto.
—Ya, ya... vamos al hotel —ahora la sonrisa picara era la que se había adueñado de mi cara, que irónico. Bajamos del auto y nos dirigimos al lobby, mostré mi tarjeta de acceso y nos adentramos en el ascensor, piso 24, estaremos un rato aquí—. Y bien, ya que usted bella dama ha decidido dejarme en la eterna penumbra, es mi deber como caballero —y como un simple mortal enamorado— pedir darnos una oportunidad o morir en el intento —hizo una cómica reverencia y sujeto mi mano estilo nupcial.
—Déjeme decirle honorable señor, que me siento halagada, tanto que ha ocasionado un bochorno de mi parte y, con gran regocijo acepto su educado cortejo.
—Entonces, satisfecho por el carmesí en sus mejillas señorita, solicito permiso para ser el que le ocasione ese y mas bochornos a partir de ahora —me estoy muriendo por dentro, no sé cuanto tiempo más pueda aguantar la risa.
—Concedido.
Y antes de que yo pudiera reaccionar ya sus labios estaban sobre los míos, me tomo por sorpresa.
Mi cuerpo impacto ligeramente sobre la pared del ascensor y rompimos el contacto por unos segundos, mi respiración se corto al sentir sus manos meterse bajo mi blusa; di un brinco a lo AJ Lee y enrollé las piernas en su cintura, hice lo mismo con mis brazos alrededor de su cuello.
La iniciativa la tome yo y acoplé sus labios a los míos, se que suena cliché eso de que nuestros labios encajaban perfectamente pero yo así lo sentía.
Sus manos iban de mi cintura al cuello, daban un recorrido por mi clavícula, bajaban a mis senos, acariciaban mi abdomen, jugueteaban con el cierre de mi pantalón, se movían rápidamente a mis muslos y terminaban su recorrido en mi trasero. Haciéndome sobresaltar y aumentar el contacto, claro que el maldito lo hacia solo para generar fricción entre mi ingle y su miembro.
Nuestros labios se movían desesperadamente y con mucha necesidad, necesidad uno del otro.
Nuestras lenguas retozaban en una guerra que ninguno podía ganar; bien dicen que si alguien sabe besar bien es porque ha besado a más personas antes... no soy una santa, y él tampoco. Pero cada vez que nos besamos se siente como la primera vez.
...
Escuché el "tilin" del ascensor anunciando que sus puertas se abrirían y casi por actoreflejo lo empuje al otro extremo de la cabina mientras intentaba arreglar mi aspecto y calmar mi respiración. Menudo golpe en la cabeza el que se dio, por otro lado yo choque mi hombro derecho a la pared y me dolió por un pequeño instante, recordando que ese dolor volvía de vez en cuando, y eso era debido a Dana.
Fruncí ligeramente el ceño al no ver a nadie entrar en el aparato endemoniado, mire a Finn extrañada y casi como si de una serie de comedia se tratase nos asomamos, pero como somos medio atolondrados no nos dimos cuenta de que ya habíamos llegado a mi piso. Vaya par de idiotas.
Abrí la puerta de la habitación y me percate de que nadie, en serio NADIE, pudiera interrumpir. Puse el cartel de no molestar y coloque el pestillo.
Las prendas de ropa desaparecieron casi por arte de magia y ya habíamos caído sobre la cama.
Nuestros labios se unieron nuevamente, esta vez con menos desespero; sus manos fueron bajando lentamente hasta abrir mis muslos, y empezaron a acariciar paulatinamente mi zona. Logrando que yo desprendiera gemidos cortados, sin esperarmelo sus dedos empezaron a masajear mi clítoris y por momentos introducía uno o dos dentro de mí.
Okey, esto empieza a tornarse intenso, ya me esta torturando.
—F-F-Fergal...
Cerré las piernas intentando recuperarme un poco, e impidiéndole que moviese más sus sucias y lindas manos, ya me entraron los temblores.
—No he terminado señorita, llevo mucho tiempo sin degustarme con tu cuerpo.
— ¡Basta! Me haces sonrojar —me tape la cara avergonzada, ya me estoy pareciendo a una adolecente virgen.
Volvió a abrir mis piernas y se posiciono en medio de ellas, luego cubrió mi cuerpo con el suyo y subió mis dos manos por encima de mi cabeza, impidiendo que me moviera. Me dio un beso corto en los labios y bajo a mi barbilla, luego repartió varios mordiscos "inocentes" en mi cuello, beso mi clavícula, bajo a mis senos y acaricio cada uno de ellos con la mano libre para después dejar un beso justo en el estrenón, algo peculiar —pero sexy—, siguió dejando un camino de besos hasta llegar a mi abdomen y por fin liberar mis manos.
Acarició una vez más mis piernas y el mensaje lo entendí un poco tarde, pero cuando su lengua aterrizó en mi clítoris y empezó un placentero vaivén acompañado de sus dedos me deje llevar al paraíso y volver.
No quiero gritar.
Roman esta en la habitación de al lado y Emma en la otra.
Pero si sigue así me será imposible contenerme.
Me mordí la mano mientras atrapaba un gemido ahogado y arqueaba la espalda, deje salir su nombre de mis labios reiteradas veces, dándole a entender que lo disfrutaba, y que lo deseaba.
Sentí mis paredes uterinas retraerse y el palpitar de mi corazón aumenta cada vez más, mis pupilas se dilataban y contraían. Ya me acercaba al abismo (al climax, al orgasmo puej').
Dejo de lado el masaje en mi zona intima y me beso apasionadamente, se posiciono en medio de mis piernas y me penetro con rapidez, fiereza, y sin que yo terminara de recuperarme de mi casi orgasmo.
...
Una y otra vez sentía el movimiento de sus caderas contra las mías.
Un gemido tras otro era liberado desde lo mas profundo de mi garganta, el de vez en cuando me respondía con un gruñido y un quejido aspero y ronco.
| Finn |
Podía sentir como sus paredes envolvían mi miembro, estaba llegando al orgasmo, orgasmo que yo le estaba proporcionando. Que yo estaba provocando, que yo había ocasionado gracias a que ella se dejo poseer una vez más por mí; entregándome su cuerpo y regalándome su dulce voz gemir cada vez y en un tono mas elevado mi nombre.
Y eso cada vez era más excitante.
Arqueó la espalda de forma crispada, y enterró sus uñas en mi espalda.
Sentí como se estremecía y dejaba escapar un sonoro grito en mi nombre.
Yo seguí embistiéndola un par de veces más hasta sentir que llegaba al final, apoye la cabeza en la almohada y me deje caer a su lado mientras mi respiración se tranquilizaba y me recuperaba de mi orgasmo.
La agarre de la cintura y la atraje hacia mi con anhelo, pero sus palabras me dejaron atónito: —No me abraces, en un rato el sudor me hará parecer un papel matamoscas humano.
Reí con cierta ironía, eso era cierto. El sudor nos volverá adherentes a todo. Hice caso omiso a su suplica y pegue su cuerpo al mío mucho mas.
—Nada que una ducha no resuelva.
—Si claro, como si la palabra "sexo" no estuviera encubierta por tu iniciativa de querer tomar una ducha. —me regaño.
—No me haga recordar aquella ocasión en el Yacuzzi señorita...
—Que casualidad, yo también recuerdo aquella vez que lo hicimos en el avión. —se burlo. Esto es la guerra...
—Somos peores que unos conejos en celo.
—No me digas —ironizó. Se dio vuelta y recostó su cabeza sobre mi pecho.
Empezó a hacer un movimiento circular con su mano izquierda sobre este, a alguien le gusta juguetear en mi pecho después de una sesión de cariño.
—Te amo.
—Yo también te amo Fergal —uní nuestros labios por vez consecutiva y note como el beso subía de nivel.
Ella soltó una risa ahogada cuando di media vuelta y nos cubrí con la sabana. Este ha sido un gran día, y esta por ponerse mejor.
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LO MEJOR QUE VERÁS EN EL DÍA
Mejor que el Niko Niko Nii
Y esto, si esto pasara en realidad yo me muero....