POV Narrador.
El azabache estaba sentado en su sofá, la tarde había caído trayendo lluvia consigo. La chiquilla no se comunicaba, mucho menos daba señales de aparecer por Baker. En ciertos momentos de la mañana Sherlock se había preguntado si era por su culpa que ella no le hubiera dado una explicación para irse.
El moreno observaba la sala de estar, estaba muy quieta sin la pequeña dando vueltas por todos lados, haciendo sus cosas, mirándolo con cierta curiosidad << Entre más te alejes mejor- pensó con un poco de culpabilidad- pero, no sé por qué quiero que sigas aquí>> Sherlock estaba cambiado con su ropa usual, aun no se había afeitado, solo esperaba que Tobías apareciera con el padre para acusarlo totalmente del secuestro de su propio hijo.
Escucho los pasos del Inspector que subían con cierta rapidez, se levantó para ponerse su abrigo, bufanda, guantes y su gorro de cazador <<Puede parecer estúpido- se miró en el espejo- pero por el momento es lo más decente que tengo para salir, es mejor que el gorro de Ángelo>> Gregson entro mirando su celular extrañado, frunció varias veces el ceño llamando la atención del Consultor.
- ¿A ocurrido algo? - Pregunto el azabache pensando que el caso había empeorado- Te ves extrañado.
-Brigette me mandó un mensaje a las 9:00 de la mañana- Tobías observo a Sherlock intentando darle a entender que la pequeña nunca mandaría un mensaje- Es bastante raro, no suele comunicarse... Llevamos dos meses trabajando juntos y nunca había hecho esto.
-Sherlock sintió que sus manos sudaban- ¿Qué dice el mensaje? - se acercó a la puerta.
-Muelle Docklands, contenedor 503 junto al Támesis- <<Qué te paso- se dijo mientras los nervios se hacían sentir en su estómago>>- Creo que será mejor ir a donde Brigette, al padre podemos atraparlo luego- Sherlock asintió mientras Gregson bajaba las escaleras.
El azabache bajo muy rápido las escaleras, no le preocupaba el dolor de sus músculos por la fiebre que había tenido, la preocupación era lo que estaba manejando su cerebro. Se quedó en la puerta viendo que el único auto que tenía para llegar al muelle era una patrulla, solo una vez se había subido a una: para el juicio de Moriarty.
Puso los ojos en blanco mientras se metía al asiento del copiloto << Espero que no sea una pista estúpida de tu corazonada- pensó cuando Gregson arranco la patrulla>>
-Traigo un paraguas, por si no quieres mojarte- el Inspector miro hacia la gorra de cazador mientras sonría.
Sherlock asintió levemente con cierta exasperación; en ese momento lo único que podía pensar era en donde estaría Brigette.
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Un ruido sordo llego a sus oídos, se movió lentamente sintiendo un dolor en la parte trasera de la nuca, otro ruido la hizo que despertara por completo, sus ojos se acostumbraron rápidamente a la oscuridad que la rodeaba, pestañeo varias veces esperando no tener ninguna molestia. Algo se movió entre las sombras llamando su atención.
Levanto la cabeza con cuidado, el dolor era horrible, intento mover sus manos, pero no pudo, hasta ese momento se dio cuenta que las tenía atadas, otro movimiento hizo que su estómago se revolviera, estaba demasiado débil como para seguir luchando sentada. De nuevo escucho un ruido que provenía de las sombras, solo que no podía determinar con exactitud en que parte de la misma se escuchaba.
-Tranquila- dijo una voz que se escuchaba afónica- Le soltare las manos- sintió como unas manos pequeñas y delgadas le quitaban la soga con la que estaba atada- Ya está. Creo que será mejor que no se mueva mucho, tiene un golpe muy fuerte en la nuca.
- ¿Eres Tom? - pregunto la chiquilla aun con su voz algo pesada- Eres un niño muy valiente y maduro para tu edad.
-Disculpe a mi padre y a mi tía. Ellos no están del todo cuerdos- ninguno de los dos se podía ver bien, la oscuridad se los comía por completo- Yo también fui algo tonto al dejarme atrapar tan fácil, sabía que no debía confiar en mi papá después de darme cuenta que se estaban divorciando con mi mami- la voz del chico se escuchaba un poco triste, como si hablar de eso le trajera malos recuerdos.
-No te preocupes, saldremos de esta. Te sacare de aquí- la castaña se paró lentamente sintiendo un dolor punzante en toda su cabeza- ¿Sabes dónde está la salida? - un silencio se hizo cuando ruidos provenientes de muy lejos se escucharon.
-Nunca he visto por donde sale mi tía, ella es la que siempre viene- el niño la busco tanteando en la oscuridad, hasta que alcanzo la mano de Brigette- Supongo que debe ser para el Norte- dijo apretando la mano de la chica.
-Por qué supones eso- ella se dio la vuelta siguiendo el punto cardinal que le había dicho el pequeño Tom.
-Pues los contenedores tienen una entrada principal, que es, salida y entrada- ella sintió como se encogía de hombros el chico- Suelen estar al norte ya que los barcos los descargan hacia ese punto cardinal haciendo más sencilla la entrada para sacar el material.
-Veo que si le haces honor al título de "Fan" de Sherlock Holmes- una risita salió del niño haciendo sentir mejor a Brigette- Yo lo conozco.
-Estas de chiste- la incredulidad no podía pasar desapercibida en la voz de Tommy- Si lo conocieras, fueras su fan... Es impresionante, no dudo que le encantaría este caso...
-Él está en el caso, y créeme yo también espero que nos encuentre- los dos guardaron silencio, solo sus pasos se escuchaban en la oscuridad, unos ruidos de sirenas llegaron muy suave a los oídos de los dos- ¿Escuchas eso?
-Sí ¿Crees que nos vengan a sacar? - Brigette no contesto se había fijado en un movimiento- ¿Qué fue eso?
-Soy yo cariño- la voz de la rubia se escuchó por todos lados, retumbando en los oídos de la pequeña- Ella nos ayudara a salir.
- ¡Nunca te ayudare! - grito el pequeño agarrando con más fuerza la mano de Brigette- Tu traicionaste a mi mami.
-Sera mejor que levante las manos, esta arrestada- La calmada voz de la castaña traspaso como un cuchillo la tensión que había dentro del contenedor- Esa alumnita que tanto vio de menos, es la mocosa que le pondrá las esposas.
-Sabía que no eras tan tonta, él me lo dijo... Mi primer obstáculo serias tú ya que estas en Scotland Yard, luego vendría ese estúpido detective que mi nuevo hijo tanto aclama- Brigette sintió un mareo, abrió más los ojos intentando seguir de pie- Es algo sencillo jugar contigo, solo tocando tus puntos débiles.
-La castaña puso los ojos en blanco- Argh... Ya cállate, mucho parloteo eres una estúpida- sintió como el niño la observaba.
-Tengo una pistola- Brigette sonrió- si no haces lo que te digo...
-El niño y yo pagaremos las consecuencias, si estoy al tanto de este discurso- dijo con mucho reproche- Ya, qué quieres que hagamos.
-Camina 20 pasos al frente, toma el niño por los hombros y lo sacaras primero- ella hizo caso no podía hacer nada- Afuera están tus amiguitos de Scotland Yard.
Ella llevaba los nervios a flor de piel, si el niño llegaba a sufrir daño el caso estaría perdido. Ningún tipo de fracaso estaba permitido. Contaba los pasos conforme avanzaba, sentía como sus manos comenzaban a temblar, el niño toco una de las manos de Brigette intentando calmarla.
-Bien ahora sal Tommy, te quedas tres pasos después de la salida- escucho como quitaban los seguros de la puerta. Logro ver unas luces parpadeando intermitentemente- Espera mocosa.
-Salga con las manos en alto lo tenemos rodeado, Albert- las advertencias se escuchaban más conforme ella se acercaba a la salida.
El niño dio un paso afuera del contenedor, un silencio se hizo haciendo que Brigette tuviera dudas de si seguían ahí o no.
-Sal ahora- la rubia hablo mientras Brigette caminaba, ella sentía que sus pies eran de gelatina <<No puedo caer- pensó mientras pasaba la puerta del contenedor- No mientras ese niño no esté a salvo>>- Toma de nuevo al niño por los hombros.
Al salir tomo al niño por los hombros con los ojos cerrados, al intentar abrirlos volvió a cerrarlos de inmediato, poco a poco los abrió acostumbrándose a las luces que la rodeaban. Un helicóptero volaba arriba de ellos rodeando toda el área del muelle, la pequeña solo lo escucho el dolor de la nuca era demasiado fuerte como para subir la cabeza.
-Mira es Sherlock Holmes- dijo el niño con una voz temblorosa pero llena de asombro- él nos sacara de esta.
-No creo que se mueva- Brigette observo que Sherlock tenía un paraguas para cubrirse de la lluvia que en ese momento empapaba todo Londres- Pero, ya veré que podemos hacer- Tom solo asintió.
-Bien- grito la tía del niño- Saldremos de aquí y ninguno de ustedes se meterá... Si no su compañerita se muere.
-Hay ya cállate- contesto la chiquilla, la rubia se acercó y le toco la herida de la cabeza. Brigette hizo una mueca de dolor.
-Camina- ordeno la rubia haciendo avanzar a la castaña- Mas te vale no hacer alguna estupidez en el camino.
Ella rodo los ojos mientras camina, no podía moverse pues sentía el cañón de la pistola en la espalda, miro a Tobías que la observaba como si fuera la última vez en que la miraría, entre cerro los ojos, las patrullas ni siquiera se movían, los agentes respiraban pesadamente esperando alguna señal por parte de Tobías. A lo lejos Brigette observo un auto parqueado esperando a la subida de la mujer junto con el niño... Y se dio cuenta que al llegar al final del camino también, sería su final.
-Para- dijo la rubia cuando estaban cerca de Sherlock y Tobías- ¡¿Qué tal Sr. Holmes?! ¿Quieres otro beso?
Brigette puso los ojos en blanco. Sintió como el cañón de la pistola se apartaba de su espalda dejándola libre por un momento, se agacho pareciendo cansada, la rubia ni se molestó en levantarla estaba muy ocupada observando todo a su alrededor.
-Cuando te diga ya, corres hacia donde Sherlock- susurro mientras se levantaba y tomaba de nuevo al niño por los hombros- Uno, dos, tres- Se dio la vuelta bruscamente y golpeo el brazo de la mujer lanzando la pistola lejos de ella- ¡Ya!
Tom corrió hasta donde el Consultor, que lo metió de inmediato a la patrulla. La rubia tomo la pistola de nuevo mientras Brigette estaba observando al niño ya a salvo, cuando la chiquilla la miro de nuevo un puñetazo la mando al suelo. Sacudió la cabeza intentando quitarse el aturdimiento.
-Nunca debiste hacer semejante estupidez- dijo poniendo un pie en el cuello de la pequeña interfiriendo el paso del aire- Eres una idiota- Apunto hacia la cabeza de Brigette- No puedo creer que una mocosa como tú, pudiera detener un plan perfecto ¿Últimas palabras?
-Z- Zorra- la rubia quito el seguro de la pistola << Es mi última oportunidad ¿Qué te diría George que hicieras? Ya sé>>.
La pequeña levanto el brazo y con el codo golpeo la parte trasera de la pierna, la tía se desconcentro, Brigette tomo el pie con el que la estaba ahorcando y lo jalo haciéndola caer. Pero, un disparo se escuchó haciendo que todos se pusieran tensos.
- ¡Duele! - grito la rubia desde el suelo con un disparo en la pierna- ¡Ayúdenme! – Tobías corrió hasta donde la chiquilla estaba tirada.
-Atrapa primero a esa Zorra- dijo con la voz afónica- ¿Dónde está el niño? - se preguntó en voz alta no tenía ganas de pensar mucho.
-Necesitas ir a la ambulancia- le dijo el Inspector mientras la ayudaba a levantarse, no opuso resistencia en ese momento, no se sentía del todo bien- Vamos.
Caminaron en medio de patrullas, sintiendo todo el movimiento de sus compañeros alrededor, la ambulancia estaba a unos 5 metros fuera del alcance de cualquier daño, Brigette observo que el niño estaba sentado con una manta encima. No paraba de hacerle preguntas a Sherlock que sostenía el paraguas para no mojarse, el Consultor contestaba con paciencia al niño sorprendiendo a la castaña.
-Ella es la más lastimada- dijo Tobías llamando la atención de Sherlock y el niño- Ayúdenla- ordeno al enfermero que se aproximó para tomarla en sus brazos.
-El niño la observo con ojos de sorpresa- Es muy hermosa- Brigette agacho la cabeza para que le trataran la herida- En la oscuridad no podía verla bien.
-Ni yo a ti, supongo que ya conociste a Sherlock- ella hizo una mueca de dolor cuando el enfermero puso yodo en su herida- ¿Ahora me crees que lo conozco?
-Sí, vaya, que privilegio- el niño observo a Sherlock con admiración- Supongo que se ven en muchos casos.
-La chiquilla se rio- Nos vemos demasiadas veces- el azabache hizo una sonrisa de lado- Créeme este trabajo no es sencillo.
-Ser mi novia sería un trabajo sencillo- Sherlock frunció el ceño mientras observaba el niño <<Por Dios quién te enseña esas cosas- pensó sintiendo cierta molestia- Nuca te aceptaría>>- ¿Cómo te gustan los chicos?
- ¿No estás muy pequeño para hablar de eso? - levantaron la cabeza de la pequeña dándole una pastilla para que se la tomara.
-Para el amor no hay edad- dijo Tommy con una sonrisa- Y solo me llevas ¿Qué? 14 años.
-Brigette al igual que Sherlock lo observaron- Bueno si esperas unos- vacilo- 13 años y me buscas, no dudes que, te daré una oportunidad- el niño levanto un puño en señal de victoria.
-Vamos Tommy, tu madre te está esperando- Tobías apareció con una sonrisa en el rostro.
-Adiós Sr. Holmes un gusto conocerlo- le sonrió con mucho ánimo- Adiós cariño, algún día cuando trabaje en Yard serás mi asistente- Se acercó a Brigette para darle un abrazo.
Ella le extendió los brazos para recibirlo, pero el niño se acercó bastante rápido y le beso la boca, la chiquilla pestañeo varias veces sintiendo un poco de confusión, el Consultor sintió una oleada de enojo en su estómago que hasta a él mismo le sorprendió.
La risa de Tobías mientras se alejaba con el pequeño fue lo único que Brigette pudo asimilar.
- ¿Enserio le darás una cita en 13 años? - pregunto el azabache mientras encaminaba a la chiquilla por un taxi.
-Naaa, se lo dije para seguirle el juego- ella se encogió de hombros- en menos de 5 años encontrara a su primera novia, y si realmente me busca en trece años le cumpliré lo que dije- una risa salió de ambos.
-Bueno, deberás estar atenta, quién sabe lo secuestren de nuevo- Sherlock tenía un tono divertido en la voz.
-Y me enamore de él por los casos- eso hizo reír a Sherlock, pero sintió un poco de desagrado al mismo tiempo- Se debía llamar Tom- un recuerdo paso por la mente de Brigette, pero lo desecho al instante- ¿Quién te dio ese paraguas?
-Tobías- contesto mientras miraba la calle en busca de un taxi.
-Tal vez te para un taxi, Mycroft- Sherlock fulmino con la mirada a Brigette, pero mantuvo la sonrisa en el rostro.
-Felicitaciones tenías razón- La pequeña observo al Consultor con mucha sorpresa- Si era la tía después de todo.
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Brigette se había cambiado bastante rápido, lo que más quería era irse a dormir. Llegar a Baker no fue un retraso, luego de que Sherlock aceptara haber perdido, un taxi paro de inmediato.
La chiquilla iba entrar al baño y se encontró con el azabache apunto de afeitarse, se sostuvo en el umbral de la puerta observando cómo se ponía espuma en el rostro.
-Nunca habías visto a alguien poniéndose espuma en el rostro- pregunto Sherlock mientras se daba la vuelta para observarla mejor.
-No Santa Claus, pero estoy segura que puedo afeitarte mejor que tú mismo- él la miro aún más profundo- ¿Puedo?
Sherlock asintió poniendo los ojos en blanco, Brigette desapareció de la puerta, dejando al azabache teniendo un duelo interno con el mismo <<Desde cuándo dejas que alguien más te afeite-pensó, se miró en el espejo del baño- Suerte que querías alejarla de ti. Bien hecho Sherlock>> Ella apareció de nuevo con una silla y una manta.
-Siéntate- ordeno con mucha delicadeza- Ahora, relájate- le puso la manta en el pecho y empezó a mojar la afeitadora.
-No me mates- la pequeña se rio suavemente- tus pequeñas manos son peligrosas. Ya las vi en acción.
-No seas exagerado, deja de hablar o me puedo equivocar- Sherlock sonrió.
Ninguno de los dos hablo, solamente se escuchaba el grifo del agua, donde la pequeña lavaba la afeitadora. Sherlock sentía como ella le tocaba la piel verificando si no quedaba mal rasurado, o quizá si no lo había herido, pero no le importaba. La sensación de nerviosismo le daba cierta satisfacción, parecía que deseaba aquello más que nunca "¿Cuándo te convencerás de que necesitas sentir más que un nerviosismo?" La voz de John apareció preocupando al azabache "Ya no lo niegues más... Solo acéptalo"
-Cállate- la pequeña lo observo extrañada.
-No dije nada... Pero ya terminé- Sherlock se levantó y se miró en el espejo, había quedado mejor que nunca- ¿Qué tal?
-Lo haces muy bien... Por lo menos no te morirías de hambre- Ella se paró en frente de Sherlock- Si no fueras detective deberías ser estilista.
-Brigette abrazo al azabache por sorpresa- Gracias por ayudarme en el caso- el moreno no sabía cómo corresponderle, así que solo puso sus manos en la espalda de la pequeña- Mañana sacare las fotos de tu cuarto- se separó de él- Buenas noches.
-Buenas noches- contesto aun sintiendo el calor de la chiquilla en él.
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Esa noche cada quien durmió en su cuarto, pero, ninguno se encontraba cómodo. Querían sentir que si se daban vuelta podían hallar al otro. Brigette no dejaba de dar vueltas en la cama, sintiendo que algo le hacía falta, pensando en el olor del azabache, intentando dormir sin necesidad de cuidar al Consultor. Sherlock no tenía sueño, necesitaba observar a la pequeña hasta que se durmiera, ver sus sonrisas en medio de sus sueños, quería poder mirarla una vez más.
En Baker, algo cambio; sin darse cuenta ellos dieron un paso, algo invisible. Pero la falta que se hacían les dio a entender cuanto se necesitaban, lo negaron de inmediato, aunque en el fondo una pequeña esperanza nació.
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