— Brigette — Sherlock me hablaba muy suave, pero su ronca voz era inconfundible — ya son las seis.
— No quiero ir — renegué, en realidad mis músculos dolían con solo querer levantarme.
—Eso no es mi culpa — abrí mis ojos para observar a Sherlock, estaba sentado en la cama mirándome, aun se echaba de ver agotado por la fiebre — A dónde iras hoy.
—Drury Lane, ahí empezare mis pesquisas... Luego veré que pasa — me senté en el borde de la cama esperando que el dolor no fuera mucho — Al fin y al cabo, hoy es un buen día para morir — sonreí, Mike siempre decía eso — Traeré las pistas para que me des tu opinión.
—De acuerdo. Pero, no te mueras...No sería divertido Baker sin escuchar tus ronquidos — ¿Sherlock Holmes acababa de hacer una broma?
— ¡No ronco! — él se rio, pero vi que le dolía por la fiebre, me sentí mal por sentir un poco de satisfacción.
—Creo que estás bien — la voz de John nos regresó la seriedad a ambos — Buenos días a los dos ¿Qué hicieron anoche?
—Me levanté observando como el doctor nos miraba con evidente curiosidad — ¿Qué tal John? ¿Qué haces tan temprano por aquí?
—Estoy muy bien, venía a ver al enfermo. Pero supongo que está bien cuidado — sonrió maliciosamente — Supongo que le quitaste la fiebre. Mmm qué métodos utilizas — comencé a sonrojarme.
—John — Susurró Sherlock con cierto malestar.
—Yo debo irme ya, así que es todo tuyo — miré por última vez a Sherlock y John para luego salir a mi cuarto. No estaría en todo el día con Sir Presumido, quien sabe cómo estuviera para cuando yo regresará — Siempre ha sido tuyo
—John abrió sus ojos de par en par — Brigette lo que sea que estas insinuando...
—No insinuó nada, solo dije que siempre ha sido tuyo... Me refiero a tu mejor amigo — John me miro con cierta molestia — Qué pensará Mary...
— ¡Brigette! — gritó mientras salía para irme a alistar, debía apresurarme —No me hagas contarle a Mycroft —Escuché que John empezaba uno de sus sermones, corrí hasta mi cuarto intentando obviar la vergüenza de que John me hubiese encontrado con Sherlock.
ᴥ
Cambiarme nunca había sido un problema para mí, con todo lo que me habían enseñado en la CIA sabía que no debía tardarme demasiado. Como no estaría en Yard durante todo el día, me había puesto ropa diferente; llevaba unos jeans color azul, una camiseta color celeste manga corta y unos converse. Llevaba más de un año sin vestirme así, prácticamente solo lo hacía cuando iba a salir con amigos... y hacia mucho que no tenía amigos. Me seque el cabello y lo deje amarrado con una coleta.
Mi plan era no parecer lo que yo realmente era, si no más bien, una detective que comenzaba sus días en Yard. Me había comido un sándwich, ya que últimamente los días eran tan agitados, no podía darme el lujo de irme sin comer. Ya casi todo estaba listo solo faltaba despedirme de los amigos.
—Bueno, me largo — cuando entre al cuarto John y Sherlock me observaron como si fuera un nuevo descubrimiento de la NASA — ¿Qué pasa? ¿Tengo algo? — dije mientras miraba mi ropa.
—No. Es que... Te ves muy diferente. Estas perfecta — John me sonrió ¿Un cumplido? No solían darme cumplidos, ni porque fueran mis amigos.
—Gracias — contesté — ¿Te quedaras ahora en la noche?
—No, solo vine a dejarle unas medicinas a Sherlock. Luego me iré — John me miró queriendo disculparse.
—Llévate mi bufanda y los guantes — la voz de Sherlock me interrumpió cuando iba a contestar — Y no dejes que nadie te vea así.
— ¿Por qué no pueden verme así? — dije mientras tomaba la bufanda y los guantes, John parecía más que sorprendido por eso.
—Porque no — Contestó molesto ¿Qué le pasaba? Acababa de estar bien conmigo — Por eso.
— ¿Cómo que "por qué no" ? — me puse la bufanda como él solía ponérsela y luego los guantes — Debe haber una razón.
—Pues... — se puso nervioso ¡¿Sherlock nervioso?! La gripe le estaba minando el cerebro — ¡Eso no importa!
—Adiós John — dije poniendo los ojos en blanco — Te veo en la noche Sherlock.
Luego de eso salí del cuarto para ponerme mi abrigo. Iba a salir a la calle cuando casi choco con Molly Hooper que venía entrando; ella me detestaba desde el momento que supo que vivía en Baker, pensaba que yo podía robarle a su eterno amor con tetras o trampas que ella nunca lograría hacer. Mi pase libre en Bart's casi me lo quitan porque la amble Molly dijo que yo robaba instrumentos del laboratorio. Luego deduje que era el chico de la limpieza quien se los robaba ganándome la confianza y respeto del supervisor del Bart's.
—Buenos días Brigette — dijo con una sonrisa, pero echando fuego por los ojos al ver la bufanda y guantes de Sherlock puestos en mi — John me llamó para que cuidara de Sherlock ya que tú, al parecer, no lo harías.
—Molly creo que tienes toda la razón — y no sé por qué tenía ganas de golpear ese dulce rostro — Sólo le he puesto unas mantas mojadas, quizá puedas hacer más por él ya que eres enfermera — sabía que no lo era, pero le molestaba que le dijeran enfermera. Camine hacia la puerta — Te aconsejo que te acuestes del lado izquierdo de la cama de Sherlock... es muy cómodo.
Cerré la puerta dejando a Molly con rostro de sorpresa, me reí de ella un buen rato en lo que caminaba para tomar un taxi, hasta que me di cuenta que... Yo acababa de ¿reclamar un territorio? Parecía que le hubiera dejado claro a Molly que le llevaba una ventaja enorme.
—Drury Lane — dije mientras me acomodaba en el asiento. El taxista asintió mientras arrancaba.
El viaje no sería muy largo, ya que la calle que buscaba no estaba lejos de Baker, mande un mensaje explicándole a Tobías donde estaba y que era por el caso. Al cabo de unos minutos me escribió diciendo que también estaría ahí, para ver nuestros avances (entonces me di cuenta que Gregson pensaba en Sherlock y John, ya encontraría la forma de explicarle luego).
Recordé lo que el hombre me había dicho la noche anterior, "Si encontrar a ese niño quieres, entre sus cercanos debes" Quiénes suelen ser los cercanos de un niño. Según la mitad de papeles que Sherlock me había dado, el pequeño desapareció en el parque una tarde de la semana pasada, estaba con sus amigos y entre todos ellos él fue el único en no regresar a casa, los amigos pensaron que el chiquillo se había ido temprano.
Nadie miró ningún auto extraño, tampoco a alguien fuera del contexto usual. El parque al que el chico iba era exclusivo, por lo que nadie que no fuera conocido podía entrar, nunca iba solo al parque, pero esa tarde parecía (según los informes) que en la casa hubo una pelea horrible entre los familiares por el niño. Al principio pensé que el chico pudo haber huido para alejarse de las peleas, pero luego me di cuenta que no podía ser así... Si no ya hubiera regresado a casa. A menos que estuviera entrando a algún vicio, sentí un escalofrió en la espalda justo en el momento que el taxi paro en la entrada de Drury Lane.
—Muchas gracias — me bajé habiéndole pagado y empecé a caminar. El auto de Tobías fue lo único que me indico cual era la casa a la que iba — Pensé que vendrías después de mí.
—Que bella te ves hoy Freak, eres una hermosa rareza — dijo cuando ya estaba en frente de él, hice una sonrisa forzada. No tenía espacio para sus halagos — Vamos.
Seguí a Tobías hasta una casa de color verde que era de dos plantas, tenía 3 ventanas al lado derecho y otras 3 en el izquierdo, 3 gradas daban paso a la puerta que era de un color café con un picaporte plateado. Tobías toco el timbre que tenía dibujados unos ojos a los lados, deduje que el chiquillo lo había hecho.
Cinco minutos después una mujer abrió la puerta, traía el cabello agarrado con un moño y sus ojos estaban hinchados de tanto llorar, de inmediato mis ojos observaron todo lo que necesitaba para saber quién era y qué era lo que le había sucedido.
Ella era la madre del niño perdido, había estado casada por lo menos unos 5 años, trabajaba de secretaria las marcas de sus mangas junto con sus uñas bien arregladas me lo decían, unas líneas de expresión, al lado de sus ojos me indicaba que en su momento ella había sido muy feliz.
—Buenos días — dijo con voz pastosa — Debe ser el Inspector Gregson.
—Buenos días Sra. Smith, exactamente soy Tobías Gregson y ella es mi ayudante Brigette Collins — Puse los ojos en blanco, con Lestrade nunca me sucedían esas cosas, nuca pensé decir que extrañaba demasiado a Greg.
—Buenos días. Quisiera hablar con usted acerca del caso, para así poder tener más pistas — vi que en sus ojos se cernía la duda, quizá muchos más habían venido con el mismo cuento y como ningún idiota de Scotland Yard encontraba al infante ya no me creía — Sherlock Holmes está en el caso y puedo asegurarle que encontraremos a su hijo.
—Al oír el nombre de Sherlock, sus ojos se llenaron de lágrimas — ¿En serio él está en el caso?
—Sí — vaya, que influencia podía sacar de ese nombre — Solo que por el momento me ha enviado a mí para recaudar la información, pues soy su alumna — me dolía decir aquello, pero era la única forma de convencer a esa mujer. Por lo menos él no estaba aquí para escucharme decir semejante estupidez.
La mujer abrió por completo la puerta dejándonos pasar sin ninguna objeción, la casa era bastante grande. Nos hizo pasar a la sala de estar que era muy acogedora, tenía un juego de sillones junto con una chimenea, varios marcos con fotos estaban puestos en algunas repisas. El empapelado de las paredes era de un color azul y una mesita estaba en el centro de la habitación que encima tenía un florero con tres rosas a punto de marchitarse. Me quite el abrigo, la bufanda y los guantes adentro estaba agradable.
—Tomen asiento — en su voz se escuchaba un leve toque de esperanza — El Sr. Holmes debe saber muchas cosas.
—Rodé los ojos mientras me sentaba, que ego le subiría a Sherlock luego de este caso. Saque una libreta que llevaba en el abrigo y un lapicero, me pareció que ese había sido un buen toque para una "alumna" en proceso — Bien necesito que me cuente toda la historia, y yo se la llevare al Sr. Holmes.
—Ella asintió con una expresión triste — Mi hijo admira mucho a Sherlock Holmes... Es una larga historia, todo empezó con esa estúpida pelea. Mi Tommy no es un chico que se meta en problemas con los demás, ni que busque hacer travesuras- dijo con aire melancólico- siempre anda metido en sus cosas de detectives... Pero desde que me separé con su padre Tommy es otro, ya no pasaba conmigo y cuando ese bastardo viene de visita se encierra en su cuarto — comprendí al chiquillo no debía sentirse a gusto con ninguno de los dos.
"El día que se perdió hubo una pelea aquí en la casa, mi hermana había venido y de la nada ese idiota apareció gritando que yo le arruiné su vida completa, que lo único que agradecía era a nuestro hijo, Tommy estaba en el patio jugando a la pelota, quise detener a mi exmarido y me golpeó. Mi hermana indignada comenzó a gritarle cosas que pensé que ella nunca diría"
"En ese mismo instante Tommy entró, nos gritó que éramos los peores padres del mundo y se fue, una hora más tarde el idiota se fue dejando en claro que no se quedarían, así las cosas. Luego llamé a Tom, con mucha preocupación, a su celular la primera vez me contestó y fue ahí que me di cuenta que estaba en el parque jugando basquetbol. Me quedé un poco más tranquila inventando alguna excusa por el comportamiento de su padre"
"Entenderá mi angustia cuando a las 9:00 pm ya no regresó. Le hablé a cada uno de sus amigos, ninguno sabia de su paradero ni siquiera lo vieron irse — unas lágrimas se deslizaron por sus mejillas — Llamé a la policía y puse a mi exmarido como principal sospechoso. Pero quedo libre al pagar la fianza, además que pudo dar pruebas y testigos de los lugares en los que había estado durante las horas en que mi hijo desapareció. Él ha estado viniendo a corroborar que es lo que ha sucedido conforme "avanza" el caso — hizo unas comillas con los dedos"
—Eso no quiere decir que no pudo ser él — dijo Tobías intentando dejar en claro su inteligencia — y el caso está muy avanzado, aunque no lo crea.
—Ahora sé que, sí avanzara, con la ayuda del Sr. Holmes — puso sus manos en su regazo.
—Entonces ¿Usted le cree a su marido? — la voz de Tobías interrumpía mis pensamientos... Me levante para mirar las fotos del chico, a lo mucho tenía unos 10 años, pero podía llegarme al cuello — Su hijo ¿tenía enemigos? ¿Algún niño lo amenazo? ¿Tendría algún escondite o lugar al que él iba solo?
—No — Contestó la Sra. Smith con aire pensativo — a menos que a los irregulares de Baker Street, al club de fans de Sherlock Holmes, pero solo son unas reuniones y solo es una vez a la semana.
—Muchas gracias Sra. Smith — dije poniéndome el abrigo junto con la bufanda y los guantes — No dude del Sr. Holmes.
Salí a la calle para tomar un taxi, ahora sabía que siendo un niño entusiasta de los detectives alguna pista tuvo que haber dejado. Los Irregulares de Baker Street, un club creado por Anderson... Lo había escuchado mencionar un millón de veces, me invitaba seguido pues decía que yo debía revelarles secretos de Sherlock en sus tiempos libres, pero eran preguntas tan idiotas como el que las hacía que termine alejándome de todo grupo en el que Anderson se acercara.
—Irregulares de Baker Street — dije cuando vi un pin en la camisa del taxista con su sello incondicional, él me sonrió y arrancó de inmediato.
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Definitivamente, debo aprender a escribir comedia, en medio de esto.
Espero entiendan mi intento... Iré mejorando, lo verán. :* Promesa de Sherlockian
14 de noviembre 2020
Lis del 2016, si en algún punto nos encontramos por alguna razón del espacio y tiempo, permiteme decirte que Anderson da miedo xd...