Park Jimin se encontraba sentado en uno de los primeros asientos de su clase, no era por presumir, pero él era uno de los más inteligentes de toda la universidad. Con su aspecto de niño bueno, tenía a casi toda las chicas del lugar detrás suyo, pero él solamente tenía ojos para una sola persona, Min Yoongi. Desde que el pálido apareció en su campo de visión, no logró sacarlo ni por un solo instante de su mente. Para suerte de Park, lo veía muy frecuentemente, ambos compartían una que otra asignatura. Para el menor, verlo todos los días era algo refrescante , que hacia que su día mejorara en demasía, solo había una cosa que detestaba de ello, y lo más importante, era que, Yoongi siempre se encontraba solo, era la típica persona antisocial que se autoaislaba de todos por satisfacción propia, el típico chico rebelde con expresión de pocos amigos. Su actitud arisca y su aura tan extraña llamaban por completo la atención del más bajo, es decir.. ¿por qué un adolescente rechazaría toda clase de conexión con cualquier persona?
Jimin se encerró tanto en sí mismo y en observar a yoongi, creando una pequeña obsesión por el mayor, añorando el día en que pudiera al menos tenerlo como amigo, hacer que el peliverde abriera un poco su corazón a él. Porque Jimin sabía perfectamente que sus sentimientos hacia el pálido eran mucho más que simple curiosidad, sabía que detrás de toda esa fachada de chico rudo, había alguien débil esperando jamás ser descubierto, o eso creía.
Nunca en su vida estuvo tan seguro de su orientación sexual y tampoco fue algo que le preocupara, pero al conocer a yoongi eso cambió por completo, dejándolo sin dudas. En un punto de su adolescencia, intentó sacarse de la cabeza toda idea de relacionarse con el mayor, ya que sabía que sería una tarea difícil, casi imposible. Intentó estar con alguien, con un chico que logró querer mucho en el pasado, pero nunca un sentimiento que igualara a lo que sentía por el pálido.
No podía por nada sacarlo de su mente. Años y años de verlo por los pasillos, compartiendo la misma aula sin lograr acercarse de ninguna manera a él.
Lo enloquecía solo verlo en las mañanas en la universidad, necesitaba más, quería mucho más que unas simples miradas... Lo deseaba, lo deseaba tanto que le quemaba por dentro, el solo verlo hasta podría provocarle una erección. Lo deseaba tanto como estaba interesado en él, era el chico más interesante que jamás haya visto. Todo de él era tan hermoso, era tan reservado, era tan bello que hasta eso daba curiosidad. El simple hecho de que su belleza fuera excesiva hacía a Park preguntarse si era alguien real, o cómo una persona podía ser una maldita obra de arte.
Jimin solo esperaba el día en que Yoongi le diera oportunidad a responder todas aquellas preguntas que retenía por años.
¿Será Jimin capaz de abrir el corazón de Min Yoongi?
¿Yoongi cederá tan fácil a tal cosa?
¿Jimin podrá ser capaz de cumplir sus deseos más húmedos e interesantes que tuvo por años, con aquel chico blanquecino?