Bobbie se dirigió al baño con el corazón latiendo en su garganta. Ahora si estaba asustada <¿y sí eso estaba allí, cuando estaba con el abuelo?> pensó.
Mojó sus manos con el agua de la canilla y se refregó su rostro, su cara estaba fría. Y no era por el agua. Al tocar su rostro sintió sus manos temblar, también estaban frías. Cielos.
Cuando levantó su rostro, para mirarse en el espejo. Lo vio. Allí estaba, justo detrás de ella y aquellos mismos ojos rojos la observaban siniestramente. Bobbie quiso gritar, correr. Pero nada, estaba estancada justo frente al espejo cual tronco. Mientras aquello se acercaba aún más, aunque no pudiese ver su rostro.
- ¡Bobbie! - llego su abuela medio corriendo - ¿Estas bien, cariño?
Y aquello se esfumó. Bobbie respiro aliviada, agradeciendo mentalmente a su abuela. Aún tenía un nudo en la garganta que no le permitía hablar. A lo que sólo asintió, mientras salía corriendo hacia afuera de la casa, dejando anonada a su abuela.
Tres menos cuarto de la tarde y aún no se decidía. Si, quería ir. Pero un miedo tremendo la tomaba por sorpresa cada vez que intentaba encender el Datsun. <Vamos Bobbie, termina con esto> Se convencía en su mente.
Como sí estuviera haciendo algo prohibido, miro hacia los lados y encendió el viejo auto <Tu puedes, Bo. Se valiente, joder> Se reprendió en su mente. Nunca había sido una chica miedosa, pero esto la sobrepasaba. Sus miedos eran debido a películas de terror y el tener que enfrentarse el dormir sola en la noche con paredes de madera que rechinaban, pero no con una especie de sombra que la acechaba.
Iba de camino ya. No estaba totalmente segura de lo que estaba haciendo, se estaba dirigiendo a la mitad de la nada, sólo para estar de caza fantasmas. Pero no podía evitarlo, algo le llamaba para que tuviera tal curiosidad.
Cuando estuvo frente a la casa, se debatió en su mente si debía bajar del auto o no. Tal vez la "cosa" vivía dentro de la pequeña casa y tenía una especie de reinado bajo tierra. Pero eso era imposible, se convenció.
Bajó del auto para comenzar a caminar dentro del terreno. Durante todo el recorrido no pudo evitar sentirse observada y eso la aterraba. Tendría que haber traído a George.
Una especie de murmullo llamo su atención. Volteo. Pero no había nada, estaba volviéndose paranoica gracias a todo esto. Pero allí estaba otra vez, no lograba oír lo que decía, pero era un murmullo escalofriante.
- No es nada. Se valiente Bobbie -se dijo a sí misma. Tratando de auto-convencerse.
Al cabo de unos segundos volvió a resonar en sus oídos aquel murmullo. La estaba haciendo enojar. Tal vez todo esto era una broma de mal gusto.
- ¡Ya basta, sea quien seas..., sal! -grito y no obtuvo respuesta. Se volvió a voltear y cuando lo hizo unas ramas que no las había visto antes, aparecieron en su camino haciéndola tropezar. Mierda, se lastimaría.
Coloco sus manos enfrente, para no tener demasiados rasguños. Pero antes de caer unos brazos la tomaron por los hombros haciendo que no cayera. Sólo se terminó lastimando dedo.
Una vez centrada y de pie, sacudió las hojas de sus rodillas y miro a su "salvador". Y ¡mierda!, si que era apuesto. Era alto. Esta bien, ella podía quedar pequeña al lado de todos, pero este chico era un jirafón, tenía unos hermosos ojos verdes esmeralda que brillaban a la luz del sol y un cabello castaño levantado hacia arriba. Bobbie resistió la tentación de tocarlo. Tenía una hermosa sonrisa torcida que hacia que simpáticos hoyuelos aparecieran en sus mejillas. Llevaba una musculosa que llevaba escrito: "Pink Floyd", la cual dejaba ver perfectamente sus trabajados bíceps. Genial. Y unos ajustados pantalones negros. El emanaba sex appeal de cada parte de su cuerpo.
- Hola - saludo con voz ronca mientras extendía su mano- Soy Harry Styles.
Bobbie contuvo la respiración, ¿cómo se lograba ser tan sexy?
- Bobbie Grant - dijo. Tomo su mano y un escalofrío recorrió su palma. Era un chico lindo, sumamente varonil. Pero un aura oscura lo rodeaba.
Cuando Harry oyó el nombre de ella, sonrió complacido. Bobbie no supo explicar por qué, pero le había causado cierta incomodidad la manera en que la observaba el muchacho. Como sí quisiera devorarla.
- ¿Y qué hacías tropezando por aquí? -habló con diversión en su voz. Bobbie sonrió.
- Yo estaba buscando una... -comenzó. Pero al instante se detuvo ¿qué iba a decir? Qué estaba buscando una sombra que probablemente era obra de su imaginación. Para nada, no quedaría como una loca.
Una oleada de confusión pasó por los ojos de Harry, pero igualmente mantuvo aquella sonrisa en su rostro.
Tenía una linda sonrisa. Pensó Bobbie.
- Una caja. Sí eso. Una caja -dijo. Pero sonó como si estuviera tratando de convencerse a sí misma.
El asintió.
- ¿Y tu? -pregunto Bobbie.
Harry metió sus manos en los bolsillos y contesto:
- Nada. Sólo paseaba por aquí, hasta que vi una linda chica a punto de caer -Bobbie sintió sus mejillas arder. Harry continuo -: Vivo allí.
Bobbie volvió su cabeza hacia el lugar encontrándose con una casa que no había visto nunca. Al menos no, cuando había venido con su abuelo. Bueno..., no siquiera cuando había vendido antes.
<Sólo no le había prestado atención> Se convenció al encontrarse pensando en que tal vez había pasado algo haciendo que ahora si pudiera verla.
Volvió su mirada a Harry que se encontraba mirándola fijamente. Inspeccionando cada facción como si la estuviera memorizando, aún sin quitar la sonrisa de su rostro.
Bobbie pensó que si no la dejaba de observar de esa forma sus mejillas podrían explotar en cualquier momento.
- Tus mejillas están rojas -dijo. Bobbie bajo su mirada - Te hace ver hermosa.
- Gra-gracias -contesto anonadada. Era la primera vez que le hacían un cumplido. Literal.
Un silencio incómodo para Bobbie se expandió entre ambos. Al parecer, Harry estaba totalmente relajado y no tenía tensión reflejada en sí. Bobbie era lo opuesto, estaba nerviosa, era la primera vez que estaba con un chico de esa forma y no sabía que hacer.
- Oye, debo llevar el auto a mi casa -dijo rompiendo el silencio Bobbie, mientras señalaba el auto aún en marcha. Joder. Lo había olvidado. Seguramente su abuela ya estaba por llamar a la policía para que la buscasen- ¿Vienes?
Cuando pregunto aquello, un destello pasó por las esmeraldas de Harry. Bobbie no supo explicar porque le causaba cierta inquietud estar con el en el medio de la nada con una casa, la cual no estaba segura si estaba realmente allí.
Harry asintió lentamente con su cabeza. Bobbie comenzó a caminar hacia el auto.
- Un Datsun -Harry paso su mano por el capo del auto- lindo auto -sonrió.
- Es de mi abuelo -Bobbie sonrió de manera orgullosa. No sabía por que pero adoraba aquel auto.
Harry sonrió y subió a la parte del copiloto. Cerró la puerta y Bobbie emprendió camino a la casa de sus abuelos.
Bobbie espiaba de reojo a Harry cada vez que podía. Le gustaban sus ojos color esmeralda que brillaban con aires de picardía y misterio. Sin olvidar aquella sonrisa torcida que cada vez que sonreía pedía a gritos que los labios que la adornaban fuesen besados.
- Bobbie - sintió a Harry hablar. Pero ella estaba perdida en sus pensamientos. Pensamientos hacia el.- Bobbie -una vez más pero lo ignoro. De nuevo.
Sintió un manotazo seguido de un resbalón del auto y un golpe, que la hizo golpearse en el retrovisor rompiendo el vidrio y lastimandole. Habían chocado un camión.
Harry aparco el auto a un lado de la carretera, mientras Bobbie tocaba su frente sintiendo el líquido viscoso. El la observo y quitó su camiseta, Bobbie contuvo su respiración. Tenía una abdomen totalmente formado tapado con tatuajes que lo hacían ver aún más caliente.
- Bobbie -sintió que la llamaban. Volteo y vio a Harry con pedazo de su camisa en su mano.
- ¿Qué haz hecho? -pregunto mientras tomaba aquella tela y la colocaba en su frente. No pudo evitar no sentir aquel perfume varonil que emanaba de ella.
- Pues me he quitado la camisa y tu te me haz quedado viendo -hablo con gracia. El rubor subió a las mejillas de Bobbie y bajó su mirada.
- Ya basta. Haces que mis mejillas ardan como el infierno.
- Créeme tu eres más linda. En serio -río. Bobbie quiso saber por que había sonado tan seguro al decirlo y continuo:
- ¿Cómo lo sabes?
La mirada divertida de Harry cambio a una totalmente sería al oír la pregunta. Bobbie lo observo confundida.
- Sólo lo se, Bobbie.
Pasaron veinte minutos de ruta en los que Bobbie se dedicó a pensar en que había hecho mal. Era la primera vez que entablaba una conversación más estable con un chico y lo arruinaba. Pero aún, la idea de por qué Harry había sonado tan seguro y el que luego se haya puesto serio ante la su última pregunta, rondaban por su mente.
La casa de los abuelos apareció en el camino y Bobbie estaciono justo frente a ella. Harry había bajado rápidamente al auto atendiendo un llamado de su celular. Bobbie se pregunto si tenía novia. Lo observo. Claramente que tenía.
Busco su bolso en el asiento trasero del Datsun. Al empujar hacia adelante el pequeño trozos e tela de su frente cayo. Bobbie observo hacia abajo buscándolo hasta que finalmente lo encontró. Su respiración se volvió pesada. El pedazo no tenía sangre, ni una gota.
Busco dentro de su bolso une espejo de mano y lo enfoco en su frente. Quiso gritar. No había nada, ni siquiera una cicatriz que delatara lo sucedido. Nada. Ni siquiera el retrovisor estaba roto. Toco su frente pensando que tal vez estuviese alucinando por un shock tardío. Pero no, se apretaba de tal forma que se hacía doler. Pero nada.
Un llamado capto su atención, era Harry señalando hacia el pórtico de la casa. Su abuela la observaba inquieta. Bobbie salió del auto y su abuela se hecho a correr hacia ella estrechándola en sus brazos una vez en frente de sí.
- ¡Bobbie Marie Grant! No vuelvas a escapar de esa forma de nuevo -sentencio de forma imperativa.
- Lo siento.
- Oh no importa cariño, sólo no vuelvas a hacer ¿si? -Bobbie asintió. Observo a Harry que miraba la escena divertido. Como no.
- Abuela, el es Harry -dijo mientras lo señalaba.
Susan se volvió hacia el lado de Bobbie y miro hacia donde su nieta señalaba. Cuando se encontró con los ojos esmeralda su respiración se volvió violenta, su piel empalideció y sus labios se secaron. Bobbie la observo confusa mientras volvía su mirada Harry quien miraba a su abuela con una sonrisa suficiente.
- ¿Qué hace el aquí? -hablo dura.
- Señora Grant, sólo vine a visitarla -dijo mientras observaba sus uñas.
- No eres bienvenido aquí. Vete
- Pero si eh hecho una buena acción. Déjeme contarle, eh salvado a su linda nieta de caer -hablo mientras observaba a Bobbie.
Susan dio unos pasos hasta quedar frente a el.
- Vete, eh dicho.
- Abuela... -comenzó Bobbie pero Harry la interrumpió.
- Descuida Bobbie, ya me voy. Un gusto volver a verla señora Grant -dijo y camino hacia Bobbie - Nos vemos..., muy pronto -hablo en su oído.
Harry comenzó a marchar a pie hacia el lado de la carretera con las manos en sus bolsillos totalmente despreocupado, mientras su abuela se metía dentro de la casa.
Mientras Bobbie tenía un bombardeo de preguntas sin respuestas en su mente sobre por qué su cortadura había desaparecido de la nada. O quizás, por qué nunca había estado. Pero lo que más la inquietaba era ¿De dónde conocía su abuela a Harry? Al parecer no tenía una respuesta.