My Reflection (Sherlock) (En...

By LisHolmes1

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La gente común nunca se da cuenta cuando hay un genio a la par de ellos, de vez en cuando los ven pasar sin d... More

Prólogo
Capítulo 1: Llegada a Londres
Capítulo 2: Mary
Capítulo 3: ¿Apartamento?
Capítulo 4: El caso de los cuatro hermanos
Capítulo 5. Los cuatro hermanos: Ella
Capítulo 6: Los cuatro hermanos: Conviviendo
Capítulo especial: Sherlock I
Capítulo 7. Los cuatro hermanos:¿Mycroft?
Capítulo 8. Los cuatro hermanos: Pistas.
Capítulo 9. Los cuatro hermanos: Taxi
Capítulo 10. Los cuatro hermanos: Bart's
Capítulo 11. Los cuatro hermanos: Sobre Manila
Capítulo 12. Los cuatro hermanos: Trabajando
Capítulo 13. Los cuatro hermanos: El ultimo Hermano
¡¡¡Aviso!!!
Capítulo 14: Los cuatro hermanos: Buscando.
Capítulo 15. Los cuatro hermanos: M
Capítulo Especial: Brigette I
Capítulo 16. Los cuatro hermanos: Testigo
Capítilo 17. Los cuatro hermanos: Quién es él
Capítulo 18. Los cuatro hermanos: Yard
Capítulo 19. Los cuatro hermanos: Asesino
Capítulo 20: Puedes
Capítulo 21. Bienvenido.
Capítulo 22. Tiempos.
Capítulo 23. Sofá
Capítulo 24. El caso del Niño: Baño.
Capítulo 26. El caso del Niño: Enfermo.
Capítulo 27. El caso del niño: Drury Lane
Capítulo 28. El caso del Niño: Solo tu .
Capítulo 29. El caso del Niño: Cabo suelto
Capítulo 30. El caso del Niño: Tía
Capítulo 31. El caso del Niño: Arroz
Capítulo 32. El caso del Niño: Estrellas
Capítulo 33. El caso del Niño: "Niño"
Aviso.
Capítulo 34. Mike Miller
Capítulo 35: Nuevo caso
Capítulo 36: Asfixciante
Capítulo 37: Señales
Capítulo 38: ¿Celos?
Capítulo 39. El caso de las Rosas: Luchas y duchas.
Capítulo 40. El caso de las Rosas: Abrumadora Tecnología.
Capítulo especial: Brigette II. Navidad.
Capítulo 41. El caso de las rosas: Corre.
Capítulo 42. El caso de las rosas: Collar.
Capítulo 43. El caso de las rosas: Idea
Capítulo 44. El caso de las rosas: Alistando.
Capítulo 45. El caso de las rosas: Cita a ciegas.
Aviso.
Capítulo 46. El caso de las rosas: Un lugar.
Capítulo 47. El caso de las rosas: Oportunidad.
Epílogo.
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Aviso

Capítulo 25. El caso del niño: Fiebre

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By LisHolmes1

POV Sherlock

La chiquilla había hecho un desastre en el restaurante, tuvimos que disculparnos con Ángelo por lo menos tres veces poniendo de excusa que ella tenía un caso por resolver. A él no le preocupaban esas cosas dijo que no habría problema y que cuando quisiéramos regresar con más tiempo, volviéramos. John y Mary aún no terminaban de comer, pero la cena no siguió igual.

— ¿Por qué habrá salido así? — preguntó John cuando ya no soporto, debía aceptar que ahora lograba estar en silencio más tiempo.

—No sé por qué aun nos sorprende que se haya ido sin avisar, corriendo a la vista de todos y sin poner alguna excusa — me tapé la boca con una servilleta y estornude.

—Salud Sherlock. Yo pienso que tuvo algo que ver con el caso, no nos dejaría así — Mary siempre ponía sus modales en claro. Estornude de nuevo, sintiéndome cada vez peor, qué me pasaba no podía haberme enfermado.

—John me observó — Sherlock ¿Te sientes bien? — Mary también se fijó en mi rostro, la chiquilla se había sentado al lado mío durante la cena, ahora ese espacio estaba solo.

—Sí — volví a estornudar sintiendo como me ardía por dentro la garganta — Debe ser el viento.

Mary se levantó de su asiento para venir a mi lado, me tocó la frente con la mano, luego me tomo el pulso en la muñeca. Luego negó lentamente antes de regresar a su asiento.

—Estas hirviendo en fiebre — me tomó la mano — Debemos irnos a Baker antes de que el viento sea peor. Seguramente te resfriaste, con haberte duchado y salir al aire libre.

—Le pediré a Ángelo un gorro — dijo John levantándose, antes de que pudiera decirle algo, Mary se levantó soltándome la mano.

—Sherlock vámonos, ya está ahí tu gorro — estornude de nuevo, me fije que me temblaban las manos por la temperatura. Me levante sintiendo unos escalofríos por las rodilla — Que rápido te enfermas.

—No suelo enfermarme — dije aun con orgullo.

—Bueno creo que esta es una de esas casualidades — Nos reunimos con John que me puso el gorro, era de un color blanco con rayas grises. Rodé mis ojos, pensé que quizá estaban exagerando.

No salimos hasta que yo estuve bien cubierto, con mis guantes, el abrigo abotonado, la bufanda puesta, y el gorro de Ángelo. Me recordé cuando mi madre me acobijaba en las noches, sacudí rápidamente la cabeza esperando que ningún otro recuerdo saliera.

***

Habíamos llegado rápido ha Baker, me habían obligado a meterme a la cama por la fiebre, sentía que mi cuerpo temblaba. Prácticamente solo el pijama me había puesto yo solo, Mary entro con unas pastillas en la mano junto con un vaso de agua.

—Ten — me levanté un poco para tragarme las dos pastillas — con eso te sentirás mejor — me acosté de nuevo y ella me arropo — será mejor que te quedes aquí.

-John entro en la habitación- La Sra. Hudson estará pendiente de ti, debemos irnos- sonrió a manera de disculpa- No te vayas a levantar, por favor. Entre más descanses mejor.

-Yo estoy bien- mentí, sentía como si mi cuerpo se quebrara- No se preocupen.

-Adiós Sherlock- fue lo último que oí por parte de Mary, antes de dejarme solo en mi cuarto.

No podía soportar la idea de enfermarme en ese momento, el caso quedaría en manos de la chiquilla y me ganaría. Quizá estaba enfermo, pero no dejaría que nadie, más ella, se saliera con la suya. Me levante de la cama sintiendo como mis músculos me reclamaban el esfuerzo.

La fiebre no había disminuido, me mareé demasiado, así que preferí acostarme de vuelta. Quizá John tenía razón, si descansaba todo estaría mejor... Me arrope de nuevo, para quedar totalmente acostado. Afuera la lluvia empezaba a sonar, seguramente el frio empezaría pronto.

Pensé en la pequeña, su forma de salir del restaurante había sido muy extraña. Recordé la conversación de la mañana que había tenido con ella "¿Te gustan mis labios?" Realmente me gustaban sus labios, también sus ojos eran muy lindos, me encantaba cuando me retaba con ellos, eran como dos navajas intentando destruir mi capa de hielo.

Su forma de ser era muy curiosa, me confundía constantemente. En los dos meses que llevaba en el apartamento no podía pasar un día sin intentar deducir su estado de ánimo. No le hablaba, por mi orgullo, sabía que era igual a mi... Y eso era lo que me provocaba un toqué de aversión.

¡Pero que estupideces estaba diciendo! Seguramente era la temperatura muy alta, no podía pensar en ella de esa forma, pero con la fiebre mi mente se estaba nublando, la razón parecía quedarse dormida y darle paso a los instintos que siempre había reprimido. Ella solo era una distracción que mi mente estaba utilizando por el momento.

Y por primera vez, en muchísimo tiempo... Deje volar mi imaginación.

β

POV Narrador.

La chiquilla corría intentando atrapar a su posible dador de respuestas, los callejones se hacían más oscuros y neblinosos conforme pasaban los minutos. Ella no sabía dónde estaba, se sentía perdida en medio de tantas casas con poca iluminación. Pensaba que no había sido correcto dejar a todos en el restaurante sin avisar tal vez a si alguien la hubiera seguido y ayudado a salir de donde se encontraba ahora.

El hombre no paraba, parecía ser que no se cansaría jamás, pero aquí se jugaban mucho más que solo unas simples preguntas. Alguien más manejaba el terreno de juego, desde lo lejos sin que nadie lo viera, solamente observaba, un espectador más que se mezcla entre muchos otros. La lluvia caía por encima de los jugadores, ella ni se daba cuenta que cada vuelta que daba era una cámara, un nuevo punto de partida.

Solo podía seguir a ciegas su camino, teniendo la esperanza de recordar por donde había entrado. <<Esto es una estupidez- pensó ya cansada de tanto correr- Pero debo seguir>> Su respiración cada vez era más dificultosa... No soportaría mucho más, el hombre miro por encima del hombro a la chica, no debía desviarse del plan, o su jefe no le perdonaría.

La señal que el chico estaba esperando apareció sin previo aviso, una pequeña luz de color verde se dejó ver en una ventana en lo alto de una casa. Intento disminuir la carrera para que ella también lo hiciera, pero no fue así. Paso la pequeña luz y se dio la vuelta parando en seco.

Brigette intento detenerse de una sola vez también. Llevaba una velocidad extrema que al intentar parar se desplomó raspándose las manos. Aún estaba detrás de la luz verde lo que tranquilizo al hombre.

-Pensé que serias un poco más sensata- dijo con una voz que parecía sufrir de afonía- Me impresionas, nadie había soportado tanto conmigo. Tres horas corriendo en círculos- tiro un pequeño silbido de impresión.

- ¿Quién eres? - Brigette se levantó con cierta dificultad, su respiración aún era acelerada y sus piernas estaban a punto de desfallecer de cansancio.

- ¿Eso importa si tengo lo que quieres? - el hombre observo a la chiquilla que aún no se recuperaba de su larga carrera.

- ¿Dónde está Daniel? - pregunto ella con un poco de confusión.

-Él ya no puede atenderte, lastimosamente su tiempo de servicio acabo- Brigette no podía creer lo que escuchaba- Si no quieres terminar como él ni se te ocurra pasar esa luz verde- dijo el hombre cuando vio las intenciones de la pequeña por atraparlo.

-La chiquilla miro la luz verde que estaba en la ventana de la casa- ¿Si la paso qué?

-Puede que no encuentres nunca a ese niño- se rio un poco de la chica- Mira ese chico no es tan importante como parece.

- ¿Cómo sabes lo del niño? ¿Quién te dijo? - <<No puedo pasar- pensó con cierta molestia- No me arriesgare>>.

-En Londres todo se sabe, ese es el caso que Yard quiere completar sin su crema y nata- el hombre rodo los ojos- mira Rose, tu eres la novedad entre los bajos mundos... Somos pocos los que te "ayudaremos"- levanto sus manos he hizo unas comillas con las manos- y todo por él.

- ¿Él? ¿Quién? – exigió con molestia la chiquilla.

-Eso no importa. Te aconsejare una cosa, si buscar a ese niño quieres, entres sus cercanos debes. Por qué crees que Daniel desapareció del mapa- ella frunció el ceño- solamente busca a ese niño...

- ¿Solamente me dirás eso? ¿Alguna otra estupidez por la que me hiciste correr tres horas en círculos? – ella lo observo con odio.

-Deberías agradecer que te hemos ayudado- << ¿Hemos? - entre cerro sus ojos- Quién además de ti>>- No corrí también de puro gusto. Prueba buscándolo en Drury Lane... Quizá te de pistas.

-En qué lado de Drury Lane- ella pensó que podía saber un poco más.

-Eso ya es tu deber- el hombre volvió a reír- Creo que esto fue grato, un gusto conocerte Rose... Espero nos volvamos a ver algún día- la afonía en la voz del hombre ponía nerviosa a Brigette.

El hombre se despidió con las manos para luego salir corriendo, ella se fijó que la luz verde se apagó también, el camino estaba libre... Pero decidió volverse en sus pasos y correr para encontrar una avenida principal. En medio de todos los callejones que había pasado no podía encontrar uno que la llevara de nuevo a Angelo's.

<<Si corro de regreso estaré dando vueltas de nuevo- paro para aclarar sus ideas- debo observar el lugar>> Miro hacia todos lados esperando tener una señal que la ayudara a regresar. Con la tormenta la visión se le dificultaba en gran manera.

Tenía dos callejones uno a su derecha y el otro a la izquierda, se decidió por el de la izquierda en busca de una Avenida, en el callejón solo se escuchaban sus pasos cuando golpeaban los charcos de agua, los recuerdos quisieron aflorar en la mente de la pequeña. Pero ella los detuvo distrayéndose, se fijó en que, a lo lejos, unos faroles de una calle se miraban.

Corrió más rápido, y al fin llego a las luces de la ciudad, algunos taxis pasaban junto con otros autos. Levanto la mano cuando un taxi se acercaba logrando así que le pararan de inmediato.

-Al 221 Baker Street- dijo mientras entraba.

-Con gusto-contesto afablemente el taxista.

Brigette medito muchísimo el tipo con el que se había encontrado, al cabo de un rato estaría en Baker soportando a Sherlock, por lo menos ahora tendría un punto de partida, si era así podría ganarle el caso al azabache sin necesidad de estar en su presencia.

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