En la Foto: Westfield London
Ethan
Estuvimos hablando por un tiempo, teníamos la misma clase después y ya habíamos adelantado trabajo. Sin duda derecho penal era uno de los más difíciles, pero no podíamos descuidar las demás materias.
***
-saliste muy apurado del examen, ¿ibas a encontrarte con alguien? –yo la mire -¿alguna chica? –sonrió con malicia.
-sí –dije, para ver como sus cejas alzaban y agrandaba una sonrisa –mi prima –entonces cambió de expresión por una seria.
-oh –dijo un poco decepcionada.
-¿Qué pasa? ¿Creí que te aliviaría? Yo solo te soy fiel a ti –ella soltó un suspiro arrogante
-si claro, y ¿qué pasó con Polly? –Yo negué –lo supuse, la vi luego del examen súper enojada, después la encontré en el baño llorando, sabía que ese capricho tuyo no duraría mucho.
-no era capricho –dije en mi defensa.
-si eso te ayuda a dormir en las noches... -dijo con arrogancia –pero me alegra que terminaras con eso, ambos sabemos que no tenía futuro.
-cierto, la verdad yo salí con ella solo para darte celos –dije divertido, era muy gracioso molestar con ella de esa forma, Lily tenía las cosas muy claras y entre nosotros la línea de amistad estaba más que marcada.
-bueno, primero: no creo que solo hayas "salido" con ella, pervertido y segundo: necesitarás más que una zorra mantenida para darme celos ¡Busca una mujer de verdad! –me tense y baje la vista, mala idea estando frente a Lily –o puede que ya la encontraste y por eso decidiste acabar el estúpido juego que tenías con Polly.
-no sé de qué hablas.
-¡ay por favor! No eres bueno aparentando cosas y lo sabes, ahora dime como se llama –Le mire serio –no me vengas con esa expresión, tal vez engañes a Dylan pero a mí no, vamos habla –yo negué aún serio –Ethan William Wallas, no te vas a ir de aquí hasta que me digas la verdad.
¡Como odiaba que usara mi nombre completo!
Suspiré cansadamente, Lily podía ser muy manipuladora y caprichosa (aunque lo negara) a veces; yo no quería contarle nada acerca de Daniela, pues el tema me tenía cansado, me estaba empezando a fastidiar de eso, sin embargo no podía ponerme bravo con ella, pues ni siquiera sabía la forma en la que me atosigaba. Además había cambiado su actitud y me había aceptado una cita, claro que sin esa doble intención, no quería asustarla ni que saliera corriendo... de nuevo.
Pero desde que pasó lo de Vanessa todos estaban empeñados en que hiciera una nueva vida, que empezara de nuevo y encontraran a una persona especial; pero yo no quería, no quería olvidarla ni dejarla a un lado, y sé que estaba haciéndolo mal; aferrarme a alguien que ya no tenía a mi lado no era una buena idea, pero me negaba a creer que podía redimirme, que podía tener otra oportunidad para hacer las cosas diferentes. Vanessa era todo para mí y se había ido, no quería a alguien más en mi vida, entre más te importa más de duele así que me aparte de todo lo que podría representar dolor, dispuesto a seguir adelante y tratar de ser mejor persona de lo que fui en ese momento. Punto, eso era todo. Y estudiar una carrera como Derecho, me había ayudado a mantener mi mente ocupada, lejos de los recuerdos y el dolor; y estaba progresando, poco a poco el sentimiento era menos abrumador.
Miré a Lily expectante a lo que sea que dijera, podía ver en sus ojos la satisfacción de haber ganado esta discusión, pero la verdad yo no tenía ánimos ni para debatir, en cierto modo ella había ganado esto desde el principio. No me sorprendía. Mire su sonrisa y abrí la boca para decirle que era nada importante, pero eso no la convención en absoluto, ella quería la verdad.
Le conté de la noche en la que mi auto se dañó (nunca había contado tantas veces la misma historia, ya la sabía de memoria), luego hable de la extraña coincidencia de que su padre era socio del mío, aunque viendo la forma en la que frecuentaba el edificio Wallas, podría decir que la verdadera socia era ella. Entonces ya no quería tocar el tema, le dije que había llevado a mi prima al centro comercial y que reuniría con ella para tener una "tarde de chicas", la verdad Daniela no parecía la clase de chicas que van de compras o algo así, de hecho si mal no recuerdo, era un almuerzo, luego pase a la cita de esta noche, Lily sonrió y un pensamiento llego a mi mente...
¡Mi mamá! ¡Su casa! ¡Alison! ¡Mi padre! ¡Había olvidado la cena! Abrí los ojos como platos y luego lleve mis manos a mi cabeza, soy un estúpido ¿Cómo es que olvido esa cena y logró que Daniela me acepte una cita?
-¿Qué pasa? –me pregunto Lily preocupada, la mire un momento.
-hoy le había prometido a mi madre ir a su casa a cenar...
-y...
-pues invite a Daniela a comer, olvide que tenía que ir a casa mi madre.
-no veo el problema, llama a tu mamá y dile que llevarás a alguien, le dices a Daniela que tu madre quiere conocer a la persona que hace posible esa fusión entre empresas; puede que tu mamá ya no trabaje pero no quiere decir que no quiera estar al tanto de lo que pasa en Wallas Industries –me miró como si fuera algo obvio, no era mala idea, era un terrible idea ¿llevar a Daniela a casa de mis padres? Yo negué -¡vamos! ¿Consigues que te diga que sí y luego cancelas? Eso no le va a gustar en absoluto.
-no tienes idea de los fastidiosos que están con ese tema, ¡hasta papá! No la llevare a la boca del lobo, sabes lo abrumadora que puede ser mi madre.
-pero la dejaste sola con tu prima, ¿no? –Yo la mire –no eres muy listo, si tu madre es abrumadora, tu prima es peor –tenía razón ¡como odiaba que tuviera razón!
Me quedé mirándola, ahora estaba en un gran aprieto; si llamaba a mi mamá para cancelar se pondría histérica, por otro lado si le decía que tenía una cita, me llenaría de preguntas y eso sería sin duda peor; pero no quería cancelarle a Daniela, sentía que estaba progresando y eso sin duda lo arruinaría todo. Apoye mis codos en la mesa.
-¿Qué hago?
-yo ya te di una solución, pero es decisión tuya –luego me tomó de la mano, yo la mire –no te agobies, simplemente es una cena, no es nada más allá de eso, inclusive puede que ella misma rechace la idea de ir a tu casa entonces no tendrás problemas.
-si rechaza, no me sentiría mejor.
-eres un dramático.
Mire el reloj y ya era hora de entrar a clase.
Ni siquiera podía concentrarme en lo que decía la maestra de constitución, mis pensamientos estaban en mi madre y en Daniela ¿Cómo se supone que solucione eso? Mi mama se volvería loca si le decía que no, y no quería perder el privilegio de salir con Daniela.
Mi cabeza seguía dando vueltas y veía que la maestra me miraba fijamente, supongo que sabía que no le estaba prestando la más mínima atención; debía pensar en algo, rápido. Mire el reloj y faltaba poco para salir y mi nerviosismo iba en aumento, tendría que relajarme y enfriar mi cabeza pero ¿Por qué me mataba tanto pensando en ello? ¿Desde cuando yo dejaba de algo así me pusiera de cabeza? ¿Qué poder tenía Daniela sobre mí? O peor aún ¿desde cuando deje que esto pasara? Ni siquiera la conocía bien, ni siquiera había cruzado más de unas palabras con ella. Pero me parecía tan enigmática y reservada que quería conocerla más y ver otra sonrisa en su rostro... y mejor aún si yo era la causa de esa sonrisa...
Detente Ethan, tus pensamientos están fuera de cauce.
Termino la clase y Lily me miraba con cara de felino, supongo que analizándome como solo ella podía hacerlo, recogí mis cosas y me prepare para ir por mi prima e inventar algo útil para hablar con Daniela, Lily me interceptó en la puerta exigiéndome una explicación de lo que debía hacer. La mire serio pues no lo sabía, pero no le podía reconocer eso, entonces le dije que haría lo que me dijo, eso pareció bastarle para que sonriera complacida por tener la razón, me dio un beso en la mejilla y dijo "quiero detalles" ¿Que creía? ¿Qué le contaría todo? Hay cosas que prefiero quedarme, no soy la clase de persona que va por el mundo contando su vida privada, lo de Vanessa lo sabía mi familia (mis padres, mi hermano y Alison) y unos pocos amigos (Lily y Dylan), nadie más y así era con casi todo. Punto. No había tema de discusión, lo que decidiera hacer con Daniela era asunto mío y puede que lo hable con Alison, pero solo porque ella se metió sola en esto.
Iba a salir cuando escuche que la profesora me llamaba, solté un suspiro y entre de nuevo. La sra Greenwood era todo un enigma, había ganado más de 20 casos en los pocos años que llevaba ejerciendo de abogada, tenía un doctorado en no-sé-qué, y hacia parte de una de las mejores firmas de Londres; sin embargo su vida personal era como el de una novela, su marido la engañó con una estudiante de universidad y esta resultó embarazada, había enfrentado una demanda por amenazar a la joven, luego su esposo murió en un misterioso accidente de auto; la acusaron de eso y casi se volvió loca, finalmente la corte falló en su favor y luego de eso se fue a... creo que Isla Margarita, nadie supo de ella hasta que hace tres años regresó, lista para ejercer de nuevo, con su tarjeta profesional renovada y su actitud inquebrantable.
-¿Qué pasó profesora Greenwood? –le dije mientras ella revisaba unos papeles
-está muy distraído, señor Wallas, podría preguntarle lo que acabo de decir y no sabría contestarme –me miró, yo no podía protestar... tenía razón –no se los motivos de su repentino desinterés en la materia, me dijeron que pasó el examen de Derecho Penal y espero que muestre el mismo interés en mi clase.
-que rápido corren los chismes en esta universidad.
-no pretenda pasarse de listo conmigo, Ethan, en astucia y suspicacia yo le puedo dar varias lecciones.
-no lo dudo, profesora –ella sonrió.
-bueno, solo le recomiendo que mantenga su cabeza en cosas importantes –yo le mire –y si esto no es importante, puede retirarse –sabía que diría algo así –ordene sus prioridades, joven. Usted es unos de los pocos estudiantes que prometen y por eso espero mucho de usted.
-veo sus expectativas y créame que espero cumplirlas –ella asintió y me hizo un gesto para que me retirara.
Salí del salón y luego me dirigí al estacionamiento, ya debía estar en el centro comercial, eran las seis de la tarde y la cena era a las siete. Aún no sabía qué hacer, pero decidí no pensar en eso, tal vez algo me ayudaría y ella cancelaría o algo así. Ese pensamiento me revolvió el estómago y puso un sabor amargo en mi boca, eso no me gustaría en absoluto.
Llegue al centro comercial en menos de veinte minutos y recibí un mensaje de mi prima diciendo que estaba probándose una blusa y que entrara a verla, entre en el estacionamiento y luego subí las escaleras hasta la plazoleta principal, la llame y me dijo que estaba en Gucci mirando bolsos, suspiré y subí al tercer piso buscando la boutique; finalmente logré ver a Daniela sentada en un parte del local con los brazos cruzados y sonriendo, tenía un bolso al lado y mi prima está enfrente de ella de pie, paseando con otro bolso muy animadamente. Daniela se veía alegre, pero mantenía esa tranquilidad, supongo que mi prima no dejaba que ella se expresara mucho.
Camine con paso firme hasta ellas, entrando en la boutique y mi prima, luego de reconocerme corrió hasta mí, la recibí con un abrazo y luego me di cuenta que Daniela estaba detrás de Alison mirando la escena alegre, luego mi prima se apartó y pude ver a Daniela de lleno, tenía las manos por delante sosteniendo un bolso de la tira.
-la joven pregunta si vas a llevar este –dijo ella mirando a mi prima.
-ese me gusta más para ti, ¿no crees? Es tu estilo –Daniela miró el bolso detalladamente.
-no creo que mi estilo sea tan ostentoso –dijo con amabilidad, luego me miro –hola.
-hola –respondí -¿ya acabaron las compras? –me estaba mirando de una forma tan intensa que me olvide de respirar.
-aún no –dijo mi prima, pero no la mire –tengo que encontrar un bolso adecuado para la fiesta de final de año –dijo y se fue, no supe a dónde o a qué, pero nos dejó solos y eso me encanto.
-¿Cómo has estado? –le pregunté.
-estoy bien, Alison me ha mostrado casi todas las tiendas de aquí y ha comprado bastante –sonrió –comimos en la plazoleta y luego caminamos un poco.
-¿la has pasado bien? –temía que mi prima dijera o hiciese algo indebido, con lo explosiva que era...
-sí –dijo, luego un silencio -¿y tú? –me sentía incómodo y creo que ella también.
-bien, estaba... -el grito de emoción de mi prima llamando a Daniela, me interrumpió, ella giró a verla con un bolso de las manos.
-¿no crees que es perfecto? –Dijo aun con una sonrisa –lo voy a comprar -Daniela giro completamente y yo me puse a su lado.
-no creo –dijo ella, mi prima frunció el ceño –si compras ese bolso tendrás que buscar un vestido que combine con ese, y que tal te enamores de un vestido que no combine con el bolso, pienso que primero debes comprar el vestido –mi prima miró el bolso con un puchero.
-sí, tienes razón –nos miró –lo dejaré en su lugar, parece que no voy a comprar bolsos hoy.
La miré intrigado.
-no me mires así, no voy a hacer esa fila –señaló la fila para pagar y esta salía del almacén, parece que hoy estaba regalando los bolsos porque las mujeres estaban muy emocionadas. Volví a mirarla, esta vez con una sonrisa más grande.
-¿Por qué hay tanta fila? –pregunte.
-¿ves esas fieras peleando por un pedazo de carne? –dijo señalando una parte de la tienda donde había varias mujeres mirando bolsos, yo reí y asentí –pues están en oferta, es como tratar de comprar en una tienda cuando hay 2x1, aunque normalmente es "compra el primer par y lleva el segundo con el 50% de descuento ¡no dejes pasar esta oportunidad!" –dijo con voz de infomercial en español y no pude evitar mi carcajada, ella también rió. Esta faceta de Daniela me encantaba, era bromista. Después llego mi prima.
-bueno es hora de irnos, no olvides que mi tía nos espera –me dijo Alison, ¡tenía que abrir su bocota! Abrí los ojos muy grandes y resople fastidiado –no hagas eso, le dijiste a mi tía que comerías con nosotros –Daniela me miró con los brazos cruzados y una ceja levantada, luego miró a su derecha y exclamó:
-¡no puede ser, Alison es un bolso Gucci de piel Animalier! –mi prima miró bruscamente y corrió hacia allá. Me quedé mirándola un poco intrigado, luego giró a verme aun con los brazos cruzados –muy bien, explícate –el bolso claramente era una distracción, Daniela en poco tiempo había aprendido a manejar a mi prima y eso no podía dejarme más anonadado, ¡era increíble! La miré en busca de una respuesta -¿planeabas llevarme a tu casa?
-¡no! –exclamé, eso pareció molestarla más –quería llevarte al The Ledbury.
-dime la verdad entonces –elevo una perfecta ceja.
-lo olvide, ¿si? –ni hablar, no podía mentirle, se daría cuenta, es demasiado intuitiva –fui a recoger a Alison y mi mamá me invitó, acepte sin pensar. Luego lo olvidé y te invite a cenar y estaba tan feliz porque aceptaste que no sabía qué hacer... -lleve una mano a mi cabello y lo despeine ligeramente, estaba nervioso. Ella sonrió, pero fue una sonrisa distinta.
-¿y qué planeabas hacer entonces? –parecía sorprendida, en eso llego mi prima.
-una amiga de la universidad dijo que te llevara a casa, pero...
-¡Es una excelente idea! –hablo Alison.
-¿vas a llevar el bolso? –pregunte, ella asintió –ve haciendo la fila –mi prima miro la caja y luego se fue.
-creo que la tratamos como a una niña pequeña –dijo Daniela, yo me encogí de hombros –entonces esa era tu solución.
-no, no quiero que mi familia te espante.
-he tratado con tus padres... y también con tu hermano –fruncí el ceño, no quería llevarla y que Michael intentara algo con ella –ahora a tu prima ¿estará alguien más?
-¿estas considerando la idea? –ella se quedó callada un tiempo.
-tienes razón, mejor no –otro silencio –otro día -¿estaba hablando en serio? ¿Otro día? Entonces no estaba molesta, tendría otra oportunidad.
-puedo llevarte a tu casa –dije sonriendo –y nos vemos... mañana
-¿mañana? –Pensó un momento –no puedo, debo hacer un trabajo en el instituto, ¿qué tal el sábado? –ahora ella ponía el día, no podía estar más contento y me sentía como un idiota, emocionándome por algo tan minúsculo, no tenía sentido ¿Por qué me sentía así?
-por supuesto.
-espera ¿no tienes otro compromiso que olvides? –Dijo en tono divertido.
-no dejarás que lo olvide ¿verdad?
-no –dijo riendo -te la voy a montar –siguió en español ¿Qué significaba eso? Yo fruncí el ceño, pero creo que ella lo dijo con la intención de que no entendiera, porque luego caminó hacia mi prima que ya estaba llegando a la caja.
Salimos del Westfield London hacia el estacionamiento, mi prima no dejaba de hablar de todo lo que había visto, mientras yo mandaba miradas fugaces a Daniela por el espejo retrovisor, ella sonreía y miraba la ventana de vez en cuando, luego habló de todo lo que compro, salimos del Westfiel llenos de bolsas; pregunte si Daniela había comprado algo, pero dijo que no.
Parecía que no le gustaba mucho comprar compulsivamente como a Alison, eran muy distintas y eso me gustaba, me gustaba lo que había visto de Daniela hasta ahora y supongo que a eso debía las ganas de querer pasar más tiempo con ella, era una caja de sorpresas y yo estaba dispuesto a describirlas todas. Llegamos a casa de mis padres y le dije a Alison que llevaría a Daniela a casa, ella me miró con ceño fruncido y luego de despedirse efusivamente de ella entró a la casa, dijo que le avisaría a mi madre por la demora y yo le agradecí. Le pedí a Daniela pasar al puesto del copiloto. Me hizo caso y luego se puso el cinturón de seguridad. Me indicó donde era su departamento, cerca al St James Park y Buckingham Palace.
La miraba de soslayo sin que se diera cuenta –bueno, ya escuche la versión de mi prima, cuéntame cómo estuvo la tarde –dije con las manos en el volante, ella me miró y sonrió.
-creo que, decir que tu prima es abrumadora, le queda corto –yo reí – primero almorzamos, luego caminamos un poco y ella quiso un helado de postre; pedí uno de chocolate y ella de ¿fresa? Creo –hablaba con su acento arrastrado y me encantaba –entonces de la nada gritó al ver un vestido, entramos en la tienda y no paró de insistir hasta que acepte medirmelo; estaba emocionada por un baile que hay a final de años, yo no entiendo eso... el baile es en más de un mes, aún hay tiempo; luego dijo que si yo iba a ir, pero ni me explico qué clase de baile era. Entramos en varias tiendas y prácticamente compraba todo lo que veía o le gustaba... -la escuchaba hablar, se supone que era una tarde para las dos, pero para Alison solo existía alguien... ella.
No era justo, sabía que Daniela no salía mucho y pensé que mi prima daría la talla para hacer que ella pasara una buena tarde, pero Daniela hablaba tan lejana a todo... no se divirtió. Acompañar a mi prima de compras no era muy divertido. Esto no estaba bien, ni siquiera entraron al cine.
-Alison me recuerda a una amiga que tuve en Colombia –dijo ella con nostalgia –de hecho podrían ser hermanas... no físicamente, pero en actitud. Tal vez si hubiera sabido que terminaríamos comprando ropa, hubiera llevado dinero; de Colombia no pude traer todo lo que tenía, habría aprovechado –luego sonrió –es por aquí.
-lo lamento.
-¿Por qué?
-bueno, no es muy divertido acompañar a alguien que compra compulsivamente y tú no comprar nada –apretó los labios
-fue una tarde interesante, me permití sentirme como adolescente, hace mucho no lo hacía, no te disculpes. Puedes dejarme aquí –dijo.
-¿estás sola?
-sí –dijo abriendo la puerta –gracias por traerme –se acercó y me dio un beso en la mejilla –nos vemos el sábado –salió del auto y me quedé paralizado un momento por el pequeño y tierno beso que me había dado. Luego la vi caminar.
-¡Daniela! –Ella giró –dame, ¿podrías darme tu numero?, así será más fácil.
-creí que Alison...
-se lo diste a ella no a mí –una sonrisa se dibujó en su rostro.
-pídeselo, no me lo sé aún –asentí y entró en el edificio. Me quedé mirando la nada con una sonrisa de idiota.