🥀Bella para morir🥀
Fui 'abandonada' a la fuerza, gente había entrado a mi hogar cuando era algo joven, gente que no venían por cosas simples como robar o matar, venían por cosas donde mi padre se había metido por urgencia...
De esta forma me vi forzada a escapar a petición insistente de mi amada madre, que lamentablemente, 'desapareció' junto a mi padre, quedando prácticamente a la deriva con 12 años y mis próximo años no serian mejores gracia a mi inexperiencia en la vida y la falta de conceptos básicos para un adolescente con una enorme inestabilidad emocional... ¿A dónde iría? ¿A que me dedicaría?...las respuestas vinieron de la peor forma con el tiempo...
En mi actualidad como adulta, lo único que puedo decir es que desde entonces mi camino ya no iba por un buen lugar. Las malas juntas y malas experiencias me llevaron a cometer delitos y en peores casos asesinatos en defensa propia, realmente mi pregunta era la que menos debía hacerme si quería que todo mejorara ¿Qué más podría pasar? Siendo que de alguna forma el mundo solo quería mi miserable ser en acción...
Resulto ser que hacia poco tiempo he estado siendo vigilada por un completo encapuchado, durante mis tiempos de abastecerme de alimento a base de robos, siempre lo hallaba hundido en la oscuridad, apenas se adivinaba su sudadera blanca y el hecho de sus manos metidas en su bolsillo. El chico era molesto para mi, pero aprendí a restarle importancia hasta que finalmente se digno a dar la cara ante mi, encontrandome en una estructura abandonada que solía ser una casa donde actualmente me asentaba.
-¿Qué demonios quieres? Se que has venido jodiendome desde hace unas putas semanas. Si eres uno de esos crédulos que vienen para vengarse porque le robe su miserable comercio, te informo que perderás de la peor forma, considera tu vida, idiota -Apenas podía ver su cara, su capucha junto a la caída de un largo cabello oscuro cubría gran parte de su rostro y me irritaba.
Pronto escuche una suave y amargada risa, mientras lentamente levantaba su cabeza y finalmente me permitió admirar, bajo esa capucha blanca y cabello azabache, un pálido rostro con una desastrosa sonrisa que mostraba la carne de las mejillas de una forma espeluznante, unos ojos azules que se hallaban de forma impresionante abiertos, prácticamente faltaban párpados allí. Estaba sorprendida, nunca había visto a una cosa así de horrible...
-¿Crédulo vengador de comercios robados por una estúpida niñita de 23 años? Wow realmente tienes autoestima como para amenazar gente creyendo que podrás fácilmente con cualquier oponente -Su voz sonaba burlona, retrocedí leves paso, ese chico si que aterraba -Patética idiota, la mejor carne que tengo para darme el gusto de atravesar, es la de idiotas como tu que se creen superior que yo -Inmediatamente mi mirada se enfoco nerviosa en el bolsillo ajeno, se movía y pronto una de las manos de ese extraño salio empuñando un cuchillo algo manchado con sangre vieja.
Me alerte, buscaba con la mirada posibles salidas para huir lejos de ese loco ¿Pero que mierda hacia? Anteriormente habré matado a gente como él, pero realmente ese chico se veía aterrador y por alguna razón no sentía que seria fácil darme a una pelea contra él con mi única arma, otro cuchillo limpio.
Una risa me sobresalto, se estaba burlando de mi miedo...
-Dime Aries ¿Quieres dejar de ser tan patética y verte como toda una jodida diosa griega? -Alzo su cuchillo mientras sonreía con aquella mirada desquiciada. Respire hondo y busque mi arma, huir era mi salvación, pero ese chico no me lo haría fácil obviamente.
Sus pasos se comenzaron a acercar provocando como consecuencia el alejamiento de los mios, no dejaría que se acercara a mi, claramente estaba algo nerviosa sobre lo que pasaría, mis anteriores luchas habían sido bastante justas o injustas a favor mio, pero esta terminaría en mi contra. La mirada de asesino que ese chico azabache llevaba en su rostro cortado y ojos sin párpados me daban la sensación de una enorme experiencia con esa arma blanca.
-Soy una jodida diosa griega, no quiero que uno más horrible que Hefesto, intente joderme mi bellaza humana ¡Maldito fenómeno! -Le grite, pero creo que fue uno de mis errores, ya que de esta forma el extraño se impulso de inmediato a atacarme con dicha arma.
Pude sentir un feroz rasguño en una de mis mejillas, al lograr esquivar a la suerte ese salto inesperado por parte del chico. Ahora se iluminaba cierta rabia en sus azules ojos, al parecer su ego es bastante delicado, por lo que esa parte solo podría enfurecerlo más y por lo notado es bastante rápido...debo admitir que estoy por debajo de esas expectativas, solo soy una simple ladrona y nada más, mi trabajo es el engaño no el constante asesinato como es el trabajo de ese loco.
-¡Miserable, despreciable mujer! ¡Mi belleza es incomparable, podría ser hijo de la mismísima Afrodita, maldita perra! -Se empeño en volver a moverse con velocidad hacia a mi haciéndome de inmediato otro corte en el brazo esta vez.
Temía por mi vida y si no contraatacaba estaría muerta en segundos, empuñe mi arma blanca y en el próximo ataque clave la misma en su hombro para sacarla de inmediato y correr a un lado. Sin embargo eso no lo detuvo, volteo rápido y volvió a correr hacia mi para sujetarme por el cuello y estamparme contra una de las paredes mugrientas, rayadas y algo destruidas de aquel sitio.
Intente clavar mi cuchillo en su brazo para que me soltara, pero ni siquiera se inmuto el desgraciado, el miedo me comenzó a contaminar de inmediato. Pude ver como lentamente se sacaba el cuchillo con su mano libre de su brazo, mientras reía vacilandome en la cara.
Apretó su agarre en mi cuello, siendo como consecuencia que intente sacarme su mano del mismo antes de comenzar a ser asfixiada por este.
-Mal...maldito hijo de puta -Murmuré, mientras forcejaba para salir de el agarre, pero el miedo podía más y solo hacia que vacilara en mi propio intento por salir desesperada de aquello.
Él solo se limito a reír entre dientes, apretando un poco más aquel aprisionamiento en mi cuello, hasta que pronto aplique un golpe bajo con mis piernas, estaba vez si provocando un repentino aflojamiento del agarre que me permitió huir y agarrar una nueva arma, un pedazo de techo caído para romperselo en la cabeza haciéndolo caer al suelo de inmediato.
Pensé que seria mi oportunidad, así que voltee para irme ideandome al chico noqueado, pero ¡Mierda! Si que resistía; un cuchillo atravesó mi pierna y me hizo vacilar hasta terminar en el suelo al igual que él, sin embargo yo no podía levantarme con tanta facilidad.
Volvió a sujetarme del cuello, levantándome de golpe y apunto con el cuchillo mi vientre. Realmente este seria mi fin, lo veía en sus desquiciados ojos que observaban los mios con frialdad y locura, pero tenia razón al decir que ese loco era un jodido raro. Le gustaba jugar con sus víctimas al parecer, lentamente se acerco a mi rostro y solo me beso, mientras amortiguaba mi grito agónico al sentir ese cuchillo frío atravesar mi estómago lentamente...
-Jo...jodido loco...te...te odio...maldito hijo...hijo de puta... -Murmuré mientras soltaba mi cuerpo y lo dejaba caer débil al suelo.
-Las buenas perras tienen recompensa antes de ser asesinadas -Se acerco a mi rostro agónico con aquel cuchillo -Ahora la cirugía de regalo...