James
Creo que una parte muy rara se "encendió" en mí.
Ella estaba tan odiosamente linda y él estaba tan idiotamente arreglado y bien vestido.
La estaba besando... ¿Por qué yo también quiero hacerlo? ¡Ni siquiera es mi tipo! Quiero decir, todas las personas son bellas a su manera, pero ella si dudas no cuadraba en mi "tipo de chica".
Suelen atraerme las mujeres de cabellos rubios, curvilíneas, de ojos claros, de tez latina, y generalmente mas bajas que yo, al menos dos cabezas. Gemma es exactamente lo opuesto, pero si dudas, aún sin ser lo que busco es extraordinariamente bella. Su altanería, su forma de pensar- que comparte la mayoría del tiempo.- su terquedad, su magnífica voz, su tremenda capacidad de decisión... Su maldito cerebro. Es sin dudas alguien que debo tener en mi vida
Detesto ver como él la abraza, besa y acaricia cuando yo ni siquiera puedo hablarle... Porque me detesta y evita.
Bien merecido te lo tienes, deberías disculparte.
-¡Dios! ¿No ves que estamos ocupados?- me gritó el estúpido con cara de resfriado.
-Solo te quería preguntar si se cortó la luz o si soy yo el problema.
Idiota. ¿Acaso no es la peor excusa que usaste en tu miserable vida?
-No tengo idea, no entré a mi casa.- me responde molesta. Sus ojos son como hielo.- Pero definitivamente tú siempre eres el problema.
Ouch.
Su "amiguito" también me mira, enfadado.
-Uhm, gracias de todas formas. Bien, mejor me voy...-me despedí, chocando mi cuerpo con una columna y apretando mis puños como idiota.
Ella definitivamente me odia...
Me arrepiento completamente de lo que hice, después de todo fue un accidente, no debí ser tan... Severo.
Me quedé toda la noche mirando el techo, reflexionando. Pensando en Gemma, en cómo arreglarlo todo... No quiero usarla, a fin de cuentas quizás estoy celoso y quiero que seamos amigos. Quiero que todos los días tomemos juntos un café y que los viernes nos escabullamos a fiestas universitarias.
La única manera de acercarme a ella es... Pedir perdón.
Gemma
Hoy amanecí resfriada debido a la alergia de fines de marzo y con pocas ganas de salir de casa. Y, para colmo, está lloviendo. Diana se fue de viaje a la ciudad de su mamá, Andy no contesta mis llamadas... Por eso me propuse estar todo el día en pijamas, con lentes (sí, no veo nada) y pantuflas.
Desalineada voy a vivir mi vida, así se vive mejor.
Amo los días en los que sólo me dedico a mí. Soy "la del medio" y tiene sus cosas buenas... Estar sola cuando quiero es una de ellas. Tenemos una casa grande y en mi familia no molestan.
Hoy Drake salió, mis padres fueron a cenar con Matt y Lucy se fue a la casa de Abby, su mejor amiga.
Estoy completamente sola, y me agrada. A veces necesito un momento solo para mí. Me gusta relajarme.
Después de hacer mi tarea comencé a buscar ideas para futuros cortos de animación o actuación.
Todo va de maravilla hasta que llaman a la bendita puerta.
-¡Mamá! ¡Te dije que te olvidabas la llave!-le grité para que escuche, pero como no contestó, proseguí a abrir la puerta, acomodando mis lentes.
James
Cuando por fin abren la puerta me encuentro con Gemma, totalmente pálida y sorprendida.
Estaba desarreglada, pero se veía igual de bien que siempre. ¿Como puede ser que alguien con una camisa a cuadros gastada y cabello despeinado se vea tan bien? Brujería.
-¿Que quieres?-me respondió tratando de lucir indiferente.
-Solo te traje pizza, a modo de disculpas. Fui un poco estúpido a gritarte la otra vez y...
-No acepto tus disculpas-me interrumpió, mirando el suelo.- ¿Te piensas que puedes ser un completo cretino y después venir con carita de perro mojado?
-Perdón. En serio, no me conoces. Tuve muchos problemas a principio de año y me desquité contigo la noche de la fiesta. Yo... Sé que fue un accidente.
-Eso no te justifica.-murmuró.
-Estuve pésimo.- me sinceré.
-Más que pésimo, insoportable.
-Lo sé, Gemma. Por eso propongo comenzar de cero.
-¿Estás loco?-sonríe, cruzada de brazos.
-¿Puedo pasar?- le contesto.
Me estoy mojando y voy a resfriarme si no entro.
Ella sacude su cabeza.
-Si, por supuesto.
Una vez adentro prosigo:
-Mi nombre es James, mucho gusto.- Sacudo su mano y siento pequeños pinches eléctricos al tocarla. Al hacerlo comprarme un humectante, porque sus manos eran muy suaves y seguramente las mías eran ásperas como una roca.
-¿Lo decías en serio? No veo una buena razón para que seamos amigos.-se cruza nuevamente de brazos.
-¿No te gusta el cine?
-Voy a ser directora, algún día.- dijo con ojos soñadores. Luego vuelve a la realidad.-No le veo el sentido a tu pregunta.-informó, tratando de no sonreír.
-Sería genial que me dejaras terminar.-continúo y ella rueda sus ojos.-Me gusta actuar. Me podrías contratar... O podría ser tu abogado en caso de que te demanden por abuso de poder y consumo de sustancias.
-¿Qué?- se rió. Tenía una risa estruendosa, pero bastante linda y contagiosa.-Lo voy a pensar. Después de todo no creo que me cobres tan caro.- reflexionó entre risas.
-Hey, si te sirve como un"extra" a mis amigos les haré descuento. Otra razón más para perdonarme.
Me miró de arriba a abajo, analizándome con un rostro bastante expresivo, con ese tipo de gestos que solía usar.
-Me convenciste. Te perdono,vecino.-informó.
-Eres difícil de convencer.-sonrío.
-Terca como una mula.-Se encogió de hombros.
-¿Te gusta la pizza? Es que sinceramente no sabía qué traer.
-¿A quién demonios no le gusta la pizza?- tomó la caja y yo me quedé en mi lugar.- ¿No vas a venir?-gritó desde lo que parecía la cocina.
Éste sin dudas iba a ser el comienzo de una gran amistad. Al fin descubrí qué me pasaba con ella, simplemente quería ser su amigo. Por eso era tan confuso, porque nunca había conocido a un chica y querer ser su amigo. Ella es realmente agradable.
-Escucha... Tengo una propuesta para ti.- comentó mientras tomaba un trozo de pizza.
-¿Negocios?- sacudió su cabeza en una negativa.- ¿Sexo? Gemma, estoy sorprendido no pensé que te gustara el tema "amigos con derecho".- contesté anonadado.
-¡Ugh, no! Te iba a proponer ir a tomar helado par ahogar penas ¿Por qué fue lo primero que se te vino a la cabeza?
-Créeme, no sería la primera vez...- su rostro hizo una mueca.- Como sea, cuéntame más.
-Mi mejor amiga se fue de viaje. Andy no responde mis llamadas desde anoche, no soy una persona de muchos amigos.
-Te presentaré a los míos, las chicas son un amor y los chicos siempre tienen cerveza.
-¿Quieres introducirme al mundo popular?- se sorprendío.
-No se si soy "popular"- me encogí de hombros.- La escuela no es un reino en el que un par están a la cabeza y otro para es acosado por mirar Star Wars y hacer matemáticas. Sólo es un mito.- me sinceré.- Esta reputación de "inalcanzables" es basura.
-Entonces mi hermano es un estúpido que tiene aires de grandeza al igual que sus amigos.- respondió.
-¿Quién es tu hermano?
-Drake.- contestó. Lancé un grito ahogado.
-¿Eres la hermana de Drake Courage?- asintió.- Gemma, tu hermano es una maldita leyenda. Fue campeón en tres torneos diferentes... ¡Con dos deportes distintos!- me miraba, atenta.- Aunque seguro, lo sabes.
-Tengo trofeos en la sala que me recuerdan constantemente mi invisibilidad.- murmuró, un tanto rara, mientras se encogía de hombros.
-¿Esas son las penas que beberías?-indagué.
-El hecho de que yo siempre tenga una sonrisa en mi rostro no significa que siempre sea feliz. Es decir, soy completamente invisible. Y no es que lo odie... pero a veces simplemente desearía que me notan. Que piensen "wow ella es Gemma Courage, alguien genial".
-Eso no es cierto, yo sabía quien eras.- espeté.
-Antes de la fiesta no sabías ni mi nombre.
-Es cierto, pero por supuesto que te reconocí. Eras la antisocial de los pasillos que se la pasa leyendo obras de teatro o literatura feminista, preferentemente del sigo XX.- su boca se abrió por completo. - Soy escorpiano, peco de observador.
-Wow. Debes ser muy divertido estando ebrio.- dijo.- Apuesto a que tienes mucho dolor por el cual beber.- me miró directamente a los ojos.- Soy taurina, pero con luna en aries y ascendente en sagitario. Peco de terca, impulsiva y, sobre todo, de hablar mucho.
-¿Acaso eres una bruja?
-Tengo muchos hobbies y la astrología es uno de ellos, Diana me hizo la carta astral. Y recién ahora estoy entendiendo todo ese rollo.- se encogió de hombros, al tiempo que se hacía mucho más interesante.- No te das una idea de lo que fascina a las personas el mundo de las cartas natales.
-Deberías enseñarme.
-Cuando desees.-sonrió.- Salud.- me deseo levantando la porción de pizza.
-Salud.- contesté, encantado mientras chocaban nuestras porciones crocantes.
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