Pov's Dipper
Me vestí y arreglé tan rápido como pude, ya que mi tío nos había dicho el día anterior que a las seis y media de la mañana nos viésemos en la tienda de regalos. Sé que son mas de las seis y media y no me agradaría que me dejarán aquí en la cabaña.
Agradecí que al bajar las escaleras no me hubiese caído, por que baje a la planta baja saltando cada cuatro escalones. Pero la parte buena de mis "acrobacias" fue que en menos de un minuto había llegado a la tienda de regalos.
Ya estaban reunidos todos y sólo faltaba yo. Mabel me sonrío y corrió a abrazarme, mientras los demás nos veían con una sonrisa.
Cuando Mabel se separó de mí, mi tío Ford me tendió una arma pequeña con aspecto futurista. En serio... Siempre me pregunto de donde conseguirá armas nuevas.
- Tienes 10 balas, casi cargada completamente. Utilízala solo en caso de emergencia- me indicó como apuntar y disparar, haciéndolo ver más fácil de lo que pensaba.
Cuando ya estábamos preparados y listos para partir, los demás que vivían en la cabaña nos desearon suerte.
- Por favor, Dipper, cuídate mucho- me dijo Linda Susan, con una sonrisa- No caigas en las garras de Bill. Sea lo que sea que te diga Bill, al final no resultara nada bueno.
- Gracias Linda Susan- le agradecí, devolviendole la sonrisa. Me alegro tanto de que mis amigos se preocupen por mí, ya que todos me deseaban suerte y me repetían casi lo mismo que me había dicho Linda Susan. Hasta el raro unicornio me dio un mechón de su pelo, según para protección.
Piensan que no voy a regresar...
Emprendimos nuestro viaje. Íbamos a paso lento, viendo hacia todos los rincones, en busca de alguna señal de Bill, pero no se veía nada y un silencio lo invadía todo, haciendolo ver más escalofriante y misterioso que antes.
Comenzamos a correr cuando nos ya estábamos cerca del pueblo. A la distancia veíamos halos de humo y un tono anaranjado cubriendo todo el cielo, claros indicios de un incendio.
Casi caímos de rodillas a llorar al ver lo catastrófico que se veía Gravity Falls. Las casas y edificios estaban en ruinas, incinerándose junto con los arboles. Habían varias pesadillas y monstruos rondando, como si siempre hubiesen vivido aquí. Habían por todos lados ojos-murciélagos, por lo que teníamos que tener mucho cuidado si no queríamos convertirnos en una pieza del trono de Bill.
De lo que estoy seguro es que el pueblo no es el centro del "mundo" que está creando Bill. Puede estar en una parte profunda y escondida del bosque, ya que no usaría un lugar tan obvio como el pueblo para su castillo o lo que sea en lo que viva y reine a las pesadillas.
Con mucha suerte podría haber comida en el centro comercial que pudiésemos comer.
Nos escondíamos entre casas, automóviles, arboles y lo que nos sirviera para cubrirnos de los ojos-murciélagos. Y en casi una hora o más, estábamos a entradas del que, alguna vez, fue el centro comercial.
Para sorpresa de todos estaba vació y tenía comida que pareciese que la hubiesen acabado de traer. Metimos todo lo que pudimos a nuestras mochilas, sin fijarnos mucho en que comida pudiese ser.
- Con suerte puede haber ropa, objetos de primeros auxilios o algo que nos sirva para sobrevivir. Hay que separarnos y buscar todo lo que nos pueda ser de utilidad. Guarden lo que encuentren hasta que su mochila este repleta. Nos vemos aquí a las dos en punto, con 5 minutos como plazo máximo de retraso- ordeno mi tío Stan y todos asentimos. Fijó su vista en mí- Dipper, cuidado con Bill. Si lo ves, no dudes en usar tu arma si lo ves y huye, ¿entendido?
- Entendido- respondí.
Nos fuimos por caminos diferentes. Siempre me fijaba en el reloj digital que llevaba en la muñeca. Aun tenia tiempo de sobra. Me dirigí a la farmacia, donde agarré todo lo que me imaginé que serviría; medicina, vendas, desinfectante, algodón y todo a lo que se le pudiera dar algun uso.
La orden que me había dado mi tío de no dudar en sacar el arma en señales de peligro se me había borrado de la mente al ver a Bill. Estaba recargado en una estantería, jugando con una jeringa con aguja; un instrumento que, si fuera su madre, se lo quitaría. Vestía con un traje amarillo un tanto extraño y llamativo, típico del señor Dorito. Me veía fijamente, con una sonrisa.
- Pero que agradable sorpresa- dijo, con una sonrisa- Nos volvemos a ver
- No finjas, Cipher. Sabías que vendría
-No, como crees. No sería capaz-hizo una pausa y empezó a reír a carcajadas- Probablemente si lo hice, para que mentirte, Pine tree. ¿Ya has tomado tu decisión?
- Va a ser la misma. No me uniré a tu bando
- ¿En serio?- preguntó, como si no se imaginase mi respuesta. Su expresión de incredulidad me pareció muy estúpida. ¿Acaso pensaba que me iba a ir con él? No puedo dejar a mi familia, mucho menos en estos momentos y ni loco los dejaría por nuestro enemigo.
Pero sólo suspiro y me vio con... ¿ojos de cachorrito? Okey, esto esta empezando a ser raro, más de lo debería ser. Ese truco lo utiliza mi hermana y no creo que sea un truco "digno" de un dios de la destrucción.
- Si cambias de opinión, solo dí mi nombre. No importa donde estés ni con quien, encontraré la forma de qué llegues a donde estoy. Con la única condición de que portes esto- me dijo al mismo tiempo que me tendía un colgante que parecía un talismán en forma de triangulo.
- ¿Por qué debería cambiar de opinión, Cipher? Se que sólo me vas a utilizar y cuando ya no te sea de utilidad me vas a botar- solté, con el ceño fruncido y sin aceptar el talismán.
Se hizo un silencio incomodo entre nosotros. Yo lo miraba, expectante a que hiciese algo, pero el sólo se quedo en silencio, viéndome sorprendido. No se de que se sorprende. No soy un traidor... jamas lo sería. Creó...
- ¿En serio piensas eso?- susurró, bajando la mirada.
- Claro. Es lo que haría Bill Cipher- dije, cruzándome de brazos. Esta conversación se está poniendo un poco.. incomoda y extraña.
- Ya se que no confías en mi... pero sólo te puedo decir en mi defensa que esta vez voy en serio y que no te engañaré- y antes de que protestará, me puso el talismán en el cuello y desapareció, dejándome sólo en el lugar.
Intenté quitarme el colgante, pero no podía. Es como si fuese resistente a todo y no podía sacarlo por arriba de mi cabeza, porque sentía como si una fuerza invisible me obligase a soltarlo. E intentando de todo, fui incapaz de quitármelo.
Hubiese estado así todo el día, pero vi mi reloj marcando cinco minutos para las dos. Escondí el colgante debajo de mi camiseta y corrí hacía el punto de reunión.
Como pensé, ya todos estaban ahí y muy preocupados. Me costó mucho encontrar el camino correcto. Parecía que se había convertido en un laberinto y que todos los caminos no tenían salida.
- ¡Dipper!- exclamó Ford, aliviado de mi regreso. Tenía su arma en mano y se veía estresado- ¿Te encontraste con Bill?
- No- contesté si dudarlo. Sé que mi tío Ford podría ayudarme, pero este es mi problema y de alguna forma tengo que enfrentarlo.
Y antes de que alguno de nosotros dijera algo, escuchamos una estruendosa risa en todo el lugar.
- Vaya, vaya, toda la familia Pines reunida aquí- delante de nosotros apareció una figura que ya había visto hace unos momentos, Bill Cipher.
- Bill- Ford apuntó hacia Bill con su arma. Bill ni se inmutó, sólo movió su mano como si apartará algo y el arma le fue arrebatada a Ford, aventandola unos metros lejos.
- Sixtie... creo que no te ha quedado en claro que mi nueva forma en mucho más fuerte y que tus juguetes no me hacen nada- dijo Bill riendo a carcajadas- Con un solo chasquido de dedos puedo incinerarte ahora mismo
- ¿Qué quieres Bill?- preguntó mi tío Stan, enojado.
- ¿No lo había dejado en claro en todos los mensajes que les he mandado? Quiero a Dipper- me vió fijamente, con una sonrisa burlona- Pero sé que vas a responder lo mismo, Pine tree. Esperó que al llegar a la Cabaña veas la sorpresa que te dejé
Y antes de que le preguntásemos algo, el despareció en llamas azules. Y nosotros, sin pensárnoslo dos veces, corrimos de vuelta a la cabaña.
Todo pasó tan rápido que hasta a mí me costó mucho tiempo asimilarlo.
Corrimos tan rápido hacia la cabaña como nuestras piernas no lo permitían. Tenía una MUY mala sensación. Todos sabíamos que algo había hecho Bill con la cabaña y que él estuviese tan feliz no significa que la haya hecho más bonita y grande. Pero en mi interior quería creer que sólo lo hizo para asustarnos y como una advertencia para que me vaya a su bando.
Al llegar a la cabaña, nos quedamos sin palabras. No sabíamos como reaccionar o que hacer, simplemente nos quedamos observando lo que alguna vez pudo ser la Cabaña del Misterio.
La primera en reaccionar fue Mabel. Corrió hacia el porche de la Cabaña y comenzó a tocar frenéticamente la puerta.
La Cabaña estaba al menos en una pieza, pero ya no era la misma. Estaba de un color oscuro, casi reduciéndose a cenizas. Los lugares que se "salvaron" de quemarse estaban hechos trizas, dejando espacios para que alguien entrase. Pero lo que más destacaba eran los cuerpos de casi la mitad de los que estaban refugiados, inertes y llenos de sangre. Habían gnomos, un unicornio, hombretauros, pobladores y otros refugiados, pero entre ellos estaba Candy, una de las mejores amigas de Mabel.
- ¡Abran la puerta! ¡Soy Mabel!- decía entre lagrimas y sollozos. Mi tío Stan la apartó sutilmente de la puerta para derribarla con una patada.
Entramos corriendo a la cabaña. Y si el exterior se veía deprimente, el interior no se quedaba atrás. Estaba todo destrozado y desordenado, pero la parte "buena" es que no había ningún cadáver.
Recorrimos toda la cabaña, buscando a los demás. Yo fui hacía el ático y hacía las recamaras cerca de este. Y en todas las habitaciones no había nada y estaban destruidas, a excepción del ático, que estaba casi en perfectas condiciones.
Después de recorrer casi por cinco veces las habitaciones y asegurarme de que no hubiese nada, baje a la planta baja, encontrándome con que la maquina expendedora estaba abierta y que se podía escuchar a la lejanía voces.
Camine con impaciencia hacia el ascensor y marqué el piso en donde estaba el portal. Y ahí, estábamos reunidos todos los sobrevivientes y los que fuimos al centro comercial.
Parecía que estaban en una platica muy seria e importante, ya que todos estaban con rostros severos y mostraban estar de acuerdo ante algo. Claro que yo no me enteré de nada porque al verme entrar todos callaron y me vieron con... lastima, como si supieran mi futuro.
Estaban hablando de mi...
- Dipper- me dijo mi hermana forzando una sonrisa, pero con rastros de haber llorado, igual que Grenda, quien estaba al lado de Mabel.
- ¿Qué pasa?- pregunté, sonriendo para mostrarles que aun sigo siendo un humano y que Bill no me ha hecho nada, aunque supongo que no dio efecto por las expresiones de los demás, que seguían siendo las mismas.
McGucket dio unos pasos adelante. Ya no era el típico viejo demente del basurero, ahora es un hombre mayor de edad vestido con un traje decente (y a lenguas se veía que era de los caros a pesar de lo desgastado que estaba) y con aspecto de alguien inteligente, y no dudo que lo sea.
- Dipper- dijo, lo más serio posible- Todos sabemos que el principal objetivo de Bill eres tu y queremos saber la razón. Y todos estamos de acuerdo en que seas sujeto de pruebas
Abrí mis ojos como platos, sin creerme lo que acababa de escuchar.
- Lo hacemos por tu protección- finalizó mi tío Ford haciendo una seña al MultiOso, quien se acercó a mi y me tomó a la fuerza de los hombros, inmobilizandome.
Esto no es nada bueno
Forcejeé, intentando escapar en vano... sé que ya no puedo luchar más y menos contra muchos osos en uno.
No quiero rendirme así de fácil. Al menos me hubiesen pedido mi consentimiento para hacerme experimentos.
- Por favor, no soy una amenaza- mis ojos comenzaron a humedecerse, sin percatarme que varias lagrimas comenzaban a escapar sin mi permiso- No me hagan esto
Mis palabras no sirvieron de nada, ya que fueron ignoradas por todos y McGucket me puso una inyección que estoy seguro que es sedante, porque a los pocos minutos, comenzé a dormirme, no teniendo control de mi mismo.
Ayuda...
Los siguientes días me son difíciles de expresar sin la palabra "tortura", porque lo fue. Me trataron como un animal, no como una persona.
Mi prisión era el ático, donde estaba siendo sujeto de pruebas todos los días y a todas horas, sin descanso alguno.
- Sólo lo hago para protegerte- Esa es la excusa perfecta de Ford, el que dio la idea de hacerme experimentos.
Prefería mil veces estar encerrado y aislado de todo el mundo a que me estuviesen haciendo esto. Y puedo apostar que mucho no ha cambiado, ya que a los únicos que veo son a McGucket y a Ford. Los demás no se han dignado en venir y mucho menos se opusieron a que me hicieran esto.
Son todos unos traidores...
Pensé que eran mi familia. Pensé que podía confiar en ellos. Me equivoqué. Lo único que hacen es torturarme para su beneficio.
Empiezo a odiarlos con todo mi ser.
Todos los días me quedó sin voz de tanto gritar de dolor. No sé cómo puedo seguir vivo y sé que no he comido bien, que no me he hidratado como se debe y que he perdido más sangre de lo que es aceptable. Lo único que soy capaz de pensar es en el dolor y en la rabia de estar siendo torturado por mi tío Ford, el que tanto apreciaba por ser como yo.
Estaba tan equivocado...
El colgante que me dio Bill no esta conmigo y créeme que lo he intentado buscar en mis momentos más fuertes de desesperación... casi todo el tiempo. Él es mi única esperanza en estos momentos.
Me asusta saber que hayan encontrado la forma de quitarme el talismán de Bill y que mi forma de escape hubiese desaparecido para siempre.
Quiero irme...
- Dipper, no te muevas demasiado- me ordenó McGucket con un tono gentil... pero se que es falsa su preocupación- Te podemos hacer daño
Ford me repetía lo mismo, pero le hacía caso nulo, como ellos lo hacen en los momentos en que pido clemencia.
Lo único que yo hacía era gritar a todo pulmón, con el único objetivo de que se escuchase hasta alguien que pudiese ayudarme a salir de esto. No me importa quien lo haga, sólo que me ayuden a salir de este nuevo infierno.
Después de varios minutos de experimentar conmigo, mi mirada comenzaba a hacerse borrosa, permitiéndome sólo ver siluetas sin detalle alguno.
Bill está aquí...
No se si eran alucinaciones, pero antes de sumirme en la inconsciencia, vi una silueta fuera de la ventana, flotando, con la forma de un chico de como veinte años, de prendas amarillas y con un sombrero... Bill Cipher.
Ya no sé si sentir pavor o alivio de "verlo" nuevamente. Pero lo único que pido es que me ayude...
Caí en la inconsciencia al fin, sin ponerle resistencia alguna.
Regresé a la consciencia cuando era de noche, y por juzgar a la luna, más de media noche. Desperté gracias a las arcadas que empecé a dar entre sueños, haciendo que vomitará sangre en un costado de la cama,algo que ya se había vuelto constante en los últimos días.
Estoy muriéndome poco a poco...
Lo que vi fuera de lo usual es que no estuviese conectado a ninguna maquina o algo así. La habitación estaba oscura y en silencio, conmigo como única persona.
Aproveché eso para al menos dormir con un poco de tranquilidad. Lo más cercano que he llegado a dormir son las veces que me desmayo, pero mi descanso no es suficiente.
Sentí algo colgando de mi cuello. Vi debajo de mi camisa, imaginando que lo más seguro que hubiera es una maquina o algo.
Ya me puedo ir...
Mi corazón comenzó a latir rápidamente, lleno de emoción. Mi oportunidad de escapar se veía más clara ahora que volvía a tener el talismán que me dio Bill.
Como pude, me pare de la camilla que habían puesto ahí para hacerme pruebas asquerosas. Me dolía todo el cuerpo y no exagero al decir que también algunos órganos me dolían. Me acerqué a la ventana y estreche en mi mano con fuerza el colgante.
- Bill, ven y ayúdame- susurré, cerrando los ojos y apretando más mi puño con el que sostenía el talismán.
Sentí una brisca fresca revolver mi cabello. Abrí lentamente mis ojos, observando como la ventana se abría, ignorando las protecciones y el candado que tenia puesto.
-Con mucho gusto te ayudaré, Pine tree- Bill flotaba fuera de la ventana, tendiéndome la mano, con una sonrisa gentil adornando su rostro. Ver esa sonrisa me inspiró confianza y con eso, las dudas de ir con él desaparecieron al instante.
Sin dudarlo dos veces, camine hacia el borde de la ventana y acepté su mano, estrechándola con fuerza, como si mi vida dependiese de él...
Mi decisión no puede ser tan mala...
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Estrellitas, la Tierra les dice Hola!!! (⌒▽⌒)
¿Qué les pareció el capítulo? Debo de aceptar que me costó un poco de trabajo escribirlo, siempre borraba en vez de escribir. Pero me alegró que ya estuviera a tiempo ♥ Y lo he hecho un poquito más largo de lo normal.
No odien a Ford, es buen tío, en serio ♥
Pero dejando de lado a Ford, ya los próximos capítulos podemos ver mas Billdip en su esplendor y quiero que me digan una cosa... ¿Quieren lemmon? Yo se que si quieren ( ͡° ͜ʖ ͡°)
Si te gusto el capítulo, me ayudarías mucho votando y comentado. Sus comentarios me animan cada vez mas para escribir un nuevo capitulo ♥♥
Muchos besos babosos y abrazos asfixiantes :3 ♥♥