Narra Alex:
Desperté de golpe quedando sentada, me quede mirando alrededor de mi habitación con el cabello sobre mi cara, al recordar que hoy era ''el día que regresaba a clases'' comencé a maldecir a mi alrededor.
Incluso me levante de mi cama y comencé a golpear a todo a mi alrededor, aunque tal vez muy fuerte.
-Auch, demonios!-grite haciendo que mi cachorro se asustara y saliera corriendo.
Me aliste, bañe y desayune, también me vestí usando mi usual capucha color blanco que ocultaba gran parte de mi rostro sin impedir mi vista, normalmente no tolero verme al espejo viendo como nací, horrible.
Salí caminando tranquilamente de mi casa dejando a mi cachorro con alimento, la secundaria no quedaba lejos de mi casa así que me sobraba tiempo para ir caminando.
Mientras caminaba me fije en una chicas que pasaban caminando mientras se maquillaban, si yo tratara de hacer eso me iría de boca contra el piso. Por un gran rato desee en mi mente que lloviera y se les arruinara en maquillaje y sonreí discretamente.
Al entrar a la secundaria fui directamente hacia las cartillas donde se veían en que curso estaría, era el ''A'' sonreí al saber que ese era el curso de los mas aplicados, y obvio yo pertenezco ahí. Me acomplejo por mi inteligencia no por mi aspecto, tengo la piel blanquecina pálida, mi cabello es negro y mis ojos, que son lo peor de mi, son grises ademas de que soy baja por naturaleza.
En conclusión, me sentía fea.
Entre a mi clase y al ver que todos se comenzaban a agrupar me senté en la ultima banca, había una gran ventaja, yo podía escuchar música a escondidas.
Desde mi angulo se podía ver como la manada de pervertidos le miraban el trasero y el pecho a la estúpidas populares, imbéciles y bobas.
De repente llego el profesor con dos alumnos una chica y un chico, el chico no era nuevo pero al parecer lo transfirieron a esta clase por varias razones, pero a la chica nunca la había visto, era muy guapa aunque mi definición de guapa para los pervertidos eran las curvas y el trasero.
-otra mas al grupito- sonreí pensando en cuanto tardara en caer la fachada de niña buena que trae en la cara.
Los chicos comenzaron a babear por ella, mientras que a las chicas les pasaba lo mismo pero con el chico quien solo se le notaba su mirada de indiferencia por ellas.
Es lo normal después de todo nadie es santo por toda la vida. al prestar atención el chico comenzó a mirar hacia mi dirección, no me molesto su mirada, simplemente la ignore como siempre pasa con los de alrededor.
Ambos se presentaron, ella se llamaba Andrea y el se llamaba Zero. El idiota no paraba de mirarme pero ni siquiera me inmute, de repente sonrió, como si no le importara nada.
¿Zero? claro! el idiota de la escuela, el ''chico malo'' a quien todos le temen, el imbécil que golpea a todos sin una estúpida explicación de porque.
Ya cansada de sus estúpidas vidas me acosté en mi banca desando que fuera mi cama.
Supongo que es...un nuevo día.
(Alerta: no lean los comentarios contienen spoiler)