Los pasillos que solían ser tranquilos y hasta un poco solitarios, se vieron arrasados por jóvenes nósdicos que iban hacía el centro del complejo. Era un gran círculo con una elevación en dirección sur y que servía para dar anuncios y charlas.
Unos consiguieron asiento en parte delantera al estrado, y los últimos como en el caso de Tory, se quedaron al fondo y de pie. Alain llegó acompañado de cinco hombres, incluyendo a Igor. Compartió unas últimas palabras con ellos y luego se dirigió a la multitud.
—Un grupo desapareció en las inmediaciones de la avenida "Veinte y nueve", se convocó una alerta roja general. Y por lo tanto habrá que reforzar la seguridad, tanto dentro como fuera. Los de dieciocho, diecinueve y veinte, se turnaran para vigilar la cuadra que rodea el complejo. Y los de veintiuno, veintidós y veintitrés, saldrán a recorrer las calles, deben estar alerta por cualquier mínima señal del grupo que era conformado por el instructor Alexandre Dum, Natalia Urman, Charly Thomas y Jason Beverly.
Tory se acercó a su tutor que trataba de tranquilizar a una mujer, Dana, la esposa del instructor perdido. Hablaba suave y lentamente, no dejaba de verla a los ojos, tampoco permitía que ella quitara los suyos. En el aire sintió una presencia extraña que hasta ese momento no había sentido.
Igor la vio y se le acercó.
—Ve con Sam, él sabrá donde ubicarte —le murmuró para después regresar con la mujer.
Buscó con la mirada, pero el salón principal era tan grande que lo único que pudo distinguir fue las cabelleras de sus amigos. Se acercó porque supuso que él estaría cerca.
—Igor dijo que fuera contigo —dijo restándole importancia al resto de palabras de su tutor.
—Qué extraño que te mandara en tu primer día —pero luego dejó de prestarle atención.
—Quiero que lleves a tu grupo al sector siete —le ordenó Alain a Sam. Este inmediatamente comenzó llamando al resto de su equipo. Unos doce chicos se le acercaron.
—Nos dividiremos en el sector siete. Kim llevarás a Jimmy, Sarah y Bonny al sur. Zet al este con Aria, Thomas, Zia y Erik. Luke irás al oeste con Milo, O...
—Quiero ir contigo —interrumpió el aludido con rostro sereno antes de que mencionase su nombre.
—Bien, entonces con Junior y Hana. Los demás iremos al norte. Diez minutos para partir.
Se desplazaron con gran velocidad en medio del desorden formado por los nósdicos, no todos podrían ir en una misión. Muchos solo preparaban sus guardias dentro del complejo.
Al verse imposibilitada a continuar caminando, Tory se detuvo, Sam al no sentir más su corazón agitado, se dio vuelta y fue hasta ella. La tomó de la mano y la jaló hasta unas habitaciones fuera de la salida. Se cambiaron por ropa hecha de un tejido especial que les brindaba mayor protección. También unas botas con plantilla insonorizada, lo que les permitía entrar a lugares sin ser escuchados.
Al llegar al estacionamiento de arriba, se dirigieron a las motos.
— ¿Ya te dieron una? —le preguntó Oliver cuando la vio dudar.
—No, todavía no.
—Ven conmigo —Tory iba a responder, cuando un pitido muy cerca suyo la asustó.
—Mucho me temo que será en otra ocasión, Igor la ha mandado conmigo —interrumpió Sam.
Tory no quiso discutir y le lanzó una mirada de disculpa al castaño para luego subir atrás de Sam. Se dirigieron a la zona correspondiente, dieron cuatro vueltas sin detenerse. Y luego se reunieron con los chicos del sector sur.
Kim no dejaba de lanzarle miradas envenenadas. Su acompañante escuchó el reporte de ella sin darse cuenta. No encontraban nada, pero habían visto a un hombre sospechoso entrar a una casa abandonada, y al registrarla estaba vacía.
Volvieron a una de las calles en la que anteriormente cruzaron. Sam miraba hipnotizado las calles, como que si despegaba la vista, iban a desaparecer. Dijo que bajarían un momento para entrar en un bar que estaba a unas pocas calles de allí.
— ¿Tienes frío? —preguntó viendo cómo se pasaba las manos agitadamente por sus brazos.
—No, es solo... ¿no lo sientes?
— ¿Sentir qué? —el aire se volvió helado y la luz del alumbrado público fallaba intermitente.
—Eso —una oleada de frio la guio.
Era como seguir un sonido, sentía en su ser que se acercaba a la intensidad de ese sentimiento. Una mezcla entre resentimiento e indiferencia. Sus pies caminaban por sí solos, y volvió a sentir que actuaba de forma mecánica.
Sam sólo la veía confundido. Pero no se movía mucho siguiéndola. También sentía algo, pero ni encontraba la fuente, ni entendía por qué para ella significaba algo.
Unos metros más allá, Tory siguió caminando hasta que al pasar una esquina, vio a un hombre ahorcando a otro. Sus sentidos se activaron de inmediato. Corrió sin saber que debía hacer. Tomó un tubo que estaba tirado cerca y con él golpeó al hombre. Este de inmediato soltó al hombrecito que solo vio la oportunidad, salió huyendo.
Sus ojos negros la miraban con curiosidad. Y golpeó y pateó sin llegar a golpearla, sus movimientos eran lentos, no como los de la joven que daba vueltas a su alrededor y golpeaba cuando podía. Pero su fortuna no duró, en un movimiento de su tubo, el hombre lo tomó y con él comenzó a golpearla. Le dio uno en las costillas que le dolió bastante y la dejó en el piso arrodillada.
Sam llegó y también peleó con el hombre que lo mandó al suelo con un golpe en la cabeza que lo dejó casi inconsciente. Tory trataba de levantarse, pero sus costillas la castigaban por cualquier movimiento. El hombre de un momento a otro, comenzó a reír.
—Al parecer a ti sí —dijo y sacó una arma que una patada de Tory solo logró desviar de su objetivo.
La bala impactó en el brazo izquierdo del morocho que solo volvió a caer. Un sonido proveniente de un aparato del hombre lo distrajo un momento, que le permitió a la muchacha intentar quitarle el tubo y golpearlo con él.
El aludido se enfureció más y de un tirón le arrebató el tubo y con él le dio un fuerte golpe en el estómago, mandándola junto a unos botes de basura. Dio por terminada la pelea y se marchó silbando.
Sam se arrastró a Tory y la zarandeó, ella despertó mareada y se sostuvo de él.
—Hay que pedir refuerzos —dijo sacando su móvil—. Oliver, necesitamos ayuda médica —y cortó la comunicación—. ¿Resistirás? —preguntó sosteniendo su mano.
—Si solo fueron dos golpes. Tú estás sangrando mucho —se sacó parte de la blusa delgada que llevaba debajo de la chaqueta negra y la rasgó para hacerle un torniquete—. No te muevas —lo reprendió.
Cuando lo terminó, notó como sus ojos se cristalizaban. No por el dolor de su cuerpo, sino por el que veía reflejado en el cuerpo del chico. También una picazón en el brazo izquierdo, que mediante pasaban los minutos, le dolió. Sentía como si lo arañaran, e hizo su vista borrosa.
Para cuando Oliver y unos autos destinados a auxilios médicos llegaron, la chica ya estaba desmayada y Sam luchaba por no seguir su ejemplo. Los llevaron lo más veloz que pudieron, ya en el complejo procedieron a darles asistencia médica. A Igor casi le da un infarto cuando se enteró del estado de los muchachos.
Ordenó que trasladaran a su pupila al sector donde se hospedaba. Allí tres médicos la atendieron con urgencia. La sangre que manaba de su brazo izquierdo no paraba y ellos no encontraron nada, por lo que le propusieron a Igor una medida drástica. Le cerrarían la herida y luego le harían una imagen de rayos "x".
Antes de que la chica despertara, fue trasladada a los laboratorios, donde le hicieron los estudios que revelaron que ningún objeto le provocó la herida. Igor sorprendido fue a hablar con Alain y que de paso le resolviera algunas inquietudes.
—Igor, aprende a tocar antes de entrar, por favor —le rogó el líder cuando el susodicho entró sin tocar o saludar.
— ¿Sam fue herido?
—Sí, una bala en el brazo y unos cuantos golpes que sanarán pronto, ¿qué tal la chica? —dijo sin molestarse en observarlo.
—Con la misma herida en el brazo, casualmente ningún objeto lo provocó —la vista desconcertada de Alain chocó con la del instructor.
—Imposible.
¿Nadie más cree que esto es muy extraño? Dejen sus hipótesis en los comentarios y la estrella en dorado. Bye.