El era tan parecido a ...Jack. Joder si es idéntico, pero Jack..no el está loco. Mejor dejo de hacer alucinaciones con mi ex prometido.
-Tú. -El colocó un cuchillo en mi garganta. Gemi asustada.
-¿Yo que?-Murmure con voz temblorosa. El rió. Su sonrisa me recuerda a ...¡Joder no! EL NO ES JACK _____
-¿Como te llamas? -Dijo con una voz ronca. Tragué. Miré su ropa, se veía muy cara, al igual que sus joyas, es el típico gángster. El cuchillo pasó por mi garganta de un lado a otro. Las lágrimas salieron y rodaron por mis mejillas. El las quitó. Este tipo que.
-_____...-Lloré. El alzó una ceja y apretó el cuchillo. Grité, pero el no me lastimó fue sólo una punzada. El tiró el cuchillo. ¿?
Mire todos sus tatuajes, tenía demasiados a mi parecer pero no hay que negar que a través de esa pinta de psicópata el tipo está jodidamente bueno.
-Déjame ir- Susurré débilmente. El cerró la puerta, encerrandonos. El no me ha dañado y eso me ha tranquilizado un poco.
-No.
Suspire.
-¿Que quieres de mi?-Grité molesta. El miedo desapareció. No se como ni por que.
El me miró nuevamente.
-Siéntate -Ordenó con voz dura. Alce una ceja y el levantó su pistola. Me senté rápidamente y el tomo una silla y se sentó frente a mi, observandome, miraba mis piernas, mis pechos y sobre todo mis labios.
No dijimos nada hasta que alguien entró.
-Jack debemos irnos.
-¡Joder he dicho que nadie, maldita sea nadie me llame así!- Gritó enojado.
¡Jack! ¿Jack? ¿Mi Jack?
Sentí algo salado en mis labios y si, son lágrimas. El es mi Jack. Lo sabía.
¿En que momento se convirtió en esto?
-¿Jack Napier? -Susurré nerviosa. Esto no puede ser cierto...Jack no pudo haberse convertido en este mounstro.