- Zafira, él es Valentine, ese que parece un príncipe -dice Mozart apuntando a Valentine en un costado
- Hola, príncipe - dice Zafira sonriendo como una niña enamorada, y quién no lo estaría, la verdad.
Valentine parece no dudarlo y se acerca a ella.
- Hola Zafira, ¿Te gustan los dibujitos? -le pregunta él con una sonrisa en su rostro
- Sí, ¿Quieres ver conmigo? -le pregunta ella haciendo puchero
Drácula y Mozart ríen al ver la carita de Zafira
- Claro, vamos, yo te cargo -dice Valentine mientras Mozart se la entrega con su mirada de lujuria - Ella tiene 8 años va a la escuela, Mozart dejó las andanzas por ella -me dice Drácula tomándome la mano para llevarme a la mesa que estaba al lado de la cocina.
Ella es una parte de mí, es difícil cuando esa mujer bella te espera en su cama a las 8:30 para dormir -dice Valentine entre risas - Claro, te tiene atrapado -se burla Drácula
- Bueno es hermosa, como tú -le digo a Mozart, elogiándolos
Narra Janut
Mi Maestro ha decidido ayudar a su amigo Sergio en París.
Sergio nos ayudó una noche con la reina, ella no debía estar en frente del Sol, esa tarde nos habíamos quedado sin nafta en pleno amanecer.
Él nos dio asilo y desde ahí nosotros le confiamos nuestro secreto sin necesidad de hipnotizarlo; a cambio él nos pidió un préstamo, cosa a la cual accedimos.
Desde que mi maestro está con ella, él intenta ser más humano, aunque lo dudo.
He visto cómo me mira ella, se sorprende de mi parecido a mi maestro. Algunas veces él se pone celoso, aunque yo nunca la miraría, es como buscar que él me odie.
Y lo amo más que a mi propia vida, mi maestro me ha ayudado. Me brindó todo lo que un humano pudo pedir a pesar de que Llacaret fuese su preferido, quizás sea porque es el más grande y ha pasado más tiempo con él.
Pero no puedo estar celoso, siempre suele tener tiempo para estar conmigo.
Acerca de Elliot, no sé mucho de él últimamente, se pierde demasiado, quizás está de fiesta por ahí, ese chico es un rebelde.
A mi maestro no le molesta que él sea así. Siempre y cuando dé señales de vida y no tenga problemas con vampiros viejos; porque ciertamente mi maestro no es el más viejo de todos.
Mientras reviso los exámenes de mis alumnos veo a mi querido hermano mayor entrar molesto a mi biblioteca
- ¿Tú lo sabías? ¿Cómo no pudiste decírmelo? -Me pregunta Llacaret molesto
- ¿Saber qué, Llacaret? -finjo no saber de qué me habla
- Papa te llamó, te contó que fue a visitar a Mozart, cómo se atreve -contesta Llacaret golpeando la pared
Pero sigo pendiente de mis exámenes
- Hermano, a diferencia de ti, yo no vivo del dinero de mi padre, no golpees las cosas -digo cortésmente mirándolo de reojo
- Entonces lo sabías, bueno de seguro crees que él pudo cambiar por una simple niña a la cual luego obligará a que se case con él -dice Llacaret irónicamente
- Pues el maestro ya lo decidió, él llevó a su prometida a conocer a su viejo amigo, eso deberías reclamárselo a él -le contesto sacándome mis gafas y mirándolo atento
Mi hermano Llacaret le guardaba rencor a Mozart. En un tiempo él acompañó a Elliot en sus rebeldías y se lo llevó durante unos 20 años separándonos. Cosa que a Llacaret le dolió, a pesar de tener a su compañero Valentain, le hirió el abandono.
- A su prometida, esa muchachita sólo lo quiere por ser Drácula, sólo porque es una historia más para contar, sólo por eso, ¿No lo ves? -me dice Llacaret alterado, caminando por todos lados - Hermano, cualquiera creería que estás celoso -contesto seriamente para que no se moleste - ¿Cómo es que se ha llegado a enamorar de ella? ¿Qué le pudo ver? - me pregunta Llacaret como si eso fuera imposible de asimilar.
- Bueno, él le vio lo mismo que tú le viste a Margaret, hermano -le digo intentando tranquilizarlo.
Es diferente, Janut. Él sólo tiene ojos para ella, yo admito que Margaret me tiene encantado pero ella lo saca de quicio, lo molesta, se burla, es todo lo contrario a él -contestó Llacaret con una risa de locura
- Bueno ella puede hacer lo que quiera, lo quiere a pesar de que él sea un vampiro. Tu amada aun no lo sabe, te he dicho que no todos los humanos lo toman de igual manera, Llacaret -le aconsejo a mi hermano.
Siempre he sido el más cuerdo de todos, o eso era lo que decía mi maestro.
- Realmente no te preocupa, ¿Verdad? No te preocupa que no funcione, que sólo lo esté usando dice Llacaret mirándome desquiciadamente
- Llacaret, hermano, ¿Has perdido la cordura? -le pregunto asustado
- No, sólo temo por mi padre -dice Llacaret, con un hilo de voz
- Pero él estará bien. Ella lo cuida mucho, hoy la llevaron al hospital, hace unos minutos la estaban por sacar, ¿Lo sabías? -le pregunto intentando que recupere la cordura
- ¿Ella estuvo en el hospital? ¿Y él no me lo ha dicho? -pregunta Llacaret sorprendido - Quizás sea porque nunca le demostraste un hilo de respeto, hasta decidió convertirla -le digo fingiendo desinterés; es mejor que se lo diga ahora.
- ¿Tú crees que él me ignore por ella? He sido muy atrevido, la verdad él es grande y debí respetar su decisión. Yo mismo lo incité a que la buscara -dice Llacaret sentándose, analizando las cosas - Bueno él también me habló de ella, creería que más que a ti -contesto intentando apocarlo
Lo cierto era que Llacaret siempre fue el centro de la atención para mi maestro y ahora debería aprender desde otro punto de vista.
- Sí, eso lo he notado. Tú y él hablan mucho últimamente. Pero no eres amenaza alguna, debo de compartirlo contigo. Yo te amo hermano y nunca buscaría tu odio hacia mí - me dice Llacaret; mirando con una mirada de amor y tristeza.
- ¿Sabes que él mató a Jaqueline porque lo sedujo y él no toleró engañar a Katherine en su peor momento? -pregunto intentando ver la reacción en él
- ¿Fue por eso que la mató? Yo pensé que fue porque no lo complació, realmente me sorprende. Gracias por decírmelo, Janut, hermano mío -me dice Llacaret abriendo sus brazos para que lo abrace.
Llacaret me miraba con esos hermosos ojos celestes que enamoraban a cualquier ser humano, acompañado de su hermoso pelo rubio que parecía el mismo oro.
Nosotros siempre fuimos unidos, ese era nuestro mejor don. Nadie sabía de nuestra existencia, sólo Katherine, y no queríamos contarla, sería un poco extraño.
Los hermosos brazos de Llacaret me dan calor a pesar de ser como una pared a la que abrace, aun así me siento a gusto con mi hermano. Su aroma me da seguridad, huele a colonia cara
- Hermano, te amo, no te alejes de él, ella merece una oportunidad -le digo respirando en su ropa
- Te prometo que lo pensaré -dice Llacaret, acariciando mi pelo como si fuera a dormirme
- Bien - digo disfrutando de nuestro abrazo
- Te amo, Janut, eres una parte de mi vida, discúlpame por la pared, lo pagaré -me dice Llacaret respirando en mi cabello.
Gracias Katherine, realmente has conquistado al famoso Drácula -dice Mozart riéndose - Sí, lo ha hecho. Y creo que Valentine conquistó a Zafira -se burla Drácula, pero vi una cara de desagrado en Mozart al oír eso
- No lo creo, amigo, ella es mía - dice Mozart con disgusto volteando a verla
- ¿Es tu hija? -pregunto sin comprender la falta de Genética
- No, querida, ella fue una deuda que tenían con Mozart y bueno la nena crecerá y se casará con el pervertido este -dice Drácula mirando burlón a Mozart - ¿Quién tenía la deuda, tú? -le pregunto a Drácula sin entender
- No, un humano cualquiera -dice Mozart mirando a Zafira
- ¿Cómo es eso de que te vas a casar con ella? -pregunto fingiendo no entender
- Verás querida, en nuestro mundo vampírico, algunas veces los vampiros desean criar a sus esposas. Hay otros que sienten una gran conexión con ese humano, en este caso Mozart por Zafira, y por eso les brindan los gustos para llegar a la edad justa y darle a elegir -explica Drácula Por un momento pensé que a Drácula le daba gracia esto.
¿Cómo es que vas a obligar a una niña a casarse contigo, sólo por tu deseo de tenerla?
- ¿La obligarás a casarse contigo? -pregunto disgustada
- Mira, yo le daré a elegir si quedarse o irse, ella es como mi alma gemela, yo veo cosas que tú no ves, ese es mi problema -contesta Mozart frustrado
- ¿Y qué hay si elige a otro humano? Si se enamora de una persona, ¿Qué harás? –pregunto disgustada
Realmente pareciera que sólo yo estoy aquí, Drácula no ha dicho palabra, aunque es mal educado opinar de más, es su casa, son sus creencias.
- Lo mataré, así de fácil es -me dice Mozart con seriedad.
- ¿Lo vas a matar porque no pudiste tolerar tu rechazo? - Digo entre disgusto y odio
- Ella será grande, sólo tendrá ojos para mí. Y si quieres te lo mostraré para que no me guardes rencor por tenerla conmigo desde chica -me grita Mozart levantándose de la silla
- Bueno, muéstrame y hazme cambiar de opinión -le grito levantándome de la silla y golpeando la mesa con mis manos, Zafira y Valentine se giran a mirarnos, y me pongo nerviosa
- No pasa nada, chicos -dice Mozart bajando la voz
- Papi, ¿estás bien? -pregunta Zafira arrodillándose en el sillón.
- Sí, él está bien. Sigan mirando la tele, ya vamos -le contesto con disgusto, ella se gira y vuelve a sentarse junto a Valentine.
- Bueno, creo que tendrás que Morderla para mostrárselo, ¿Quieren una habitación? -pregunta Drácula molesto. El pánico se mostró en mí, recuerdo que Drácula me enseñó: cuando un vampiro te muerde y sigues con vida, estás conectado a él. Podrá ver tus pensamientos y tus recuerdos sin necesidad de convertirte en vampiro.
- Morder no, entonces no lo hagas, en fin, si tú lo dices -digo asustada acercándome más a Drácula - Bueno, esto te será una demostración de qué tanto me ama -dice Mozart sentándose de nuevo.
Mira a Zafira con mucho amor y sonríe
Zafira, invitamos a Katherine a nuestra boda -le grita Mozart con un poco de gracia en sus palabras.
-Ella le dijo a Mozart que tiene planeada la boda de ambos -dice Drácula entre risas.
Mozart por un momento sonrió y Zafira se acercaba con hojas en las manos, llenas de dibujos
- Esta será mi boda, me casaré con papá -le dice Zafira a Drácula, mostrándole los dibujos
- Qué bonito, Zafira -le dice Drácula
- ¿Puedo ver? -pregunto interesada, era hermosa verla con su vestidito blanco y sus trencitas rojas; sus mejillas eran rosadas
- Mira, este será mi vestido. Puedes acompañarme a comprarlo si quieres -me dice Zafira mientras Drácula la carga en su pierna.
- Claro, cuando tú quieras -le digo con una gran sonrisa.
Por un momento mi corazón sintió un gran dolor. Una vez ame así a mi padre. Hasta jugábamos a que él me llevaba al altar, solía ponerme un vestido largo de mi mamá, y esos fueron los días más hermosos de mi vida.
Salgo de mis pensamientos,
Mozart me mira muy concentrado en mí, como si viera lo que veo.
- ¿Estás bien, querida? -pregunta Drácula preocupado, mis ojos se llenan de lágrimas. -Necesito respirar, por favor. Disculpa, con permiso -digo levantándome de la silla y saliendo del lugar.
Cualquier otro hubiese pensado que era psicópata enseñarle a tu hija que se tiene que casar contigo, pero algunas veces tu padre te ama de una forma única y buscar a alguien como él es un remedio; nadie te amará como tu madre te ama, nadie te dirá lo que tu padre te dice.
Salí respirando profundo, el lugar olía a rosas y vainilla. Me senté en una de esas sillas que había afuera.
Bueno, creo que tu primer amor te falló -me dice Mozart. Sentándose al frente mío. Miro los árboles y las hojas
- Por un momento creí que era asqueroso que tu hija te amara, pero luego lo pensé.
No eres nada de ella, sólo eres alguien que intenta darle lo mejor; comprendo que ella te ame, la has protegido y respetado, nadie la querrá como tú -le digo sin mirarlo. Aún siento algunas lágrimas caer en mi mejilla
- Antes de ella solía matar gente. Me gustaba matar a esos que lo tenían todo y luchaban por más sólo para enorgullecer a sus seres queridos -me dice Mozart mirándome como si sólo existiera yo
- Siempre hay un pero, ¿Verdad? -digo volteando a verlo
- Pero yo no tenía nada. Era estúpido, llevaba años viviendo y nunca tuve nada. No creé a ninguna compañera, mi único amigo fue Elliot, y luego lo solté porque él no me pertenecía. Drácula me hizo entender que si tengo un compañero tiene que ser por su decisión, no por la mía -contesta Mozart mientras su mirada se torna molesta.
- ¿Qué viste cuando la conociste? -le pregunto.
Los vampiros suelen tener dotes, aparentemente Mozart podía ver el futuro de las personas. - Ella era la más bella del lugar, con un vestido verde que hacía juego con sus ojos, traía su hermosa sonrisa y era vampira, vi sus colmillos salir. Era como Zafira, pero un ser pícaro, con entusiasmo; no era una niña, era una mujer y la más hermosa -me dice Mozart sonriendo en cada palabra.
En ese momento comprendí que no debería juzgar a Mozart, aunque no estaría segura de si él le dejaría el derecho de elegir a Zafira pero quién era yo para hacerlo cambiar de opinión. La noche amenaza con llegar y una parte de mí piensa si Mozart también fue mordido por la reina para poder tolerar el Sol.
¿La reina te mordió? -pregunto interesada
No, es la vejez. Tolero el Sol, pero no tanto como Drácula, aquí en el bosque los árboles cubren el Sol, sólo puedes sentir la luz y no el calor que produce cuando te alumbra - contesta Mozart.
- ¿Te vas a quedar? -pregunta Mozart muy entusiasmado.
- Claro, aún tengo historias que escuchar -digo en tono cortés
- Bueno, Zafira y yo cocinaremos, yo no como pero ella sí -dice Mozart levantándose
-Eso se escucha tentador -digo entre risas
- Dime, ¿cuántos años tienes? - pregunta Mozart abriéndome la puerta para que entre
- Tengo veinticinco, ¿y tú? -digo entrando
- Yo muchos más que tú, te lo aseguro -contesta Mozart burlón.
- Dime, ¿y cómo la encontraste? -pregunto
- Eso lo hablaremos cuando ella esté durmiendo, te contaré muchas cosas. Drácula me dijo que eres escritora y necesitas una historia -dice él yendo hacia Zafira.
- Está bien -digo sentándome en el sillón al lado de Drácula
- Hola -me dice Drácula regalándome una sonrisa que finge no estar preocupada.
- Estoy bien, ¿te vas a quedar?-pregunto intentando calmarlo.