Los Hijos De Drácula(Terminad...

By KatherineBalenciaga

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Luego de la muerte de Elizabeth Drácula encontrará el verdadero amor si Elizabeth sólo fue una parte Katheri... More

Una vida Solidaria
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By KatherineBalenciaga

- Muchas gracias, Drácula -digo con una sonrisa tímida 
- Vamos, nuestro seguro de vida nos espera -contesta él tomando sus llaves 
Mientras salimos cruzamos a otra sirvienta, pero ésta era más anciana y con arrugas. Su cabello era casi blanco pero parecía ser muy activa físicamente.
- Trinidad, ella es mi prometida Katherine -le dice él parando el paso para que Trinidad me salude.  - Buenas tardes, señorita Tepes. El señor me ha hablado mucho de usted -dice ella saludando muy educadamente 
- Muchas gracias, un placer -contesto sonriendo tímida.
- Ella es de nuestra confianza, tanto para mí como para ti -vuelve a decir Drácula  -Con permiso - dice ella retirándose, mientras volvemos a caminar hacia el auto.
Mientras vamos en el auto, Drácula intenta mantener comunicación conmigo.
- Tengo chófer, sólo trabaja hasta la hora justa. Cuando salgo de día él conduce -me dice él, mirándome de reojo 
- Si lo vi ayer, cuando vine con Leo -le digo mirando por la ventana 
- Te va a encantar ya verás, esa familia se merece un premio a la humildad -dice Drácula con felicidad en sus palabras; cosas que no siempre podrías encontrar 
- ¿Hace cuánto los conoces? -pregunto interesada 
- Hace 80 años -contesta él rápidamente  - ¿Son vampiros? -pregunto sorprendida 
- No, querida. Conozco a Leonel, el primer hombre con el que hice mi primer contrato. Luego pasó a su hijo Santiago que pronto se lo dará a su hijo Samuel -explica él doblando.  
Sólo hay calle en este lugar y lo demás es como un campo vacas, cerdos, uvas, paltas, mangos, creo que vi bananas también.
- ¿De qué es el contrato? -pregunté confundida 
- Yo les vendí mis tierras para que ellos las trabajaran. Esta familia es una de las más adineradas pero ellos deciden ser humildes. A cambio de mis tierras ellos deben darme la mitad de sus ganancias. Ese fue el trato con Leonel y nunca lo cambiamos, después de su muerte su mujer insistió en seguir así; cosa que no me molestó -explica el contrato en sus palabras 
Mientras llegamos al lugar veo árboles verdes y amarillos, le dan un color hermoso al lugar con la hora que es, la casa es de madera no pareciera ser muy cara hasta diría que es vieja por el aspecto.
Una señora ya grande sale del lugar y nos atiende.
- Drácula, hijo has decidido visitarme, ahora moriré tranquila -se queja ella dándole un abrazo. 
Drácula corresponde con mucha felicidad en sus ojos 
-Hola Victoria, traje a mi prometida para que la conozcas, eres una gran parte de mi vida -dice Drácula mirándome 
- Si es tu prometida imagino saber que tú… -pregunta ella sorprendida 
- Oh sí, claro que sí, ella me ha conquistado -contesta Drácula 
- Oh, mi niña, es un gusto. No sé qué le viste a este hombre, es terco como una mula -dice ella riéndose mientras me abraza con mucho amor. - Un gusto, Doña victoria -contesto con educación 
- Victoria para ti -se queja ella mientras toma mi mano para que vaya junto a ella 
- Dime Drácula, ¿ya se lo has propuesto o sólo es para marcar tu territorio? -pregunta Victoria burlándose.
Drácula y yo nos sentamos en sillones separados él está en frente de mí, y Victoria me dado un lugar a su lado, pero el alejamiento parece molestarle a Drácula.   
No me la quites Victoria, ella es mía -contesta Drácula mirándome serio 
- Es una persona, no un objeto Drácula -se queja victoria 
Yo sigo sin emitir palabra alguna sólo me digno a verlos 
- ¿Qué piensas, niña? -escucho a Drácula decir, pero solo está con la boca cerrada mientras Victoria busca un té para ambas.
- No hagas eso, Vladimir -me quejo molesta por la inacción a mis pensamientos 
- Vamos, ven aquí conmigo -contesta él palmeando el sillón 
- No, ven tú aquí -le digo burlándome y palmeando mi lado del sillón 
Drácula aparece sentado a mi lado con su brazo rodeando mi cuello, de un momento a otro mientras Victoria trae nuestro té. 
- Díganme, ¿hace cuánto que salen? -pregunta ella cortando el hielo  - Hace unos… - llego a decir, pero Drácula me interrumpe 
- Lo suficiente como para estar aquí con mi familia -contesta él serio 
- Si, la verdad, hijo, nunca trajiste una novia a casa -contesta Victoria como si ella fuese su madre  - La verdad hace unos días, pero nos conocemos desde bastante tiempo -contesto mirando de reojo a Drácula 
- Bueno, a Leonel le hubieses encantado, eres muy linda. Se hubiese sorprendido, pero mejor tarde que nunca -dice ella mirando a Drácula 
A Vladimir parecía disgustarle su sinceridad y blanqueó sus ojos. 
- Bueno, creo que yo nunca tendré el valor de molestarlo como tú -le digo a Victoria notando el disgusto de Drácula 
- No, yo no lo molesto. Sólo soy sincera -explica ella en defensa 
- ¿Por qué no se lo preguntas y ya? -gruñe Drácula con el rostro molesto.   
Definitivamente él le estuvo leyendo los pensamientos y no pareció molestarle, parece haberlo puesto nervioso. Noto que se acomoda en el sillón, mientras Victoria respira profundo  - ¿Vas a convertirte? ¿O tendrán hijos primero? -pregunta ella con toda la sinceridad del mundo, sin nervio alguno en su rostro.
Escucho a Drácula exhalar aire y mirar a otro lado, quizás sí le disgustó el tema 
-Si no hay percances, quizás decida tener algunos -digo firme, tomando la mano de Drácula 
Él voltea a verme y su rostro parece más tranquilo 
- ¿O sea que aún no lo han hablado? -vuelve a preguntar ella 
- Eso lo decido yo -contesto rápidamente 
- ¿Es muy difícil para Drácula? -pregunta ella burlándose, Drácula no dice palabra alguna pero yo decido defenderlo 
- Las piernas que darán a luz son las mías no las de él, eso lo decido yo, definitivamente después de todo no dependo de él -contesto en defensa. Ella se ríe por mi comentario 
- Definitivamente eres muy consciente de tu lugar niña, me encanta tu carácter -dice ella con cariño y entusiasmo 
- Gracias -contesto seria, aún de la mano de Drácula 
-Drácula, ¿Tío eres tú? ¡Tanto tiempo! Me da gusto verte -dice un hombre de unos 40 años desde la puerta con mucho entusiasmo 
- Santiago, sobrino, ¡Mírate, has crecido! -contesta Drácula parándose para saludarlo   
Adivino, no sobreviviste a las embestidas de mamá -comenta el hombre mirándome con una sonrisa 
- Peor, no me las hizo a mí -contesta Drácula mirándome y ambos ríen 
- Tengan clemencia de esta anciana, inútiles -se queja Victoria golpeándolos a los dos en la cabeza con su mano  - Auch -dicen ambos 
- Te presento a mi prometida Katherine -contesta Drácula mientras se acerca a tomarme de la mano 
- Un placer, tía -contesta él educadamente 
- Igualmente, Santiago -contesto dándole la mano 
- ¿Es humana o soy yo el que está mal? -pregunta Santiago sorprendido 
-Sí, y nosotros también -contesta Victoria riéndose 
- Bueno, es una larga historia -contesta Drácula 
Mirándome de reojo 
- Bueno, tío te he juntado toda la plata de este mes. Nuestras ganancias aumentaron pero las pondremos en un terreno más grande para hacer un cementerio privado -explica Santiago sentándose en el sillón.
- Creo que deberías pensar más en comprar más tierras y hacer más dinero -contesta Drácula dándole otra opción 
- Lo sé, tío; pero la familia se agranda y algunos se van con la vejez -dice Santiago algo triste  - Bueno, hacer un cementerio para la familia es muy bonito, estarán todos juntos -intervengo yo en el silencio 
- Eso mismo he dicho yo, no quiero estar enterrada lejos de mi esposo -gruñe Victoria tomando a Santiago de los hombros.  
Drácula pareciera no reaccionar 
- ¿Tú qué crees tío? -pregunta Santiago 
Drácula sonríe y le contesta 
- Bueno, la familia debe ser unida -dice él apretando mi mano 
Quizás fue incómodo para él estar aquí rodeado de humanos sin saber que se siente morir. Después de todo Drácula llevaba varios siglos de vida y no le preocupa la muerte sabiendo que la vejez nunca le llegará. 
- Bueno, ¿Van a quedarse a cenar? -pregunta Victoria con mucho entusiasmo 
- Yo sí madre, he terminado de trabajar 
- Contesta, Santiago 
- No, lo siento, nosotros debemos volver a casa -contesta Drácula mirándome con lujuria 
- Bueno, cariño, puedes venir cuando quieras -dice Victoria mientras nos saluda 
- Un gusto verlos, tíos -dice Santiago con cariño 
- Volveremos a visitarlos, cuídense -los saludo con un abrazo 
- Si se porta bien, la traigo -dice Drácula con una mirada picarona 
Salimos de la casa y la noche se apoderó del lugar. Las horas pasaron volando. Victoria nos mostró fotos de Leonel y ella en su boda y me hizo pensar en la nuestra; de vez en cuando me apoyaba en el pecho de Drácula y él besaba mi pelo.
- ¿A dónde quieres ir? -pregunta Drácula conduciendo 
- Déjame en mi departamento, tengo que trabajar -contesto concentrada en el aire frío que da en mi mano 
- Muy bien, he dormido en tumbas, claro que puedo hacerlo en un departamento -comenta él burlándose 
- ¿Alguna vez dormiste en una tumba? -pregunto sorprendida, él se gira a mirarme mientras suelta una carcajada de gracia.
Sí Katherine, en un tiempo era el lugar más seguro para dormir siendo un vampiro -explica él  - Era… ¿O sea ya no lo es? -pregunto más interesada ahora mirándolo tanto que hasta le haría un hueco con la mirada 
- En cierto tiempo en París empezaron a sospechar de nuestra existencia, el lugar más seguro donde dormir era una tumba, ahora sólo somos un cuento que cambia con el tiempo; pero el lugar más seguro para dormir es junto a ti -me contesta él tocando mi pierna con su mano.
- Cuando me conviertas, ¿puedo dormir en un ataúd? -pregunto riéndome 
- Sí, pero será lo mismo, podrás aguantar el sol -contesta él, ya casi llegando a mi departamento 
- Genial, llegamos -digo aplaudiendo del entusiasmo 
- Bueno, estoy listo para tus preguntas -dice él bajándose del auto 
- ¿Es verdad que un vampiro no entra sin invitación? -pregunto curiosa en la puerta 
- Claro, y le pediré permiso a Marcus para morderlo también. No seas tonta, eso lo inventaron los boludos -contesta él pasando por la puerta principal del lugar 
Me sorprendo por su respuesta y vuelvo a preguntar 
- ¿Qué hay de los murciélagos? Mientras caminamos, un joven sale del ascensor con sus amigos. El joven era muy bello, el más bello del grupo 
-Hola, qué tal -dice él mirándome y pasando a mi lado, nuestras miradas se cruzan 
- Adiós -contesto seca y fría, para no disgustar a Drácula sabiendo que es celoso 
Drácula no emite palabra alguna mientras subimos al ascensor, yo lo tomo de la mano y sonríe pero con poca gana.  
Entonces las puertas del ascensor se cierran y me lanzo a él con mis manos, tono su rostro y lo beso con todo mi amor. Necesitaba su contacto y después de pensarlo yo sí quería tener mis hijos con Drácula, aun sabiendo que él no podría concebir hijos.
El beso se torna apasionado como siempre, nuestras lenguas se juntan y danzan entre sí. Nuestros cuerpos sienten calor y lujuria.
Ambas entrepiernas reaccionan y puedo sentir su cuerpo. El ascensor se abre y nos soltamos, nos tomamos de las manos y caminamos a mi cuarto.
Eran increíbles las ganas que le tenía a Drácula 
Pero debía guardármelas sabiendo que él no podría y le bastaba con morderme. 
- Listo -digo abriendo la puerta de mi departamento para entrar. Hay libros por todos lados y eso le sorprende 
- Eres adicta a los libros -dice él mirando sus portadas 
- Este es mi favorito -digo abrazando mi libro de Drácula 
Él sonríe triunfador por lo dicho y no dudo en contestar 
- No, pero te gustó oírlo, ¿Verdad? -digo burlona 
- Este sí lo es -digo tomando “Lestat: El Príncipe Vampiro” entre mis manos 
- Bueno, es un buen libro, si te gusta el sexo entre hombres -dice él burlándose de mi libro 
- Bueno a mí me gusta la personalidad de Lestat -contesto en defensa 
- ¿Sabías que él nunca existió? Sólo fue un vampiro creado por una mujer que deseaba tener un amante y esta era la descripción del que deseaba -explica él caminando y mirando los libros  - Bueno, según dicen que conociste a Elizabeth como vampiro y ella te amo aun así -comento mientras me siento en el sillón moviendo los libros.  
Bueno eso no es verdad, yo lo conocí como el príncipe Tepes antes de ser vampiro. Una tarde un hombre ebrio se tornó en mi castillo y quería hacerme unas preguntas, le di bastante información para crear su historia; claro que él insistió en inventar cosas -contesta él mirando de reojo 50 Sombras de Grey 
- Necesito soñar con un Christian Grey de vez en cuando -digo cruzando las piernas 
- Pues como te decía, ella estaba cautivada por mi personalidad y yo por su belleza; era una mujer muy bella -vuelve a decir él cambiando de tema 
- Pero imagino que no todo es perfecto -digo con celos en mis palabras 
- Bueno ella estaba enamorada de un hombre común y corriente aparte de mí. Él era un mortal que la supo amar desde su punto de vista. Elizabeth me eligió a mí porque los opuestos se atraen 
-contesta él sentándose en el otro sillón 
- Bueno, ¿Puedes esperar un minuto? -pregunto seria, sin dejar de mirarlo 
- Claro, ¿A dónde vas? -pregunta él serio 
- Buscaré mi grabadora quiero hacerte preguntas importantes -digo levantándome del sillón 
- Esta bien, yo espero -contesta él mirándome 
Mientras camino a mi cuarto y busco mi grabadora pienso bien que es lo que voy a preguntar sacar información será fácil, Drácula se ha abierto a mí como un libro. 
- Listo -digo acomodándome en el sillón 
- Pregunta por pregunta -dice él respirando profundo 
- Bueno, ¿Qué te apetece preguntar? -digo educadamente mientras prendo mi grabadora 
- ¿Por qué decidiste que New York fuera tu nueva vida? -pregunta él muy atento 
Maldito el momento en que dije que sí, había temas de los cuales aún no estaba lista para hablar con alguien. 

Bueno, fue la primera oferta que tuve y no dude mientras estuviera lejos de mi pasado -contesto entrelazando mis dedos.
- Eso es comprensible -dice él mirándome muy firme 
- ¿Cuándo te convertirse en vampiro y cómo fue? -pregunto nerviosa 
- Fue en París. Esa noche una de las primeras vampiras que hubo en el mundo me cruzó por las neblinas, nuestro contacto fue muy singular. Ella decidió darme la vida eterna por rechazarla, aunque era lesbiana, ella comía de nosotros los hombres -explica Drácula concentrado, como recordando. 
- Entonces le gustaban las mujeres pero la sangre de hombre -digo analizando lo dicho  - Sí, así es. Dime, ¿Le guardas rencor a tu padre por ser un monstruo? –preguntó él sin quitar esa expresión de su rostro.
Me estaba acostumbrando a verlo serio y frío. 
- No, creo que si lo hiciera no me hubieses gustado. Mi padre era como tú, un hombre serio, frío y calcular pero cuando se trataba de mí, siempre me dijo que buscara a alguien como él para ser amada de verdad -contesto exhalando el aire 
- ¿Físicamente nos parecemos? -pregunta Drácula interesado 
- Es mi turno, ¿Qué sentiste en tu momento de ser transformado? -digo ignorando su pregunta  - Bueno, al comienzo tu corazón se oprime y sientes que estas débil. Luego ya no puedes moverte, cuando el veneno se apodera de ti. Un dolor fuerte y agudo se forma en tu estómago, el peor dolor que puedes sentir al ser humano. Cuando ya estás muerto la sangre sacia tu sed y el dolor también -contesta Drácula como todo un experto 
- Increíble, ¿Te dolió mucho, verdad? A todos les duele según lo que leí -digo concentrada 
- Bueno, eso depende del Maestro que lo crea -explica Drácula   
¿Tuviste amantes vampiros? -pregunto sin duda alguna 
No creo que quieras saber de eso, querida -dice Drácula con una sonrisa en su rostro 
- No, por favor, cuéntame -contesto interesada
- Jaqueline fue mi primer amante, yo bebía de su sangre pero ella nunca bebió de la mía. Su creador fue Llacaret, fue un regalo para mí -dice Drácula serio de nuevo 
En ese momento no hubo disgusto ni celos en mí. Por un instante pensé en Drácula, en que todas las historias que contaban de él no encajaban. 
- Entonces ¿Cómo es eso de la sangre? No puedo llegar a comprenderlo -pregunto cambiando de tema 
- Disculpa que cambie de tema -vuelvo a decir, Drácula levanta una ceja 
- Bueno es como una unión. Cuando una persona te muerde estás muy unida a ella que hasta comparten el amor como un matrimonio -explica Drácula bostezando, parecía estar aburrido  - O sea es como casarse, ¿Y si me muerdes podrás leer mis pensamientos? -vuelvo a preguntar incrédula 
- Bueno, lo cierto es que hay un lado que nos prohíbe leer los pensamientos de nuestros hijos -dice Drácula explicando 
- Existen los vampiros, ¿Eso quiere decir que los lobos también existen? -pregunto interesada con mucha seguridad 
- Bueno, Katherine, lo fingiste muy bien, hasta tú te lo creíste, hablemos de ellas y luego te dolerá menos -gruñe Drácula serio 
Sabía de qué hablaba, yo ya no mostraba interés en sus amantes; pero era verdad. Soy una persona muy dolida cuando se trata de secretos. 
- Quizás es mucho para mi humanidad, querido -contesto avergonzada   
¿O quizás temes decepcionarte? -pregunta él molesto 
¿Por qué de la nada te molestas por cualquier cosa? -pregunto entrelazando mis dedos 
- ¿Por qué te comportas como una niña? -dice él en defensa 
- ¿Qué es lo peor? Aparte de que tu amada me gane en belleza, cosa que no puedo cambiar… El que tengas más de 100 años implica no una amante sino varias -digo casi gritando y con un mar de lágrimas en mis ojos.
- ¿Qué es peor? ¿Qué es peor? ¿Quieres ver lo que es peor? -dice Drácula gritando 
- Muéstrame qué es peor -contesto gritándole de los nervios 
Drácula se acerca rápidamente y me toma del brazo de una manera fuerte. La puerta se abre y el dolor empeora en mi brazo 
- Drácula, me lastimas -digo quejándome 
Pero él parece no escucharme -Drácula ve más despacio- vuelvo a decir  Pero este apresura el paso.
Salimos del departamento, la noche se apoderó de New York. 
Seguimos nuestro paso y Drácula parece no darse cuenta de que me duele su agarre. Mientras seguimos caminando algunas personas se giran a mirarnos por la forma en la que me tiene.
Llegamos a un pasillo donde no hay mucha gente, cualquiera tendría miedo. 
Hay un joven con una prostituta, ella tiene una falda que no llega a tapar casi nada de su cuerpo, el joven al cual no veo mucho por lo oscuro del pasillo está tocándola de una manera muy sucia. 
- Vamos, baja el precio, bonita -dice el joven a la prostituta 
- No, es eso o nada -contesta ella molesta y sacándole la mano de su cuerpo 
- En mi departamento tengo mucho más que eso, vamos -insiste el joven   
Te he dicho que no -contesta ella molesta 
Quieres ver lo peor, así que luego de esto no vas a querer al gran Drácula de tus sueños -me susurra Drácula mirándolos muy concentrado 
- Está bien, tú te lo pierdes -dice el joven y se aleja de ella 
Nos acercamos a la oscuridad misma, Drácula me tiene del brazo aún pero esta vez menos apretado. 
El joven parece no percatarse de nuestra presencia, su cuerpo huele a alcohol.
Veo como él se retira medio tambaleando de lo ebrio que está. Drácula me jala junto a él. 
Hasta diría que me está arrastrando del brazo.
- ¿Que vas a hacer? -pregunto sin comprender y con miedo en mis palabras 
- Hola guapo, ¿Qué te perdiste? -pregunta la prostituta acercándose a él 
Drácula me suelta tirándome en el piso, mi cuerpo siente un fuerte golpe contra la pared.
- Hola -dice Drácula mirándola con lujuria 
- Puedo con chicos malos -le contesta la prostituta tocándolo 
- ¿Segura que puedes? -le pregunta Drácula con lujuria 
Mi corazón late de mil maneras 
- Se lo que quieres, mi amor -le dice ella tocándole el rostro 
- No grites y gírate en silencio -le ordena Drácula a la prostituta mirándola a los ojos 
Puedo escuchar mi respiración porque respiro con la boca para que entre más aire. La prostituta se gira y me mira con miedo en sus ojos 
- Arrodíllate -ordena Drácula molesto 
La prostituta se arrodilla al frente, puedo verla de cerca 
- Drácula, ¿Qué vas a hacer? -pregunto asustada 

Drácula me mira con sus ojos negros y una lágrima de sangre saliendo del ojo derecho. -Este es el monstruo que no debes de querer, aprende a diferenciar qué es lo bueno y malo para ti, y te aseguro Katherine que soy malo -me contesta Drácula doblando el cuello de la prostituta  Vladimir saca sus grandes colmillos y le desgarra el cuello a la joven, la sangre sale por toda la herida y puedo ver que le sacó un pedazo de piel logrando dejar un hueco.
Drácula que no parece ser el Drácula del cual me enamoré, estúpidamente parecía estar secando con la sangre mientras su cara se llenaba de esta. 
Mis ojos se llenan de lágrimas y mi corazón se parte. Él era un monstruo, él bebió toda su sangre dejándola como un muerto, él levanta la mirada hacia mí; yo palidezco al verlo del miedo, me cuesta reaccionar.
- Katherine… Yo… -dice él acercándose con toda su cara y camisa llenas de sangre  - Drácula aléjate, eres un monstruo -contesto alejándome de él con miedo  Drácula parece estar dolido de mi comentario y desaparece junto al cuerpo. 
De pronto sólo me encuentro yo en la oscuridad. 
En ese momento me sentí tan culpable, enrollé mis brazos a mis piernas y tapé mi cara para llorar desconsoladamente. Un humano puede ver a otro humano en algo difícil pero si sabes que pudiste ayudarlo te atormenta el cargo de conciencia. 
No sabía si llorar por estar desilusionada de Drácula al mostrarme semejante tormento, o estar llorando por la pobre prostituta que tuvo una vida asquerosa y murió de la peor forma desgarrada por un vampiro.   
Ella no podía ver el tipo de ser humano que soy, me dolía el saber que en algún momento se daría cuenta que no todo es un cuento de hadas.
La llevé conmigo al callejón más oscuro y cerca del lugar, la tomé fuerte del brazo. Quise mostrarle el tipo de persona que soy, ella se quejaba del dolor cosa que no me importaba, hasta llegué a ignorar sus súplicas para que la suelte. 
Quise mostrarle el monstruo que duerme en mí y destrozar sus sueños antes de que sea tarde; ella parecía sentirse dolida cada vez que era frío.
Yo no podía fingir ser un romántico empedernido, Katherine me volvía loco. Tan loco que el hambre se volvía deseo sexual.
La maldad se volvía amor para ella, adoraba que necesitara de mí y deseara romper mis reglas.  - ¿Quieres ver lo peor? Bueno, luego de esto no vas a querer al gran Drácula de tus sueños -digo mirándola fingiendo que no me duele el que ella me vea así.
Tomé a la joven con mis manos, saqué mis colmillos deseando su sangre, le arranqué un pedazo de su piel dejando un hueco en ella, y la joven no gritó porque la había hipnotizado.
Me dejé llevar por el deseo de su sangre que aún estaba caliente. Podía escuchar latir su corazón pero más tenso me ponía escuchar el de Katherine; ella lloraba del miedo o de los nervios. No lograré saber muy bien de qué. 
Me sentía culpable ella que tuvo fe en mí, que hizo cambiar una mínima pero drástica parte de mi ser; estaba siendo decepcionada por mi egocéntrico corazón.
Quizás soy demasiado negativo, he vivido miles de años, nunca he arriesgado nada por Elizabeth porque ella lo quiere arriesgar todo por mí, eso era lo que me atormentaba.   
Una lágrima de sangre rosa mi mejilla, el cargo de conciencia que tanto sienten los humanos se apodera de mí. 
- Katherine… Yo… -intenté decir pero no sabía cómo pedir perdón 
- Drácula, aléjate, eres un monstruo -me contestó ella con miedo y odio en sus palabras  En ese momento lo comprendí. No importaba si bebía sangre, si guardé secretos o que tan frio fuera; ella me quiso por ser Drácula.
Pero el monstruo que soy no podía recibir amor. 
Mire su rostro asustado por mi cuerpo lleno de sangre, tomé el cuerpo y desaparecí.  Mientras corría entre las oscuras calles de New York, noté que mi rostro estaba con sangre caliente por lo que deduje que estaba llorando.
Tiré el cuerpo a un costado del bosque más lejano y con mi poder del fuego se quemó.
No podía emitir palabra alguna, no sabía si volver y pedir perdón o darle su espacio. Ella es mujer y las mujeres son difíciles de entender. 
Sigo corriendo en el bosque cuando noto una presencia a mi alrededor. 
Me giro a ver y no había nadie, huelo un aroma a rosas frescas
- Jaqueline sal de ahí, no estoy de humor -digo algo molesto 
- Lo siento, justo te crucé, vine a ver a mi padre, maestro -contesta ella
Jaqueline es una mujer muy bella con sus ojos celestes y su cabello rubio, su altura era de 1.70, su cuerpo no era muy lujoso, pero carecía de una gran belleza.  
- ¿Y vienes por aquí? -pregunto incrédulo 
- Sólo lo percibí, deseaba ver qué harías con el cuerpo -contesta ella medio coqueta  En ese momento Katherine vino a mi mente, la culpa ya no existía.
Un odio inmenso se apoderó de mí, por su rechazo, si ella me hubiese amado no me hubiese rechazado como el monstruo que soy.  - Bueno, pues un gusto verte -le digo serio 
- Maestro, ¿Estás molesto? -pregunta ella acercándose 
- Sí, lo estoy -contesto rápidamente 
- ¿Puedo ayudarte con eso? -pregunta ella acercándose a mí de una forma lenta 
- Vamos a mi casa -digo tomándola del brazo 
- Bueno maestro, si tú lo deseas -contesta la rubia con una sonrisa en su rostro 
Corrimos rápidamente hacia mi casa que estaba vacía. Y la llevé a mi cuarto ella no puso queja alguna y entró
- Mi maestro remodeló su cuarto, ¿Desde cuándo le gustan las camas? -pregunta Jaqueline mirando alrededor 
- Jaqueline, dime algo -digo cerrando la puerta muy lentamente 
- Si Maestro, ¿Qué te apetece saber? -pregunta ella acercándose 
- ¿Crees que si tenemos sexo se sentirá como lo sienten los humanos? -pregunto directamente 
- Bueno maestro, podemos intentarlo -contesta ella besándome 
Mi espalda choca contra la puerta, la empujo rápidamente con mucha fuerza, ésta salta a la cama   
Cumpliendo mi petición 
- Persona -digo susurrando con una sonrisa de tanta excitación en mi rostro 
Me lanzó a ella besándola. La toqué de mil formas, ella sólo gemía del placer, pensar que era Katherine me ayudaba, lo admito.
Empecé a acariciar a Jaqueline mientras ella tiraba su cabeza atrás.
- Ah, maestro -decía ella del gusto, cosa que me excitaba más 
- Jaqueline - susurro en su oído abriendo de golpes sus piernas para tocar su sexo, mientras nos perdíamos en nuestro placer. Volví a pensar que era Katherine la que estaba abierta de piernas, me excito más hasta que Jaqueline rompe mi sueño al decir 
- Por favor, maestro, castígueme -pedía a súplicas ella del gusto 
Un dolor fuerte y punzante se apoderó de mi corazón, sabía que no tenía que estar haciendo esto.  Me quedé inmóvil por un momento y no la toqué más, las náuseas se apoderaron de mí Y unas fuertes ganas de estar con Katherine.
- Vete Jaqueline -me quejo, disgustado 
- Maestro, ¿He hecho algo malo? -pregunta ella sorprendida, nunca me negué a ninguna mujer 
- Jaqueline, vete por favor -grito suplicando 
- Por favor, dígame ¿Le ha molestado algo? ¿Lo he tocado, acariciado o he dicho algo que le disgustó? -pregunta ella con miedo 
- No, pero yo sí, ahora vete Jaqueline -gruñí más molesto con un grito  Ella parece asustarse, y se retira rápidamente.

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