Café para dos ◆ Kookmin ; 국민

By theparkjimin

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❝Dos chicos con distintas realidades que comparten una taza de café.❞ ✿ Advertencias: Contenido h... More

"Café para dos": Prólogo.
1. Hola.
2. La suerte de la moneda.
3. Jimin.
4. Paseo al trabajo.
5. Cosas malas.
6. Destino.
7. Yun.
8. Coincidencia.
9. Muy borrachos.
10. Post-borrachera.
11. Promesas por la garrita.
12. A lo grande o vete a casa.
13. Presentaciones.
14. Citas y conversaciones.
15. Fiesta de negocios | Parte uno.
16. Fiesta de negocios | Parte dos.
17. Jungkookie.
18. Proposición.
19. Inicio de los problemas.
20. Una posible solución.
21. Manos.
22. Atrapado.
23. Expuesto.
24. La rendición.
26. El pequeño ángel.
27. Hora del último adiós.
28. ¿Un café?
"Café para dos": Epílogo.
Agradecimientos y aviso.
Especial #1

25. Golpe final.

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By theparkjimin

No sabía nada de Jimin hace más de dos horas y la paciencia se le estaba agotando al pobre de Jungkook.

En el hospital tampoco había respuesta sobre el estado de Yun. Las enfermeras seguían diciéndole que se tranquilizara y que estaban haciendo todo lo posible para estabilizar a la chica. A pesar de las buenas palabras del equipo médico la cabeza de Jungkook estaba a punto de explotar. Necesitaba saber que estaba pasando con Jimin y los padres de este.

Sacó su teléfono por milésima vez del bolsillo para marcar el número del peli-naranja, para su mala suerte nuevamente lo pasaba directo al buzón de voz.

Froto su cara con cansancio, no estaba seguro de cuánto tiempo más podría resistir aquella situación. Si ya se le hacía difícil estar ahí rogando en su interior de que Yun estuviese bien, el silencio por parte de Jimin lo hacía sentir muchísimo peor. Y es que no podía evitar comenzar a divagar y llenarse la cabeza de ideas.

"No, Jungkook. Todo está bien. Jimin ya va a regresar y sin problemas."

Aquel era el mantra que se repetía a sí mismo para calmar las ansias de salir corriendo para averiguar qué pasaba con el ojinegro.

Pasaban los minutos y aún no había respuesta. Marco una vez más el número de Jimin pero al obtener el mismo resultado que las veces anteriores desistió de la idea. Trato de relajarse jugando con su teléfono pero no había caso. Jungkook necesitaba saber qué pasaba o definitivamente se volvería loco a causa de la espera.

Cuando ya estaba con los nervios a flor de piel la puerta del ascensor que se encontraba en el pasillo se abrió dejando ver una cabellera naranja salir de ella. Instantáneamente Jungkook se levantó de la silla plástica para correr a abrazar a Jimin pero se detuvo.

Porque el chico no venia solo.

El señor Park iba detrás de él con una sonrisa burlona estampada en el rostro. Jungkook se quedó inmóvil buscando en los ojos de Jimin alguna respuesta, pero el peli-naranja ni siquiera lo miro.

Algo andaba mal.

Observo como Jimin junto a su padre se acercaban directamente al mesón donde se encontraba la enfermera de turno. Jungkook no pudo evitar acercarse lentamente para poder escuchar que decían.

– Necesito firmar un traslado para Park Yun –habla Jimin captando la atención de la mujer.

– Claro, llene esta forma mientras le informamos al Doctor que atiende a la paciente.

Jungkook sonríe al darse cuenta de que Jimin había logrado su cometido, gracias a eso su pecho se sentía mucho más ligero, Yun tendría oportunidad de mejorarse.

El castaño se acercó a su novio por la espalda y tocó su hombro para llamar su atención. El aludido se dio vuelta y miro a Jungkook.

– Veo que conseguiste que firmara –le dijo Jeon al ojinegro y de inmediato escucho la tos falsa del señor Park.

Jimin miró a su padre y bajo la mirada antes de responder.

– Debes irte, Jungkook.

Al castaño se le congeló el aliento apenas escucho las palabras provenientes de la boca del peli-naranja. ¿Qué estaba pasando?

– ¿Disculpa? –interroga a Jimin sin poder creerlo.

– Tienes que irte, esta instancia es solo para la familia...

Un vacío inundó su estómago. No podía ser real lo que estaba escuchando. Su Jimin jamás le diría algo como eso porque él sabía que Jungkook los consideraba a él y a Yun como su familia.

En ese momento el castaño se fijó en el señor Park quien observaba la escena divertido. Sin pensarlo dos veces dio unos pasos hacia él y lo tomo de la camisa para estamparlo contra la pared. En la sala de espera se escucharon gritos de horror gracias al golpe que se escucho.

– Maldito imbécil –insulto Jungkook al hombre– sé que usted es el que está detrás de todo esto.

– ¡Basta, Jungkook! –grita Jimin.

Al escuchar al peli-naranja, Jeon soltó un suspiro cansado y soltó su agarre del señor Park quien cayó de bruces al piso. Jungkook miró al ojinegro esperando alguna respuesta.

– Debemos hablar –sentencia Jimin saliendo por la puerta esperando que Jungkook lo siguiese.

Joder, ahora sí que Jeon se sentía asustado.

Obviamente el castaño hizo caso y camino en silencio detrás de Jimin. Tomaron el ascensor y bajaron hasta el piso -1 en el cual se encontraba el estacionamiento del hospital. Jungkook apretó su puño intentando calmarse y convenciéndose que su novio tenía un plan o por lo menos una respuesta coherente que entregarle.

Cuando Jimin se detuvo dio media vuelta para quedar frente a frente con Jungkook. Su mirada era fría y distante.

– No entiendo qué pasa –dice el castaño primero y Jimin niega con la cabeza.

– Debes irte, ya no tienes nada que hacer aquí.

Una vez más aquellas palabras fueron como navajas directo al corazón de Jungkook. Ahora más que nunca sabía que esto era obra del señor Park.

– ¿Te está obligando, cierto? –Jimin mira hacia otro lado evitando tener contacto visual con el– Jiminnie... No puedes dejar que el te manipule así...

– Nadie me está obligando –responde él ojinegro con voz fuerte– Soy yo el que se dio cuenta de que esta maldita relación no va a ningún lado y solo me ha traído problemas.

Jungkook jamás había experimentado un corazón roto, pero suponía que así se sentía cuando tienes uno.

– Mientes... tú no...

– Es la verdad. Desde que te conozco me haz traído problemas a mí y a mi hermana, no puedo dejar que eso siga pasando.

Jungkook toma la mano de Jimin tratando de buscar su contacto pero este la retira bruscamente como si el sufriera de lepra o algo parecido.

– Tu me amas, Jimin. Y yo te amo a ti. Podemos solucionarlo... Puedo ayudarte con los gastos del hospital...

– Deja de joder, Jungkook. Tú no sabes lo que es amar, eres un puto niño mimado que no quiere perder su juguete nuevo. Estoy harto de ti y los problemas así que vete.

– No hagas esto, cariño...

– ¡Joder déjame en paz! Ve al departamento y saca todas tus cosas, cuando vuelva no quiero ver ni un rastro de tu presencia.

Diciendo esto Jimin pasa por el lado de Jungkook para volver a la sala de espera, pero este último lo toma del brazo y no lo deja irse.

– Suéltame –le ordena Jimin.

– Te amo –dice Jungkook.

– Yo no. Déjame en paz.

– Se que mientes, te conozco.

– ¿Conocerme?, te engañe durante tres meses y nunca sospechaste nada. Eres un buen polvo, pero nada más que eso.

– Jimin...

– Basta, se acabo, Jungkook.

El peli-naranja se soltó de su agarre y camino hacia la puerta dejando a Jungkook completamente solo.

Sí, definitivamente así se sentía tener un corazón roto.

☕️

– Mañana a primera hora realizaremos el traslado –informa el Doctor cuando Jimin llega a la sala de esperas.

– Muchas gracias, Doctor, ha sido de mucha ayuda –dice el señor Park.

– No se preocupe, es mi deber. Si me disculpan debo ver a otro paciente ahora.

– ¡Doctor! –grita Jimin antes de que este se marchara.

– Dígame.

– ¿Cree que es posible que me quede con Yun esta noche?, me gustaría estar con ella hasta mañana.

– No te preocupes, yo mismo informaré a las enfermeras que te quedaras con ella.

– Muchas gracias.

El Doctor se despidió nuevamente dejando a los Park solos. Si Jimin tuviese que definir en una palabra que pensaba de el mismo en ese momento sería: asco.

– ¿Todo bien, hijo? –pregunta el señor Park.

– Ya he echo lo que dijiste, Jungkook debe odiarme. Así que puedes irte tranquilo, después de que trasladen a Yun llevare mis cosas a la mansión.

– Me enorgulleces, Jimin.

– Cállate y vete. Quiero estar solo con mi hermana.

Sin decir más el señor Park se fue del
hospital. Jimin observó a su padre hasta el momento que en que desapareció de su vista y se preguntaba cómo una persona podía hacer tan miserable la vida de otra.

Porque sin Jungkook todo era miserable.

Pero no tuvo opción, la vida de su hermana estaba en juego y ya no podía engañar a su padre. Ahora más que nunca sabía que lo tendrían completamente vigilado para no pudiera volver a ver a Jungkook. Ya no había más posibilidades ni ideas que pudiesen salvarlo.

Y se sentía solo.

No se arrepentía de salvar a Yun, pero si se arrepentía de lastimar a su Jungkook. Una lágrima se deslizó por su mejilla en cuanto rememoró todo lo que habían vivido juntos. Era imposible no enamorarse de Jungkook, era el chico perfecto para cualquiera.

Y el lo alejó para siempre.

Arrastro sus pies pesados hasta la enfermera para preguntar si ya podía ver a Yun. Ante la afirmativa preguntó el número de la habitación y de inmediato se encaminó a ver a la chica. Esta sería la primera vez que la vería desde que se había enterado del accidente.

No le costó mucho encontrar la habitación pero si le tomó bastante tiempo tomar la decisión de girar la manilla. Se sentía un poco asustado de ver en qué condiciones se encontraría su hermana. A pesar de eso se armo de valor y abrió la puerta.

Lo primero que vio fueron los ojos de Yun observando su entorno con miedo. Se notaba que estaba asustada porque se encontraba en un lugar extraño. A penas la chica vio a su hermano mayor trato de levantarse pero Jimin corrió a su lado para detenerla.

– No, Yun. Estás muy delicada debes descansar.

No pudo evitar fijarse en los diversos moretones y rasguños que su hermana tenía en su cara producto de la caída. Le parecía muy irreal ver todo eso si apenas el día anterior ella estaba en perfectas condiciones.

– Tienes que ser fuerte, pequeña. Ahora se viene la parte difícil pero estaré a tu lado en todo momento, lo prometo.

Yun solo miro a su hermano, se sentía muy débil para responder. De a poco sus ojos se cerraban producto de las drogas que le daban para hacerla dormir, pero ella no quería, tenía miedo de estar sin Jimin.

– Tranquila, Yun. Puedes dormir –su hermano tomó su mano y sonrío– me quedaré aquí todo el día.

Y con esas palabras Yun pudo dormirse tranquila.

☕️

Era difícil llenar la maleta con sus cosas sin quedarse viendo las de Jimin. Se sentía cansado y muy triste, las palabras que salieron de la boca del ojinegro habían llegado hasta lo más profundo de su ser. Se dio cuenta que Jimin nunca lo amo, nunca se enamoró de él y eso dolía como si mil infiernos se encendieran en su pecho.

Baekdu lo mirada desde la puerta con su colita moviéndose de lado a lado. Jungkook sintió un poco de alivio, al menos el cachorro si lo quería.

– Nos tenemos que ir, Baekdu –le dijo al perro quien solo corría de un lado al otro.

Tomó las últimas prendas que quedaban en el armario, ahora solo quedaban las cosas del chico del café ahí dentro. Jungkook no podía dejar de preguntarse qué había hecho mal, le entregó su corazón a Jimin porque él parecía ser el indicado, era la primera vez que se enamoraba y estaba dispuesto a bajar la mismísima luna si el peli-naranja se lo pidiese.

Al parecer no fue suficiente.

Cerró la maleta, se sentó en la cama y sin poder evitarlo comenzó a llorar. Era la primera vez que le rompían el corazón y no sabia si quería pasar por eso nuevamente, tampoco estaba seguro de cómo iba a superar a Jimin si aún lo tenía relativamente cerca. El peli-naranja era su primer amor y muchas veces había escuchado que ese amor jamás se olvidaba.

No sabía cómo iba a seguir viviendo si no lo tenía a su lado.

Había caído y muy bajo. Se había traicionado a sí mismo para estar con Jimin, jamás había estado tan dispuesto a hacer lo que fuese por ver feliz a alguien, él no era así. El era el tipo de persona que solo se preocupaba de sí mismo y no se amarraba a ninguna persona, gracias a eso se había ahorrado mucho sufrimiento durante su vida.

Pero se enamoro, ese fue su error.

Jungkook era conocido por lo impulsivo que era y en esta situación no sería la excepción. Estaba harto de pensar las cosas para ser una mejor persona, quería volver a ser el mismo de antes, el Jungkook al cual nadie podía hacerle daño.

Sacó su teléfono y marcó un número, espero hasta que al otro lado de la línea se escucho una voz.

Era el primer paso para volver a ser el de antes.

– Hola Papá, quería preguntarte una cosa... ¿Aún puedo terminar mis estudios en Nueva York?... Puedo irme mañana mismo... Perfecto.

☕️

Nota: Les dije que iba a subir seguidooooooooo💖 Gracias por el apoyo, no puedo más de la felicidad💞 por favor no me odien por los capítulos😭 SE VIENE EL FINAAAAL💔

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