Desde que te soñé (Gay) TERMI...

By YukikoNami

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Esta es la historia de Matt Howerdel, un chico que se ve obligado a mudarse de casa luego de enterarse de que... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 22
Personajes
Capítulo 23
Especial: Verdad o Reto
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Aviso
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Proyecto
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Booktrailer
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Nota sobre el final
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 52 (alternativo)
Capítulo 53 (alternativo)
Capítulo 54 (Alternativo)
Capítulo 55 (Alternativo)
Capítulo 56 (alternativo)
Capítulo 57 (Alternativo)
Capítulo 58 (alternativo)
Capítulo 59 (alternativo)
Capítulo 60 (alternativo)
Capítulo 61 (Alternativo)
Capítulo 62 (Alternativo)
Capítulo 63 (alternativo)
Capítulo 64 (Alternativo)
Capítulo 65 (alternativo)
Capítulo 66 (Alternativo)
Capítulo 67 (Alternativo)
Capítulo 68 (Alternativo)
Capítulo 69 (Alternativo)
Capítulo 70
Capítulo 71 (Alternativo)
Capítulo 72 P.1 (Alternativo)
Capítulo 72 P.2 (Alternativo)
Capítulo especial: La primera cita
Capítulo especial: Navidad de Matt
Capítulo especial: Navidad de Tobi
Capitulo especial: Año nuevo p.1
Capítulo especial: Año nuevo p.2
Especial de San Valentin p.1

Capítulo 21

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By YukikoNami


Narra Tobi

—Al fin terminamos, estoy agotada —dijo Irene a tiempo que se echaba en el sofá—. Entonces tú lo editas y lo guardas en la memoria ¿sí?

—Sí —contestó Alexander con su mirada fija en la pantalla de la cámara, se encontraba revisando los videos con detenimiento.

—Y ¿Qué vamos a comer? —preguntó Matt, poniendo las manos en su estómago, como si con eso calmara sus rugidos—. No sé ustedes, pero yo muero de hambre —agregó en un adorable puchero, digo en una mueca extraña, sí, olviden lo otro.

—Vamos por pollo, Tobi —ordenó Irene. Ni siquiera me preguntó si quería ir, sólo me tomó del brazo y me jaló hacia la puerta.

Al salir de la casa Irene entrelazó su mano con la mía. Yo sonreí, me sentía mucho mejor cuando ella estaba cerca, era como si su presencia me hiciera volver en mí y alejar esas extrañas ideas que invadían mi cabeza cada vez que veía a Matt. Yo la amaba, ella era el amor de mi vida, estaba seguro de ello y por eso mismo no podía entender por qué, de cierta manera, deseaba a Matt hasta en mis sueños.

—Me alegra que hayas arreglado las cosas con Matt, Tobi —La voz de Irene me sacó de mis pensamientos—. Y que estés intentando cambiar y tener una buena relación con él —agregó apretando mi mano—. Porque créeme que estabas irreconocible y eso me lastimaba.

Al escuchar sus palabras me sentí un poco triste. Sentía que, aunque no lo quisiera en realidad, siempre terminaría lastimando a los demás. Odiaba ver a las personas tristes por mi culpa y, aun sabiéndolo, no podía evitar comportarme como un completo idiota. No dije una sola palabra, Irene apretó mi mano nuevamente y luego dejó escapar una sonrisa.

—No te sientas mal, Tobi —dijo en un suave murmuro que, de cierta manera, acarició mi corazón y me hizo sentir aliviado—. No eres una mala persona, sólo cometes errores —soltó un suspiro—. Como todos —agregó sin borrar la dulce sonrisa de sus labios—. Lo importante es que intentas cambiarlo y eso me hace muy feliz. Me hace sentir orgullosa.

—Me siento avergonzado —contesté a tiempo que mordía mi labio inferior con suavidad.

—Tienen que llevarse bien, no sólo porque viven en la misma casa y eso —Irene soltó una risita picarona—. Estoy segura que Matt y Sam terminarán juntos —levantó su rostro hacia mí—. Y tienes que llevarte bien con el novio de tu mejor amigo. ¿No es lindo? —¿Matt y Sam juntos? ¿Podía ser cierto?

—Por supuesto que no —respondí casi en un grito, Irene abrió sus ojos con sorpresa y los clavó sobre mí—. Es decir, no creo que Sam sea gay. Además, no me gustaría que Matt estuviera con un mujeriego como él, tú sabes que él no busca amor realmente.

—Pues algo me hace pensar que esta vez es diferente —dijo Irene—. No sólo porque sea un chico y en el pasado Sam sólo haya salido con chicas —hizo una corta pausa para pensar—. Con chicas, de cierta manera, como él. No es como que se haya metido con personas serias o que de verdad se fueran a enamorar. Además, Sam tampoco es una mala persona, él no lastimaría a un chico como Matt, de eso estoy segura.

—¿Y si va en serio, pero luego se aburre y deja a Matt ilusionado? —inquirí con el rostro cargado de preocupación. No podía dejar que Sam y Matt estuvieran juntos. Y no era porque me sintiera celoso, simplemente estaba seguro de que el castaño merecía a alguien mucho mejor—. No sé, eso me asusta, Irene.

—De cualquier modo nosotros no podemos hacer nada —llegamos al lugar al que solía ir a comer con mi padre los domingos, cuando no estaba tan ocupado—. No es asunto nuestro, ellos verán que hacen. Además, por qué te preocupa tanto, nunca te había visto tan interesado en las relaciones amorosas de tus amigos.

—No es como que me importe —A ese paso terminaría llenando su cabeza de ideas raras también. Tenía que comenzar a pensar en las palabras que decía y no sólo decir todo lo que me cruzaba por la mente—. Sólo que —hice una breve pausa para llenar mis pulmones de aire—. Sólo es extraño —solté acompañando las palabras con un suspiro.

Al entrar miramos el menú. Irene quería pollo asado, a Sam también le encantaba, pero a Alexander le gustaba más el pollo Broster al igual que a mí, y finalmente a Matt no le gustaba mucho el pollo. Después de una larga discusión con Irene, y ya que ninguno quería ceder, decidimos llevar arroz con pollo. De cierta manera le habíamos dado gusto a Matt. Aunque Irene no lo sabía, yo había dado esa opción pensando en él y sólo en él, y cuando lo noté me sentí muy asustado.

«—Debe ser el hambre, sí, eso es —pensé a tiempo que sacaba el dinero de mi billetera y lo ponía sobre el mostrador—. Matt, sal de mi cabeza, me vas a volver loco.»

—Estúpido Matt —mascullé entre dientes enseguida salimos del lugar.

—¿Qué dijiste, Tobi? —Irene me miraba con preocupación.

—N-nada, es sólo que la bolsa estaba caliente y me quemé —mentí fingiendo una sonrisa y rogando porque Irene no hubiera entendido mis verdaderas palabras.

Ella desvió su mirada hacia la acera y guardó silencio. Un silencio de muerte reinó por un par de minutos. Silencio que quería, pero no podía, romper. En ese momento no se me ocurría ninguna palabra o tema de conversación que no terminara involucrando, de alguna manera, a ese tonto castaño que había entrado en mi cabeza sin tocar y parecía no querer salir de ella.

—Y —La voz de Irene se hizo presente—. ¿Qué tiene que ver Matt con la bolsa caliente? —inquirió con su mirada fija en la carretera—. ¿Por qué nombraste a Matt? —Levantó su rostro que se encontraba inexpresivo.

—Yo no dije su nombre —Una falsa sonrisa se dibujó en sus labios—. Creo que estás imaginando cosas —agregué frunciendo el ceño y evitando el contacto visual, me ponía muy nervioso.

—Si tú lo dices —respondió entre dientes a tiempo que agachaba su cabeza—. Sólo te pido que no te metas entre Matt y Sam —dijo finalmente antes de que el silencio retomara el control del lugar.

Narra Matt

—Me prestas tu computador para ir revisando los videos, Matt —dijo Alexander en tanto se sentaba en el comedor.

—Vale —tomé rumbo hacia mi cuarto y antes de entrar en el pasillo me detuve—. Aunque no sé si tenga algún programa de edición o algo por el estilo —Alexander giró su rostro hacia mí.

—No importa, sólo quiero eliminar los que no sirven y, si algo, puedo buscar en internet alguna página o programa para hacer cortes —dijo mientras sacaba un cable de su maleta—. Así ahorro un poco de tiempo. Lo único que quiero ahora es llegar a casa a dormir.

Asentí con mi cabeza y di unos cuantos pasos para llegar a mi habitación. Cogí el computador y el cargador, los cuales guardaba bajo mi cama. A diferencia de Tobi, yo no tenía escritorio. Cuando levanté mi cuerpo y me giré hacia la puerta, tropecé con el pecho de Sam, quien tenía una sonrisa divertida pintada en su rostro. Los objetos casi se resbalaron de mis manos por la sorpresa y los nervios generados por su presencia. No pude evitar que mi rostro se encendiera en un intenso color rojo, sentía mis mejillas hirviendo y mi garganta seca, tragué saliva con dificultad.

—¿Q-qué ocurre? —musité apartando mis ojos de él.

—Nada —contestó poniendo una de sus manos en mi cabeza y acercando su rostro al mío—. Te has sonrojado —dirigió su mirada a mis labios—. Eres una ternurita —dijo antes de besar mi mejilla. Por un momento sentí mis brazos débiles y casi dejó caer mi computador, pero Sam inmediatamente lo sostuvo—. Ten cuidado, Matt. Déjame ayudarte —agregó arrebatándolo de mis manos.

—S-sí —contesté a tiempo que salía de la habitación, más que salir, hui de aquel extraño y un tanto incomodo momento.

Sam puso el computador en la mesa y se sentó junto a Alexander, yo preferí quedarme en el sofá y ver un poco de televisión. Desde la sala podía escucharlos, no hacían más que reír y reír. Por ratos hablaban de chicas, como si estuvieran stalkeando unos cuantos perfiles, cosa que realmente me molestó. Es que Sam parecía estar interesado en mí, no sólo como amigos, parecía verme de forma, no sé, romántica podría decirse y que hablara así de las mujeres me hacía pensar que tal vez en realidad no le gustaban los chicos y sólo quería burlarse de mí.

—Y ¿ella es la chica que te invitó a salir? —dijo Sam, en su tono había cierto grado de incredulidad.

—Sí —contestó Alexander en un suspiro—. Pero pues no siento ningún tipo de interés por ella, puede que sea muy bonita y todo, pero ni siquiera hemos tenido una conversación de verdad. No sé sobre sus gustos y por ende no sabría de qué hablarle si saliéramos, qué tal salga con algún tema en extremo aburrido o estúpido —En ese momento recordé que el pelirrojo nunca parecía estar interesado en alguien. Como si su corazón estuviera totalmente cerrado, o como si simplemente el amor no tuviera importancia en su vida.

—Pues creo que eres un idiota —interrumpió Sam—. Cuánto daría yo porque una chica así me invitara al menos a tomar un café.

No quería escuchar más su conversación así que decidí echarme en el sofá, cerrar mis ojos, tapar mi rostro con un cojín y subirle volumen al televisor para ver si conseguía tomar una pequeña siesta.

*****

Sentí una cálida brisa golpear mi rostro con suavidad. Dejé escapar un suspiro, me sentía muy tranquilo. De pronto comencé a sentir que acariciaban mi rostro, debía estar soñando, no quise abrir mis ojos, su tacto se sentía bien. Aquellos dedos pasaron por mi frente, mi nariz y llegaron a mis labios, no pude evitar que se curvaran en una sonrisa. «—Es un lindo sueño —pensé aun con mis ojos cerrados.»

—Si sigues sonriendo no podré contenerme, Matt. Tu sonrisa es hermosa —Aquella voz me hizo pegar un brinco. Abrí mis ojos de golpe y me encontré con el rostro de Sam a tan sólo un par de centímetros del mío.

—¿Q-qué ocurre? —mascullé entre dientes. Podía sentir su respiración y el olor de su colonia. Olía delicioso, olía como a canela, aquel aroma era profundo y me envolvía en su calidez.

—Sólo quería venir a decirte que la comida está servida —dijo Sam tomando un poco de distancia.

Recordé que habíamos estado trabajando en el video y que Irene y Tobi habían salido a comprar comida. De cierta manera me sentí triste, por alguna razón esperaba otro tipo de respuesta, algo como te observaba dormir, quería besarte o algo así. Suspiré a tiempo que cerraba mis ojos y asentía con mi cabeza. Recordé, además, que esperar algo como eso era absurdo pues a Sam le gustaban las mujeres. Me levanté y antes de dar un paso hacia el comedor, la mano del pelinegro me detuvo.

—Lo olvidaba —dijo jalándome hacia él—. Quería darte esto —puso sus manos en mi rostro y me besó. Una parte de mí quiso empujarlo, no permitiría que jugara más conmigo. Pero sus labios eran tan suaves y cálidos que no pude evitar quererlos para mí.

El chico me rodeó con sus brazos y me acercó más a su cuerpo. Mi corazón comenzó a latir con más y más fuerza, quería que aquel momento fuera eterno, quería creer que su corazón latía igual que el mío.

—Muchachos, la comi... —Una voz me trajo de vuelta a la realidad. Sam y yo nos separamos. No pude evitar que mis mejillas se pusieran completamente rojas, Sam, por el contrario, permaneció muy tranquilo—. C-creo que interrumpí, l-lo siento —Era Tobi, quien parecía bastante avergonzado. Ni siquiera fue capaz de mirarnos a la cara—. Los esperamos en el comedor —añadió, dejando el lugar enseguida. Yo, de cierta manera, corrí tras él.

—Matt —Nuevamente me detuvo en la mitad del pasillo—. Tranquilo —sonrió y luego clavó su mirada en el piso—. Perdóname, no debí besarte, lo siento.

—N-no tienes que disculparte —contesté en voz baja—. Sólo me siento un poco nervioso —confesé en un murmuro.

—¿Por qué? ¿No te gusto? —preguntó soltando mi brazo.

—No es eso —dije a tiempo que mordía mi labio inferior—. Es sólo que creo que todo va muy rápido, es decir, deberíamos salir un par de veces antes de —hice una corta pausa—. Antes de estar besándonos —Él dejó escapar una risita—. Además —No podía sólo dejar pasar lo que había pasado hace un momento, cuando estaba que hablaba con Alexander de mujeres—. No sé, no creo que te gusten los chicos.

—¿Por qué lo dices?

—Siempre estás hablando de mujeres y de una forma un tanto sucia, eso no me gusta —musité, él de nuevo rio.

—Eso —tomó una bocanada de aire—. Pues la verdad esta es la primera vez que me siento interesado por un chico. No sé, es algo raro para mí, algo nuevo y por eso quisiera hacer las cosas bien. Sé que te habrán dicho cosas no muy agradables de mí —hizo una mueca y luego me miró directamente a los ojos—. Pero, sólo tienes que confiar. He cometido errores, sí, tal vez no he sido el mejor hombre del mundo, pero no sé, cuando te vi sentí algo extraño, diferente. Algo que me hizo querer cambiar, querer ser mejor, querer amar de verdad. Si me gustan los hombres, no lo sé, de lo único que estoy seguro es de que me gustas tú. 

"Sólo un beso y estoy vivo, un beso y estoy listo para morir"

Him -  Beautiful 

Hola a todos <3 Primero quiero disculparme por tardar en subir este capítulo x.x también quisiera agradecer a las personitas que han seguido esta historia, espero les guste y les siga gustando. Trataré de volver a subir al menos un capítulo por semana <3

 Gracias, gracias y mil gracias a todos <3 Recuerden que pueden dejar preguntas para los personajes :3 

Y sobre este capítulo ¿qué les pareció? ¿Creen que Tobi y Sam puedan resultar peleando por Matt? ¿Qué creen que pase? Gracias nuevamente :3 Nos leemos en el próximo capítulo. 

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