The first love always hurt ~

Bởi BalletDeFleur97

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Dicen que "El primer amor nunca se olvida", una frase muy cierta porque independientemente de que como haya s... Xem Thêm

El primer amor siempre duele
El nuevo ¿nerd?
Conociéndose
Empleo para Ronald
¿Quieres ser rebelde?
¡¿Qué?!
¿Celosa? ¿Yo?
Él no es mi novio
Necesito besarte Allison
¿Te gusta el ñoño?
La verdad
Taylor
Te detesto
Harry Styles
El idiota de Niall
Quieres volverme loco
Nostalgia
El padre del bebe
El trabajo de Allison
Tienen que seguir adelante
Te necesito
La tormenta
Vamos juntos al baile
Hacerse el favor
Mucho más que eso
Me las vas a pagar Einstein
Llorar es bueno.
El primo Drake
Debes alejarte de ella
No puede ocultarse más
Te amo

The first love always hurt

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Bởi BalletDeFleur97

Allison sentía el mismo vacío que sintió cuando perdió a su madre. Pero este tenía algo distinto. Sabía que lo había perdido, sin siquiera haberlo tenido. Era un dolor amargo, un dolor trivial que le llenaba el pecho de incertidumbre y rabia. 

Soltando unas cuantas lágrimas más dio media vuelta y salió del aeropuerto. Caminó hasta su auto y se subió. Miró el asiento del a lado, y se lo imaginó allí sentado mirándola, sonriéndole... aprendiendo a manejar. Cerró los ojos para tratar de no verlo más y apoyó la cabeza sobre el volante.

- Aaay Niall – dijo y rompió en un desgarrador llanto – ¿Por qué mi amor? ¿Por qué?

Lloró sobre el volante durante unos largos minutos. Tenía la esperanza de que él saliera corriendo del aeropuerto y se subiera al auto diciéndole que no se había ido. Pero eso no pasaba, y ella se convenció de que no iba a pasar. 

Levantó la cabeza y prendió el auto. Ya no tenía ningún sentido seguir allí estacionada esperando a que todo se solucionara. 

Él se había ido, él iba a empezar una nueva vida, iba a conocer gente nueva, chicas nuevas. Esa última idea le hizo doler el pecho. No podía imaginárselo con otra. Sacudió su cabeza y prendió marcha hacia su casa. 

Tenía que poner su mente en otro lado, así que estiró la mano y prendió la radio, necesitaba escuchar un poco de música, algo que la despejara. 

- Y ahora una de las bandas más románticas, aunque ya no estén más juntos como grupo, nos han dejado canciones de amor increíble. Así que para todos ustedes 'Sin Bandera' con 'Que lloro'...

Quédate un momento así no mires hacia mi que no podré aguantar si clavas tu mirada que me hiela el cuerpo me ha pasado antes que no puedo hablar. Tal vez piensas q estoy loco y es verdad un poco tengo q aceptar, pero si no te explico lo que siento dentro no vas a entender cuando me veas llorar. Nunca me sentí tan solo como cuando ayer de pronto lo entendí mientras callaba, la vida me dijo a gritos que nunca te tuve y nunca te perdí, y me explicaba, que el amor es una cosa que se da de pronto en forma natural lleno de fuego, si la fuerzas se marchita, sin tener principio llega su final. Ahora tal vez lo puedas entender que si me tocas se quema mi piel. Ahora tal vez lo puedas entender y no te vuelvas si no quieres ver. Que lloro por ti, Que lloro sin ti, que ya lo entendí que no eres para mí y lloro...

- ¡Genial! ¡Genial! – rugió ella y sin dejar de llorar estiró la mano y apagó la maldita radio – ¿Acaso hasta la radio esta en contra mío hoy? ¡Maldita sea Niall! ¿Por qué me dijiste eso antes de irte? ¿Por qué lo dijiste?

Frenó ya que el semáforo había cambiado a rojo. Sus labios temblaban levemente por las lágrimas que quería reprimir, pero no estaba funcionando. Las lágrimas caían y caían sin control, sin permiso. Rompiendo, a su paso, un poco más su golpeado corazón. 

Su mirada se distrajo al ver a una joven pareja cruzar la calle. Él abrazaba a la chica por la cintura, mientras le decía algo al oído. Esa imagen se transformó en una imagen de ellos dos cruzando la calle, mientras iban a tomar un helado. 

- Ya Niall, deja de decirme esas cosas –le dijo ella divertida.

- ¿Y que quieres que te diga? Es lo que siento... mejor dicho es lo que me provocas –dijo él y besó su mejilla. 

- Eres un pervertido, mi amor...

- Pero soy tu pervertido, de nadie más.

- Te amo.

- Y yo a ti –le dijo él y se acercó a sus labios para besarla.

Una bocina la hizo salir de aquella ilusión, de aquel sueño. Giró su cabeza hacia atrás y vio una larga cola de autos detrás de ella. Con un poco de duda prendió marcha, los autos comenzaron a pasar por el costado de ella.

- ¡Muévete cariño! – le gritó algún imbécil. 

- ¡Vete al demonio! – le respondió ella enseñándole su dedo índice. 

¿Qué más iba a pasarle ahora? ¿Se lo iba a imaginar sentado al lado de ella en el auto? ¿Qué iba a pasar después? ¿Iba a soñar que él entraba a su cuarto y le hacía el amor?

¡¿QUE OTRAS COSAS IBAN A PASARLE A ELLA?!

¿Acaso no había bastado con todo lo que vio en los últimos tiempos como para agregar un dolor de estas características a su vida?

Es que no podía ser cierto. Su cabeza no dejaba de pensar en él. Nunca iba a poder olvidar aquellos ojos azules. Sus dulces besos, sus suaves caricias. Llegó a su casa y se bajó sin ánimos del auto. Su cara totalmente empapada de lágrimas, sus ojos rojos, sus labios temblorosos. 

Sin querer miró la casa del frente. El gigantesco cartel de 'En venta' le hizo saber verdaderamente que él ya no estaba. Sin quitar la mirada de aquella casa, entró a la suya. Rápidamente subió las escaleras hacia su habitación. Entró y se tiró pesadamente en su cama. Tomó aquel pequeño osito que él le había regalado hacia varios meses atrás. Lo abrazó con fuerza contra su pecho, y volvió a llorar. 

Sintió como la puerta de su habitación se abría y unos segundos después alguien se acostaba a su lado en la cama. Lentamente se giró a verlo y Ronald levantó la mano para secar su rostro. 

Allison giró completamente en la cama y se abrazó a su hermano para esconder su rostro en su protector pecho. Ahora sabía para que servían los hermanos mayores, para proteger, para consolar, para cuidar de una. 

- Creo que le había dejado bien en claro que si te hacía sufrir sería un ñoño muerto – habló él.

Allison no pudo evitar reír al escucharlo. Su voz sonó profunda desde su pecho – Vamos Allison, no puedes llorar por ese ñoño – acarició su espalda en forma de consuelo.

Lo destrozaba verla de esa manera, sufrir de esa forma. Ella era una chica tan especial, que no se merecía por nada del mundo derramar lágrimas. 

- Es que no lo entiendes Ronald... lo amo – dijo ella con un hilo de voz – Lo amo y lo perdí, sin haberlo tenido... ya no esta. 

- Esto es así enana, y te comprendo...

- No, no creo que me comprendas – dijo ella.

- Si, si te comprendo. Porque el primer amor, siempre duele – dijo él y la abrazó un poco más fuerte. 

Dos semanas se pasaron lentas e interminables para ella. Simplemente cada cosa que hacía le recordaba a él. Era como un interminable martirio que no quería dejarla. 

En esas dos semanas había recibido llamadas y llamadas de Niall, pero se había negado rotundamente a contestarlas. Ya que si lo hacia, su dolor nunca iba a terminar.

¿Cómo podía hacer ella para contestarle y hablarle, sabiendo que él estaba a miles de kilómetros? Simplemente ella no era tan fuerte como para tolerar aquello.

Las clases habían terminado, y con ello una etapa importante de su vida. Ya había terminado su secundaría, y por un lado estaba tan feliz. Sabía que su madre estaba muy orgullosa en donde quisiera que estuviera. Ahora tenía que poner toda su atención en sus estudios Universitarios. Pero por ahora no iba a pensar en aquello, ya que tenía tres merecidos meses de vacaciones. 

Salió de su casa y se acercó a su viejo auto. Deteniendo su paso miró a la casa del frente. Sintió un nudo en su pecho al ver que el cartel de 'En venta' ya había sido sacado. 

La casa ya había sido vendida. Tendría nuevos vecinos. Eso la llenó de más amargura aun.

Estaba sola hoy, ya que Ronald trabajaba y Katty y Harry estaban demasiados ocupados haciendo cosas para la bebe. Se acercó al auto y abrió el capot.

- Lindo, hoy es día de arreglo – le dijo mientras ataba su cabello y se acomodaba un poco el short y la remera que tenía puesta. 

Tocó el bolsillo trasero de su short y encontró que allí había puesto la caja de sus cigarrillos. Si, como lo ven ella había vuelto a su vicio. Al vicio que él le había hecho dejar...

Sacudió la cabeza y lo apoyó a un costado del auto, mientras se agachaba para revisar el líquido para frenos. 

- ¿Sabes mamá? Últimamente he notado un poco extraño a Ronald, no creo que sea por Marilyn, por lo que se están bastante bien – le habló al aire. 

Últimamente lo hacía todo el tiempo. Ella sentía que su madre la escuchaba y estaba cerca mirándola y cuidándola. Levantó la cabeza y buscó los cigarrillos. Quería fumar. Frunció el ceño al no ver la caja en donde ella la había dejado. 

- Pero, ¿Qué demonios? ¿Dónde esta la caja? – preguntó el voz alta mientras miraba al suelo, se agachó para mirar debajo del auto. Se puso de pie y metió de nuevo la cabeza dentro del capot, quizás se le había caído allí. 

- Creo que una vez habíamos hecho un trato... tú dejabas de fumar y yo abandonaba la loca idea de querer ser un rebelde con tatuaje – dijo él.

Ella se paralizó al escuchar aquella voz. Todo su cuerpo se congeló, su piel se erizó y su corazón comenzó a latir como loco. Lentamente comenzó a incorporarse del capot, no quería girar. Tenía miedo de hacerlo y que no hubiera nadie detrás de ella. Tomando todo el valor del mundo giró con cuidado. 

Su boca se abrió para emitir algún sonido pero nada salió de ella. No ser verdad, de seguro ella estaba soñando y en cualquier momento iba a despertar. Lo miró bien, sus ojos azules, su bello rostro, su rubio cabello, su fuerte cuerpo. Todo estaba delante de ella. 

- N... Niall – habló temblorosamente. 

- Y creo que ahora debo decirte que yo quiero ser tu única adicción – le dijo mostrándole la caja de cigarrillos. 

Ella sonrió mientras sus ojos se llenaban de lágrimas. Soltando un sollozo, mezclado con risa corrió hacia él y al instante chocó con sus labios. 

Niall la estrechó contra su cuerpo a medida que sus bocas se reencontraban de nuevo. Su lengua acaricio la suya, y su corazón se lleno de felicidad. 

Allison se abrazó a su fuerte cuello, acercándolo más y más. No, de verdad ella estaba soñando. Su corazón se aceleró más aun, al sentir aquellos músculos brazos alrededor de su cintura abrazándola con amor.

Lentamente el desesperado beso, comenzó a ser un beso delicado y dulce. Comenzó a ser una sensación armoniosa y llena de emociones lindas. 

Despacio Niall soltó sus labios y juntó sus frentes.

- Por dios, dime que no estoy soñando – le pidió ella.

- No mi amor, no es sueño – susurró él. 

- Oh Niall – sollozó ella y se alejó para mirarlo bien – ¿Qué haces aquí?

- Volví Alli, volví porque no puedo dejarte – respondió él mientras estiraba su mano y secaba las pequeñas lágrimas que ella había dejado escapar. 

- Pero Niall, tu padre...

- Esto no se trata de mi padre. Se trata de mí, de mi corazón... de mi decisión. Hay muchas Universidades aquí, pero no hay muchas Allison's allá. Mejor dicho, no hay ninguna. Te amo tanto Allison.

- Y yo también te amo extraño – le dijo dulce.

Se inclinó hacia ella y la besó apasionadamente. 

Ella sintió como todo su cuerpo temblaba, pensó que iba a caerse pues sus piernas le estaban por fallar. Pero entonces sintió como esos fuertes brazos la tomaban por la cintura para apegarla a él. Instantáneamente sintió el deseo recorrer cada fibra de su ser. Se olvidó completamente de todo. Del auto, del lugar en el que estaban, del dolor que había sentido en esas dos semanas. Todo pasó a un segundo plano con él besándola. Inconscientemente comenzaron a caminar hacia la casa, sin dejar de besarse. Abrieron la puerta y esta se cerró pesadamente detrás de ellos. Allison alejó apenas de su masculina boca. Como lo había extrañado, y eso que solo fueron dos semanas sin él.

- Entonces, ¿Qué quiere decir todo esto? – le preguntó ella.

- Quiere decir que he vuelto para quedarme, para quedarme contigo... con mi amor. Con mi primer amor – musitó y comenzó a besarla suavemente con besos de dulce fuego, que comenzaban a encenderla poco a poco. 

- ¿La casa del frente? – preguntó con voz débil.

- Papá desistió de venderla... ahora yo vivo ahí. Una casa un poco grande para una sola persona... pero creo que para dentro de algunos años estará perfectamente poblada – le contestó. Entre risas, besos y palabras dulces de amor eterno, subieron a la habitación en la que habían hecho el amor por primera vez. Deshaciéndose de cada prenda que los cubría, llegaron a la cama, en donde volvieron a entregarse. Su amor era tan grande, que de verdad no entendían como fueron capaces de pensar en dejarlo pasar. Ella se apoyó sobre él, agitada pero satisfecha, recobrando un poco de fuerzas. Niall acarició su desnuda espalda mientras respiraba profundamente, dejando que sus pulmones se calmaran, al igual que su corazón. Allison pasó su mano sobre su pecho en forma suave, de alivio. Con su uña jugueteó con sus firmes pectorales. Levantó la cabeza y lo miró. 

- Óyeme, eso de ser mi adicción ¿tenía doble sentido? – le preguntó ella. Niall sonrió mostrándole una perfecta y devastadora sonrisa.

- Me parece que si mi amor – contestó y la besó cortamente en los labios. Ella volvió a apoyarse en su pecho. 

- ¿Crees que esto funcione? – preguntó Allison.

- Eres mi primer amor, claro que va a funcionar. 

FIN.

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