Poe y compañía vuelven a la base rebelde, se bajó de su nave quitándose el casco, giro a sus espaldas viendo como BB-8 era bajado al suelo rodando a su altura, sonrió y caminó hacia dentro del hangar, dejo el casco sobre una mesa y se adentro a una puerta adjunta bajando las escaleras, caminó sobre el pasillo al final viendo como las puertas se deslizaban dandole la vienvenida.
–Poe Dameron, líder del escuadrón negro– se reportó frente a Leia y compañía, está simplemente dio un movimiento de cabeza dándole permiso para continuar– Nuestro equipo sobrevoló el área marcada en las coordenadas que el interceptor TIE marcaba cuando la general llegó a la base– dijo señalando el mapa holográfico– el sistema cuenta con tres planetas no tan lejanos uno de los otros... sin embargo– hizo una pausa mirando a todos– el lugar está repleto de la primera orden, contamos un Finalizer y dos antiguas naves del imperio... dos destructores estelares– dijo sin titubear con un deje serio.
–Gracias por la información Poe, nos será útil en un futuro cercano...– dijo Leia mirando a sus colegas– debemos infiltrar a nuestros equipos a uno de los planetas, sería conveniente que sea el más alejado que no nos pongan en evidencia en sus radares– comentaba pensativa viendo a su mano derecha– debemos vigilar sus pasos, han estado en calma últimamente...no sabemos con precisión qué es lo que en realidad piensan hacer– dijo cruzando sus brazos mirando una vez más el mapa holográfico.
–El planeta más cercano es este...está quizás a poca distancia de la flota enemiga, quizas ahi tengan su base en tierra– comentaba Poe– el planeta tiene por nombre Cuatri-66 es un gran planeta y es tan oscuro que no me sorprenderia el por que estaria su base en ese lugar– hizo una pausa señalado uno más alejado– este es un planeta desértico, su nombre es Cygnus Ph1– asintió viendo a la generala– es el mejor lugar para lograr nuestro cometido– aseguro posando sus manos sobre la mesa.
–Debemos estar con cuidado...el mínimo error y seremos descubiertos– soltaba un suspiro mirando a los principales comandantes a su disposición– tienen la orden de tomar dos escuadrones de soldados y un equipo de vuelo, hay que ser cautelosos– termino de decir dando por terminada la sesión.
Mientras tanto en la gran biblioteca Luke Skywalker seguía en busca de pergaminos que reforzarán sus teorías, suspiro dejando aquel pergamino sobre la mesa para ver la pila de libros sobre la otra mesa, cerró sus ojos pensando sobre todo lo que había pasado...se detuvo al pensar en aquella leyenda sobre luz y oscuridad, al abrir los ojos como si la fuerza lo guiará camino hacia el último estante en aquella habitación, sus pasos calmados lo guiaron hasta libros viejos y gastados, tomo uno y se sorprendió de encontrar bitácoras de la antigua era.
Tomo eso dos grandes libros y camino de regreso al lugar donde estaba antes, recorrió la silla hacia atrás tomando asiento, tomó uno de los libros abriendolo frente a tus ojos, paso sus manos por las letras casi borrosas sintiendo fuerza en ellas, admirado y sorprendido empezó a leer página por página, solo el cantar de las aves afuera ambientaba el silencio de la habitación.
Sus ojos se detuvieron al encontrar el nombre de Revan, tomó un respiro profundo se acomodó en su asiento y empezó a leer lo que decía sobre aquel antiguo Jedi.
–Revan tuvo muchos maestros, Zhar, Dorak, la Maestra Kae antes de que Kae se fuese a las Guerras. Hacia el final de su entrenamiento, acudió a muchos para aprender técnicas. Se dice que regresó a su primer Maestro al final de su entrenamiento, para así poder aprender cómo podría dejar mejor a la Orden. – empezó a leer la bitácora de una persona de nombre Mical, su relato termino aquí y empezó otro más de un hombre tal parece ser que fue uno de sus maestros de nombre Zhar Lestin–Cuando la amenaza Mandaloriana apreció, Revan y Malak estaban ansiosos por derrotar al enemigo de la República. Pero el consejo pensó que sería mejor que nos moviésemos con cuidado y precaución. La verdadera amenaza, temía el consejo, aún no se había revelado. Pero Revan no sería disuadido. Carismático y poderoso, fue inevitable que muchos de la Orden se uniesen a la noble causa de Revan. Malak fue el primero en unirse a su amigo más cercano. Otros le siguieron, muchos de nuestros más jóvenes y mejores, intentando salvar la galaxia de la amenaza Mandaloriana.– No fue vuestras naves o vuestros hombres o vuestra gran 'lucha por la libertad' lo que ganó esto, la batalla final de la guerra. Fue por las acciones de una persona–el Jedi Revan–por lo que vosotros prevalecientes. Las estrategias y tácticas de Revan derrotaron a lo mejor de nosotros. Incluso el mismo Mandalore estaba desconcertado por la ferocidad, la tenacidad, y la sutileza de los planes de Revan. – Se detuvo a leer pasando hojas y más hojas que hablaban de aquel hombre como un Jedi.
Se levantó con libro en mano caminando por la habitación, aún absurdo de toda lectura. – No sabemos nada de lo que ocurrió cuando Revan y Malak conocieron al Emperador Sith. Una cosa es segura: cuando regresaron, lo hicieron en nombre de su nuevo Maestro oscuro. – conmocionado leia Luke ante la bitácora de aquel hombre llamado Gnost–Dural– Los Sith ganaron batalla tras batalla hasta que una joven Jedi llamada entró en el conflicto con su meditación de Batalla. Esta poderosa habilidad de la Fuerza incrementa la efectividad bélica de las fuerzas Republicanas. Sin embargo, aunque poseyeran este poder, las fuerzas republicanas sabían que no podrían resistir para siempre el empuje de los Sith.– se detuvo al leer sobre la otra parte de la leyenda Bastila, dejo el libro unos momentos caminando hacia la gran ventana, estrujo el libro con fuerza, sabia que encontraría las respuestas...podía ver similitudes... podría ser que ellos fueran como encarnaciones, sin embargo tenía claro que Anakin si padre dejó mucho de él en Ben.
Abrió el libro una vez más leyendo sobre la traición del que una vez fue su amigo, colega en la luz como en la oscuridad un hombre llamado Malak, solo Revan quedó vivo junto a Bastila, como si fuera de la fuerza, siguió leyendo un poco más– El señor oscuro estaba casi muerto, sólo un pequeño aliento de la Fuerza le permitía seguir vivo. Por alguna razón, quizás su sentido del deber hacia la República, o simple prisa para salvar su vida; la joven Shan tomó la decisión de mantener a Revan vivo. Debido a éste acto, Bastila se conectó a Revan forjando un Enlace de la Fuerza muy poderoso. – termino de leer la bitácora de la misma Bastila.
Leyó la última bitácora que hablaba del mismo Revan para cerrar el libro– Revan era poder, era como mirar al corazón de la Fuerza. – susurro pensando una vez más... cuando Ben era joven él incluso pensaba de esa manera que su poder era la fuerza pura.
–¿Encontró lo que buscaba?–cuestiono Finn entrando a la habitación con una charola de comida–tiene todo el dia aqui...deberia comer algo– dijo con una leve sonrisa mirando el desorden hecho allí.
–Posiblemente sí lo haya encontrado– le dio una mirada significativa– entre Revan y Bastilla hubo un enlace muy poderoso en la fuerza– hizo una pausa dejando el libro sobre la mesa...–Rey y Ben, ellos ya tienen ese enlace hecho desde tiempos atrás– aseguró tomando asiento e invitando a su compañero– solo falta la parte más importante– hizo silencio y tomó la taza con lo que parecía jugo de frutas.
–¿Qué es lo que hace falta?– ansioso preguntó acomodándose en su asiento viendo como el viejo sonreía levemente dejando la taza sobre la mesa.
–Traer a Ben de vuelta a la luz.– dicho esto miró a un consternado Finn y empezó a comer tranquilamente sus alimentos.
Un estruendoso grito se escuchó de su parte, me había empujado con todas sus fuerzas que caí al suelo agotada mirando con enojo, hace dos días que habíamos empezado esta rutina, desde aquel suceso Kylo Ren Lord Sith me ignoraba triunfalmente y solo me hablaba fríamente cuando entrenamos, hoy tocaba entrenamiento de sables, tuve que rogar por mi vida para usar las espadas de entrenamiento pues Ben como inconscientemente le llamaba en mi mente quería usar los sables de luz para entrenar. Me levante una vez más del suelo rebatiendo su golpe, me tuve que inclinar hacia atrás pues era rápido reponiendo sus ataques, mi respiración era difícil, era cortada con cada exhalación, no podía más.
–¿Es todo lo que puedes hacer...chatarrera?–me cuestiono con frialdad girando su espada mientras caminaba de un lado a otro sin dejar de verme– no te distraigas... concéntrate...que el primer descuido y estás muerta– alzó su voz atacando de nuevo, un golpe con su codo en mi costado, un giro y si hubiera sido el sable habría muerto atravesada.
–Si...maestro– decía con dificultad tratando de normalizar mi respiración, le mire detenidamente viendo como se quitaba su casco, me vio de reojo y pude ver las gotas de sudor bajar por su rostro– no volverá a pasar– me dije mas a mi misma que a él poniéndome de pie caminando hacia la mesa donde estaba para dejar la espada y tomar mis cosas.
–Aun así... me has dado batalla– me dijo como si me halagara a lo cual sonreí levemente, deje la espada sobre la mesa lo miré fijamente y me sobresalte al escuchar pasos corriendo hacia nosotros. El giro tomó su casco y se lo puso adelantándose a los soldados.
–Mi señor...Lord..– decía el soldado haciendo una leve reverencia a lo cual Kylo simplemente lo miro– los traidores... han llegado, esperan en su habitación de interrogación– dijo una vez mas con rapidez haciéndose a un lado.
–Bien... enciendan el incinerador– dijo sin más dejándome confundida con sus palabras, mire al soldado salir después de Kylo Ren y simplemente solté un bufido cansada, quería darme un baño y descansar para mi clase de meditación que él mismo me daría más tarde.
La compuerta se deslizó dejando entrar a la figura imponente, tenebrosa y que infligir miedo a la habitación, momento en que las tres figuras sentadas en el suelo veían temerosos al Lord Sith.
–Veo que estan comodos– decía a su invitados ladeando su rostro un poco sonriendo por dentro– tengo informacion que me ha llegado por buenas fuentes– se detuvo a unos pasos del hombre que estaba en el centro– dígame senador Jahan... ¿cometió traición a la primera orden?, ¿Que me dice de sus acompañantes..?– susurro mortalmente descolgando su sable láser sin aun encenderlo.
–Le juramos lealtad a la primera orden...–juraba en vano el senador con desespero viéndose atrapado en las manos de su verdugo– lo que han escuchado son blasfemias!– gritaba el senador perdiendo el control.
Kylo Ren se puso en cuclillas lo observó viendo como el miedo lo consumía al igual que a los demás que veían a su compañero caer en la locura– si descubro que miente... lo matare junto con ellos– dijo alzando su mano libre– dígame senador, ¿Cree en su palabra?– cuestionó entrando de lleno en la mente del hombre haciéndole sufrir en agonía, sus ojos sangraban mirando a su inquisidor, rogaba por su vida, juraba lealtad aun cuando el sith veía todo lo contrario, salió de su mente dejando caer de frente levantándose de su lugar caminando de un lado a otro sin dejar de verles, como un león cazando a su presas.
–Me decepciona Senador... por culpa de sus indecisiones estas personas pagaron con su vida– decía sin una pizca de sentimiento– hoy seré su verdugo...y me quedare con sus cenizas como mi premio– dicho esto encendió su sable láser alzandolo amenazante cortando las tres cabezas al instante... su mirada estaba fija en la pared brillante ahora manchada con sangre ajena... su respiración era calmada, bajo su mano al mismo tiempo que el sable se apagaba y salió de aquella habitación– asegurense que quede limpia... saben qué hacer con lo demás– demandó siguiendo su camino por aquel negro pero brillante pasillo.