— ¿Por qué estamos en el jardín? —Syo empezó a trotar para estar a la par de Ai y Natsuki. Habían decidido salir a los alrededores de la agencia, aún cuando a Ai no le gustaba salir muy seguido.
—Yo me pregunto por qué me siguieron —respondió Ai, sin voltearse ni parar de caminar—. Simplemente vengo a dar un paseo por aquí, no necesito de su compañía.
—No seas así, Ai-Chan —dijo Natsuki, perdiendo el aliento pero aún así manteniendo una enorme sonrisa—. Somos tus amigos —al escuchar esas palabras, Ai se detuvo de improviso, provocando que los chicos chocaran contra su espalda—.
—Ustedes no son mis amigos —comentó, algo molesto—. Si lo fueran me dejarían en paz —antes que ellos pudieran replicarle, una dulce y suave voz se escuchó no muy lejos del lugar. Ai miró en dirección al lago para luego relajar su expresión soltando un suave suspiro—. Volvió.
Sin más que decir, se aproximó al lago, dejando a los chicos con las palabras en la boca. Estos lo siguieron, curiosos de saber quién era la dueña de esa melodiosa voz. Cuando se percataron de que el muchacho de cabellos celestes se detuvo, estos se pusieron a su lado y observaron. Una chica con un largo cabello castaño con algunas ondas en las puntas, unos hermosos ojos verdes turquesa y de tez morena se encontraba cantando a la orilla del lago, con su vista perdida en el agua. Ella cantaba una canción bastante conocida, la cual siempre escuchaban en las calles y en las radios, por lo que no tardaron en cantarla también, simplemente que en un susurro inaudible para la chica.
"Tu sonrisa me enamora cada vez más
Tus ojos me dicen lo que no quieres expresar
Tu risa resuena en mi cabeza como una suave melodía
La cual no quiero dejar de escuchar
Eres tú la fuente de inspiración de mis canciones
Eres tú a quien amo, amé y amaré por siempre
No me dejes, Baby
Si tan solo..."
La chica volteó rápidamente, buscando el origen de ese improvisto sonido capaz de interrumpirla. Estaba curiosa por saber qué había sido, por quién había sido. — ¿Quién anda ahí? —los chicos se escondieron detrás de un arbusto cercano, llevando a Ai con ellos, el cual no paró de quejarse, intentando liberarse—. ¿...Hola? —ella comenzó a pensar que se estaba volviendo loca por estar escuchando sin sentido, pero no pasó mucho tiempo hasta que Ai logró zafarse del agarre de los chicos para luego levantarse y acercarse a ella. Los ojos de la joven se iluminaron apenas apareció en su campo de visión y una sonrisa afloró de sus labios—. ¡Ai! –gritó antes de salir corriendo hacia él. La chica saltó sobre el muchacho, abrazándolo fuertemente mientras él la afirmaba contra su pecho, tratando de no caer de bruces por el impulso de la chica—. Te extrañe tanto...
—Volviste Nicky —dijo este en modo de respuesta. Nicole logró percibir en su campo de visión la presencia de los otros dos muchachos y rápidamente se separó de Ai al notar que esa posición no era... la mejor, para luego intentar disimular, como si nada hubiera pasado.
— ¿Quiénes son ellos? —ella se acercó con una cálida sonrisa en su rostro. No comprendía por qué ni quiénes eran esos chicos, pero tenía sus sospechas —. ¿El curso maestro ya comenzó? —inquirió con el ceño fruncido, dirigiéndose a Ai.
El muchacho más bajo, de cabellos dorados y ojos azules se aproximo a ella sonriendo. —Soy Kurusu Syo, un gusto conocer... —antes que pudiera siquiera terminar la oración, Nicky ya se encontraba estrujándolo entre sus brazos al mismo tiempo que plasmaba un beso en su mejilla. Apenas se separaron ella pudo notar que el rostro de Syo se encontraba completamente rojo, junto a sus orejas y cuello. El chico subió lentamente su mano derecha para tocar la latiente zona donde los labios de Nicole habían tocado.
—Nicole... —la reprendió Ai, mirándola fijamente. Ella lo miró sin entender que ocurría, pero al cabo de unos segundos se percató de lo que hizo, provocando que ahora ella fuera la que se sonrojaba.
—Perdón, Kurusu-kun —Nicky hizo una pronunciada reverencia en modo de disculpa—. No soy de Japón y acabo de pasar un largo tiempo fuera de aquí. De donde vengo es costumbre saludarse más íntimamente, así que por favor, perdóname... —hubo un pequeño silencio antes de que Syo empezara a reír. Nicole levantó rápidamente la cabeza para observarlo sorprendida. Suspiró aliviada para luego reincorporarse, mirando al otro chico—. ¿Y tú eres...?
—Shinomiya Natsuki —le contestó el muchacho, con una gran sonrisa en sus labios. Aún cuando Nicky no era muy baja, el chico la pasaba por casi una cabeza y medio, lo cual la sorprendió bastante.
—Un gust... —comenzó a decir antes de ser interrumpida por el chico, el cual la había tomado en brazos para así abrazarla con todo lo que tenía. La joven comenzó a reír mientras este la apretaba contra su cuerpo con bastante fuerza, moviéndola de un lado a otro con gran potencia. Cuando por fin la soltó, a Nicky le costó un poco mantenerse en pie, pero después de unos minutos logró mantener la compostura—. Un gusto en conocerlos chicos —hizo una pequeña reverencia para luego pasar la mirada sobre Ai y los otros dos—. ¿Ustedes son amigos? —preguntó animada al recordar la constante actitud fría de Ai.
—No, soy solo su senpai —respondió fríamente Ai, lo que esperaba la chica.
Natsuki negó con la cabeza para luego rodearlo por los hombros con su brazo. — ¿Por qué dices eso Ai-Chan? ¡ Somos grandes amigos!
—Ya déjalo, Natsuki —Syo intentó separar a los muchachos, pero parecía que el alto no quería y forcejeaba para no dejarlo. Era una escena bastante graciosa para Nicole, la cual no pudo evitar reírse ante la situación.
—Está bien... —respondió el chico, soltando al menor con cierta pena. Los cuatro se callaron un momento al escuchar voces provenir de no muy lejos, por donde ellos habían llegado. Miraron en la misma dirección para así notar como los demás integrantes de Quartet Night y Starish hacían presencia en el jardín, atraídos por el bullicio que produjeron antes el grupo.
Apenas aparecieron, todas las miradas se posaron en Nicole. Starish estaba confuso por su presencia en la agencia, ya que en el tiempo que llevaban ahí nunca la habían visto. No como Quartet Night, los cuales sabían perfectamente quién era y qué rol tenía en esa agencia y en sus vidas. Los tres otros chicos de Quartet Night la observaron con grandes sonrisas en sus rostros, o por lo menos en el rostro de Reiji; los otros dos integrantes solo se les notaban una leve curva en sus labios.
El primero en hablar de todos los presentes fue Reiji, el cual se aproximó corriendo para tomar en sus brazos a Nicole y levantarla como si de una pluma se tratara. —Regresaste, princesa —Quartet Night acostumbraba a llamarla por ese sobrenombre para demostrar que era integrante de Quartet Night, debido a que ellos eran conocidos como "los príncipes pioneros"...además, para demostrarle cariño—. Siento que pasó un siglo desde que te fuiste a filmar esa película...
—Solo fueron unos meses Reiji —rió ella al mismo tiempo que él la bajaba suavemente—. Además, no creo que me extrañaran demasiado desde que aparecieron todos ellos —dijo, apuntando a los cinco chicos, integrantes de Starish, que faltaba por conocer. Nicole se acercó primero a saludar a los otros dos integrantes de Quartet Night: Camus y Ranmaru—. Hola chicos.
Ranmaru abrazó a la pequeña con una calidez que nunca habían apreciado Starish en él. —Bienvenida a casa, princesa.
—Te estábamos esperando, Nicky —Camus colocó una de sus manos en la cabeza de ella y le acarició sus suaves cabellos apenas se separó de su compañero. Los chicos de Starish los miraron atónitos al notar esas muestras de aprecio de su parte, pero era inevitable, tanto tiempo y experiencias vividas juntos los volvieron más cercanos de lo que hubieran creído, lo que fortaleció sus lazos. Su relación era sencilla: la cuidaban como si fuera su propia hija y la amaban como a una amante prohibida. Ellos la querían y ella a ellos, más que a nada en el mundo y darían lo que fuera por el otro.
—Bueno... Ahora a conocer a esos chicos con expresiones graciosas —Nicole se giró para estar frente a Starish y así hacer una leve reverencia propia del país—. Un gusto conocerlos, mi nombre Nicole Blackcat, pero me pueden llamar Nicky si gustan. Soy integrante de esta agencia desde hace años y estaré encantada de trabajar con ustedes, así que por favor cuiden de mí.
—¿Nicole...? —Una voz muy conocida tomó por sorpresa a Nicky, la cual levantó la vista rápidamente para luego buscar entre la multitud al dueño de esa voz, posando sus ojos sobre un muchacho de test oscura, cabello castaño oscuro y ojos verdes turquesa.
—Cecil... —dijo con una voz casi inaudible. No esperaba verlo ahí, en la misma agencia que ella. Siendo cantante. Ni menos de vuelta a su cuerpo original. Antes que pudiera pensar en qué decir o qué hacer, ya se encontraba con sus brazos rodeando el cuello del chico—. ¿Qué haces aquí?
—Lo mismo te pregunto a ti. ¿No deberías estar en tu país? Mis padres me contaron que te estás preparando para... —Nicole le tapó la boca para evitar que dijera más de la cuenta. Ella tenía un secreto y quería que los demás no se enteraran de él bajo ninguna circunstancia... Pero debido a que Cecil está aquí le será más complicado de lo que creía. Nicky se separó lentamente y se quedó mirando a los demás, volviendo a actuar como si nada hubiera sucedido.
—Disculpen por eso... Conocí a Cecil tiempo atrás y es una grata sorpresa volver a verlo —esperó que eso fuera suficiente como excusa, pero tampoco era necesario darle explicaciones a completos desconocidos hasta el momento—. Entonces, ¿quién es quién?
El primero en acercarse a ella con cierto miedo fue el chico de cabellos rojizos y ojos del mismo color. — So... soy Ittoki Otoya, ¡Mucho gusto! —hizo una reverencia bastante pronunciada, algo exagerada para decir verdad, pero logró sacarle una tierna sonrisa a la chica, la cual le pidió que se levantara—. ¡No puedo creer que te conozca en persona! Te sigo desde que comenzaste tu carrera.
Ella rió mientras le apretaba la mano en modo de saludo, tratando de evitar el problema que tuvo antes con Syo. —Ittoki-kun, siempre es un agrado conocer a gente como tú. Espero trabajar contigo y llevarnos bien.
Algo en los ojos del chico brillaron antes de ser apartado por sus compañeros para así presentarse. —Ichinose Tokiya y Hijirikawa Masato —dos chicos de cabello azul se encontraban de pie frente a ella. Ichinose sonreía mientras Hijirikawa simplemente la miraba con su típica cara de poker, algo desconfiado de que ella sonriera tanto. —Un gusto conocerte.
—Gracias, es un gusto también conocerte –dijo inclinando la cabeza para levantarla rápidamente—. Y siempre es un gusto volver a trabajar contigo, Tokiya.
— ¡¿Trabajaste con Nicky y nunca me dijiste?! —saltó Otoya, molestando a su compañero de cuarto por no haberle contado—. ¡Tú sabías que me gustaba Nicky! ¡Qué cruel!
—No es momento de discutir, Otoya —le dijo, en modo de respuesta—. Además, fue mucho tiempo atrás.
Nicole afirmó, apoyando su argumento. Quería hablar también, pero de improviso el último chico del grupo apareció ante ella. —Hola princesa —dijo en un tono bastante sensual, produciendo incertidumbre sobre qué pensar en la chica—. Mi nombre es Jinguji Ren —el chico con pinta de mujeriego tomó la mano de la chica para así besarla delicada y coquetamente—. Es un gusto conocer a una chica tan hermosa como tú —Ren le entregó una rosa que sacó de quién sabe dónde, la cual ella tomó, miró y dejó delicadamente a un lado.
—Así que tenemos a otro mujeriego por aquí... —Ella dijo en voz baja, pero lo suficientemente fuerte para que escucháramos. Su actitud cambió completamente, mostrándose un poco más dura que antes—. ¿Me podrías responder que sacan ustedes —los mujeriegos— coqueteando con cada chica que ven? ¿Te sacia? —Ren la miró algo extrañado, pero al mismo tiempo con una sonrisa.
— ¿Por qué crees que soy mujeriego? —dijo, coquetamente, acercándose un poco más a ella.
Nicole levantó ambas cejas, asombrada pero tratando de restarle importancia. —Solo digo lo que pienso, no me tomes tan enserio... —Ella comenzó a caminar por alrededor, finalizando así la conversación. Miró a su alrededor, procesando toda la información de esa tarde—. Todo ha cambiado desde que me fui... y eso que no fue mucho tiempo —volvió su vista a los nuevos chicos, abriendo bien los ojos, mostrando completa curiosidad—. Ustedes son ese grupo del que todas las chicas hablan. Starish, ¿cierto?
Ellos se miraron entre sí y asintieron al mismo tiempo. Antes que alguno pudiera hablar, una chica de cabello rojizo-anaranjado se acercó corriendo en su dirección. —Chicos, los estaba buscando por todas partes... –dijo algo cansada, tratando de recobrar el aliento. Desvió la mirada un poco, notando la presencia de la otra mujer presente en ese escenario. Algo avergonzada, Nanami se agachó en modo de disculpa por interrumpirlos.
—No te preocupes —le contestó Nicky, sonriéndole amablemente al mismo tiempo que la saludaba—. Mi nombre es Nicole Blackcat, integrante de esta agencia, ¡un gusto conocerte...!
—Mi nombre es Nanami Haruka —dijo la chica, suave y tímidamente.
Todos los de la agencia estaban reunidos en el jardín, conversando de sus proyectos y conociéndose más, hasta que de repente una risa resonó por el recinto. Los muchachos buscaron a su alrededor la fuente de ese sonido, para que todas las miradas se detuvieran sobre el presidente de la Agencia Shining, Shining Saotome, el cual se encontraba bajando de un globo aerostático, haciendo, como siempre, su magnífica entrada. Y trayendo con él a los profesores de la escuela del presidente: Ringo Tsukimiya y Ryuya Hyuga.
—Veo que por fin llegó, señorita Blackcat —Shining saltó desde el globo hasta donde se encontraban los chicos, aunque no era una gran altura—. Y ahora que está aquí, es hora de las presentaciones.
—Ya nos presenta... —intentó decir Nicole, pero fue interrumpida por el presidente.
—Presentación profesional, señorita Blackcat —él se acercó a la chica, apretando sus hombros mientras tocía para llamar la ya obtenida atención de los presentes—. Este diamante en bruto es Nicole Blackcat, compositora e Idol. No tiene instrumento particular como ustedes.
— ¿No tiene? —preguntó Ittoki, sin entender muy bien a qué se refería el presidente de la agencia.
—Significa que no es buena con ningún instrumento —Hijirikawa respondió sin cambiar su cara. Él estaba procesando también la situación, a la chica en sí. Algo en ella era raro. Algo de su personalidad no le convencía... Tal vez sean simples divagaciones.
— ¿Entonces por qué está en la agencia? —comentó Ren, mirándola de pies a cabeza con cierta intriga. ¿Qué es lo que oculta esta chica? ¿Cómo puede leerme tan fácilmente?
La castaña rió entre dientes mientras se giraba para ver a los chicos de Quartet Night. — ¿Esto es un Deja vu o qué? —Se dirigió a los chicos de Starish nuevamente, negando con la cabeza—. Que no tenga instrumento significa que puedo tocar cualquiera, sin importar cuál sea. Por eso se considera que no tengo un instrumento propio, como por ejemplo Reiji con las maracas o Ranmaru con la guitarra eléctrica.
—Y además —el presidente Shining retomó la palabra apenas tuvo la oportunidad—. La señorita Blackcat es también parte del curso maestro, como ustedes, y está asignada a la señorita Nanami —todas las miradas se posaron en la anteriormente nombrada chica, sorprendidos, incluso ella, de que por fin tenga una senpai.
Nicole, al notar el profundo silencio, simplemente inclinó su cabeza hacia ella. —por favor cuida de mí —dijo suavemente. Cuando levantó su cabeza, sus labios aflojaron una suave sonrisa.
Nanami, algo exaltada, le imitó el movimiento, simplemente que mucho más brusco, provocando que Nicole se sobresaltara. —¡Po... por favor cuide de mí, Nicole-chan!
—Dime Nicky, por favor —la chica le dio un suave toque en el hombro, pidiéndole que se levantara—. Nunca me ha gustado que me digan Blackcat —miró al presidente de reojo, intentando que capte la indirecta, pero él parecía en su propio mundo.
—Basta de presentaciones, ¡es hora que vayan a trabajar! —dijo, ignorando a la chica una vez más. Shining se fue del lugar junto a los otros dos profesores, dejando a los Idols —y compositoras— ahí plasmados, sin saber qué hacer.
—Bueno —soltó Nicole, apartando la vista del presidente—. Será mejor que me vaya, chicos. Aún tengo que desempacar mis maletas y ponerme al día con la agencia y los trabajos que dejé antes de irme... y los que están por venir. Fue un verdadero placer conocerlos a todos, nos vemos después —ella se despidió de los presentes con la mano para sacar con la otra sus celulares: el privado y el de trabajo. Apenas estuvo lo suficientemente lejos comenzó a llamar a su manager y encendió el celular de trabajo, cubriendo su pantalla con notificaciones de ofertas de trabajo. Hoy será un día largo...
— ¿Ella es la que compuso esa canción que nos enseñaron la otra vez? —preguntó Syo cuando Nicole ya estaba lejos como para escuchar la charla.
— ¿Poison Kiss? Sí, fue ella —respondió Ranmaru, mientras cruzaba sus brazos. Sus ojos no se habían apartado de la chica en ningún momento, hasta que se perdió en el interior de la agencia—. Todo lo que cantamos lo compone Nicky, es nuestra compositora. Una de las fundadoras de esta agencia...
—Dejemos las charlas para después chicos. Tenemos cosas que hacer —Camus abandonó el grupo para seguir los pasos de Nicole y así entrar en la agencia, cosa que segundos después imitarían los otros miembros de la agencia.
Los chicos habían ideado un plan, y lo mejor era iniciar lo antes posible.
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[CAPITULO EDITADO]