-¡Camila por favor, cállate!- Lauren me gritó, cerré los ojos para evitar llorar porque duele cada vez que me grita enojada. Quizás se vea más caliente de lo normal, pero da mucho miedo que Lauren Jauregui te grite.
-¡No entiendo por qué lo niegas una y otra vez, Lauren es muy obvio!- grité también, o bueno, intenté gritar ya que cada vez iba bajando más la voz.
-Deja de meterte en cosas que no son tu asunto- cada palabra la decía totalmente firme y se acercaba cuando las pronunciaba.
-Somos mejores amigas, eres mi asunto- también me acerqué.
Estábamos muy cerca ahora, ella me miraba a los ojos con mucho enojo. Tal vez sí estuvo mal que me metiera tanto y la presionara pero ¡vamos! no soy la primera en el mundo en hacer eso.
-Bien, tengo que ir con mi novio o se enojará- dijo y se alejó.
Además de negarse a sí misma, tiene un novio que la trata horrible. Esta mujer podría conseguirse a quien ella quisiera pero no, ahí va con ese inútil que lo único que hace es jalarse su micro pene cada noche mientras mira porno. Lo sé porque su hermano menor es un buen amigo mío y para mi mala suerte, me contó lo que su hermano mayor hacía.
Estábamos en mi casa, gracias a dios mis padres no estaban.
-Por lo menos dame un abrazo- dije cabizbaja.
-Justamente eso iba a hacer- sonrió. Su sonrisa es preciosa pero ella no lo ve así.
Nos abrazamos y pude ver que tenía un moretón horrible en su brazo. Fruncí el ceño.
-¿Lauren? ¿Cómo te sucedió eso?- me separé de ella y señalé la marca.
-Derek lo hizo, no es nada- sacudió la mano con desdén.
Derek Mayberry es su asqueroso novio.
Aguarden, yo sabía que le habla mal pero no sabía que le pega.
-Dios- pasé mi mano por mi frente- tienes que dejarlo- la miré
-No Camz, fui grosera con él. Me lo merecía- sonrió débilmente.
-No digas esas estupideces, claro que no lo merecías- la tomé por los hombros.
La solté porque vi su gesto de queja.
Fruncí el ceño y bajé los hombros de su blusa para poder ver por qué su dolor; bueno, estas zonas estaban muchísimo peor que su brazo, claramente eran marcas por las manos de Derek. Ella no dijo nada mientras yo hacía eso.
-Satán- dije en un tono frustrado- no me digas que eso también lo merecías porque tu próximo moretón estará en tu vagina por la patada que te voy a dar- la apunté con mi dedo. Soltó una pequeña risa y bajó la cabeza.
-Te quiero mucho, Camila- besó mi mejilla y se fue.
Suspiré porque me hacía mal ver como Derek la maltrata y que ella crea que es merecedora de aquello.