-Esa es toda la información. –finalizo. Vados asiente con la cabeza un par de veces.
-No comprendo a qué está jugando Wiss. –dice de mal humor. – Dejando pistas, haciendo que le persigamos.
-Él está buscando una forma de solucionar esto sin tener que armar una guerra. –explico. Vados frunce el ceño.
-¿Una guerra?
-¿No te das cuenta? Todo esto es solo el principio. –frunzo los labios. –Ellos solo quieren verme muerta, y Wiss me regresó mi inmortalidad solo para mantenerme con vida. En pocas palabras es un mensaje de "Pelea hasta la muerte".
Vados me mira con lástima. Nos quedamos unos segundos en silencio.
–Por cierto, ¿Dónde está Kyle?
Desvío la mirada. – Él ya no viene conmigo.
-¿Surgió algo malo?
-Solamente... -me encojo de hombros. –Ya no podemos viajar juntos. Tenemos nuestras diferencias.
- Eso es una lástima. Con Kyle a tu lado, las cosas eran más fáciles. Pero... ahora que decidiste viajar sola, hay más probabilidad de que salgas afectada.
-¿Eso qué importa? –hago un gesto de molestia. –Nadie pidió tu opinión. Si ya no tienes nada que decirme, entonces me voy.
Vados no me dice nada, solo observa como desaparezco de ahí.
Sin ninguna pista para dar con Wiss, decido regresar con Shina y Annie, tal vez ellas tengan información.
Y para mí es muy complicado ir al mundo de los muertos, pasando desapercibida. Por suerte, ambas ángeles estaban en su descanso para cuando pude jalar a una de ellas.
-¿Kanon?
-Shhh... -callo a Annie. –Hola.
-¿Qué haces aquí? Te podrían ver y reconocer. –Mira a todos lados. –Estás vetada, si alguien de aquí te reconoce, tiene órdenes directas de atraparte.
-Por eso estoy contigo. –rasco mi nuca. -¿Tienes algo para mí?
Ella niega con la cabeza.
-Absolutamente nada, Enma Daioh se dio cuenta de que buscábamos información y ahora nos vigila de cerca. Por eso no tengo mucho tiempo. –se disculpa.
-Rayos. ¿Ahora qué hago?
-Podrías ir con el Kaioshin, tal vez ellos acepten ayudarte. Fueron amigos tuyos. –señala. La miro detenidamente.
-Tal vez y tengas razón... Entonces me voy.
-Suerte. –hace una reverencia. –Cuídate.
-Gracias.
Uso ahora mi tele transportación para aparecerme cerca del lugar, buscando algún ki de algún dios destructor, pero no encuentro más que el de ambos kaioshin. Así que me decido a aparecer.
-Hola. –digo al instante. Ambos Kaioshin saltan en su lugar. El anciano me sonríe.
-¡Kanon, estás viva! Ya me tenías preocupado. Todo el mundo te está buscando.
-Lo sé. –rasco mi nuca. –Estuve de viaje por un par de semanas.
-¿A dónde fuiste?
-Solamente a otro universo, nada importante. –me encojo de hombros. –Quería saber si ustedes saben algo acerca de Wiss. Lo han visto por algunos lugares, pero al final he llegado tarde y solo me han dejado mensajes de él.
-No sabemos dónde se encuentra. –admite el anciano de quince generaciones. –Pero debes saber que, por ahora, en éste Universo solo se encuentra un dios. Sin contar a Bills.
-Eso es algo bueno, no creo que me encuentre.
-Kanon. –el Kaioshin joven se acerca a mí. -¿Podemos ayudarte en algo?
-No quisiera involucrarlos. –admito. –Esto es algo serio y peligroso, los dioses de la destrucción no tendrán piedad.
-Bueno, siéntate aquí un instante... algo podré hacer con tu poder. –dice el anciano. Levanto las cejas, sorprendida.
-¿Usará sus poderes?
-Solo si tú quieres.
-Bueno... me sería útil pero... -detengo mi hablado. Abro los ojos con sorpresa. -¡Cuidado!
Logro esquivar el golpe a tiempo, el dios había aparecido... y no era de los débiles. No tengo más opción, sé que habrá alguien más con él, pero decido arriesgarme y aumentar mi ki al cien por ciento, una vez más.
-¡Entrégate traidora! –grita él. Mis manos me temblaban ligeramente, tenía que acabar rápido.
Me acerco rápidamente y le golpeo por atrás, él logra esquivarme e intenta darme una patada que esquivo. Nuestra pelea dura un par de minutos así, hasta que logro ver una abertura y golpearlo. Era mi oportunidad, así que comencé a golpearle para mínimo noquearlo, pero me lanzaron una esfera de energía que de un golpe, mandé a volar.
Era otro dios.
-Maldición. –susurro. El que estaba a mi lado, toma mis pies y me hace caer, luego el de enfrente a mí me mira con una sonrisa malévola.
-Estás acabada. Ahora mismo vienen hacia acá todos los dioses, y ya no te juzgaremos, te mandaremos al infierno directamente.
-Ja, patéticos. ¿Saben? Deberían de dejar de molestar, yo he vivido en paz. Si los hubiera querido matar, ya lo habría hecho.
-Tú no tienes ningún derecho de vivir "en paz". Nos has traicionado a todos... tantos años que compartimos. –niega con la cabeza.
-Estás celoso porque siendo un ángel, terminé siendo mejor que tú. –sonrío de lado. Él aprieta los puños.
-Que no te provoque. –dice el que me tiene atrapada. Yo giro a verle, al instante le escupo en la cara. -¡Hija de...!
-Que no te provoque. –se burla el otro. Luego me mira a mí. –Suficiente, no creo que se enojen si lo hago. –me sonríe. -Tu diversión se acabó, es hora de que mueras.
Levanta su mano hacia mí con palma abierta, cierro los ojos esperando el impacto.
-Yo creo que no, insecto.
Una esfera de energía le pegó al dios que estaba frente a mí, el que me retenía, estaba distraído, así que aproveché para golpearle con la cabeza, luego de un golpe en el estómago se desmayó.
Giro mi vista para verlos a ambos.
Goku y Vegeta estaban parados frente a mí, los dos en súper saiyajin dios habían noqueado al otro dios.
-Chicos...-susurro.
-¡No tienes tiempo, Kanon! –grita el anciano Kaioshin. –Ya están aquí, yo les borraré la memoria. ¡Pero vete! – Entonces, en un acto de desesperación. Tomé las muñecas de ambos y los tele transporté al borde del universo, casi rozando el siguiente. Bajé mi ki, y ellos quitaron su transformación.
-¿Qué hacen aquí? –murmuro con voz tímida. Ambos no me quitaban la mirada de encima.
-Sentimos tu ki. –explica Vegeta. –¿Eres tonta? Enfrentarte a dos dioses tu sola. ¿Dónde está el pelirrojo molesto?
Trago saliva.
-Él ya no viene conmigo.
-¿Eh? –Vegeta frunce el ceño. -¿Qué pasó con él?
-Nada, simplemente nos separamos. –me encojo de hombros. Me atrevo a levantar la mirada hacia Goku, él me miraba pero no había comentado absolutamente nada.
-Pues si piensas seguir escapando, no creo que puedas tu sola. –dice Vegeta con disgusto.
-Yo la acompañaré. –dice Goku por primera vez. Escuchar su voz solo logra erizar mi cabello.
-Kakaroto... -Vegeta mira a Goku no muy seguro.
-Recuerda que si las cosas se complican, tengo un plan B. –dice él mientras camina colocándose a mi lado. -¿Crees que puedas proteger a Renka por este tiempo?
-Tsk... ¿Por qué lo haría? –frunce el ceño. –Debería ir yo y tú, te quedas a cuidar a tu hija.
- Esto es delicado. –murmura Goku. –Sé que no es el mejor momento para decirlo, pero, no podría vivir en paz si me doy cuenta de que pude haber salvado a Ángel. Eso solo pasaría si no estoy con ella, por eso necesito ir, y por eso necesito que cuides a todos, Vegeta.
Eran muy pocas veces las que Goku hablaba con seguridad y esta era una de ellas. Vegeta suelta un bufido.
-Supongo que todos son inútiles y no podrán cuidarse por sí solos. –dice él. Sonrío levemente. –Está bien. Será mejor que se apresuren, o los encontrarán.
-Gracias Vegeta. –dice Goku.
-Gracias. –murmuro yo.
Con timidez, mis dedos tocan ligeramente la mano de Goku. Éste entiende el gesto y entrelaza nuestras manos.
-¿A dónde vamos? –pregunta Goku. Niego con la cabeza.
-Iremos al Doceavo universo. –digo yo. –Wiss estuvo en el décimo, tuvo que pasar por el doceavo.
Le damos una última mirada a Vegeta, luego desaparecemos.
El viaje era largo, sí, y ninguno de los dos decía palabra alguna. Solamente teníamos entrelazadas nuestras manos. Y esto me gustaba. No es la misma sensación con Kyle, él es mi hermano y nos llevamos bien, pero saber que Goku está conmigo solo me tranquiliza.
Duramos solo dos horas en llegar al noveno Universo.
-Descansaremos en un planeta común. –digo yo. Goku asiente con la cabeza, pero sigue sin decir nada.
Aterrizamos en un planeta lleno de desierto, hacía mucho calor y apuesto que en la noche será la muerte de frío.
Esta vez, tuve que ser yo quien se encargó de pedir hospedaje. Un pequeño cuarto con cama, cocina y baño nos ofrecieron.
-Espero que estés cómodo. –murmuro. Nos adentramos al pequeño cuarto, se acercaba una tormenta de arena, y por lo que oí, deben ser horribles. Así que me explicaron que tenía que cerrar todas las ventanas y puertas.
-Lo estoy. –responde. Pensar que me encanta su voz.
Me dedico a cubrir las ventanas y la puerta. La tormenta había comenzado y ambos estábamos atorados en ese lugar.
Giro para ver a Goku yacía acostado en la cama, mirando al techo con ambos brazos por detrás de su cabeza, no pude evitar acercarme y acomodarme sobre él, con cada pierna en su costado, y con mi cabeza recostada en su pecho.
Sus latidos eran rápidos. Igual que los míos.
-Te extrañé. –confiesa. De un momento a otro, me dieron ganas de llorar. –Estuve preocupado por ti... No he podido dormir últimamente.
-Ya estamos aquí. Juntos. –susurro. Mi mano busca a la suya y las entrelazamos. Goku acaricia mi cabello pelirrojo con la otra.
-¿Dónde está tu hermano? ¿Te abandonó?
-No.
Trago saliva. Goku merecía saberlo.
-Me separé de él. –confieso. –Hubo un par de cosas que me obligaron a hacerlo.
-¿Qué cosas?
Me acomodo mejor para mirarle directamente a la cara. Goku me abraza por la cintura y me mira a los ojos, con una mano acaricia mi mejilla.
-El confesó que estaba enamorado de mí, luego de eso me besó. –admito. Goku no deja de acariciar mi mejilla. –No podía hacerle esto, ni a él, ni a ti. Él no acepta que yo te amo a ti, por lo que tuve que dejarlo.
-¿Te besó? –repite. Agacho la mirada incómoda.
-Sí.
Goku deja de acariciar mi mejilla para darnos la vuelta en la cama, ahora yo debajo. Goku besa mi mejilla, mi nariz, mis ojos, mi frente... más no me besa los labios.
-Bésame. –suplico. Goku se aleja un par de centímetros para mirarme.
-¿Qué sientes por tu hermano? –pregunta él.
Sonrío de lado.
-Le quiero. –admito. –Como a un hermano.
-¿Por qué me molesta saber que él tomó tus labios? –Goku recarga sus codos a mis costados y con su dedo pulgar acaricia mi labio inferior. –Son míos. Tú eres mía.
Goku se inclina para besarme, ni siquiera inició suave, su lengua se adentró para atacar a la mía, ambas reconociéndose una vez más, pareciera que su boca era mi lugar perfecto, que sus labios eran especiales y que estaban esperándome a mí.
Puede que Kyle haya probado mis labios, pero ellos solo esperaban a los indicados.
Goku besa mi mandíbula hasta llegar a mi cuello. En ese instante comprendo lo que va a pasar, por lo que intento tomar su cinturón para desabrocharlo, pero Goku suelta un quejido.
-Ese no es mi cinturón, Ángel. –murmura en mi cuello.
-¿Qué? –entonces abro los ojos para ver como mi marido movía una cola de mono.
Una cola de mono...
Una cola de...
Una...
-¿¡Eh!? –grito al instante. Goku se ríe de mi reacción.
-¿No te gusto con mi cola? –su cola se mueve para acariciar mi piel. Yo seguía impresionada.
-Goku... cuando nos casamos no tenías eso. –señalo. Goku rueda los ojos.
-En un principio los Saiyajines lo tenemos, pero ésta me fue arrancada. –explica. Creo que recuerdo un poco de eso. –Vegeta y yo llegamos a la conclusión de poder necesitar nuestras colas, si queremos ayudarte.
-Goku. Que yo sepa, si miras a la luna llena, nos irá muy mal. –alzo una ceja. Goku deposita un beso corto en mis labios.
-No veré la luna llena. –asegura.
-¿Cómo la conseguiste?
-Fue un deseo hacia Shenron. –Goku acaricia mi mejilla y me mira atentamente. –Quiero hacerte el amor y dejarte embarazada otra vez.
Un sonrojo aparece en mis mejillas.
-No creo que sea el mejor momento para tener un bebé. –murmuro. Mis brazos rodean el cuello de Goku.
-¿Y para hacerte el amor?
Sonrío levemente.
-Bueno, estamos atrapados por una tormenta. –acaricio su cabello negro. –No creo que sea malo.
Goku vuelve a atrapar mis labios, era un beso apasionado. Esta vez me aseguré de tomar el cinturón y no su pobre cola que se movía como si estuviera muy feliz. En menos de un segundo, Goku ya no tenía la parte superior de su Gi azul.
Cómo me encantaba verlo sin camiseta.
Ni siquiera nos tomamos nuestro tiempo. Dos semanas separados fue bastante largo para ambos, quienes ahora desnudos, consumíamos aquel amor que ambos creamos a través de nuestra historia.
-Juro que si nuestro intento falla... -susurra en mi oído, mientras daba estocadas que me sacaban el aire. –me escaparé de mi condena y te haré el amor sobre aquellas llamas rojas, dedicándolo a nuestro amor.
Mis uñas se entierran en sus hombros, dejando marcas. Ambos llegamos al climax, sintiendo nuestros cuerpos y almas, más juntas que nunca.
-Te amo. –susurro. Goku se acomoda sobre mí, escuchando mis latidos del corazón.
-Yo más, mi linda Ángel.
Holaaaaaaaaa!!!! Cumber actualiza a las 6 de la mañana... Sigue oscuro pero ya es de día... je je...
¡Estoy enamorada de Goku! XP Siempre lo estuve pero hay veces que más y veces que menos. En fin... gracias por todo. <3 amo sus comentarios.
¡Amemos a Goku!