Sofía POV
Corro apresuradamente para escapar de los caminantes que me persiguen.
Tengo un arma, pero si la utilizo atraeré a más caminantes, además, no tengo mucha munición.
Espero encontrar a los demás, sino no creo que logre sobrevivir por mucho tiempo.
Carlos POV
Finalmente llegamos a un edificio, el cual se encuentra en una calle totalmente desierta, sin esas cosas que probablemente fueron atraídas por el ruido hecho en la prisión, bajamos del vehículo para luego entrar y subir hasta la segunda planta.
Entramos a uno de los departamentos que hay en esta planta, al parecer ellos han usado este lugar como refugio, ya que observo que hay bolsas de dormir y algunos suministros.
Me acerco hasta un sofá y me desplomo sobre este.
- ¿Qué haremos ahora? –pregunta el padre de Tobias.
Todos se quedan en silencio por unos segundos.
-Debemos buscar suministros para tratar la herida de Sebastian –dice Tobias.
Estoy a punto de hablar cuando un grito proveniente de una de las habitaciones nos interrumpe.
Rápidamente todos se dirigen al cuarto de donde proviene el grito.
Al llegar a la habitación vemos a Kim, David y un caminante en el piso.
-¿Qué pasó?
-Un caminante se encontraba acá en la habitación, casi me muerde, pero llegó David y me salvó. –dice Kim
-¿Que te pasó en tu brazo? –le pregunta mi padre a David.
-El caminante parece que me escupió, pero no hay que preocuparnos, iré a lavarme. – responde David para luego salir y dirigirse al baño a lavarse.
Volvemos todos a la sala donde antes estábamos conversando.
-Bueno, creo que debemos seguir con el plan que teníamos desde un principio, el cual era llegar hasta New York, mientras más rápido lleguemos, más oportunidades tendremos de sobrevivir.
-¿Pero y los suministros para tratar la herida de Sebastian? –dice Tobias
-No te preocupes, encontré unas pocas cosas en una mochila, logre parar la hemorragia, pero igual necesita algunas cosas. –dice Alejandra.
-Eso lo podemos encontrar en el camino, yo apoyo lo que dice Robert. –dice mi padre- Debemos llegar a New York lo antes posible.
Sofía POV
Me dirijo rápidamente a una pequeña casa para poder ocultarme de los caminantes, un pequeño grupo de estos logra verme y rápidamente empiezan a acercarse a mí.
Empiezo a correr hacia la casa a la cual había decido ir, me acerco al pomo de la puerta para abrirla pero es en vano, cerrado.
Me acerco a una de las ventanas, cerrada, los caminantes están ya en el jardín de la casa, la munición que tengo no será suficiente para acabar con todos, es mi fin.
Alzo la mirada y veo una forma de escapar y entrar a la casa, por las ventanas superiores.
Rápidamente empiezo a trepar hacia el techo del pórtico, por una de las columnas de este, con mucho esfuerzo logro subir, justo cuando lo caminantes llegan al pórtico.
Para mi mala suerte, las ventanas superiores están cerradas, pero podría romper el vidrio con el arma.
Me acerco a la ventana y saco mi arma para golpear el vidrio, pero justo en ese momento un caminante aparece del otro lado, imposible de entrar, me acerco al borde y veo hacia abajo, los caminantes han hecho que lleguen aún más.
Me siento y me quedo observando el cielo, ¿Y ahora como saldré de esta?
David POV
Me echo agua de una de las botellas en el brazo, refriego para que salda eso de mi brazo, finalmente logro limpiar todo, aunque quedo un poco morado esa parte.
Salgo del baño y me dirijo a donde están los demás, pero antes de llegar me empiezo a marear, llevo mi mano a mi cabeza y noto algo que me deja petrificado, la parte del brazo que limpie está sucia de nuevo, hay una especie de líquido oscuro.
Me reincorporo de nuevo y me dirijo al baño rápidamente antes de que me vean, agarro la botella de agua que deje hace un rato y me echo en el brazo para limpiarme, el líquido oscuro cae al lavadero, pero inmediatamente vuelve a salir, toco esa parte y noto la dureza de mi piel, es extraño, toco mi frente y noto que está caliente.
Algo está mal, al parecer el caminante al escupirme me contagio, si es cierto eso, no tengo nada que hacer ya.
Tobias POV
Veo que Sebastian no se ve tan bien, no va a durar hasta mañana, debería salir a buscar lo que necesita.
Rápidamente voy a la habitación donde se encuentra Alejandra y me acerco a ella.
-Necesito que me digas que es lo que necesita Sebastian.
-Pero no es tan urgente, podemos buscarlo mañana que salimos hacia New York.
-No, yo iré hoy a buscar lo que necesita.
-Bueno, te hago una lista con lo que necesita.
Luego de unos minutos me entrega una lista con las cosas que Sebastian necesita.
-Vale, gracias
Salgo de la habitación y me dirijo a la salida, en silencio para que nadie note mi salida, pero me encuentro con Carlos.
-¿A dónde vas?
-Iba a buscar suministros para Sebastian, ¿Quieres venir?
-Dale, te acompaño.
Justo en ese momento David sale del baño, tiene una pinta horrible.
-¿Qué te pasa? No se te ve bien –le pregunto
-Nada, parece que tengo la gripe.
-Vamos a tomar un poco de aire, ¿Vienes? –le dice Carlos
-Claro, los acompaño.
Salimos del apartamento sin hacer ruido y luego descendemos por las escaleras para finalmente salir.
No hay muchos caminantes acá afuera pero igual debemos andar con cuidado, un error y el fin.
-¿A dónde iremos? –pregunta David
-Buscar medicamentos para Sebastian –le responde Carlos
-Yo he visto una farmacia cerca, podemos ir ahí para conseguir lo que necesitamos. –digo
Seguimos el camino hacía la farmacia, miro rápidamente a David y veo que su semblante no es el mejor.
Un caminante se acerca a nosotros, rápidamente agarro mi cuchillo y se lo clavo en el cráneo, haciendo que este cruja.
El caminante se desplomó y nosotros seguimos nuestro camino.
-¿Y como fue que lograste llegar hasta acá? Pensamos que habías muerto allá en Los Ángeles. -le pregunté
Carlos me cuenta todo lo que pasó desde ese día hasta hoy, como logro escapar de los caminantes en el carro, que encontró a un grupo, el cuál fue separado por la culpa de Mateo y su gente.
-Wow, pasaste por muchas cosas -dice David.
-¿Y no sabes nada de tu grupo? -le pregunto
-No, no sé nada de ellos pero espero que esten bien.
A lo lejos veo la farmacia, al parecer ya ha sido saqueada, las ventanas están rotas y hay cosas tiradas en el exterior.
Estamos a unos pasos de la farmacia pero un grupo de caminantes que estaban frente a una casa logran vernos.
Rápidamente corremos hacía la farmacia y entramos.
-¡Rápido! Empujemos este armario -digo señalando uno que está cerca.
Empujamos el armario, logrando que la puerta ya no se puede abrir, pero ahora nosotros también estamos encerrados.
-David, ¿Estás bien? -le pregunta Carlos
Me volteo para ver que es lo que pasa, al verlo me quedo petrificado, se ve demasiado mal, tiene arrugas en la cara y su color de piel es casi amarillo.
Notas del autor:
Y como les dije, ¡Estoy de vuelta!
Al fin las ideas llegaron a mí y después de mucho, mucho, muchísimo tiempo, les traigo un nuevo capítulo de El fin de los días.
Y lo siento por todo este tiempo inactivo, falta de tiempo, ideas, pero bueno acá está el capítulo.
Y eso es todo queridos lectores.
Se les quiere
Cuídense.
Nos leemos luego.