[Punto de Vista Judith]
No sé cuánto tiempo estuvimos allí, ni tampoco me importaba. Con él me sentía bien.
- ¿Estás más tranquila?
- Sí –dije segura.
- No vuelvas a pensar eso de mí, Judith. Me importas.
- Ahora lo tengo claro –sonreí.
- No deberías dudarlo nunca. Somos buena gente. ¿Sabes lo que te va a venir bien? Hablar con los demás.
- No, Louis, ¿qué dices? No, no. ¿Qué van a pensar de mí?
- Anda, no seas boba. Vamos –trató de levantarse pero le obligué a seguir recostado, apoyándome con más fuerza en él.
- No puedo, Louis.
- Oye, soy el primero que no quiere moverse de aquí… -Me abrazó con fuerza y sus palabras adquirieron el significado que quería darlas-. Pero te vendrá bien.
- ¿Pero qué van a pensar de mí si les hablo de algo así? Me van a odiar.
- ¿Por qué? En todo caso odiarán a Max. Y eso no es que me preocupe mucho.
- Sigue siendo mi novio…
- No me lo recuerdes –se levantó pese a mi esfuerzo y me tendió la mano para que hiciera lo mismo-. Vamos.
Caminé insegura hasta el salón y los chicos nos miraron atentamente cuando entramos; cogidos de la mano. No se la solté en ningún momento, sostenerla era algo que me reconfortaba.
- ¿Todo bien? –Preguntó Liam mirándome con seriedad.
- Sí –afirmé con una sonrisa. Louis apretó mi mano y decidí sentarme con ellos, al lado de Harry-. He discutido con Max, que imagino que todos sabréis que es mi novio –observé de reojo como Louis, que se había sentado a mi lado, torcía el gesto ante esa palabra-. Y quiero contároslo porque la discusión os incluye a vosotros.
Le expliqué todo lo que me había dicho de ellos, y estuvieron unos veinte segundos mirándome sin decir nada. ¿La había cagado?
Liam carraspeó y supe que iba a tomar la palabra.
- Primero, no somos así. Lo sabes, ¿verdad? –Asentí-. Nos habéis caído bien, ¿eso no pasa día a día? Dos personas se conocen, en este caso… Ocho. Ocho personas se conocen y se caen bien entre ellas, ¿por qué no seguir viéndose? Eso pasa, ¿no? Y no hay más –no había quitado su semblante serio. Se notaba que era el adulto del grupo-.No quiero que dudes o desconfíes de nosotros, porque nosotros hemos confiado en vosotras. Somos personas normales, de tu edad.
- Lo sé, Liam. Me he enfadado bastante con él por decir todo eso de vosotros. Y en el fondo me reía porque… ¡Apenas os conozco! Y os he defendido como si me fuera la vida en ello –desvié mi mirada hacia Louis. Le había defendido, a él sobre todo-. Siento que hayáis escuchado todo esto, pero…
- He pensado que se quedaría más tranquila si lo hablaba con vosotros –intervino Lou, mirándoles a todos uno por uno. Los demás asintieron.
- Puedes hablar con nosotros de lo que quieras –Harry se giró completamente para mirarme y acarició mi mano-. No todos los días solemos encontrar personas que nos quieran sin más, por como somos. Y vosotras desde el primer día nos lo demostrasteis, tú se lo demostraste desde el primer día a Lou. Él confió en ti y ahora nosotros también lo hemos hecho; en ti, en Rosa y en Alba. No sé los demás pero yo me siento afortunado por haberos conocido.
Un nudo se formó en mi garganta. Harry acababa de decirme eso, a mí. Harry, el buenazo. Sentí unas ganas inmensas de abrazarle y pareció adivinarlo, porque lo hizo.
- Tengo una idea –dijo Zayn-, ¿por qué no les dices a Alba y Rosa que se vengan? Podemos cenar algo y hoy no hay prisa, mañana es domingo, no creo que tengáis mucho que hacer. Ya veremos lo que surge.
- Más fiestas no –Niall le asesinó con la mirada-, que luego tengo que recoger yo.
- ¡Pero tendrás morro! –Liam le miró con los ojos abiertos como platos-. Si aquí quien se ha encargado de todo he sido yo.
- Oye, oye, ¿y el invitado qué?
- Tú nada, Tommo –le dijeron los tres a la vez.
Sonreí mientras marcaba el número de Rosa en el móvil. Y me sentí afortunada.
[Punto de Vista Rosa]
Nos sorprendimos muchísimo cuando Judith nos dijo que estaba en casa de los chicos. ¿No se suponía que había quedado con Max? Sin entender nada nos dirigimos hacia allí, esperando que después nos contara todo.
Niall nos abrió la puerta con una sonrisa en su rostro, como estaba el 99% de las veces. Nos dio un beso a cada una y nos hizo una reverencia mientras pasamos por su lado. Era encantador.
- ¡Albi! Ven aquí conmigo –Liam abrió sus brazos entre risas y Alba sonrió también, sentándose a su lado-. Perdóname por emborracharte ayer, y perdóname porque lo haré mil y una veces más. Estabas muy graciosa, ¿a qué sí chicos?
- Jamás había visto a alguien bailar tan bien –dijo Niall aplaudiendo-. En serio, yo porque soy un profesional sino no hubiera podido seguirte el ritmo.
Intercambié un par de miradas con Harry, sentí cómo me ruborizada y me senté entre Niall y Zayn.
- Lo llevo en la sangre –dijo Alba entre risas.
- ¿Tú qué tal estás, ojazos? –Me preguntó Niall rozándome suavemente la rodilla.
Le miré con una mezcla de nerviosismo y entusiasmo. Me resultaba una persona tan… Genial.
- Muy bien, no tengo mucha resaca.
- Pues también ibas fina, eh –me dijo riéndose.
- Habló el rubio, tenías que haber visto cómo bailabas, de verdad.
- Pero qué dices, si fui el mejor con diferencia. Cuando quieras te hago otra demostración.
Nos miramos durante unos segundos sonriendo y un cojín voló hacia mí, dándome de lleno en la cabeza y despeinándome por completo. Sentí la risa de Harry y Louis.
- ¿Quién de los dos ha sido? –Pregunté malhumorada, tratando de volver a peinarme.
Vi cómo la mano de Niall se desplazaba hasta mí y me colocaba un mechón de pelo, acariciándome la cabeza. Nuestras miradas volvieron a encontrarse y fue… Extraño. No nos dijimos nada durante unos segundos y entonces él se colocó de nuevo como estaba, recostado contra el sofá.
- Ya estás guapa de nuevo –sonrió.
No podía apartar mi mirada de él; y no lograba entender por qué.
- ¡¡Rosa!! –Chilló Judith, sentada junto a Louis y Harry. Me miraba cómo si estuviera haciendo algo malo-. Has generado una discusión –relajó su rostro pero siguió mirándome con los ojos demasiado abiertos, como si estuviera advirtiéndome algo-, deberías participar en ella.
- Me he perdido.
- Ya –leí en sus labios. Fruncí el ceño y entonces lo entendí. Había captado las miradas con Niall.
- ¿Sabes quién te ha lanzado el cojín? –Me preguntó Tommo, con su cara de “es muy evidente”-. El tonto de Liam.
- Pero bueno, Tommo, porque siempre tienes que meterme en todos los sitios.
- ¡Porque te quiero, tío! –Se levantó y se lanzó sobre él como un niño pequeño. Todos reímos.
- ¿Qué pedimos para cenar? –Preguntó Niall a mi lado.
Le miré estupefacta, olvidando la sensación que me había provocado antes.
- Niall, no son ni las siete de la tarde, ¿ya estás pensando en zampar?
- No, hombre, es por tenerlo claro y que mi estómago sepa lo que va a recibir en las próximas horas.
Zayn rió a mi lado y le miré.
- ¿Nunca va a cansarse de comer?
- No, hasta que explote.
- Podríamos cenar pizza.
- No –dijo Louis-, la cenamos ayer.
- Hamburguesas –Niall le miró babeando y Louis sonrió.
- Me gusta.
- Y a mí –aportó Liam-. ¿Alguien da más? –Permanecimos callados-. Hamburguesas entonces.
- Y de postre… -Niall se mordió los labios y se inclinó hacia delante en el sofá, apoyando los codos en las rodillas-. Sería la cosa más genial del mundo comer tarta.
- ¿Hola? ¿Soy la única a la que no le entra nada en el estómago?
Todos reímos ante el comentario de Alba; Liam la dio un par de golpecitos en la espalda.
- Eso se llama ser una borracha.
- Eso se llama conocer a un chico que no deja de obligarme a beber.
- Ese soy yo –Liam nos miró a todos orgullosos.
- Pizza y tarta entonces –dijo Niall-, me encargo de llamar.
Intercambié una rápida mirada con Alba y Judith y nos entendimos a la perfección.
- Invitamos nosotras –dije. Sentí las miradas de todos clavadas en mí-. Y no hay más que hablar.
[Punto de Vista Niall]
La tarde pasó muy rápida. Seguía resultándome increíble que tuviéramos confianza con tres chicas a las que conocíamos desde hace cuatro días. Todos, excepto Tommo, claro, que las conocía un poco más. Le veía hablando con Judith y… Algo me decía que era ella. Se miraban de una manera que no sabía bien explicar. Por eso le apoyaba pese a todo, tenía que luchar por ella porque estaba convencido de que merecía la pena.
Rosa y yo charlamos animados todo el rato; también con los demás, pero hubo ciertos momentos en los que nos enredamos en nuestra propia conversación. Era muy fácil hablar con ella, sentía que la podía preguntar de todo y me respondería con total confianza; y ella sabía que por mi parte sucedía lo mismo. Y parecía una tontería, pero empezaba a ponerme nervioso. Puede que fueran sus ojos azules. A lo mejor es que me resultaba increíble, parecía tan inteligente, tan divertida, tan… No pude evitar mirarla más de una vez embobado.
Y todo eso, siendo consciente de que Harry estaba sentado en frente de nosotros. Y sabiendo también la relación que había entre ellos. Antes de que Judith llegara a casa, nos estuvo contando que era puramente física. Nos aseguró que le gustaba pero que solamente se consideraban amigos que se acostaban, sin más, nada de sentimientos de por medio..
Me costaba reconocerlo pero eso me alegraba, aunque no debería ser así.
- ¡¡Ya está la cena!!
Liam, Judi, Zayn y Alba aparecieron sonrientes con todo el arsenal de comida que habíamos pedido. Y la tarta. Me relamí sólo de pensarlo.
En poco menos de diez minutos ya estaban volando patatas fritas; y todos gritándole a Louis que, como siempre, era el culpable. Judi le propinó una merecida colleja y la miró indignado.
- Come y deja de jugar con la comida.
- ¡No quiero, mamá!
- ¡Pues entonces haz caso a papá! –Le gritó Liam, aparentemente enfadado.
Louis rió a carcajadas.
- A papá sí le hago caso que me da miedo.
- Como niños pequeños… -oí decir a Rosa a mi lado.
- ¿Y qué hay de malo en ello? –La pregunté.
- Absolutamente nada.
- Tommo siempre dice que para qué madurar, que eso es lo primero que se pudre.
- Tommo, primero filósofo, después persona.
- Tommo, primero payaso, luego filósofo y después, si eso, persona.
Los dos reímos.
- ¡Estoy oyendo mi nombre por ahí!
Una patata voló en dirección nuestra y Rosa se la devolvió.
- Eres un pesado.
- Y tú tonta –le dijo muy serio. Después rió-. Es broma, ojazos.
Rosa también sonrió.
- Vale, ojazos.
- ¿Abrimos la tarta? –Pregunté entusiasmado.
- Deja terminar a los demás –protestó Rosa.
- No puedo, quiero chocolate.
- No es de chocolate, Niall –me dijo Liam dando el último bocado a su hamburguesa-. Lo siento.
- ¡¡Nooooooooooo!! –Chillé. Me dejé caer sobre mis rodillas y me cubrí la cara con las manos.
Aun así, sabía que era de chocolate.
Sentí la risa de Rosa a mi lado y cómo me acariciaba el pelo.
- Ya pasó…
- Cuando quiera terminar de comer la pesada de Judi podremos empezar con el postre… -Oí decir a Louis y levanté la cabeza para comprobar que, efectivamente, a Judith le quedaba algo menos de media hamburguesa.
La colocó delante de la boca de Tommo y le dio un gran mordisco.
- Ya me queda menos, podéis ir empezando.
Me abalancé sobre la tarta y comencé a cortarla. En menos de cinco minutos ya la tenía servidita sobre un plato y con la cuchara en mano para saborearla. Placeres de la vida.
- Realmente disfrutas –comentó Rosa.
- Mucho –reí-. ¿Quieres probar? –La ofrecí la cuchara llena de chocolate y, cuando fue a comérselo, me lo metí en la boca-. Es solo mío. Mi tesoro.
- Que alguien me cambie el sitio, por favor –alzó la voz y reí.
- Anda, tonta.
La manché con chocolate la nariz y ella hizo lo mismo a los cinco segundos. Y después fue una mejilla, y luego otra.
- ¡Vale ya! –Gritó-. Te estás pasando.
- Caaalla, ven.
Sujeté sus manos para que dejara de moverse y las puse sobre mis piernas. La quité con delicadeza las manchas de chocolate de la nariz y de sus mejillas, que de pronto estaban sonrojadas. También la que tenía en la comisura de los labios, que rocé inevitablemente.
- Mucho mejor… -Susurré.
Vi cómo volvía a clavar sus ojos en mí de esa forma tan… Diferente. Y me sentí incapaz de apartar mi mirada de ella. ¿Qué estaba pasando?
[Punto de Vista Judith]
Era imposible no darse cuenta de que estaba pasando algo entre Niall y Rosa. No es el hecho de que hubieran estado toda la tarde hablando y haciendo el tonto, porque eso también había sucedido con Liam y Alba, o conmigo y Harry. El ejemplo de Louis y yo no era demasiado bueno así que le omití en mi cabeza.
El caso es que estaba pasando algo. Miré a Louis cuando Niall terminó de quitarle los restos de tarta de la cara y él también me estaba mirando a mí. Asintió, se acercó a mí y me susurró en el oído tan bajito como pudo:
- Está surgiendo el amor.
Se separó y asintió de nuevo.
[Punto de Vista Harry]
No es que estuviera absolutamente enamorado de Rosa, pero desde luego tampoco me gustaba verla en esa actitud con Niall. Y a él no le entendía. Sabía que ella me gustaba, ¿por qué se estaba portando así? Es verdad que charlaba con ella como podía hacer con cualquier otra persona, pero… Algo era diferente, la miraba diferente. ¿Y ese tonteo que se traían?
Aparté la mirada porque mi cabeza iba a explotar.
La necesitaba mía. Ahora.
- Rosa –capté su atención y me miró, todavía limpiándose los restos de tarta-, ¿me acompañas a por una nueva ronda de cervezas? –Pregunté con mi mejor sonrisa.
- Claro –me la devolvió y se levantó.
- ¡Deja de pensar un poco en beber! –Me chilló Zayn.
Cuando llegamos a la cocina la cogí en volandas, como estaba acostumbrado a hacer, y la puse sobre la mesa, besándola con… ¿Furia?
- Harry –suspiró tratando de separarse-, ¿qué haces?
- Te necesito. Ahora.
- ¿Ahora? –Los colores aparecieron en sus mejillas-. ¿Estás loco?
- Por tenerte –dije al instante-. Ahora.
- Pero ahora no puede ser…
Besé su cuello y la tapé la boca cuando lanzó una especie de gemido. Me apartó a los segundos como pudo.
- Escúchame, podemos dormir esta noche juntos. Ahora no.
- No me rechaces… -Casi supliqué.
- Jamás haría eso –me acarició el pelo y me besó con urgencia.-. Esta noche soy tuya, como las anteriores.
La besé de nuevo y suspiré aliviado al sentir que sí, que era mía.