Maratón 1/3
—Hola, nenas.
Escucho la voz de Ian desde el dormitorio. No puedo creer que mi amigo sea tan desagradable que hasta su voz me moleste.
—Cierra la boca, Ian. —le dice mi amiga a modo de respuesta y me hace sentir orgullosa.
No he vuelto a hablar con Calum desde que le escribí eso de las reglas, la verdad ni siquiera he visto si me ha respondido. Aunque muera de las ganas de saber si me respondió o si lo puse algo celoso, no puedo. Quiero, por primera vez en mi vida, ser más fuerte con respecto a Calum. No puedo necesitarlo así de mal, ¿O sí?
Me miro en el espejo poco convencida de mi atuendo casual. Convers, jeans, una blusa y una cazadora negra, en cuanto a mi pelo, he decidido solo peinarlo, voy a una fiesta que ni siquiera me interesa, no voy a tener una cita con Calum.
Resoplo mirándome por última vez al espejo antes de abrir la puerta y dirigirme al living.
—Pero que guapa, primor.
Hago la cara de desagrado más odiosa que se me ocurre y me desplomo en el sillón junto a él.
—Bah, ahora que te casas ni siquiera te acuerdas de mí. Por cierto, ¿Cuándo pensabas contármelo?
Mis ojos se abren como plato cuando él junta las palabras "te" y "casas" en una misma oración. Me irgo un poco y salto a mi defensa con cara de aturdida.
—¿Qué has dicho, Ian?
Él rueda los ojos y me mira con una cara que me intenta decir "Eres-tonta-o-qué" —. Que te casas, ______ (Tn), todos los saben, estas en la boca de todos esos programas faranduleros.
Miro a Ariana que se encuentra en la misma situación que yo y, antes que pueda decir una palabra, le suena el teléfono a mi amiga.
No me queda duda que es Chloe cuando Ariana comienza a decir cosas como: "recién nos enteramos" "no se van a casar, como crees" "No lo sé"
—No tenía idea... —suelto más para mí misma que para el resto.
—Pff, que burrada, ni la novia sabía que se casaría. —lo fulmino con la mirada y lo golpeo con el cojín antes de que pueda decir algo más—. Está bien, está bien. Te vieron en el aeropuerto, _______ (Tn), cuando Calum te entregó el anillo.
Dicho esto, me tomo la cabeza con una mano pensando en lo estúpida que fui al no percatarme de ese detalle y, claro, después de eso Calum me besó, todo encaja para la estúpida novela de amor que quiere la farándula.
Después de la mil y una maldición que se me ocurren para mí misma, pienso en Calum. ¿Sabrá de esto? ¿Estará enfadado? ¿Estará enojado conmigo? ¿Qué querrá que diga? ¿Querrá que lo niegue todo? ¿Sentirá vergüenza de ser visto conmigo?
Dios, jamás había pensando en algo así. No lo culpo, la prensa se lo comerá con comentarios como: "Que sea cantante no lo hace inteligente" "Que mal gusto tiene ese chico" "¿Cómo puede salir con alguien así teniendo a miles de chicas hermosas muriendo por él" "¿Cómo lo habrá atrapado?" "Las chicas de hoy hacen lo que sea por un poco de atención".
Joder. Esto no está bien, nada bien.
—¿Estas bien? Te pusiste pálida. —me pregunta Ian preocupado acercándose a mí para tocar mis mejillas—. Te ves horrible.
Lo miro y, por primera vez, no hay ganas de despedazarlo en mis ojos—. ¿Qué pensará Calum?
Él me mira comprendiendo mi preocupación, para después echarle una mirada rápida a mi amiga que sigue enganchada al teléfono.
—Escucha. —comienza acercándose a mí. Cambia de posición a una que, a mi parecer, es mucho más seria—. Sé que estás preocupada por lo que Calum pueda decir al respecto, pero tú no hiciste nada. Fue él quien se le ocurrió hacer el numerito romanticón delante de todos, así que, si hay que culpar a alguien... pues culpemos a Calum.
Su estúpida conclusión me saca una sonrisa y en ese momento vuelve Ariana.
—Chloe está como loca. —me informa aún sosteniendo el teléfono en su mano.
—Ni me lo digas. —exclamo con el tono de enserio-no-me-lo-digas.
No se dice más y me llevan a esa maldita fiesta. Mi cuerpo y mi cerebro aún están en shock, así que no digo nada en todo el camino, incluso cuando nos bajamos no hago ninguna pataleta para lograr zafarme del panorama.
La música invade mis oídos en cuanto llegamos a la casa de Mason, ni siquiera sabía que tenía una casa en un recinto privado. No me logro sorprender por mucho tiempo, ya que el tema vuelve a mi cabeza. Cuando estamos sumergidos en la bruma comienzo a sentir pánico. Nunca he estado en una fiesta sin ellos... nunca he estado sin Calum.
Mi estómago se revuelve y pienso en volver, pero la mano de Ariana me lo impide.
—Sé que estás asustada, pero créeme que esto te ayudará a despejarte.
Sus palabras no me tranquilizan mucho, menos sabiendo que ella es casi tan inexperta como yo. Bueno, al menos tenemos a... ¿Dónde carajo se metió Ian? ¡Demonios! Sabía que no podía confiar en ese gay en proceso.
Bien, Ariana me sostiene del brazo, eso es algo bueno. Caminamos hasta un lugar donde hay comida y no dudamos en tomar algunas municiones, es lo menos que puedo hacer en una fiesta, ¿No?
Justo cuando estoy a punto de tomar un vaso de bebida alguien me lo quita y enfadada me giro a encararlo.
—Deberías saber que no es buena idea tomar algo que está al alcance de todos. —su voz me tranquiliza y puedo respirar de nuevo cuando me encuentro con sus ojos cafés.
—¿Ahora tampoco puedo comer? —le digo en forma de protesta.
Él me mira con cansancio en los ojos y luego de suspirar me dice—: _______ (Tn), es peligroso, nunca sabes si contienen algo más que bebida.
—Bueno, deberías saber que no soy una niña. —le suelto tratando de sonar muy segura de mis palabras.
—¿Por eso buscabas ayuda con los ojos?
Su sonrisa es tan engreída que me dan ganas de borrársela con una goma. ¿Es eso posible? ¿Se puede hacer?
—¿Has escuchado, Ariana? —dice esta vez mirándola a ella y quitándole el vaso que sostiene—. Si quieren algo de beber es mejor que busquen un envase sellado, no entre los vasos que hay al servicio de todos.
Nos hace un gesto con la mirada y lo seguimos hasta la cocina. Él no nos suelta ni por un segundo y cuando llegamos allí se limita a buscar una bebida de la despensa, cocola dos hielos para que no esté tan caliente y, a pesar del frio, se siente agradable.
—Gracias, Curtis. —le reconozco luego de tomar un sorbo.
—Por casualidad, ¿Sabes dónde está Ian? —pregunta Ariana dejando el vaso vacío en la encimera—. Ya no estoy segura si vine con él. —finaliza haciendo reír a Curtis.
—Creo que ha ido con Mason. —dice de una manera natural que hasta a mí me sorprende.
Me giro hacia Ariana y ambas nos miramos sin entender nada. ¿Desde cuándo el amigo de Curtis e Ian son tan amigos? Ahora que me pongo a pensarlo, ¿Cómo supo Ian sobre la fiesta? No creo que Curtis le haya dicho, ni siquiera sé qué hace Curtis aquí. Curtis solo sale cuando se siente devastado y necesita beber hasta perderse... Oh no...
—Bien, y eso ¿Dónde es? —pregunta Ariana saliendo del trance.
—Subiendo las escaleras... la última puerta a mano izquierda. —le indica el rubio.
—¿Vamos? —me pregunta ella y yo niego.
No tarda mucho en entender que necesito hablar con Curtis porque desaparece dándome a entender que estará bien.
Un silencio nos invade, incluso cuando la música está a reventar. Solo se escucha el murmullo y las risas de lejos. Me remuevo incomoda en la silla y lo miro intentando descubrir que es lo que lo mantiene con la boca cerrada.
—¿Qué estás tomando? —le pregunto sorprendiéndome por mi tono acusador.
Él levanta la mirada de su vaso y se encoge de hombros—. Supongo que lo que se toma en una fiesta.
—Curtis...
—______ (Tn). —me corta antes de que pueda comenzar con mi discurso.
Me enferma que me detenga cuando sabe lo mucho que me preocupa su estado. Sé lo mal que lo ha pasado, sé lo mucho que odia a sus padres, su vida, incluso a él mismo. Sé todo de él. Sé que cree que no tiene oportunidades de cerrarle la boca a su padre, sé el miedo de su madre al contradecir lo que dicta el hombre. Sé incluso... él miedo que tiene él. Curtis es mi amigo y sé tanto de él que no puedo permitirme no sentirlo con él.
—No, Curtis, no. Sabes que odio y detesto que tomes. ¡Sabes lo que te hace el alcohol! Así que no vengas con tus aires de grandeza y a hacerte el graciosito. Pásame el vaso. —le ordeno estirando la mano. Él se ríe y eso parece avivar mi rabia —. No estoy bromeando.
—Lo sé, lo sé, es que... Cuando te enojas te ves muy divertida, es como... ver a una vieja chica. —me explica tratando de no sonreír, pero se le da muy mal.
—¡Curtis! —lo reto haciendo que se pongo serio de inmediato—. No quiero que bebas, ¿Podrías hacer eso por mí?
Mi voz suena suplicante y cansada. He tenido mucho que pensar hoy, estoy llena de líos, pero prefiero resolver los problemas ajenos que los míos propios.
—No estoy tomando, _____ (Tn).
Su confesión me deja helada, ¿entonces por qué lo dijo? Bien, para molestarme, hasta ahora entiendo que todos tienen una fascinación por verme enojada, pero entonces... ¿Por qué vino?
—Entonces, ¿Por qué viniste?
Mi pregunta suena tan mal, que no me doy cuenta hasta que salen todas las palabras por mi boca.
—¿En serio crees que solo vengo por la bebida?
Parece estar un poco dolido, lo veo en sus ojos que, incluso cuando él no quiere, me trasmiten todo lo que necesito saber.
—La verdad es que no quería...
—Vale, lo entiendo. ¿Qué más podrías pensar de un alcohólico como yo? —sus ojos están tan tristes que siento una necesidad de abrazarlo, pero antes que lo haga me mira y responde a mi pregunta—. Porque vendrías tú, _______ (Tn).
Mi corazón se para y me siento mucho peor que antes. Yo malinterpreto sus acciones pensando lo peor, cuando él solo lo hizo por mí.
—Y te lo agradezco. No habría sabido que hacer sin ti, hasta quizás hubiera terminado drogada en la cama con un chico 5 años mayor que yo y posteriormente habría resultado embarazada... Calum no querría verme y todo el mundo me llamaría "puta", incluso yo. —finalizo haciendo que suelte una carcajada.
—No todo el mundo, tonta. Yo no.
Me hace sonreír y ver a ese chico tan vulnerable que se esconde debajo de ese cuerpo de macho alfa y esa increíble sonrisa.
—Será mejor que vayamos a ver a Ariana... No es un lugar seguro para ninguna.
Su papel protector con ambas es tan dulce que me da diabetes. Asiento y lo sigo por la escalera, él me guía sin soltarme ni un segundo. Su mano se posa en mi cintura de una manera tímida, pero que me hace sentir protegida.
Cuando llegamos a arriba llegamos a la habitación de Mason quien se encuentra con Ian. Raramente parecen amigos de toda la vida, Mason descansa en su cama con ambas manos detrás de su cabeza, mientras Ian prueba lo que parece ser un programa de música.
—¿Y Ariana? —pregunto adelantándome a Curtis.
Ambos chicos comienzan, recién, a notar nuestra presencia y es Ian quien nos responde.
—Pensé que la había dejado contigo.
—Pensé que habías venido con nosotras. —le espeto furiosa.
Curtis posa su mano en mi hombro intentándome decir que él se encargará de la situación—. Ha venido a buscarte, pero por lo que veo no está, ¿Siquiera vino aquí?
—No la hemos visto. —contesta por primera vez el moreno.
En ese momento comienza a sonar un celular y veo a Ian molestarse.
—¿Quién es? —pregunto sintiéndome curiosa y desconcertada al mismo tiempo.
—Agh, es Calum. Ha estado llamándome todo el tiempo, supuse que no querías...
—¿Es Calum y no me dijiste? —me acerco peligrosamente a él impidiendo que termine su frase.
—Para eso tienes tu celular, ______ (Tn). —responde algo enfadado.
—¡Se me quedo en casa, idiota! —espeto con rabia.
—Ven, ______ (Tn), puedes llamarlo de mi teléfono. Vamos a buscar a Ariana. —me calma Curtis sobando delicadamente mi espalda.
No digo nada, solo me encargo de fulminar a Ian con la mirada. Ya tendré tiempo de hablar con él y hacerle ver lo idiota que es cuando toma.
Nos alejamos de ahí y Curtis no se separa de mi ni un segundo. De repente choco con alguien y me desestabilizo sin caer al suelo gracias al brazo de Curtis.
—¿Estás bien? —me pregunta preocupado.
No le respondo. Un sabor amargo se siente dentro de mi boca y una sensación rara invade mi estómago. Me afirmo de su brazo y no tengo un buen presentimiento, ¿Cómo no me di cuenta antes?
—Tenemos que encontrarla.
Dicho esto, Curtis asiente y me sigue por toda la casa. Estoy como loca buscándola, hasta siento lágrimas en mis ojos. Estoy asustada, nunca había estado separada tanto tiempo de Ariana sin saber dónde estaba. Luego recuerdo su teléfono. Ella debe andar con él.
—Curtis...
Antes de que diga otra palabra él se encuentra llamándola. Me quedo con la boca abierta sin saber que decir y me sorprende su agilidad. Yo estoy como loca, desesperada y no pienso con claridad, en cambio él parece sereno en todo momento.
"¿Ariana?"
Mi corazón se paraliza cuando lo escucho nombrarla. No pienso con claridad, solo sé que le suplico con mis ojos que me diga que pasa. Él niega con la cabeza dándome a entender que no puede hablar todavía, pero yo me estoy quedando sin uñas y sin juicio alguno.
"Vamos para allá"
Corta y yo me abalanzo sobre él como una loca en busca de respuestas.
—¿Está bien? ¿Dónde está, Curtis?
Él no me mira, solo me toma de la mano y comienza a correr conmigo.
Salimos de la casa y hace mucho frío. Me muero del susto cuando me imagino a Ariana sola por aquí. Esto no va bien, algo dentro de mí me dice que no va bien.
Caminamos por las calles. Es diferente a toda la cuidad, parece de películas, esas tipas residencias pijas donde no encuentras otra casa sino a kilómetros de distancia. No me suelto del brazo de Curtis, hasta siento como lo jalo y apretó fuerte, no entiendo como no me ha dado un puñetazo, hasta yo lo habría hecho.
—¡Ariana!
Corro hacia ella cuando la veo sentada en una banca llorando. Ariana está llorando. No me importa nada, ni lo loca que aparezca y cuando llego a ella la abrazo lo más fuerte contra mí.
—Dime que te pasó, por favor. —le suplico sin soltarla.
—Ellos... ellos estaban ebrios... Yo... Ellos intentaron...
No dice más y rompe en llantos de nuevo. No me importa si no quiere hablar, la abrazo y no la suelto. No hace falta que me diga más, porque mi corazón ya está roto. Me asusto por un segundo cuando recuerdo a Curtis, sin él estamos perdidas. Levanto la vista y lo veo asentir a mi dirección, por lo que vuelvo a mi labor de abrazarla.
—No te voy a volver a dejar sola, Ariana, no sabes cuánto lo siento... —no puedo decir más porque rompo en llanto. Me siento tan culpable por todo. No debí dejarla, no debí alejarme de su lado.
Debí haber sentido que algo pasaba antes.
—Las llevaré a casa.
Eso es lo último que recuerdo de esa horrorosa fiesta. Una vez en casa me encargo de acostar a Ariana y quedarme con ella hasta que se queda dormida. He decidido dormir con ella, no la dejaré sola nunca más en mi estúpida vida.
Camino hacia el living en donde Curtis aún se encuentra. Cuando ve que estoy ahí se levanta—. Creo que debo irme.
—Muchas gracias, Curtis, ya sé que te lo había dicho, pero... No sé qué habría hecho si no hubieras estado ahí.
Él me sonríe con esas sonrisas tranquilizadoras tan características de él. Lo acompaño hasta la puerta, no sin antes decirle que no diga nada de lo que pasó y agradecerle por millonésima vez.
—Eh, _______ (Tn). —me llama cuando estoy a punto de cerrar la puerta.
—¿Mhmm?
—Deberías llamar a Calum.
Asiento con una sonrisa, la verdad es que agradezco que lo haya recordado, después de todo lo que pasó lo había olvidado por completo, así que le sonrío en forma de agradecimiento.
Llego a la habitación después de cerrar todo y asegurarme de que todo estuviera en orden. Me pongo mi pijama y tomo mi celular para ir al baño.
50 llamadas perdidas de Calum
108 mensajes de Calum
Supongo que estará un poco molesto...
"¡________ (Tn)! No sabes lo molesto que estoy contigo, ni te imaginas las maneras que he imaginado para torturarte, pero antes dime... ¿Estás bien?"
Sonrío como estúpida ante la preocupación de Calum y lo dulce que suena incluso cuando está enojado.
"Estoy bien, Calum."
"Bien, ahora podrías decirme por qué carajos se te ocurrió salir del departamento sin celular ¡Y a una maldita fiesta sin mí!"
Su voz suena divertida, de seguro me hubiera muerto de la risa si hubiera sido otro día, pero hoy...
"Lo siento, Calum. Lo siento tanto..."
No puedo decir más porque mi voz se rompe y comienzo a llorar como una niñita.
"Mierda, fresita, dime qué te pasó."
No digo nada, no puedo. Solo lloro y lloro.
"Maldito Ian, si te pasó algo, _______ (Tn), te juro que lo mato. ¡Voy a matarlo justo después de matar al desgraciado que te hizo llorar!"
Su voz me aterra, porque está realmente enojado, sí que lo está. Me desespero al pensar que de tan enojado que suena pueda tomar un avión por mi culpa.
"No, no, no, Calum, estoy bien solo que..."
"Solo que qué, fresita, ¡Dime por los mil demonios!, dime qué te pasó."
"Me siento tan culpable, Calum... No te imaginas cuánto. ¿Te has sentido así antes? Es como... cuando quieres ayudar y ser buena en algo terminas haciéndolo peor"
"Fresita, no me asustes. Me estás asustando. No puedes decir eso, tú jamás la embarras, ese soy yo, ¿Lo recuerdas?"
Sus palabras me hacen sonreír por encima de las lágrimas y decido calmarme. No puedo asustarlo, ni contarle lo ocurrido. Ariana sabrá si quiere que alguien se entere o no, no voy a arruinar eso.
"Te extraño, Calum."
"Te extraño más, fresita. Dime por favor que respetaste las reglas."
Su voz suena suplicante más que demandante. Sonrío por eso y por la posibilidad que me da de salir del tema anterior.
"Solo si tú lo hiciste, Hood."
"Por un demonio, ______ (Tn), no sabes cuánto te quiero. Quiero que entiendas esto, no voy a permitir que te escapes de mi lado, ¿Me entiendes? No me importa si tengo que amarrarte y mantenerte en el sótano de mi casa como esclava sexual, lo haré. Porque eres mía, fresita, y eso no se discute."
Mi corazón da unos saltos locos que me hacen pensar que en cualquier momento tendré un ataque, pero la sonrisa de mi rostro no se desaparece. Al menos puedo morir feliz.
"No tenía la intención de discutirlo."
"Así me gusta. Bueno, debes descansar y yo debo seguir trabajando."
"Eso suena muy sexy, Hood."
"Mi voz es sexy, fresita. Descansa, te quiero."
"También te quiero."