Avengers Academy WhatsApp I.

pastel_thoughts_

355K 41.9K 36.8K

Primera parte de una serie de chats e historias cortas inspiradas en el juego Avengers Academy. El grupo comi... Еще

Cast.
Sobrenombres.
Venganza.
Spaggeti
Amorío secreto.
Cuba.
Regalo.
Flores.💐
Chocolates.🍫
Cena no romántica
Fondue
Tobillo.
Trampa.
El problema del mejor amigo.
Manosear.
Jarvis.
Fiesta.
Karaoke.
ECEMPTQJ
Cita arruinada 1
Cita arruinada II.
¿Qué hicieron anoche?.
¿IRONMERICA o IRONSTAR?
Doctor.
[miércoles]¿Yo te..?
Explosión.
Licuado verde.
Amigos.
x11
La cagamos.
Alfa-B 4 S.H.I.E.L.D.
Stark
Rogers.
No tengo la menor idea.
Parejas.
SYTSLPP.
Dojo robot.
Cuartel general de S.H.I.E.L.D.
Fiesta de quesos.
¿Qué demonios pasó?
Armario.
Chats WinterWidow.
Chats Samala.
Chats Antlord y Wasp.
Chats Steve/Tony.
chat Stony
Pago.
Pym y sus Pymdejadas.
Torre Stark.
Torneo.
¿Ganamos...?
Hora de viajar.
Fotos I
Fotos II.
Fotos III
Fotos IV
1k
Fotos V
Fotos VI
Regreso.
Ya esta viniendo...
Familia Felizmente disfuncional.
¡Historia nueva!.
¿Cómo pasan navidad nuestros vengadores favoritos?.
Feliz cumpleaños, Capitán América.
¿Te confesarás?
Infinity Souls.
¿Te confesarás? II
Todas las veces que Tony Stark se puso celoso y no se dio cuenta.
¿Dónde estás ahora?
.
Inserte un título divertido aquí.
Todo ha cambiado.
Fiesta
Tutor.
lagartija azul.
Hidró-masaje.
Juicio.
Jurado.
Jurado II.
Jurado III
Juicio II
Ruptura.
Juicio III.
Pijamada.
Mientras tanto.
Yo nunca nunca he dicho Tony ame a Steve.
Pijamada II.
Juicio final.
Juicio final Pt. 2
Una tertulia no tan pequeña.
Agent Carter.
El plan más importante del mundo.
💩 Fase uno.
Nueva Rutina: Bailar todo el día.
Fútbol y animadoras no depiladas.
Pelea de lodo.
La verdad.
Las complicaciones de la vida adolescente.
Frank siempre se sale con la suya.
la vida del súper adolescente.
Fogata.
Sólo amigos.
Pino.
Hongos.
El amanecer de los muertos.
Náufrago.
We will rock you.
No somos sólo amigos.
Hechizos.
Una última discusión.
Epifanía.
La vida después de un sentimiento compartido.
Marchas.
Ghostbusters pt1.
Ghostbusters pt2.
Ghostbusters pt3.
Noche de ingeniería.
Guión.
Audiciones.
Audiciones pt. 2
Ensayos.
club de Fans
2 am.
3 a.m.
Samala.
WinterWidow.
Ant-lord
Fratt
Stony
Fase luna de miel.
Luna llena
Melt

Capicumpleaños.

4.3K 282 359
pastel_thoughts_

Tony había ido a correr un poco al estadio de los vengadores, cosa rara en él, pero decidió que sería buen momento de quitarse la armadura y salir a utilizar sus piernas como persona normal. Desde que el reto había pasado se había comenzado a dar el tiempo para quitarse la armadura y hacer cosas que normalmente no hacia. Le llamaba: "Entrar en contacto con su lado cavernicola". Ahora le gustaba más disfrutar de las actividades físicas, pero todavía no creía estar en suficiente condición como para amarlas.

Corrió en el estadio en su ropa deportiva negra. Hacía calor y el sol le pegaba en la cara a cada paso que daba, lo que hacía que se sintiera estupido por vestir de negro, en especial al conocer perfectamente el comportamiento de la luz. El cansancio se hizo presente a la décima vuelta, recordó su corazón y como este no debía de sufrir mucho esfuerzo o podía ser dañino para sí mismo y hasta podría causarle la muerte. Se detuvo gradualmente bajo el sol acosador. Era algo molesto vivir con ese reactor, pero a la vez lo hacía sentir reconfortado.

―Es por esto que no hago deportes― dijo en voz alta, recargando su codo en su rodilla intentando normalizar su respiración, el cansancio le subía el asfixiante calor a la cabeza y sentía como si dos manos enormes la apretaran, esa horrible sensación después de hacer ejercicio que no entendía como algunas personas disfrutan. Miró su reloj rojo ―¿Por qué todo siempre debía ser rojo o negro?― era temprano, lo suficiente como para ir a comer a algún lado fuera de la academia, salir a dar un paseo y olvidar que hizo ejercicio con un buen desayuno que pondría obeso a cualquiera. Se sentía bastante cansado de comer allí todo el tiempo, en el mismo puesto de Shawarma y en él club, rodeado de las mismas personas con la misma amenaza constante de muerte. Tal vez invitaría a Quill y Scott, ya que ambos no se separaban, o Avispa. Se sentía con ganas de salir, de vestirse bien, olvidando los trajes de superheroes en el proceso, e invitarles algo a sus amigos que supera delicioso.

Últimamente se había sentido bastante bien en compañía de sus amigos, las cosas parecían casi perfectas. Janet se había relajado un poco, Pete casi resolvía su problema arácnido y sus amigos unidos por el cerebro estaban como siempre, Y si bien, no podría recompensarselos con palabras ―y aunque pudiera sería un muy mal agradecimiento―, lo haría llevándolos a comer. Gastando, o mejor dicho, invirtiendo dinero en ellos. Invitaría a la fangirl y su novio; y hasta a la espía rusa, aunque eso significaría que iría su novio y el mejor amigo de este.

El mejor amigo del novio de Natasha.

El mejor amigo de Bucky.

Steve.

Mierda.

Steve cumplía años ese día. Ahora se sentía más responsable por llevarlos a comer a todos ellos. No supo cómo se le había podido olvidar. El capitán américa cumplía años el mismo día que la independencia de Estados Unidos era celebrada, lo cual era muy extraño ya a la vez patriótico. No había razón para que se le olvidase. Año tras año hasta que Jarvis murió, cada noche del cuatro de julio, bajo los fuegos artificiales, su padre le contaba la misma historia de cómo conoció al maravilloso y patriótico Capitán América. La repitió tanto que Tony se la sabía de memoria, aún así era un recuerdo valioso para el castaño, porque se sentía cerca de su padre, se sentía querido y todo era por Steve. Después de todo, ¡era el día de la independencia del país sobre el que estaban sus pies y al que defendía continuamente de invasores indeseados!

―Tal vez una comida afuera de la escuela le caerá bien. Necesita salir de ese gimnasio y divertirse un poco. Orearse y quitarse todo el olor a academia de encima― seguía hablando en voz alta, pues de tanto tiempo que llevaba hablando con J.A.R.V.I.S. de esa forma se había acostumbrado, sabía que siempre había alguien que le escuchaba.

Una cena, una cena con sus amigos afuera, bajo los fuegos artificiales. Algo simple, pero genial, y hasta romántico de cierta forma, aunque no para él, pues había jurado abstinencia a su mente.

―J.A.R.V.I.S― dijo mirando al cielo, donde él pensó que había un techo, obviamente J.A.R.V.I.S no respondió y el genio se quedó con la cabeza inclinada hacia el cielo azul―. Mierda, olvide que estoy afuera, ¿por qué salí si tengo un gimnasio en mi torre?―. Tomó su reloj apretando un botón en la parte izquierda de este, era obvio que el estar en exteriores no era parte de su esencia.

―¿Señor?― la voz de J.A.R.V.I.S se hizo presente. Tony estaría muy sólo y perdido sin su I.A.

―Reserva una mesa con...― Tony se calló y empezó a contar a sus compañeros―. Cuenta a las personas que te menciono―. Los rostros de las personas que podrían acompañarlo comenzaron a aparecer en su mente―. Musculos, Castroso, Acosador, Pete, Abeja a la moda con problemas de control de emociones, la shipper, Robin, La Shipper maxima, rusia encarnada, emo cantante, la diva y yo―. Había excluidó varios nombres de la lista. Rhodey saldría con sus padres. Ni el caballero negro ni Union Jack eran estadounidenses, al igual que T'challa; y por alguna extraña razón no quería invitar nadie más, sólo a sus amigos más cercanos y a su hijo adoptivo. Una cena íntima y alegre le caería bien a todos.

―¿Desea reservar una mesa de doce personas?― cuestionó J.A.R.V.I.S.

―Exacto. Me has leído la mente― se estaba debatiendo entre si invitar a Jesica o no, pues a pesar de que no quería nada con ella, aún así la consideraba una buena amiga, y siendo sinceros, era genial en todo sentido―. Resérvalo en el lugar más caro y elegante de la zona. Que sea uno de esos lugares en donde hasta el agua es cara. A las nueve Post meridiano.

―¿Está seguro, señor?― al final Tony decidió que sería mejor que Jesica no los acompañará. Esa noche sería sólo para ellos doce. Una noche para el Capitán Rogers y la independencia de un país que a nadie le pertenece.

―Hoy me siento generoso, J.A.R.V.I.S― su respiración se había calmado por completo y el cansancio estaba desapareciendo, pero no tenía ganas de seguir corriendo, jamás volvería a correr a menos que fuera un asunto asunto de vida o muerte.

―Es cumpleaños del señor Rogers, ¿Desea enviarle algún presente?― caminó decidido a su torre para darse una ducha porque, según él, olía como los mil demonios. Pasó entre los caminos de roca de la academia, los demás estudiantes parecían muy concentrados en sus propios asuntos.

―Ordenare algo que le guste a los viejos de la segunda guerra mundial, J.A.R.V.I.S. Te diré lo que planeo en un rato. Que lo envuelvan y lo envíen a la torre. Yo mismo se lo daré― atravesó el campus con pasó firme. Encontrándose con Quill a medio camino, sentado en el banco que era prácticamente el punto de reunión de la escuela.

―Está cambiando, señor Stark. ¿Ha sido envenenado o está sometido a algún tipo de control mental?― comentó J.A.R.V.I.S. Quill se levantó y caminó hacia él, su chaqueta morada se quedo en el banco. Los lentes del guardián eran una especie de espejo psicodelico que le quitaba el problema del sol y sus rayos hirientes.

―No está vez, J.A.R.V.I.S, pero te diré si llega a suceder― saludó a su amigo moviendo la mano. Cuando esté estuvo lo suficiente cerca chocaron los puños y comenzaron a caminar a la torre. Pasaba gran parte de su tiempo con Quill y Scott, y había días enteros en los que se la pasaban en la torre, pero la noche anterior ambos decidieron ir a lugares distintos. Tony se quedó en su torre y Quill salió con Gamora y los demás guardianes, arrastrando a Scott a un karaoke y subiendo las fotos a instagram despues.

―¿Estuviste corriendo?― preguntó el cobrizo mirando la playera de Tony, la cual tenía leves marcas de sudor. Tony hizo una mueca.

―Sí― el castaño vio a su amigo alzar ambas cejas y frunció el ceño―. No es tan raro, ¿Dónde está Scott?―. Era la pregunta que casi siempre se le hacía.

―Pensé que ya no recordabas que tenias piernas― bromeó y Tony sonrio.

―No te sientas mejor que yo sólo por bailar en todos lados. Tu mejor baile ha sido la macarena― respondió en el mismo tono.

―Auch. No hieras mis sentimientos― fingió una cara de dolor que a Tony le recordaba porqué jamás sería actor.

―No respondiste, ¿Dónde está la hormiga? ― Tony continuó camiando, esquivando la pequeña pelea de esgrima que Sif y Taskmaster tenían en el campus.

―Está con Janet, encogiéndose e intentando gobernar insectos. Siento que en cualquier momento provocarán un golpe de estado y los insectos nos querrán matar matará todos; justo como en las películas malas de terror que pasan en la tele abierta los domingos― hacía mucho tiempo que Tony no veía tele, todo lo que necesitaba estaba en YouTube o Netflix; o simplemente ordenaba las películas por Internet.

―De cualquier forma, tenemos a varias arañas por aquí, ellos se encargaran de eso― dijo confinado en sus amigos araña.

―Deberías bañarte. Hueles horrible― arrugó la nariz antes de comentar.

―Falcon huele peor todo el tiempo, no entiendo cómo lo seguimos aguantando― los dos rieron por la broma.

―Deberíamos dejar de burlarnos de Sam― Quill dijo en tono serio.

―Kamala nos golpeará― el castaño asintió, pero ambos sabían que no lo dejarían de hacer.

―Mejor duchate antes de que eso pase― casi llegaban a la torre Stark, la cual reflejaba el suelo y la academia, aun tenía uno de los postes del equipo capitán América, con Steve señalando. ¿Cuantas cosas habían pasado en esos meses?

―Eso haré. No pienso quedarme todo el día oliendo a sudor― se preguntó donde había quedado el cartel de su equipo, ¿Aún lo tenía o estaba botado en algún lugar? Tal vez y ya ni siquiera existía.

―Cuando pasas el día en tu taller hueles a sudor― Quill señaló la torre, al piso donde se encontraba el taller.

―Es sudor de ciencia, este es sudor de ejercicio, es diferente― se encogió de hombros intentando excusarse.

―No lo justifiques. Vete a bañar, mugroso― en ese momento, al no llevar las botas de su armadura, Quill podía mirar a Tony como pocas veces, con su real estatura―. Sí que eres enano.

―No comí suficiente danonino y no me gustaba la leche― a Tony no le agradaba que bromearan con eso constantemente, pero era una simple broma y ese día estaba de buenas. Tal vez era que se había prometido hacer ese día especial―. ¿Entrarás?―. Estaban parados enfrente a la puerta de la torre.

―No. Tengo que ir a encontrarme con Groot y Rocket― el bailarín se encogió de hombros―. Vendré a jugar videojuegos en la noche.

―No te recibiré entonces. Es ahora o nunca― el Futurista lo miró serio y como si le reprochar algo.

―No hieras mi corazón, Tony― el otro dramatizó poniendo una mano en su corazón y cerrando los ojos.

―Nos vemos― se despidió con una sonrisa e ingresó a su torre, Peter respondió el gesto, dándose media vuelta.

A lo lejos podía escuchar música viniendo del club galaxia. Una batería y una guitarra.

―J.A.R.V.I.S. Querido J.A.R.V.I.S, pon algo de música. No es que no me agrade la de Bucky-cube y Gwen, pero necesito mi estilo― el genio comenzó a caminar hasta el elevador para subir a la ultima planta, cada paso y cada acción coincidía con el ritmo de las mejores canciones de AC/DC―según él―. Se comenzó a quitar la ropa en medio del pasillo sin importale ni preocuparle nada, pues estaba a salvo de delincuentes furtivos y de villanos excéntricos. Caminó con la piel al aire hasta llegar a su baño finalmente desnudo, el camino de ropa se extendía un par de metros atrás de él. Se estaba perdiendo en el ritmo de la canción mientras programaba la ducha y el agua comenzaba a salir a la temperatura exacta.

El agua resbalaba e hidrataba su cuerpo. Se sentía fresco. Podía ver su reflejo en el vidrio opaco de la ducha, no muy claro, pero podía distinguirse. Se dijo a sí mismo que era bastante atractivo. Sus pies estaban sobre el azulejo oscuro que también lo reflejaba. El espejo dentro de la dicha estaba empañado, nunca lo ocupaba, no tenia ningún motivo de estar allí, pues era bastante pequeño y se enfocaba en reflejar sólo la cara de Tony.

La música estaba tan alta y él tan distraído que no notó los ruidos de una Avispa y una Hormiga que entraban a hurtadillas por su torre, paseándose libremente por ella. J.A.R.V.I.S les dio la bienvenida, pues estaba acostumbrado a su presencia y ambos le dijeron que no le avisará a Tony, pues era una "sorpresa". J.A.R.V.I.S no puso resistencia, pues Scott tenía acceso total a la torre, y Janet entraba bastante seguido aún si el dueño no estaba. Su hubiera tenido recepcionista todo habría sido diferente, pero la había despedido.

Ambos insectos viajaron por el elevador (la flojera de ir por las escaleras). Pasaron los diversos pasillos llegando al taller de Tony, el cual estaba extrañamente ordenado. Por suerte, Starlord sabía los códigos para desbloquear las armaduras y le dio dichos códigos a la castaña, así que fue trabajo fácil para Janet con unas pocas partículas Pym encogerlas y llevárselas. Por otro lado, Scott tomaba toda la ropa que encontraba y la encogía para ser llevada por sus insectos, dejando un paquete con una nota en la cama destendida de Tony. Se reunieron en el pasillo principal de la torre, cerca del elevador. Ambos sonrieron cómplices. Estaban satisfechos con su trabajo logrado a la perfección.

Tony había terminado su ducha. Se sentía descansado y un poco relajado. El agua fría le permitió pensar y razonar algunas cosas. Le había ordenado a J.A.R.V.I.S que apagará la música cuando salió de aquel baño. Pronto notó que su ropa no estaba en el pasillo, bueno, sólo sus bóxers tirados.

―¿J.A.R.V.I.S? ¿Alguien ha entrado en la torre?― pensaba en la posibilidad de que la señora de la limpieza hubiera ido ese día y recogido su ropa, pero aquella señora sólo iba en las tardes, cada miércoles y viernes, y dudaba que quisiera recoger su ropa sucia. Recogió su ropa interior y caminó hacia el frente.

―Sólo la Srta. Van Dyne y el Sr. Lang. Dejaron un paquete en de habitación― no le parecía raro que Janet o Scott entrarán sin pedirle permiso, a veces encontraba al castaña en la torre a la mitad de la noche comiendo en la cocina, y la hormiga se las vivía allí.

―¿Paquete? ¿Dónde está mi ropa, J.A.R.V.I.S?― las cosas le comenzaban a parecer sospechosas. Caminaba sobre el frío suelo hacia su habitación. En esos momentos se arrepentía de salir de ducharse sin siquiera una toalla.

Al entrar a su cuarto pudo ver el dichoso paquete. Forrado en un papel color rojo metálico. Tenía una pequeña nota amarillenta encima.

Se acercó y tomó la nota. Tenía una letra femenina y curvada, con corazones en los puntos de las "i". Estaba obviamente escrito por Jan.

Hola, Tony.

Si estás leyendo esto significa que tu ropa ha desaparecido. La única cosa que tienes para vestirte está dentro del paquete. Tus armaduras tampoco están, para asegurarnos de que utilizarás lo que nosotros queremos.

Espero que disfrutes tu outfit.

Janet & Scott, tus insectos favoritos.

Lo sabia. Sabía que eso sería malo. Miles de ideas estaban en su cabeza. ¿Outfit? ¿Qué clase se outfit podría ser?

Agarró el paquete y rompió el papel sin contemplación, quitó la tapa de la caja para aventarla hacia algún rincón de su habitación. Su cara empalideció un poco al ver lo que había dentro de él.

Una playera corta azul, que simula ser una camisa abierta de arriba, con el cuello rojo con pequeñas estrellas blancas en el. Eso no era lo peor, sino una falda de rayas blancas y rojas, que era notoriamente corta. Todo acompañado de una gorra azul y unos botines rojos.

―¡Ni por ser el más rico del mundo! No me pondré esto― gritó mirando la falda y darse cuenta que era un uniforme de animadora. Agradeció que no llevará pompones pompones a juego― J.A.R.V.I.S, ¿Dónde está mi ropa?.

―No lo sé, señor―. Contestó la I. A. con simpleza. A veces Tony creía que el sistema era sarcástico y se divertía con sus desgracias.

―Tengo que arreglar eso―. Tony tomó su cómunicador, que por suerte no se lo habían llevado.

Aquí comienza el chat del capitulo pasado.

Se colocó el uniforme a mala gana, con un puchero y frunciendo el ceño casi juntando sus de cejas. La falda le cubría levemente los muslos dejando ver casi por completo sus piernas, su bóxer negro no ayudaba mucho, sólo le cubría el trasero . El top dejaba ver su reactor brillando y su abdomen. No iba a negar que era lo suficiente atractivo para andar desnudo por toda la academia, pero no lo haría, jamás lo haría.

―Ahora entiendo el feminismo― dijo al verse en el enorme espejo de su habitacion. Tomó su reloj y salio de su habitación. Bajó por el elevador preparándose mentalmente para los posibles desenlaces. Estaba decidido a recuperar su ropa y armaduras.

Starlord estaba esperándolo fuera de la torre, escribiendo en su teléfono con una mano cubriendo la pantalla para poder leer. Volteó al escuchar a Tony salir.

―Te ves bien, Tony― sonrió burlonamente al verlo, alzando repetidamente sus cejas.

―¿No se suponía que debías estar con los guardianes? ¿es acaso que ya no te quieren por odioso?― Tony quería evitar el tema a toda costa. Se sentía incómodo el andar así, con una falda que era casi un cinturón.

―No quería perderme esto. Tienes lindas piernas― el bailarín sonrió picaramente. Tony intentó bajar la falda.

―No las verás por mucho― Stark comenzó a caminar un poco enojado dejando a su amigo atras.

―Tomare fotos para recordarlas― Quill sonreía ampliamente. Y en ese momento Tony se cuestionó por qué Peter era su mejor amigo.

―Deja de mirarme el culo y camina― ordenó Tony con un tono enfadado. Quería su ropa en ese instante―. ¿Tú sabías de esto?―. Miró a su compañero cuando este lo alcanzó.

―Yo sé Muchas cosas, Tony― guiñó el ojo izquierdo y el castaño lo miró molesto.

―Sólo caminemos― los pasos del genio se ampliaron y apresuraron. Entre más rápido saliera de ese lío, mejor.

―Tienes piernas de chica― Peter Quill seguía mirando a las piernas del genio.

―Me das miedo cuando dices esas cosas. En cualquier momento me violarás― Tony rodó los ojos. Algunos alumnos lo miraban, unos se reían, otros se quedaban sorprendidos y otros murmuraban. El genio les hubiera disparado de no ser porque no tenía ni su repulsor.

―Oh, te encantaría que lo hiciera. Pero sabes que Scott nos mataría a ambos. A mí por infiel y a ti por acostarte primero conmigo que con él― Quill ocasionalmente miraba mal a los chicos que osaban poner sus ojos en Stark.

―Claro que sí― respondió. Tal vez era que se tenían demasiada confianza que podían bromear de esa forma sin inconmodarse, pero había un momento en el que el guardián se lo comenzaba a tomar en serio.

―¿Por qué en el gimnasio?― cuestionó el cobrizo casi llegando a dicho lugar. No tuvo tiempo de enterarse de todo el plan, pues Sharon y Janet lo escribían sobre la marcha.

―No lo sé. Janet y sus locuras. Todos sabemos que está loca― se encogió de hombros. El cobrizo sacó su celular y tecleó. Tony decidió ignorar eso y abrió la puerta.

Dentro, Bucky y Natasha sonreían mientras estaban sentados en un sillón negro a un lado del otro. Los chicos llevaban ropa deportiva pero no parecían haber entrenado en todo el día. La sonrisa sonrisa de la pelirroja le causaba escalofrios. El castaño volteó hacia la derecha, ya que sentía una mirada bastante pesada y fija en él. El capitán estaba con la boca abierta usando guantes de boxeo rojos. Tenía los ojos abiertos casi al máximo y los brazos doblados, estaba listo para golpear el saco de arena hasta que Tony entró e interrumpió su entrenamiento y su razonamiento. Estaba estático ante la falda de Tony y sus piernas. Si bien, el millonario nunca había tenido tantos músculos como él, su cuerpo era bastante atractivo para cualquiera. Las ligeras marcas de los músculos se mostraban tan sutilmente que le permitirán conservar su delgadeza. Los hombros anchos y firmes, el pecho casi totalmente lampiño con aquella frágil luz azul que mantenía mantenía a su portador con vida. Todo era natural en Tony, no necesitaba esforzarse y aun así lo hacía.

El castaño compartió la mirada. La playera blanca del Cap se ajustaba perfectamente a sus músculos mojada por el sudor resaltando cada ligamento, Stark pasó la mirada por sus brazos apreciando cada centímetro de ellos. Estaba seguro de que Steve había sido más pequeño que él antes del suero, más delgado. Bendijo al sueldo del súper soldado por aquella vista. El cabello rubio estaba mojado por el sudor, echado hacia atrás para evitar que estorbarse. Cada rasgo de Steve era brusco y varonil, intimidando a cualquier hombre común que se para junto a él, pero no a Tony.

Salió de sus pensamientos al escuchar a Avispa gritar: "feliz cumpleaños" a todo volumen, acompañado de gritos varios de Sam, Scott, Kamala, Peter, Quill, Bucky y hasta Natasha. Falcon grababa todo con la cámara de su teléfono. Los gritos lo acturdieron por un momento, sintiendose desorientado. Rogers quitó los guantes de sus manos dejándolos sólo con las vendas, puso los guantes en la banca cerca de él.

Su celular comenzó a llenarse de notificaciones. Leyendo y respondiendo esos mensajes se confundió un poco mientras sus amigos hacían escándalo, brincaban y arrojaban serpentinas al aire festejando.

¿A qué regalo se referían? Tomó las orillas de la falda y la bajó. El capitán lo seguía mirando desviando la mirada cuando los ojos del contrario respondieron.

―¿Dónde dejaron mi ropa?― minguno respondió señalando al Capitán, la fiesta se les había acabado en un minuto―. Vamos, tengo frío. Y esta falda es súper corta y ajustada―. Todos siguieron apuntando a Steve. Stark se acercó al Capi―. ¿Dónde está mi ropa, Capitán?―. Steve se volteó y tomó una sudadera para colocarsela a Tony en los hombros. La sudadera le quedaba más larga que el traje de animadora, el frío se fue de pronto.

―No lo sé― Steve aún sostenía la sudadera, acariciaba los brazos de Tony con sus pulgares sobre ella. Hablaba en un timbre bajo y sereno. Miraba a los ojos cafés de Tony y se estaba acercando peligrosamente a él.

―¿Estás bien?― los presentes se habían quedado callados apreciando la escena ansiosos. El rubio estaba a dos centímetros de Tony, sintiendo la respiración del otro. El más bajo estaba perdido ante esa escena. No sabía que hacer. Su mente divagaba ante los recuerdos.

Justo al casi tocar los labios del otro. Compartiendo la mirada. El capitán abrió la boca levemente mientras el contrario se lamía los labios―. Tampoco lo sé―. Los ojos azules de Rogers ahogaban al millonario. Y entonces, el millonario recordó.

―Quiero mi ropa― Tony volteó la cara a sus compañeros que estaban con la boca abierta. Kamala soltó un grito de frustración. Steve se alejó bruscamente. Si no hubiera sido por ese furtivo pensamiento, lo hubiera besado y confirmado algo que le aterrada al castaño.

―Aquí esta― Lang llamó a varias decenas de hormigas para que después su ropa comenzará a crecer. Cabe decir que estaba bastante decepcionado por el resultado de su plan.

―Gracias― dijo con ironía tomando un pantalón del montón colocándoselo encima de la falda. Steve guardaba sus cosas en una mochila que estaba junto a aquella sudadera que tenía ahora Tony, la cual se la puso "bien". Las mangas eran enormes, por lo que tenía que arremangarla, pero quería seguir en ella por extraño que pareciera. Tenía el olor de un Steve acabando de ejercitarse en ella y le gustaba―. ¿No podrías hacer que tus hormiguitas regresarán todo a su lugar? No quiero tener que ordenar.

―Claro. Pueden construir un puente en dos horas si quisiera― Lang presumió un poco, con el aparato que tenía en el oído comenzó a dirigir a los insectos telepáticamente; estos comenzaron a levantar la ropa y llevársela volando de forma veloz. Era bastante sorprendente aquel pequeño espectáculo.

―Genial. Deberías poner tu negocio de mudanza. Ganarías mucho y podrías mantener a Quill, para que por fin te lo lleves de la torre― el nombrado frunció el ceño. Tony estaba a punto de salir de la habitación, pero se detuvo en el marco de la puerta. Sus amigos no lo habían dejado de mirar y sólo Scott había hablado, era como si alguien se hubiera muerto; pero jasta un funeral está más animado, ya que en esas ocasiones siempre se cuentan los mejores chistes―. Más les vale estar listos a las ocho y media. Bañense, pónganse algo elegante, peinense y esperenme debajo de la torre―. La voz de Tony había vuelto a su tono seductor.

―¿Por qué? ― se aventuró a preguntar Spiderman, quien había intentado mantenerse al margen de casi toda la cituacion, lo cual le había sido imposible, pues desde que su "padre" lo había agregado al grupo se había entremetido en aquella circunstancia.

―Oh, hijo mío, una de las ventajas de tener un padre rico es que puede llevar a su hijo y a sus amigos a cenar esta noche a un hermoso restaurante― Tony le guiño un ojo―. Todos los que están en esta habitación están invitados, hasta Sam―. Sam negó con la cabeza sonriendo un poco. Sin decir más, Tony se retiró. Pasos más adelante Quill llegó a su lado.

―¿No qué jugaríamos videojuegos?― intentó encontrar un tema para iniciar una conversación. Quería decirle algo al castaño, pero no se animaba.

―Lo haremos después de la cena― Tony parecía reacio a hablar, estaba un poco molesto por aquella broma.

―Te gusta la sudadera del Capi, ¿cierto?― Tony abrió los ojos un poco y miró a su amigo.

―La prefiero a andar vestido de animadora― simplificó y continuó su camino.

―¿Por qué la cena?― Starlord parecía no querer guardarse las preguntas y ya que había tomado camino, haría todas las que pudiera.

―Es cuatro de julio. Mi padre lo hacía y ahora yo continuaré la tradición. Nada mejor que una cena para festejar― está bien, está bien. Fue la mejor excusa que encontró.

―¿No es porque hoy Steve cumple años?― Quill lo empujó ligeramente con el codo y bajo y subió las cejas.

―No. Me acabó de enterar que es su cumpleaños con los gritos de Kamala― Tony miró seriamente al bailarín y entendió todo―. Pero ustedes ya lo sabían. Fue un maravilloso regalo el que me vistiera así, ¿no? Pero ¿por qué lo seria?―. Y las sospechas eran de nuevo sacadas; las cuales Iron man ignoraba a toda costa.

―Bueno. ¿Yo que sé?― ko habían atrapado. Me la estoy liando, pensó buscando algo con que safarse―. Janet y Scott debieron organizar el plan. Yo sólo lo seguí. Sus razones tendran. Sabes que nunca me cuentan las razoned y yo hago todo por molestar, a parte de que confío en mi novio―. Comenzaba a dar explicaciones de más moviendo las manos y haciendo gestos.

―Bueno. Si tú no me lo dices, lo averiguaré yo― Tony se encogió de hombros e ingresó a la torre. Encima de él podía divisar su ropa siendo llevada por hormigas, y a lo lejos sus armaduras en su tamaño normal volando de regreso a su lugar―. Nos vemos en la noche―. Cerró la puerta impidiéndole a Quill la entrada.

•●•

La tarde había pasado tranquila. No había ni un ruido afuera. Manchado de grasa por lugares al azar y con su sudor de ciencia, Tony decidió ducharse otra vez, su playera negra sin mangas era ahora ocupada para quitar lo más que se pudiera las manchas negras de su cara. Eran las siete y media, debería de comenzar a arreglarse ya que aunque le gustará ser impuntual, al restaurante no, pues eran bastante rigurosos y estrictos con la hora, sin contar que era muy solicitado y sólo le habían dado la reservacion sabiendo quién era y porque era seguro que dejaría muy buena propina. Se quitó los lentes protectores y los depósito en sus mesa en trabajo. Acababa de hacer más potente el propulsor de su armadura. A diferencia de la última cita arreglada que había tenido, esta vez llevaría su armadura consigo, en un maletín listo para sacarlo si alguien atacaba en el restaurante. Aunque confiaba que esa noche sería perfecta. Si atacaban la academia aún quedaban Union Jack, Encantadora, T'challa, Taskmaster, Cross Bones, etcétera. Tal vez la mayoría no era confiable, pero nada podría ir mal esa noche. Guardó su armadura en su coche antes de entrar a la ducha, mirando al sol esconderse y dejarle el paso a la noche para que se adueñara del cielo.

Agradecía poder volver a trabajar con todo lo que le rodeaba, desde que había perdido el reto todo parecía haber vuelto a la normalidad, él había regresado a su habitación en la residencia y Tony se había quedado solo, extrañando esos desayunos; tal vez no todo había vuelto a la normalidad, incluyendo a su ex socio que apenas había despertado ese día y llevaba llamándolo toda la tarde. Tony no quería escuchar ni una sola palabra suya, pero tarde que temprano tendida que hacerlo.

Después de bañarse tomó un saco escarlata, una playera negra y un pantalón a juego con esta. Tomó unos lentes de sol con el marco rojo redondo y las lentillas negras.

―Llegó el paquete, Señor― sl principio no sabía a qué paquete se refería, pero después lo comprendió.

―¿Cómo es, J.A.R.V.I.S.?― el castaño empezó vestirse. El pantalón era bastante ajustado, no exagerado, pero lo suficiente. Se colocó la playera.

En cuanto piso la torre, luego de todo el relajo con el traje de animadora, le pido a J.A.R.V.I.S que enviará el regalo que había estado pensando. La chamarra de Rogers había terminado encima de su cama y no la había movido de allí.

―Baje por él y lo verá― Tony sonrió levemente. En definitiva, había programado muy bien a J.A.R.V.I.S. Regresó al primer piso de la torre, y en la puerta encontró el dichoso regalo envuelto en papel craft. Cabía en su mano a la perfección.

"Bastante vintage. Seguro le gusta el papel. Si no le gusta lo que hay adentro que se quede con él".

Subió al elevador. Intentó abrir el paquete lo más delicadamente posible, quitando la cinta de uno de los bordes. Sacó lentamente la caja de su envoltura. La caja decía en la tapa:

"Por esos recuerdos inolvidables".

Tony abrió la caja y sonrió. Claro que le encantaría. Algo pequeño, no exagerado y nostálgico. Le encantaría ese regalo, amaría tanto ese regalo que le besaría los pies. Salió del elevador y se encaminó a su pieza.

Envolvió la caja de nuevo y la colocó en su cama, pidiendo al universo que no se le olvidará. Se colocó el saco. Parado en frente del espejo se peinó y colocó colonia. Escogió dos gemelos que iban de acuerdo a la festividad, dos banderillas de Estados Unidos. Rara vez vestía tan elegante. Para funerales, sesiones terapéuticas innecesarias cuando era niño, juntas y algunas sesiones de fotos para revistas de empresarios― los 20 menores de 20―. Su vida había cambiado en cuanto el pirata había decidido fundar su escuela y llamarlo para que le ayudará, aunque siguiera sin admitirlo.

Eran las ocho y veinte. Guardó el regalo en la bolsa interna de su saco y bajó de nuevo. Si no hubiera sido por aquel elevador, hubiera bajo casi arrastrandose por las escaleras. Sacó su cómunicador y preguntó a sus compañeros si estaban listos. Kamala respondió que estaba en la puerta, mirándolo a través del cristal. Tony alzó la vista y allí estaba, ella saludó con una enorme sonrisa. Llevaba el cabello rizado y era la primera vez que la veía con maquillaje (que no le quedaba para nada mal y la hacia lucir mayor), un vestido azul marino con un cinturón amarillo delgado rodeándole la cintura, no llevaba tacones muy altos, pero no eran necesarios. Tony le abrió la puerta, dejándola entrar al recibidor de la torre.

―Te ves bien, Kamala― Tony sonrió un poco galante. La chica se sonrojó levemente.

―Gracias, Tony. Tú también― la guió hasta unos sillones azules que esperaban en frente de donde debía haber una recepcionista... Okey, la despidió porque prefería pedir autógrafos y andar hablando con cualquiera antes que hacer su trabajo. En especial con Steve.

Esperaron dos minutos entre platicas sobre cómics. De los que Kamala no paraba de hablar y a Tony le interesaban. Nunca leía las historias, pero Kamala le resumía todo lo que había pasado y hasta lo dejaba con intriga. La puerta seguía abierta y por ella una Janet con un vestido amarillo a las rodillas y unos tacones negros entró. Tenía el cabello acomodado hacia un lado y sonreía animadamente. Un collar de brillantes lucía sobre sus claviculas.

―Se ven muy bien. ¿A quién intentan conquistar?― fue lo primero que dijo al entrar de una forma coqueta camiando como si estuviera en una pasarela. Saludó a Tony con un beso en la mejilla y se sentó al lado de Kamala, diciéndole lo bien que se veía.

―Kamala quiere terminar de conquistar a Sam, piensa que aún es necesario― dijo el chico y Kamala abrió la boca para contestar, pero la presencia de otro chico la interrumpió―. Hablando del rey de Roma―. Sam entraba a la torre vistiendo un traje blanco con un pañuelo del mismo color que su camisa, rojo.

―¿Soy el rey de Roma? Le diré a T'challa y Loki que ha llegado su competencia― daludó a todos y se sentó al lado de Tony. En ese momento Scott y ambos Peter llegaron. Scott usaba un traje negro con camisa roja. Quill llevaba un saco morado con una playera negra y pantalón del mismo color. Era obvio que Starlord y Iron Man eran buenos amigos, pues hasta sus prendas eran similares. Peter iba con un traje negro y camisa blanca, con corbata negra.

―Oh, pequeño Peter― Tony se acercó a él―. Te hubiera dado un traje más a tu medida―. Dijo al ver como el saco le quedaba un poco grande.

―Así estoy bien, Tony. Gracias― sonrió un poco avergonzado acomodando su traje. Nunca le había gustado pedirle cosas a Tony.

―¿Me veo radiante, Tony?― Quill extendió los brazos frente a él posando en una posición casi heroica.

―Yo te follaba― Tony contestó seriamente asintiendo con el ceño fruncido.

―Yo los follaba a ambos― añadió Scott. Ante las miradas extrañadas de Peter y los demás, ellos rieron.

―Sólo ignorenlos― fijo Sam que se había cambiado de lugar al lado se Kamala―. Mejor reciban a los demás―. Señaló a las espaldas de los tres chicos.

Natasha caminaba sujeta del brazo de Bucky. Llevaba un vestido rojo largo con una abertura en la pierna, bastante ceñido a su cuerpo, unos tacones a juego y el cabello alzado en un peinado muy bien trabajado. Bucky llevaba un traje gris con camisa negra y el pelo en una coleta.

―Y yo que creí que el rojo era mi color― le dijo el castaño a la pelirroja en cuanto estuvieron frente a él.

―El rojo es mi color― Natasha le sonrió y miró a Bucky. Él no se ponía celoso, sabía que Stark era coqueto por naturaleza y que Natasha jamás saldría con él por el simple hecho de que le gustaba a Steve.

―Señor Barnes, por fin se ha peinado― bromeó con Bucky. Era raro que lo hiciera.

―Dijo que me peinara y bañara, Señor Stark ― de encogió de hombros imitando el tono del otro.― Lo cual cumplí al piel de la letra por que me parece maravilloso que nos invitarás a cenar en esta oscura noche sacandonos de la monotonía de la mortalidad―. Tony asintió extrañado, sabía que la primera parte de la respuesta era demasiado simple para venir del soldado.

―Lo de bañarse era para Falcon― comentó con una sonrisa olvidando la poesía de Bucky.

―¡Oye!― le gritó en respuesta el moreno.

―Buenas noches, mortales― daludó Loki, vestido con un traje completamente negro, en donde sólo resaltaba su corbata verde. Había aparecido de la nada frente a ellos.

―Nunca pierde el estilo― Sharon, quien estaba parada a su lado, puso los ojos en blanco―. Hola―. La rubia llevaba un elegante vestido blanco, con escote en la espalda. Su collar dorado hacia juego con sus zapatos y su cabello parecía más claro esa noche.

―Bien. Ahora sólo falta...― Tony giró sobre sus talones, pero se quedó mudo mirando a Steve Rogers en un traje azul que dejaba ver los músculos de sus brazos, el saco estaba abierto y su camisa blanca marcaba su abdomen perfectamente. Sonreía ante Tony sinceramente. En el interior de Steve, él estaba intentando apagar un incendio que Stark encendió sólo por estar vestido como estaba―... El viejo―. Dijo Tony después de algunos segundos.

―Buenas noches, amigos― saludó el capitán tan formal como siempre―. Tony―. dijo al estar a su lado, el castaño respondió con una sonrisa y se volvió en dirección a sus demás amigos.

―Dejaremos el Quinjet aquí e iremos en algunos de mis autos― a Tony le encantaba decir eso―. Kamala, Sam, Loki, Bucky y Natasha irán en uno. Janet, Peter―. Señaló a Star-lord haciendo diferencia entre ambos Peter―. Scott, Sharon y Steve irán en otro. Y Pete y yo en mi convertible―. Aclaró y Pete alzó la mano.

―¿No puedo ir con Avispa?― cuestionó Pete y Janet sonrió asintiendo con la cabeza.

―Díganme que no están saliendo― Peter y Jan negaron con la cabeza inmediatamente. Janet mantenía su soltera y Peter aún no formalizada su relación con MJ―. Está bien...―. Cálculo otra opcion―. Quill, irás conmigo.

―No. Por el simple hecho de ser novios, él irá conmigo― Scott lo abrazó y Tony bajó un poco la cabeza alzando una ceja.

―Irás conmigo, Cap― Steve le sonrió. Conocía las intenciones de sus amigos―. Si nadie tiene una objeción más subamos a los autos y vayámonos―. Apretando un botón tres autos aparición frente a la puerta―. No quiero ni un rasguño.

―Oh, vamos, Tony. Manejo una nave espacial y sólo la he estrellado seis veces― comentó Quill con orgullo, olvidando que Rocket le había prohibido conducir si él estaba en la nave, y siempre estaba.

―Por eso Scott conducirá― Tony giró hacia Sam―. Te confío uno de mis bebés―. Extendió un par de llaves que correspondían a un coche negro, más preciso, a un Audi. Sam abrió la boca con asombro.

―Whojojo. Esto será divertido― el moreno tomó las llaves.

―Yo pido adelante― gritó Kamala emocionada como una niña corriendo hacia el vehículo.

―Scott― el mencionado se acercó y agarró las llaves que Tony le dio. Al presionar el botón del llavero un lamborghini gris encendió sus luces.

―Gracias― soltó en un tono debil mirando el automóvil.

―Suban y siganos― Tony caminó a su Ferrari rojo―. Sube, Cap―. Ambos se sentaron en los asientos rojos con orillas negras. Tony sonrió de lado ante Steve―. Admite que me amas―. Por un momento el rubio se paralizó. Pensó que Tony se había dado cuenta de lo que sentía por él al decirlo en un tono tan calmado con que lo dijo, lo bueno fue que se dio cuenta que era una broma antes de admitirlo.

―Lo hago― Steve lo dijo con toda sinceridad. Tony comenzó a reír levemente y Rogers le acompañó. Aunque fuera una vez y Stark pensará que era broma, tenía que decirlo―. Gracias por inivtarme.

―No agradezcas. No tenía planeado hacerlo. Invitaría a tus amigos y te dejaría sólo en tu cumpleaños― contestó fingiendo seriedad.

―Hubiera llorado mientras boxeaba― el castaño comenzó a reír. En los últimos días Steve ya no se molestaba tanto con sus bromas, a veces hasta las seguía y lograba sacarle una risa al genio.

El cabello de Tony comenzó a volar con el viento cuando el coche avanzó y empezó a salir de la academia. El clima estaba fresco, no para que hiciera frío, pero tampoco para sudar ni una gota.

Los otros dos autos lo seguían de cerca. El camino fue calmado, atravesaron la ciudad, la cual estaba llena de luces y de los colores de la bandera. Las personas caminaban y los bares parecían repletos. Ambos chicos no hablaron, pero se lanzaban algunas miradas y sonrisas, hasta que llegaron y aparcaron en el estacionamiento, que era subterráneo.

―Así comienzan todas las películas de terror que he visto―. Dijo el millonario al ver el estacionamiento casi vacío y con poca luz, por suerte sus amigos aparecieron y en cuanto bajaron de sus respectivos autos las risas y veces se pudieron escuchar.

―Nunca he visto una película de terror tan animada― dijo Steve. La pandilla de chicos subió hasta encontrarse con la puesta del lugar.

El restaurante decía "caro" hasta en la fachada. Puertas enormes de cristal con perillas doradas que dejaban ver el interior y los dos pisos que el restaurante poseía. Cuando todos estaban parados frente al restaurante volvieron a hablar.

―Dios, Tony. ¿Cuánto costará esto? ― Pete parecía algo preocupado, el chico nunca se había atrevido a despilfarrar el dinero, y menos en esa clase de cosas.

―No se preocupen por nada. Pidan lo que quieran sin mirar el precio. Es cuatro de julio y Papá paga― el castaño dio palmadas en la bolsa de su saco, seguramente por qué allí llevaba su cartera, pero esto no tranquilizó al joven añara.

―Eso no termina de confortarme― comentó Sharon, quien le hizo una mueca.

―Querida agente Carter, disfrute de la noche―. La mayoría estaban preocupados por hacer gastar a Tony, excepto Loki, a quien no le importaba en lo más mínimo―. Ahora todos metan sus traseros. El lugar tiene pista de baile, aunque no con música juvenil, pero creo que podremos arreglarlo―. Abrió la puerta de cristal haciendo una reverencia para que sus amigos enterarán. Kamala tomó a Sam y este correspondió entrando al restaurante con una sonrisa, seguidos por Bucky y Natasha, Janet, y el resto.

―¿No es demasiado?― Steve se encontró en frente de Tony mientras aún sostenía la puerta.

―Creo que lo vale― le sonrió y ambos atravesaron la puerta.

Las luces del lugar eran amarillas y con intensidad baja y daban un color naranja al lugar, las paredes eran rojas y las mesas de mármol tenían varias velas en ellas. Tony se detuvo frente a un mesero en un púlpito.

―Soy Tony Stark― sonrió confiado―. Tengo reservacion para doce personas―. El hombre asintió y buscó su nombre en las hojas que tenía enfrente.

―Por aquí, Señor Stark― los guió hacia la planta de arriba, subiendo por escaleras de caracol trasparentes llegaron a la mesa que daba vista a la estatua de la libertad a través del balcón. Había un pequeño papel doblado con el nombre de cada integrante frente a cada silla.

―Gracias― el mesero se retiró y Tony señaló los lugares―. A comer―. Los chicos obedecieron sin dudar.

En la cabecera estaba sentado Tony, a su izquierda Quill, Scott, Sharon, Janet, y Peter. A su derecha Steve, Bucky, Natasha, Loki, Kamala y en la otra cabecera se encontraba Sam.

Un mesero pasó a llenar las copas con agua y otra con vino tinto. Tony tomó su copa y bebió, absorbiendo el olor antes de ello.

―Esto sabe bien. Pero sigo prefiriendo el whisky― murmuró a Quill, quien se había acercado para orilo.

―Mientras no te emborrachés y hagas una escena todo estará bien― Quill también bebió y pronto todos lo estaban haciendo.

A Kamala le pareció demasiado lo fuerte del sabor, mientras que a Loki le parecía algo débil comparado a los licores de Asgard.

Steve no podía dejar de mirar a Tony. Detrás del castaño la ventana dejaba ver un cielo oscuro sin luna con estrellas brillando en él. Tony sonreía y se veía guapísimo ante los ojos del rubio.

Los menús llegaron y el rubio casi escupe el vino sobre la mesa.

―Esto es demasiado, Tony― el ojizarco se acercó al mencionado.

―Ya te dije que lo vale. Es tu cumpleaños. Festeja a mi modo aunque sea un día― el castaño leía el menú―. ¿Saben qué quieren?―. Preguntó a la mesa en general.

―Estoy buscando algo que no cueste más que mi casa― Pete lo miró un poco culpable.

―¿Les parece bien si pedimos lo mismo que Tony y Janet?― ofreció Kamala.

―¿Nosotros?― preguntó Janet.

―Ustedes tienen experiencia en esto― complementó Sharon dándole un ligero codazo a la castaña― La máxima experiencia elegante que he tenido ha dispuesto en un funeral, Janet―. Ella respondió con una sonrisa.

―¿Sopa?― Janet miró a Tony después de que le preguntará.

―Crema de papa― contestó Janet ―. ¿Entrada, Señor Stark?

―Spagetti a la boloñesa. En honor al que se me quemó― Tony fingió estar triste.

―¿Ese de tu primera cita con Steve?― allí estaba, Kamala con sus comentarios que ya se hacían extrañar.

―Sí. En la segunda no pude ni comer― Tony ignoró el tono pícaro con el que Kamala habló―. Cada quien elija su platillo principal y postre. A las doce brindamos―. Parecía que Tony había planeado toda la velada. Los meseros comenzaron a llegar, uno para retirarlos menús y otro para tomar la orden. Tony ordenó langosta, al igual que Steve, ya que le había pedido ordenar en su lugar, pues estaba bastante perdido en todo ese día; y más porque Tony se acercaba a él constantemente y había veces en las que recargará su mano en la pierna del rubio.

Quill pidió pechuga de pavo en salsa de mango, Kamala y Sam Jamón en salsa agridulce. Janet pidió sushi y alentó a Pete a que lo hiciera, cediendo finalmente. Scott ordenó pollo en crema de champiñiones al igual que Sharon. Bucky y Natasha ordenaron filete biñon. Loki eligió lo primero que vio en el menú, pescado con crema de ajo.

Para los postres fue más fácil decidir:
Pastel de chocolate y una bola de helado de vainilla para Kamala, Janet y Pete. Tarta de zarzamoras para Quill y Loki. Natasha y Bucky ordenaron lo mismo, pie de queso. Tarta de tres chocolates para Scott y Sam. Pie de manzana para Sharon; y por ultimo, volcán de chocolate para el castaño y el rubio.

―Deberían aprovechar ahora para bajar a bailar antes de que traigan los platillos― Tony seguía tomando vino. Eran casi las diez. Desde la mesa donde estaban se podía ver la pista de baile en la primera planta. Kamala miró a Sam. Ambos se levantaron y se dirigieron a la pista de baile.

―¿Tango?― preguntó Bucky a Natasha.

―Tango―. Asintió un segundo despues y siguieron a Kamala y Sam.

―¿Janet?― Loki y Jan se miraron.

―¿Me estas preguntando?― la castaña sonrió casi al borde de un infarto.

―Claro. Muestrame tus dotes de bailarina― la retó un poco. Ambos sonrieron y bajaron con los demás.

―Vamos, Pete. No te quedes aquí con estos homosexuales― dijo Sharon. En uno de los mayores actos de valentía (según él mismo), Peter tomó a Sharon de la mano para que bajan también.

―Y nos quedamos nosotros― comentó Scott mirando mirando a los chicos en la pista.

―Claro que no. Deberíamos bajar y mostrarles a esos señores que bien bailamos. Y sobre todo, ser lo más homosexuales que podamos para que algunos se atraganten― en un segundo Quill se había levantado, y sin una gota de duda, Scott lo siguió.

―Por los solteros que no tienen coqueteos que se han quedado en la mesa― el millonario levantó la copa y esperó a que Steve brindara.

―Crei que brindaíamos a las doce― dijo Steve. Giró la cabeza para ver la pista, sus amigos parecían no identificarse con el ritmo, que era muy de sus tiempos.

―Es un pre-brindis― allí estaba de nuevo. Tony acercándose a él sin darse cuenta que le ponía los nervios de punta―. Después de comer...―. El celular de Tony comenzó a sonar, sin terminar la idea, el castaño se levantó―. Diculpa―. Salió por el balcón sin mirar atras.

―¿Janice?― preguntó después al recargarse en el barandal.

―La misma― la voz de la chica se escuchaba algo insegura. Siempre había sido tímida aunque llevarán conociéndose desde niños.

―No es que me incomode recibir tu llamada, pero ¿a qué se debe? ¿algún problema o solo llamas para molestar?― Tony estaba un poco emocionado. Había crecido con Janice, ya que Howard había comprado la empresa de su padre luego de que este muriera, Janice quedó huérfana y Maria le pidió que dejará que la niña tuviera nl ninguna falta en ningún aspecto, así término viviendo muy cerca de Tony, y yendo a jugar con él muchas tardes; con el pasar ser tiempo se volvieron como hermanos. Tony siempre supuso que su madre en realidad deseaba una hija, así que por eso se encariñó con Janice rápidamente.

―A que es cuatro de julio, y que estás junto a tu héroe de infancia. Ah y a que me obligaste a ver como gritabas de emoción por él cuando éramos niños. Y sobre todo , a que no me has llamado en un mes.― Janice le reclamó con tono triste. El castaño estaba apunto de decir algo; pero volteó al restaurante. Steve reía por algo que Scott le había gritado desde la pista de baile.

―No estoy gritando ahora. Sabes que es un viejo aburrido, no es como las historias de Tía Peggy... O tal vez lo era y esa parte se quedó en el hielo― la risa se la chica se escuchó y Tony sonrió.

―¿Por qué no te creo? Ah sí, porque lo amas. Yo sé que lo admiras por cada minúscula cosa. Es como si Peggy te hubiera pasado el amor que ella le tenía. Así que es por eso que le haces una fiesta de cumpleaños― la chica se escuchaba un poco retadora.

―Sí. Quiero festejar con él, pero nos es porque lo ame. Sabes que esa época de admirarlo a pasado, ya no es igual― Tony suspiró extrañando su infancia, o solo una parte de ella.

―¿Cómo es ahora?― Tony respiró y calló―. Sé cómo te sientes. Crecimos para casarnos uno con el otro. Maria llenó nuestras cabezas de esas ideas, pero al final no fue así. No sé cuando te enamorarás, pero sé que será grandioso. El día que te enamores será fuerte, estruendoso, será terrible y tú amarás tanto a esa persona que olvidarás todo. Te quiero, Tony―. Janice colgó el teléfono bruscamente luego de esa declaración y el castaño siguió mirando a Steve. Tenía unas jodidas y extrañas ganas de estar con él.

•●•

Ahora se encontraban todos sentados en la mesa, comiendo la crema de papa que habían ordenado, la cual tenía pedazos de queso fundido y pimientos. Habían subido después de bailar tres piezas. Un rock and roll de los cuarenta, el cual Janet y Loki dominaron muy bien. Una canción romántica, en la que Kamala y Sam no se separaron ni un momento. Pete y Sharon bailaron muy bien, a pesar de la vergüenza del chico, pero nadie podía olvidar la cara de algunos señores al ver a Scott y Quill bailar y casi ahogarse por su falta de pudor y los constantes besos. Y por último un tango, en el que todos se quedaron con la boca abierta al ver a Bucky y Natasha bailar como unos profesionales.

La comida pasó sin mayor percance, entre burlas, comentarios y risas. Fue una comida bastante amena para el símbolo americano, hasta el postre.

El volcán de Tony no llegaba, así que tomó un tenedor y acercándose al plato de Steve le robó un pedazo. Sonrió triunfante para el rubio quien negó con la cabeza. Cuando llegó el plato de Tony le ofreció tomar un pedazo, el soldado se rehusó, hasta que Tony le dio en la boca con su tenedor. Los comentarios de Sharon y Kamala llegaron rodeados de la risa de Quill y las miradas pervertidas de Scott, pero a Tony le importó poco.

Al acabar el postre se llevaron los platos, pero no el bochorno del rubio.

―Dios. Ha sido la mejor cena que he tenido― fijo Quill recargandose en la silla.

―Creo que subí como diez kilos― complementó Scott mirando su abdomen.

―Muchas gracias, Tony― Peter levantó su copa en dirección al futurista y los demás lo siguieron.

―Feliciten al Capitán. Hoy es su cumpleaños― respondió al gesto con alegría.

―Oh, es cierto. Te hemos traído algo, Steve― comentó Janet. Scott tomó su pistola de partículas Pym y apunto al centro de la mesa donde varias cajas de diversos colores y tamaños aumentaron su tamaño.

―Queríamos ser discretos― aclaró Sharon señalando a las cajas.

―Chicos, no se debieron molestar― Steve estaba feliz ante aquel detalle. Tony se sintió un poco incómodo, aún guardaba la caja café en su bolsillo, pero no quería dárselo en frente se todos. Por extraño que pareciera, esa vez no quería toda la atención.

―Abre los regalos, Steve― Bucky tomó un regalo y se lo pasó al rubio. Bucky no recordaba ninguno de sus cumpleaños, de hecho era la primera fiesta de cumpleaños en la que se sentía presente.

―Veamos qué es― abrió la caja amarilla. Había una camisa azul turquesa en ella―. Gracias, Janet.

―¿Cómo sabes que fui yo?― Jan casi grita por el asombro.

―Eres la única que sabe la talla de todos y te gusta el amarillo― el rubio señaló a su vestido y la castaña sonrió. Tal vez había sido demasiado obvia. Tomó una caja negra y de ella sacó un cuaderno de dibujo, en otra caja forrada con papel de la bandera estadounidense venía un estuche de colores. Una caja totalmente verde tenía un par de plumas bastante elegantes, con punta perfecta para hacer caligrafía y cartuchos intercambiables. Una bolsa blanca tenía una chaqueta de aviador. Otra caja roja traía pinturas y pinceles. Sus amigos conocían su gran afición al dibujo. En una caja metálica había una extraña planta de color morado que parecía tener oídos.

―Sí no la riegas con soda cada tres días se muere. Quill hizo una mueca mientras hablaba. Le encantaban esas plantas extrañas, al igual que a todos por lo extravagantes que era. ¿Quién puede decir que tiene una planta de un planeta se un sistema solar diferente?

Una pequeña caja con forrado sencillo tenía un reproductor de música con canciones de los años cuarenta, la misma música que él solía escuchar antes de enlistarse en el ejercito . En una caja gris había un casco de la segunda guerra mundial, su casco.

―Bucky...― Steve miró a su amigo mientras sostenía aquel preciado objeto.

―Lo encontré entre varias cosas del gobierno. Pensé que lo extrañarías― Steve abrazó a su amigo y volvió a su asiento. Las canciones y el casco lo llevaron de vuelta a cuando peleaba con bravucones sabiendo que jamás podría ganarles. Tony se sentía un poco desplazado, ¿Cómo superaría ese regalo? Bucky era mucho mejor cuando se trataba de Steve que él. Y eso era algo constante en su cabeza, se mataba pensando en que podría gustarle a Steve cuando lo que le gustaba más que nada era él. El capitán tomó otra caja. Una pequeña caja azul con un rayo. Steve miró a Kamala y esta le guiñó el ojo. Al abrir la caja vio fotos de Tony y él, pero sobre todo de Tony. Esas fotos que Kamala había conseguido con ayuda de ciertas espías.

―¿Qué es?― preguntó Jan. Steve cerró la caja, sabiendo que el castaño estaba a su lado. El rubio la miró con los ojos muy abiertos.

―Algo secreto― Kamala sonreía triunfante mientras Steve intentaba volver a asumir normalidad. En definitiva atesoraría esas fotos. El celular de Tony volvió a sonar, miró la pantalla y frunció el ceño.

―Disculpen― salió de nuevo al balcón con cara un poco molesta.

―Deberías ir a ver que ocurre― opinó Bucky a Steve. El soldado del invierno sabía que si Tony necesitaba apoyo lo mejor era enviar al rubio, y viceversa.

•●•

―¿Por qué llamas?― estaba ligeramente alterado, pero no era sólo por la llamada, sino también por la situación actual. Sus manos comenzaron a temblar.

―Calmate. No deberías alterarte― respondió Obadaiah siseante.

―Voy a colgar. No tengo por qué hablar contigo. Ya no eres mi tutor, no trabajas en Stark Industires y no hay nada de que hablar― Tony no quería volver a escuchar esa voz.

―Tenemos aún muchas cosas de que hablar, Anthony― replicó el otro con cierta ironía. Creía que le había ganado, aún si estaba en la cárcel y acababa de despertar de un coma, él creía haber ganado.

Tony colgó no queriendo escuchar más, parecía ser el día de: "Llama a Stark". Recargó sus brazos en el barandal para poner su cabeza entre sus manos. Necesitaba calmarse antes de volver a entrar. No podía dejar que lo vieran así.

―¿Estás bien?― una voz conocida le hizo girar. El ojizarco se acercó.

―Sí. Llamadas que inoportunan las cenas― se encogió de hombros y caminó dispuesto a regresar a la mesa intentando mantener las apariencias.

―Sabes que puedes decirme que pasa. Soy tu amigo― Stark se detuvo.

―Lo sé. Pero no ha pasado nada. Sabes que te diría si hubiera sido algo grave. Vayamos a festejar y beber, Steve― vontestó sin voltear a verle. Desde que Steve lo había visto el último día del reto, desde que había curado sus heridas, se había quedado cuidandolo que no se pusiera mal por estar borracho, Tony era vulnerable. Steve había llegado demasiado lejos.

Eran las once y diez. Se habían sentado de nuevo. Comentando cosas diversas para distraerse. A pesar de la alegría, el rubio seguía pensando en aquella llamada. Steve sabía que Tony era algo cerrado en cuanto a sus problemas y prefería hacer todo sólo, pero después de aquella noche todo había cambiado, esa noche cuando Tony llegó después de pelear con Obadaiah. Para Steve había sido una oportunidad perfecta de tener a Tony.

―Deberíamos ir a ver los fuegos artificiales― Kamala veía al cielo arriba de la estatua de la libertad.

―Podemos. Son las once, si nos damos tiempo llegaremos― propusó Tony. Los presentes se emocionaron. Aceptaron gustosos la oferta sin dudar. El castaño siempre estaba dispuesto a cumplir todos los sueños que pudiera.

•●•

Después de aparcar los coches, atravesaron el Battery Park y su verde pasto para llegar lo más cerca de la orilla hasta la pequeña reja negra curvada que evitaba que algún idiota se cayera y ahogará por alguna razón.

El cielo estaba sumamente oscuro y todo se había tranquilizado repentinamente.

―Les dije que llegariamos― Tony llevaba una botella de champán, mientras Steve, Janet y Bucky llevaban copas.

―Faltan dos minutos― a Kamala le brillaban los ojos con entusiasmo. Todo eso era nuevo para ella.

―Entonces, comencemos a brindar― propusó Bucky. Tony abrió la botella con un saca corchos que había conseguido. Todo lo habían sacado del restaurante, quienes se lo habían vendido amablemente después de convencerlos. La espuma de la botella salió en cuanto el corcho se perdió en el agua.

―¿Quién hará el brindis?― Sam sostenía su copa esperando a que la llenarán.

―Tony. Él fue quien nos invitó― Quill asintió hacia el castaño.

―¿Seguros? He tomado bastante vino hoy y no sé lo que podría decir. Si digo algo desagradable será su responsabilidad― el hombre de hierro estaba recargado en la reja.

―Lo harás bien― animó la agente rubia de S.H.I.E.L.D.

―Queda bajo su responsabilidad―señaló a los presentes. Se enderezó y tosió un poco con un puño en su boca―. Debería de comenzar diciendo que cada cuatro de julio mi padre nos llevaba a la estatua de la libertad a ver los fuegos artificiales sobre nuestras cabezas. Cuando acabamos de cenar hacíamos el brindis y Howard siempre contaba la misma historia―. El genio miró al soldado―. Sobre cómo conoció a Steve Rogers, el Capitán América. Y hoy, que es su cumpleaños puedo decir que lo conozco, que va al colegio conmigo, que peleo a su lado y que peleamos entre nosotros. Mi padre estaría muy celoso. Más que festejar la independencia, festejamos a Steve. Amigo de todos, excepto de cráneo rojo, y encargado de aburrir a todos con sus historias de guerra. El hombre que me obligó a enseñarle como encender un televisor y ocupar Twitter―. El castaño levantó la copa. Tony le sonrió y Steve respondió. Podrían haberse quedado así por días, y eso asustaba al millonario―. Y se me hace muy narcisista que hayas nacido el día de la independencia, Rogers. Pero, ¿Qué más da? Brindemos―.

Todos chocaron sus copas entre sí. El líquido burbujeante bajo por la garganta del castaño, agradecía que siguiera frío. De pronto, los sonidos de la pirotecnia comenzaron a sonar poniendo alerta a Nat antes de que se diera cuenta de qué eran. El color azul, blanco y rojo se esparcía por el cielo dando diferentes formas. Bucky abrazaba a Natasha por la cintura y recargará su barbilla en su hombro sabiendo lo que provocaban las explosiones repentinas en ambos, Janet jalaba la manga de Pete emocionada; Loki se asombraba con lo hermoso que podía ser el mundo mortal. Sharon no apartaba la mirada del cielo mientras Scott se había dado la vuelta, pues algo había llamado su atención, Quill lo siguió sin chistar. Sam miraba a Kamala maravillandose con el cielo. Steve estaba maravillado por algo más, Tony sonreía sinceramente, nostálgico mirando al cielo con su copa vacía en una mano. Su sonrisa se hizo más grande, como si algo nuevo hubiera llegado a su mente, porque la verdad era que no estaba mirando al cielo, se miraba a sí mismo queriendo conocer al Capitán América con todas sus fuerzas, queriendo ser él, sentado en la sala con Janice a su lado mientras la voz de Peggy narraba, gritándole a Janice mientras le enseñaba su nueva figura de acción. Recordó lo bueno, olvidándose de lo malo. Y cuando volteó, allí estaba lo bueno. Todo lo que nunca sería en la vida y que por eso le gustaba. Steve Rogers le sonreía.

―¡Miren lo que encontré!― gritó Scott rodando un barril ayudado por Quill.

―Métete y te rodamos por esa colina― Quill sonaba emocionado, sus ojos casi tenían un brillo cósmico. Los chicos rodaron el barril hasta encima del la colina.

―¡Yo ayudo!― Jan se quitó los tacones y corrió para alcanzarlos. Kamala hizo lo mismo.

Tony no pudo aguantar la risa al ver a Scott rodar dentro del barril siendo detenido por Bucky.

―Le toca a Quill― dijo el castaño cuando logró recobrar el equilibrio. Siguieron así por un rato, hasta que Sam y Bucky también lo hicieron. Janet se atrevió, saliendo despeinada y mareada dejando su vestido arrugado. Sharon empujó a Loki, quien se rehusaba a participar y tenía los brazos cruzados, aunque en el fondo quería hacelo.

―Dios. En cualquier momento nos llamaran― Steve estaba al lado de Tony observando la escena que sus amigos habían montado.

―Se ve divertido― Tony estaba feliz, por primera vez en mucho tiempo, era plenamente feliz―. Pero antes de que lo hagan―. Se volteó de nuevo hacia la estatua, donde los fuegos artificiales no habían acabado―. Quiero darte algo―. Steve se colocó en la misma posición. Tony sacó el paquete de su saco―. No soy bueno dando regalos. Así que sólo tomalo―. Extendió su mano con la pequeña caja. Steve la tomó, no pudo evitar sonreír y sonrojarse un poco. Quitó con cuidado el papel, como si fuera muy preciado.

"Por esos recuerdos inolvidables".

Al levantar la tapa la sonrisa de Steve desapareció.

"Mierda no le gustó", pensó el millonario.

Steve abrazó a Tony por los hombros en un movimiento repentino, éste se quedó pasmado, con los brazos a los lados. Correspondió el abrazo unos segundos después.

―Calmate, me romperlas las costillas― dio palmaditas en su espalda. El rubio se aferraba fuerte a él.

―Gracias― susurró en su oído, provocando que un escalofrío recorriera la columna del genio.

―No hay de qué― dijo Tony mientras sentía que se le iba el aire y las rodillas de Steve temblaban. Dentro de la caja había una brújula, como la que Steve tenía, pero esta era nueva y más elegante, con un reloj en una de las tapas, pero eso no era lo importante, sino que al levantar la brújula había una foto de Steve, Peggy y Bucky, sonriendo juntos. Steve atribuyó la foto a un montaje, uno bien hecho. Steve se alejó de Tony sin muchas ganas.

―Tengo que decirte algo― comentó el ojizarco―.

―Dilo. Antes de que los locos nos metan a ese barril― Tony sonrió levemente esperando las palabras del soldado.

―Te lo diré mañana― Steve apretó la brújula en el su mano con ciudad y Tony trago en seco esperando un trágico final,aunque tenia una pequeña idea de que era lo que le esperaba.

Mañana sería el día. Mañana diría lo que sentía, pues su corazón ya no lo aguantaba más la espera. La confección ansiada sería hecha.

Продолжить чтение

Вам также понравится

27.2K 1.9K 16
𝐒𝐀𝐔𝐃𝐀𝐃𝐄 : sentimiento agridulce de vacío causado por la ausencia de esa persona u objeto, similar a la melancolía, que conlleva la idea de que...
51.9K 4K 17
-En una época, donde cada reino era diferente, y con tanta tecnología como para poder comunicarnos y transportarnos a otros lados. Dónde, aún con tod...
1.6K 150 37
Luego de los sucesos de la temporada 2 de Good Omens, Crowley encuentra un cuadernillo que pasará a ser su Diario para acompañarle en sus momentos de...
112K 11.7K 55
El cielo se oscureció, como aquella vez. Las desapariciones comenzaron, como aquella vez. Muertes misteriosas sin resolver, como aquella vez. El páni...