Esta soy yo

By littlemood_

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Camino resignado hasta llegar a la oficina del director y me siento en un asiento que vi disponible al lado d... More

Prologo
Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 15.
Capitulo 16
Capitulo 17.
Capitulo 18
Capitulo 19
Capitulo 20
Capitulo 20 1/2
Capitulo 20 2/2
Capitulo 21
Capitulo 22
Capitulo 23
Capitulo 24
Capitulo 25
Capitulo 26
Capitulo 27
Capitulo 28
Capitulo 29
Capitulo 30.
Capitulo 31
Capitulo 32
Capitulo 33
Capitulo 34
Capitulo 35
Capitulo 36
NOTA
Capitulo 37
¿Que es la Navidad?
Esta soy yo
Epilogo
Estamos de vuelta

Capitulo 14

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By littlemood_



- Hija ¿Estas bien? ¿Annie, por qué estas llorando? – Mi papá se levanta de manera abrupta del sofá.

- No es nada, papá – Expreso cabizbaja – Estaré en mi habitación por si me necesitan

- Un momento, señorita, de aquí no te iras hasta que me digas que ocurrió. Sabía que no era buena idea el que Renán y Adrián dejaran de cuidarte

- ¡Te dije que no me paso nada! Lloro porque quiero – Muevo mis manos alterada – No necesito a Renán y Adrián para que cuiden de mí, puedo hacerlo sola

- Solo me preocupo por ti, mira en el estado que vienes – Dice con su semblante serio – No era para que te pusieras así

- Soy adolescente, soy vulnerable y bipolar ¿no es así como nos describen ustedes los adultos? – Sonrió cínica – Mira ¿Sabes qué? No quiero discutir contigo, necesito estar sola ¿Puedo? ¿O quieres que le pregunte a Renán y Adrián para saber que piensan al respecto?

Lo dejo atónito con mi respuesta, sintiendo un sentimiento de culpabilidad luego; se que mi padre no debería pagar mi molestia pero fue el blanco fácil, no quería que nadie me hablara ni me viera y pues no espere encontrarme con él al llegar a casa, así que sus preguntas solo fueron el detonante para que explotara.

Suspiro resignada, pasando por su lado sin decir nada más mientras me dirijo a mi habitación.

Maldito el día en el que te metiste en mi corazón sin previo aviso, Daniel Luan.

Ocurrió lo que llevaba tiempo evitando, mostrarle a Daniel cuales son mis sentimientos hacia él, los tomo y los hizo añicos. Ahora hará con ellos lo que quiera, porque sabe el poder que tiene en mí, que soy vulnerable a su presencia, cualquier palabra y me tendrá ahí, en sus manos. Soy una tonta porque creer que algo mágico pasaría, así como te lo pintan en los libros.

Capaz ellos son los culpable de que te crees ilusiones e historias en tu cabeza; creyendo que todo irá bien con el chico que te gusta, que se amaran y vivirán felices para siempre, pero luego cierras el libro para enfrentarte a la realidad y descubres que todo no es como pensabas, que es más difícil y que el amor no correspondido es como un juego. Solo sobrevive el más valiente y yo acabo de quedar eliminada.

- ¿Puedo pasar? - Mi madre asoma su cabeza por la puerta, haciendo que me saque los audífonos – Traje galletas

- No intentes comprarme con comida, Mamá – Rio y revoleo los ojos – Si, ya estoy mejor, dormir es la solución a todo

- Tu padre quedo preocupado porque dice que nunca te había visto así, dice que tratar con mujeres es peor que intentar armar un cubo de rubik ¿Me quieres contar que paso?

- Con Eduardo todo fue más fácil ¿Verdad? – Asiente.

- Entre hombres se entienden – Dice indiferente – Pero aquí tienes una amiga, te escucho

- El amor es una mierda – Susurro, jugando con los hilos que se desprendían de mi almohada – Salte de un abismo sin estar segura de llevar paracaídas

- Hija, nadie dijo que sería fácil. Si lo fuese ¿De qué vale arriesgarse por la persona que amas? Es un golpe, sí, pero no quiere decir que los demás serán igual

- No me gusta sentirme así, frágil. Darle el poder a el de tener control sobre mí... Haber quedado expuesta fue el peor error que pude haber cometido

- Lo tendrá si tú se lo concedes. Él no tiene por qué saber que lo que paso, te hirió ¿Dónde quedo la niña con la suficiente confianza para no dejar que nadie pasara por sobre ella?

- No sé, seguro se perdió en el camino o se le perdió el mapa – Me encojo de hombros - ¿Puedo quedarme en mi habitación para siempre?

- Ah no, señorita. Como mi hija esto es como una pequeña caída que no significa nada, luego volvemos a ser las mismas de siempre y a la chingada todo lo demás– Rio – Somos muy orgullosas como para esperar por los demás ¿No es así? – Asiento.

- ¿¡Que fue lo que te hizo Daniel!? – Clarisa entra de sopetón a mi habitación, con mechones de su cabello alborotados por toda cara.

- ¿Cómo te enteraste que ocurrió algo con Daniel? – Pregunto burlona, cruzando los brazos bajo mi pecho.

- Mi instinto de mejor amiga me lo dijo – Enarco mi ceja – Esta bien, tu papá me llamo para ver si sabía que te pasaba - Alzo mis cejas. Espéralo... - Ok, Tomas me dijo que te vio irte con Daniel, así que lo supuse

¡Bingo!

- ¿Es por este chico Daniel que estas así?

- Ya acepto que le gusta, tía. Quiero saber que paso en su casa – Salta en mi cama, hasta sentarse a mi lado - ¿Te declaraste? ¿Siente lo mismo, no? ¿No?

- ¿Declararme? ¿¡Estás loca!? Ni loca le digo que estoy enamorada de él – Niego deliberadamente – Pensándolo bien, ni siquiera iré a la fiesta

- Espera ¿toda esta crisis no es por qué el chico que te gusta te rechazo? - Pregunta confundida mi mamá - ¡Llorabas por nada! Vas a ir a esa fiesta así tenga que castigarte si no lo haces

- Mamá, estás hablando como Clarisa. Asustas – Frunzo mi entrecejo - No iré, está decidido

- ¿Te dijo algo? – Niego - ¿Viste algo que no te gusto? – Quedo pensativa - ¿¡Entonces habla!? No entiendo tus expresiones

- ¡Daniel me beso! ¿Ok? Me beso – Me exaspero y Clarisa expande sus ojos divertidas mientras lleva una mano a su boca. Y mamá solo se ríe de nosotras. Lo sé, todo esto es una estupidez.

- ¿Tanto drama por un beso? – Ladeada su cabeza – Te puedo buscar trabajo en la rosa de Guadalupe, Annie. Encajarías perfecto – Ríe acompañada de Clarisa.

- Conociéndola, seguro salió corriendo – Fulmino a Clarisa con la mirada - ¡Se lo tienes que decir!

- ¡No! Suficiente con el beso – Me remuevo en mi cama hasta quedar con la espalda pegada a la pared.

- Si lo harás y yo te diré como

- Hija, no sabrás si siente lo mismo si no te animas a decírselo. Un beso puede significar mucho o significar nada, es mejor ser valiente y decir lo que sientes – Me dedica un guiño antes de cerrar la puerta.

La noche se fue con Clarisa y sus alocadas ideas de como declarar mis sentimientos a Daniel y con ninguna estuve de acuerdo; entre ellas estaba, la seductora, la tierna, la deprimida y por último la borracha y no, me niego a seguir sus consejos.

- Entonces, vas, te paras en frente de él y le dices tú me gustas y te alejas – Dice ya fastidiada

- Sabes, lo normal es que el chico sea el que del primer paso

- ¡El ya dio el primer paso! – Revoleo mis ojos – Además, siempre puede haber una excepción

***

- ¡Despierta! – Me quita la sabanas de encima, haciendo que rezongue y me haga ovillo en la esquina de la cama – Ana, mira la hora que es. Haz dormido todo el día

- Puedo hacerlo. Es fin de semana – Replico con voz ronca.

- Hay que arreglarte para esta noche ¿Annie? - Me echa agua fría encima haciéndome saltar de la cama de un tiro- ¿¡Por qué duermes tanto!?

- ¡Me mantuviste despierta hasta las cuatro de la mañana! ¿¡Cómo quieres que no tenga sueño!? – Me levanto exasperada, luciendo posiblemente como una loca. Pero es que Clarisa puede ser desquiciante cuando se lo propone – Iré. Pero iré en pijamas y no quiero escuchar más nada – La señalo antes de adentrarme al baño

- Como quieras, la que lucirá como una demente serás tu

Me acerco sigilosa a la cocina, pasando luego mis brazos por el cuello de mi padre y dejando un sonoro beso en mi mejilla

- ¿Me perdonas? No quise tratarte así ayer – Le dedico una mirada de cachorrito – Estaba fuera de mis casillas

- Ustedes las mujeres siempre están fuera de sus casillas. Con tu madre aprendí, pero no lo suficiente para tratar contigo. Por eso tuve que recurrir a un plan B

- No era necesario que llamaras a Clarisa, pero gracias – Rio.

- Solo quiero ver a mi nena feliz y si eso incluye que haga lo imposible, pues lo hare – Sonrió y me tiro en su brazos para darle un cálido abrazo de esos que te reconfortan en segundos – Ahora, con respecto a este chico...

- Mamá ¿¡Le contaste!? – Bufo molesta.

- Con tu padre prometimos no ocultarnos nada, tiene todo el derecho de saber

- Te llega a hacer algo más y será mejor que se devuelva a su país si no quiere pagar las consecuencias

- ¿Es una advertencia? - Pregunto burlona.

- No, es un hecho. Lo mantendré vigilado – Rio a carcajadas – Hablo en serio, Annie. Nadie le pone la mano encima a mi pequeña

- ¡Ni se te ocurra montarle vigilancia como lo hiciste con mamá! De Daniel me encargare yo

- ¡Estas hermosa, boluda! Aw. El pibe querrá morirse cuando te vea – La voz de Elena resuena por toda la habitación a través de la pantalla de la PC – Date una vuelta, quiero verte

- Déjalo ya – Digo ruborizada – Todavía falta arreglar mi cabello, estoy huyendo de las manos de Clarisa

- Estas diosísima mientras termíname de contar que sucedió con el chico este – Cierro los ojos, Clarisa ya le fue con el chisme.

Mientras aplicaba mi maquillaje le iba contando a Elena los últimos acontecimientos de los cuales no estaba enterada, así que si, le tuve que contar todo lo que paso con Rodrigo. Por suerte ya se le ve mejor así que ya le debe valer madre lo que paso en vacaciones, es de superar rápido las situaciones esta chica.

Me comento que está saliendo con un chico nuevo, aún no han formalizado solo quieren ver como se encamina todo, dice no gustarle que solo es atracción y deseo pero por su mirada sé que le gusta más de lo que cree, se le nota ese brillo especial en los ojos cuando habla de él

- ¿Crees que así estoy bien? – Pregunto nerviosa - ¿No es mucho maquillaje, verdad? No quiero parecer un payaso tampoco

- Annie, Annie, estas perfecta. Cálmate ¿Si? - Tomo una bocanada de aire, ya falta poco para que Tomás venga por nosotras y realmente no sé si estoy prepara para verlo después de lo que paso - Ya sabes lo que tienes que hacer – Asiento – Eres fuerte y puedes con todo, esto es solo un desvío de tu camino, si no pasa lo esperado pues continuas con tu vida, que lo que pase no te detenga ¿ok? No quiero volver a escuchar que tiraste a llorar

- Gracias, te extraño tantísimo – Mi mirada se vuelve nostálgica.

- Y yo a ti, ya nos veremos de nuevo. Y oye, si el chico llega a decir que no, solo chapatelo y garchen. Tendrá algo que recordar y con arrepentirse – Parto en carcajadas por sus ocurrencias.

Apago la pc y voy al espejo para darme una última ojeada; alboroto mi cabello, logrando que mis ondas caigan de manera desprolija por debajo de mis hombros. Me aplico un poco de brillo y asiento ante el resultado.

Tengo un cosquilleo en la panza tan escalofriante, que es como si anunciara que algo pasara esta noche ¿Qué será? Pues no tengo idea

- Permiso ¿Lista? Tomás ya está abajo – Mi madre me da un escaneo para luego ensanchar sus labios en una tierna sonrisa – No sé en qué momento creciste tanto, ya no eres esa pequeña traviesa que correteaba todo el día por la casa. Estas hermosa

- Eso es porque soy tu hija – Rio – Si, solo me faltan los tacones – Desvío la mirada a mis pies descalzos.

- En ese caso – Me muestra lo que tenía escondido atrás de ella.

- Pero son tus tacones favoritos – Muestro una gran sorpresa, mi mamá no es de prestarme mucho sus cosas y menos los zapatos - ¿Hablas en serio?

- Lo sé, esta noche lo amerita. Póntelos, te verás fabulosa – Se va dejándome sola para terminar de, ahora sí, arreglarme.

Lo bueno de calzar lo mismo que tu madre es que te puedes colocar sus zapatos sin problema; el tacón es como de cuatro centímetros, lo que me hace ver un poco más alta de lo que soy y son de un rojo escarlata con un trenzado espectacular que van a juego con el vestido, porque es lo que más resalta.

Ahora si estoy lista.

- ¿Nos vamos? – Pregunto una vez que me adentro a la sala - ¡Vero! ¿Cuándo llegaste?

- No hace mucho - Sonríe – Pero mírate nada más, toda sensual en ese vestido ¿Vas tras alguna presa? – Rio.

- Uhm, hija, creo que hay algo mal con el vestido. Le falta la parte de atrás – Une sus cejas, frunciéndolas mientras mira la abertura de mi espalda

- Es así papá, no te hagas. No naciste en la época de las cavernas

- ¿Dejaras que tu hija salga así?

- Ignacio – Recrimina mi madre – Es la primera vez que sale por decisión propia, no lo dañes. Ya váyanse que se les hace tarde, y tú, diviértete ¿Si? Es lo único que importa – Me da un beso en la mejilla, me despido de mi padre y salgo rumbo al auto de Tomás.

- Eres joven. Disfruta mientras puedas, pequeña – Asiento, y acepto lo que me estaba ofreciendo tomando un pequeño sorbo de lo que tenía en sus manos, arrugando la frente al sentir el líquido escocer por mi garganta.

- ¿Eso qué es? – Pregunto asqueada, limpiándome la boca

- Miche. Lo ideal para tener una buena noche – Mi madre se ríe a carcajadas por mi expresión ¿Quién invento eso? Los venezolanos están locos porque eso sabe a demonio.

- Vaya, si esta es una nueva faceta pues que siempre sea así – Da un chiflido – Nunca te había visto tan...

- ¿Tan qué? Es solo maquillaje y buen vestido, nada del otro mundo

- ¿Arreglada, tal vez? – Ríe. Revoleo mis ojos. Idiota.

- Arranca ya, gordo. Vamos lo suficientemente retrasados como para esperar mas

****

Llegamos a la casa del chico, el cual al bajarnos, la música rápidamente entro por mis oídos, resonando en todo mi sistema. La música estaba lo suficiente fuerte como para que los que están en la cuadra hagan su propia fiesta. Por suerte no hay muchas casas alrededor así que no tendremos problemas con la policía esta noche o eso supongo.

Algunos chicos se encuentran afuera hablando o simplemente fumando, al entrar, la música se hizo más fuerte; todo el pasillo hasta la sala estaba a oscuras, iluminada por pequeños reflectores que se encontraban al lado del equipo de sonido y por la iluminación del porche y la cocina. Vasos llenos de alcohol iban y venían, me colocaron uno en mi mano que rápidamente deseche.

Nada de alcohol esta noche.

Mucha gente ya se encontraba lo bastante excitada y animada por el alcohol bailando al son de la música que sonaba por los parlantes. O eso creo que hacen.

- Hola, guera – Digo emocionada al encontrar a Mónica y a todo los demás.

- ¿Mis ojos están viendo lo que veo? ¿Ana Celeste Loera en una fiesta? ¡Oh por dios!– Lleva sus manos a su boca, haciendo que revolee mis ojos. Rio

- Hay una primera vez para todo ¿No?

- ¡Esto se va a descontrolar! Wujuu – Un chico sale de la nada gritando, se monta en una mesa, que realmente no creo que pueda con su peso y prende como una especie de aspiradora, haciendo que salga humo de esta - ¡Que comience la fiesta!

- ¿Ya viste quien está ahí? – Me pregunta Clarisa – Creo que lo necesitas – Me tiende un vaso el cual contenía un líquido rosado

Volteo para encontrarme a Daniel hablando muy animado con Patricia en una esquina de la casa, regreso mi mirada a mis amigos los cuales me veían con una mirada de pena

- No lo necesito, sabes que no bebo – Aparto el vaso de mi vista - ¿Vamos a divertirnos?

- Esa es mi chica – Tomás envuelve su brazo alrededor de mi hombro para llevarme directamente a la pista.

Nos movemos entre la multitud hasta situarnos en el centro de esta, sí que hay gente en esta casa ¿Cómo pueden moverse con tanta tranquilidad? Tanta gente a mí alrededor me ahoga. Mis amigos sin esperar muchos se unen al mismo movimiento de los demás.

- Annie, solo muévete – Me dice Mónica al ver que estoy estática, viendo todo a mi alrededor.

- ¡No sé cómo bailar esto! – Muevo mis manos en el aire – No se bailar, lo sabes. Tengo dos pies izquierdos ¿Cómo quieres que me mueva?

- Mueve tus caderas, no tienes que ser una experta en el baile para bailar reggaetón. Sigue mis pasos

Mueve sus caderas en un rítmico vaivén; al mismo tiempo que coloca sus manos en su cabeza, alborotando su pelo, son pasos tan sencillos que se acoplan muy bien como el ritmo y la hacen lucir como si estuviese haciendo esto toda su vida. Suspiro, no debe ser tan difícil.

Comienzo a moverme lentamente recibiendo un asentimiento por parte de ella, lo cual me da ánimos para que continúe.

Unas manos se alojan en mi cintura, haciendo que detenga mis movimientos de manera abrupta

- Te puedo enseñar a bailar si así lo deseas – Rodrigo, oh dios ¿Tan mal lo hacía que me dijo eso? Mi mirada se desvía hacia donde esta Daniel bailando sensualmente con Patricia, tal diría que están teniendo sexo con ropa.

Por eso digo, las inocentes siempre son las peores Y mis ojos tomaron esa costumbre de buscarlo donde quiera que este, esa sensación de sentir su presencia ya se hizo costumbre. Tenso mi quijada y regreso la mirada al frente, Rodrigo espera impaciente para que empiece a moverse

¿Así lo quiere? Pues así será.

Le arrebato un shot a Clarisa de las manos, bebiéndolo rápidamente, sintiendo como el líquido quema al pasar por mi garganta. Dejándome lo suficiente acalorada para activar mis hormonas.

Las manos de Rodrigo se aferran más a mi cintura, guiando el movimiento y a la misma vez que susurraba pequeñas partes de la canción en mi oído. Subo mis brazos con un poco de timidez hasta posicionarlo en su cuello y hacer el baile más intenso.

Después de un buen tiempo decidí tomar aire, ya estaba lo suficientemente ahogada y siendo tocada por todos al pasar como para querer estar un minuto más, allá adentro.

- Por cierto, no te he dicho lo hermosa que estas hoy – Rodrigo se acerca a mi despreocupado, con la mano en sus bolsillos.

- Gracias, esta chida la casa. Y la fiesta... también – Suelto para romper el silencio que se estaba empezando a formar.

- Alberto es conocido por sus grandes fiestas. Diría que esta es normal a comparación de otras – Ríe de manera perversa – Suele poner temáticas a sus fiestas

- ¿A qué te refieres? – Se posiciona a mi lado.

- La última fue con chicas en top less si eso responde tu pregunta – Abro mis ojos como platos desviando la mirada hacia él. No puede estar hablando en serio – Annie, me quería disculpar por lo que paso la última vez

- No fue nada, en serio. Eres así, no hay mucho que hacer – Me encojo de hombros.

- No, escúchame. Realmente metí la embarre, me siento como un imbécil – Oh, eso es porque lo eres amigo – Pero es que no sabía cómo acercarme a ti, nunca me había sentido tan atraído por alguien y pues tu... Tú eres distinta, ya te lo dije. Me sentía perdido sin saber qué hacer, no había pasado por esto nunca

- Ya veo – Sobo mi brazo, mordiendo mi labio - Rodrigo, mira, aprecio tus palabras pero

- No – Me calla colocando su dedo en mi boca – No digas nada, dame la oportunidad de ver que soy diferente, déjame entrar a tu corazón, Annie – Pasa la mano por mi nuca, girándola para quedar frente a él; sus labios se acercan lentamente a los míos que hacen que me tense al momento

- Rodrigo, para. No lo jodas más de lo que está – Se aleja de mi suspirando un poco molesto – Lo siento – Hago un mohín con mi boca.

- No te preocupes. En ese caso, tengo algo para compensar el daño. Espérame aquí

- Hasta que por fin te veo – Doy un respingo al escuchar esa voz que tanto me enloquece – Llevo buscándote desde hace rato

- Creo que en la cintura de Patricia no me ibas a encontrar – Digo con altivez – Tal vez debías buscar en otro lado

- Con respecto a lo del otro día

- No fue nada – Lo interrumpo – Sé que no significo nada para ti, para mí tampoco fue la excepción

- ¿Qué? Annie, no, déjame explicarte – Su voz suena seria, alarmándome un poco – Lo que viste

- Me hizo entender cuál es la realidad. Está todo bien entre nosotros, Daniel. Tú lo dijiste un beso no cambiara las cosas ¿No? - Sus labios forman una fina línea – Creo que tu chica te espera – Paso por su lado, sintiendo esa ola de celos renacer en mi interior, calentando mis orejas de repente. Esta noche será larga.

- Aquí estabas. Toma, los hice especialmente para ti – Rodrigo me tiende unos bombones de chocolate con franjas rosa lo que supongo que es fresa.

Tomo uno llevándolo a mis labios, le doy un mordisco, sintiendo como un líquido con sabor a cereza cae en mi paladar, extasiándome al momento. Gimo bajito, sí que están deliciosos. Rodrigo tiene unas manos bendecidas para la repostería, sin duda ahora será mi dulce favorito.

- ¿Puedo agarrar otro? – Pregunto con inocencia.

- Los que quieras, son todos para ti – Me dedica una mirada lujuriosa que hace que mi sistema se active y me incomode, me extraño un poco. Seguro son ideas mías

No sé qué sucedió conmigo, creo que fue demasiado dulce como para que mi organismo se alborotada y la adrenalina creciera dentro de mí. Mis amigos están lo suficientemente borrachos como para notarlo. Me muevo enérgica en el centro de la pista con un chico el cual no sé quién es y tampoco es como si me importara. Los bombones bloquearon cualquier sentimiento de inseguridad y pena. Me siento más atrevida, capaz de hacer cualquier cosa.

Necesito agua.

Me tambaleo entre la multitud hasta llegar a la cocina y beber lo primero que encuentro, uno, dos, no sé cuántos vasos me bebí pero el calor no abandonaba mi cuerpo. Es algo que crece dentro de mí y no se detiene.

Veo a Tomás devorarle la boca a Clarisa literalmente, en un sillón. Situándose casi, encima de ella. Son la pareja más imperfecta perfecta que existe. Es emocionante saber que su relación va viento en popa, después de tanto, se lo merecen. Relación, necesito buscar a Daniel, si, necesito decirle, las palabras se alojan de manera avasallante en mi garganta, obligándome a dejarlas salir cuanto antes.

Muevo mi cabeza buscándolo, sé que está aquí. Lo puedo sentir, rio ante tal tontería ¿Qué me hiciste, niño? ¡Ahí está! Pero... No, mi corazón se estruja ante la escena que presencia mis ojos, Patricia tomo la cara de Daniel entre sus manos hasta estampar un beso es sus labios, las lágrimas escuecen rápidamente pero no, otra vez no llorare por él. Suficiente.

Un trago más y me alejo de ellos, comienzo a bailar la canción que empezaba a sonar como si nadie me mirara, como si fuese solo yo, la que se encuentra en esta habitación. Alguien me toma nuevamente hasta pegar mi espalda a su pecho, su respiración ralentiza mi sistema, dándome un escalofrió notorio, cierro mis ojos y me dejo ir, me muevo, me muevo como nunca antes pensé hacerlo, con el chico siguiendo mis movimientos, da pequeños besos en mi cuellos que me hacen suspirar al instante.

Sonrió, sabía que Daniel volvería, ladeo mi cabeza para darle más accesibilidad

- Estas lista – Escucho a lo lejos. Siento como si me alejo de la realidad, transportándome a un mundo paralelo.

Sin darme cuenta, me estrella contra una pared y ataca mi boca de manera desenfrenada, siendo muy rudo y dominante a la vez. Muerde mi labio logrando que abriera mi boca para así introducir su lengua dentro de ella, besándome sin control alguno.

Esta vez es distinto, no recuerdo que los besos de Daniel fueran así, sabían diferente, eran diferentes. Este no es Daniel.

Sigo lo suficientemente aturdida para saber qué fue lo que paso, mi boca dejo ser ataca para quedar desolada, solo escucho voces a mi alrededor, un gran alboroto y después nada.

Todo se volvió negro

***

Abro mis ojos y los cierros al momento al sentir la luz caer sobre ellos, repito el mismo proceso pero esta vez lentamente para que se acostumbren a la luz, me duele el cuerpo como si fuese corrido un maratón por largas horas y mi cabeza martillea de manera dolorosa, haciendo que suelte pequeños quejidos. Mi garganta pica implorando que beba algún líquido sino se secara por completo.

Me levanto tomando mi cabeza entre mis manos ¿Qué fue lo que sucedió anoche? Solo recuerdo hablando animadamente con Rodrigo mientras devoraba sus bombones luego nada, no hay nada. Todo queda en blanco, los bombones... Algo tenían los bombones. Matare al imbécil de Rodrigo.

Me quito las sabanas de encima para encontrarme con una playera blanca, grande que claramente no es mía y mis piernas desnudas.

Santa madre ¿¡Que fue lo que hice!? ¿Dónde estoy? Este sin duda no es mi habitación.

- Buenos días, bella durmiente – Giro mi cabeza como el exorcista hasta encontrar la procedencia de la voz. No, dios no.

****

¡CHAN, CHAN! Qué noche la de anoche ¿No? Pobre Annie, quedo cegada por los celos y la llevo a hacer cosas que en su estado más sobrio, pensaría que haría. Y estúpido Daniel que no termina de decidirse... Hombres.

¿Quién cree que será la persona que esta con ella? Escucho sus respuestas, la persona que acierte le dedicare el siguiente cap, ah Ajajajaja

Espero les guste, besos. 

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