Salí de mi casa luego de despedirme de mi madre. Suspire y comencé a caminar mirando a un par de señores con trajes y maletines prácticamente corriendo para no perder el autobús.
Un señor alto y delgado, con un traje completamente negro ceñido al cuerpo pasó ante mis ojos -tengo que admitir que era atractivo- detrás de una chica con cabello castaño; sus ojos totalmente negros me miraron, después se carcajeó como siempre que me veía. A pesar de ya estar acostumbrado a su presencia aún me estremecía al escucharlo reír, y ciertamente no sabía la causa de su risa, hubo en una época en la que yo me cuestionaba si se reía porque pronto iba a morir, pero seguía en este mundo.
Al llegar al instituto y entrar a mi aula vi a la misma chica rubia de siempre, mirando por la ventana. Discretamente le sonreí y ella inmediatamente llegó a mí, mirándome con sus grandes ojos.
-¿No sientes algo raro? -cuestionó. Todos estaban distraídos en su propio desorden, pero aún así no me animé a hablarle directamente.
De mi mochila saqué un pequeño cuaderno de notas y escribí un "no", para que la chica rubia lo pudiese ver.
-Quizá sólo sea yo -dijo ella poniendo su barbilla en la palma de la mano-. He escuchado que alguien más murió, y que el asesino dejó un mensaje.
"Sí. Por eso la policía está rondando por todas las escuelas", escribí.
-Ojalá ya no muera nadie más, ¿sabes? No es bonito estar de este lado.
Sonreí asintiendo, todos corrieron a sus puestos cuando la profesora llegó al salón apenas el timbre sonó.
La chica de los ojos grandes bufó y se sentó a mi lado.
-O al menos espero que nadie muera en el instituto, he visto esta clase millones de veces. Se ha vuelto aburrido.
-¿Podemos sentarnos aquí? -Kunpimook Bhuwakul mejor conocido como "BamBam" cuestionó mirándome.
Asentí tomando con los palillos más comida. La rubia apareció frente a mí, mirando a BamBam y sus amigos, suspiró.
-¡Son tan guapos! ¿Por qué no hablas con ellos?
Las risas no tardaron en escucharse algunos asientos más allá de la esquina donde yo estaba sentado.
Jamás olvidaba mi cuaderno de notas porque sabía que la chica podía aparecer en cualquier momento, le gustaba tomarme por sorpresa y yo no quería parecer un loco.
"¿Por qué debería hacerlo?".
La chica rodó los ojos para después levantarse de su asiento para mirar más de cerca a Jae-Bum, acarició su cabello haciendo que el castaño se estremeciera.
-Aigooo -exclamó el castaño mirando a sus amigos con una sonrisa nerviosa-, ¿qué fue eso?
La rubia volvió a su lugar con una mirada de satisfacción, mirando su mano.
-¡Oppa, su cabello es tan suave, y huele bien! Me gusta el castaño.
Suspire escribiendo y colocando la nota cerca de la chica, luego de leer estrechó sus ojos hacia mí. Golpeo con su dedo mi frente, se sintió tan real.
-No me importa si no es natural, se ve perfecto con el. Estás celoso de que a ti se te vea mal el castaño -sacó su lengua.
Me contuve de reír ante su actitud, sólo sonreí escribiendo nuevamente.
"¿Cómo sabes que no me va? Jamás me lo he teñido de ese color".
Por tercera vez en el día ella rodó los ojos. Súbitamente todos en la cafetería se quedaron en silencio, algo venía acercándose, sentimientos de angustia; dolor y sufrimiento llegaron a mí. Algo malo caminaba ante los ojos expectantes de todos.
-¿Quién es él? -cuestionó la chica de los ojos grandes.
Giré mi cabeza buscando a la persona que tenía tan mal aura, sus pasos resonaban aumentando mi respiración. Tenía el cabello negro y los ojos oscuros, no confiaba en él.
-Mi nombre es Son Hyun Woo, pero pueden decirme Shownu.
Me estremecí completamente al escucharlo. Pronto todos olvidaron al chico de cabello negro y siguieron hablando fuerte y riendo.
-No me inspira confianza, oppa.
Mordí mi labio inferior, podía sentir negatividad al otro lado de la cafetería. Antes ya había conocido algunas personas y espíritus errantes con ese tipo de aura oscura. Generalmente las personas no eran "buenas" y los espíritus habían cometido algo malo cuando estuvieron vivos. Siempre me ponía sensible ante ellos.
"A mí tampoco".